El saxofonista de Valga que triunfa en el Mediterráneo.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

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Quizás si sus padres no lo hubiesen apuntado a la escuela de música, jamás hubiese descubierto su gran pasión. Quizás si el director de la banda de Valga no lo hubiese seleccionado para entrar a tocar con los mayores, jamás se hubiese planteado hacer de la música su profesión. Pero a lo largo de los 23 años de vida del valgués Roi Barros, «todo me foi levando ata onde estou agora». Está en Mallorca, acabando los estudios en el aula internacional de saxofón de Palma y cosechando premio tras premio. El último lo ha obtenido este mismo fin de semana, cuando el grupo del que forma parte, Thesis Quartet, se ha aupado al segundo puesto en el Concurso internacional de música de cámara Ciutat de Vinaròs.

Los compañeros

Thesis Quartet está formado por Roi Barros y sus compañeros Álvaro Arias, Tomás Alonso y Pablo Vigo. Los cuatro tocan el saxo y los cuatro estudian en el Conservatorio superior de Musica de las Islas Baleares. Precisamente ese centro convocó hace unas semanas su tradicional concurso de solistas, cuyo premio consiste en participar en un concierto con la Orquestra Simfònica del Conservatori. Y en febrero, cuando sea el famoso recital, será el valgués Roi Barros quien se suba al escenario convertido en saxo solista.

Para Roi el reconocimiento tiene mucha carga simbólica. A fin de cuentas, este es su último curso en Mallorca y le gusta la idea de marcharse por la puerta grande. ¿Dónde va a ir? El joven valgués no lo sabe aún, pero sí tiene claro que su destino le exige «dar o salto aos Pirineos» y prestar oídos al mundo. «Aquí aprendín moito, pero agora que coñezo o que temos e o que se fai en España, penso que chegou o momento de ver máis, o que hai por aí fóra». De momento, tiene tres ciudades en mente, pocas prisas y el aval de haberse formado en un centro, el de Mallorca, que «en saxofón leva uns cuantos anos despuntando, catapultando xente para o estranxeiro».

El sueño

El saxofonista valgués sabe que cada día que pasa, cada premio que gana, está más cerca de ver cumplido su sueño. «Non pido moito. O meu soño é chegar a vivir disto, facer da música a miña profesión. Con iso xa me conformo ao cen por cento. Non preciso ser un divo. As prazas de divo xa están copadas», sentencia. Quiere mantener los pies en la tierra, y a eso lo ayuda bastante el no haber perdido de vista sus orígenes. «Eu empecei na escola de música de Valga», cuenta. Como todos sus compañeros, disfrutó «coñecendo todos os instrumentos, probando uns e despois outros». Hasta que dio con el saxofón. O, más bien, hasta que el saxofón dio con él. Fue en un concierto, relata Roi desde Mallorca.

El flechazo

Tendría diez u once años cuando «un profesor deu un concerto de saxo e eu quedei anonadado». Enseguida supo que el saxofón era su instrumento. Y pronto comprobaron sus maestros que aquel amor era recíproco. Roi se aplicó, puso atención a sus lecciones y se convirtió en integrante de la banda de música de Valga. Sus padres lo vieron tan interesado y atento que no dudaron cuando el rapaz les dijo que de mayor quería ser artista, que quería matricularse en el grado medio de música que se imparte en Pontevedra.

Los maestros

Tiven moita sorte, porque os meus pais sempre me apoiaron en todo. Cando era cativo apuntáronme a unha chea de actividades extraescolares e foi así como descubrín a música». Después, profesores como Diego García, Marcos Mariño o Rodrigo Vila hicieron el resto. Y el pequeño valgués al que los ojos le hacían chiribitas cuando escuchaba el saxofón se ha convertido en una joven promesa cuyo nombre, quién sabe, tal vez acabe sonando por toda Europa.

La Voz de Galicia


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