En Pontecesures no se construyó ni solo edificio de nueva planta en 2012 o en 2013.

Publicado por Redacción en

No es un secreto que O Salnés, y en general las Rías Baixas, es una de las comarcas que más sufrió el bum urbanístico y la construcción masiva a la que dio lugar, en los años de vacas gordas, la apetencia por adquirir una vivienda a primera línea de playa. Y no lo es porque, aparte de que algunas aberraciones hechas en las últimas décadas saltan a la vista, la comarca y la ría de Arousa tienen el dudoso honor de aparecer a menudo en los informes que hace Greenpeace bajo el título Destrucción a toda costa.

Todo ello ha dado lugar a un incremento desproporcionado del número de viviendas, de tal manera que, según figura en el Instituto Galego de Estatística, en lo que va de siglo se levantaron cerca de 5.000 inmuebles nuevos en la comarca. Es decir, que en tan solo 13 años se incrementó un 7,6% el número de viviendas, teniendo en cuenta que hay cerca de 65.000 registradas.

Claro está que ese inusitado incremento del ladrillo se concentró en los años anteriores a la crisis, porque en la actualidad, la actividad en el sector bajó de forma exponencial. Fue en el año 2006 cuando se levantaron más inmuebles en la comarca, con 601 edificaciones nuevas, un dato que contrasta con los registrados el año pasado y que hacen referencia al número de edificaciones de nueva planta construidas en el 2013, y que se quedan en 62. Es decir, que en un año se levantaron en toda la comarca el mismo número de edificios que en Sanxenxo en el año 2000, cuando la Marbella gallega no era todavía epicentro del bum urbanístico.

Fue Sanxenxo precisamente el ayuntamiento que registró en el 2006 el récord en el número de viviendas nuevas, con 214 levantadas en tan solo un año. Al otro lado de la balanza está la situación actual y el panorama de concellos como Pontecesures donde, según el IGE, no se construyó ningún edificio de nueva planta ni en el 2012 ni en el 2013.

Y es de suponer que esa situación se mantendrá en el tiempo porque, al margen de que la crisis económica, de superarse, lo hará a cuenta gotas, las consecuencias de esa construcción masiva y sin control es que el 40% de esas viviendas, o son de segunda residencia o están vacías, por lo que la oferta inmobiliaria en la comarca tardará años en equilibrarse con la demanda.

La Voiz de Galicia

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