Los alcaldes se oponen a la fusión de ayuntamientos en O Salnés y Ullán.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

La fusión de municipios anunciada por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y que tiene sus primeros protagonistas en los coruñeses de Oza y Cesuras no despierta pasiones entre los alcaldes de O Salnés y Ullán. La mayoría de los regidores la consideran innecesaria o recelan directamente de ella, apelando a la situación económica muy dispar de cada concello o al fuente apego de los vecinos a sus municipios.
El presidente de la Mancomunidade do Salnés y alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán (PP), no considera necesarias las fusiones en el caso de los municipios de más de 5.000 habitantes, y afirma que «los vecinos no son muy partidarios de que desaparezcan sus concellos. Eso sería una pérdida de identidad, y los vecinos son reacios».
Durán también considera «injusto» unir un ayuntamiento saneado económicamente a otro con deuda, y aboga más por mancomunar y compartir servicios para ahorrar costes. Por ello, está convencido de que solo se producirán casos puntuales de fusiones «y uno a uno».
También los alcaldes socialistas y nacionalistas están en contra de la fusión. Manuel Luis Álvarez Angueira, de Pontecesures (BNG) recuerda que este municipio se separó de Valga en 1925 y que «el presidente de la Xunta de Galicia dijo que sería una decisión voluntaria, y nosotros no estamos por la labor». Alega que «nuestro Concello funciona más o menos bien y no es de los que peor está económicamente, así que entendemos que fusionarnos con otro podría ser un perjuicio para nosotros».
Alberto García, de Catoira (PSOE) está convencido de que «las fusiones de ayuntamientos en Galicia son inviables, salvo que se trate de municipios con muy poca población». García alude a las características demográficas y de dispersión geográfica de la comunidad gallega. Además, plantea que «los vecinos no están por la labor porque están identificados con su ayuntamiento y su corporación». El alcalde de Catoira añade que «parece que el gran problema de este país son los concellos, y sin embargo son las instituciones que menos daño le hacen a la economía», y cree que las fusiones «son una cortina de humo para ocultar los problemas reales y los gastos superfluos de otros políticos y administraciones, como el Senado».
También se muestra contundente el otro regidor socialista de la comarca, el isleño Manuel Vázquez. «Este es un argumento para desviar la atención de otros asuntos más importantes. En los 30 años que llevamos de democracia los municipios siempre hemos sido los grandes olvidados. Nuestro problema se terminaría redactando una Ley de Financiación Local. Nos echan encima la opinión pública diciendo que los concellos son los grandes deudores, y eso no es cierto. La culpa del déficit público no es nuestra». Vázquez alega que los ayuntamientos prestan servicios y asumen costes que según el Pacto Local les corresponderían a la Xunta de Galicia, y que lo hacen sin recibir la financiación adecuada para ello. Además, Vázquez apela a la fuerte carga identitaria que muchos vecinos sienten con sus ayuntamientos. Un ejemplo claro es precisamente el de A Illa, que luchó durante décadas por segregarse de Vilanova, lográndolo en 1997. Finalmente, el regidor alude también a la situación financiera muy dispar de cada municipio.
Otros regidores del PP
Salomé Peña, de Ribadumia, apuesta por mancomunar servicios y considera que su municipio «no tiene motivos para fusionarse». Argumenta que la situación económica en esta localidad es buena y la gestión eficaz. Es más, opina que la fusión perjudica al ciudadano, ya que «aleja la administración», con los consiguientes desplazamientos.
José Luis Pérez, de Meis, manifiesta que las fusiones «deben empezarse por los ayuntamientos más pequeños» y no la considera necesaria por el momento en Meis, si bien matiza que «el interés general tiene que estar por encima del particular, y si es algo positivo para los vecinos estaré dispuesto a todo». Asimismo, considera precipitado citar el municipio o municipios a los que se uniría Meis. José María Bello Maneiro, de Valga, tampoco la ve necesaria para los pueblos de más de 1.000 habitantes, aunque no la descarta si la crisis persiste y siempre y cuando se consultase antes a los vecinos.
Finalmente, Jorge Domínguez, de Meaño, no vería bien la fusión pero sí una reorganización de las parroquias de cada municipio. Pone un ejemplo con Castrelo, Dena, Vilalonga y Noalla, que según él podrían ser un municipio propio pues tienen una realidad social y unas necesidades similares, pero que ahora pertenecen a tres concellos. También recuerda que hay parroquias que son de un concello, pero hacen casi toda su vida en el vecino.

FARO DE VIGO, 15/03/12


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