Las riadas dejan a su paso un rastro de destrucción en O Salnés y Ullán

Publicado por Antonio Cortés en

Las fuertes lluvias se saldaron con paseos destruidos por los desprendimientos, viales y aceras intransitables y postes eléctricos tirados.

El diluvio que el sábado azotó a la comarca de O Salnés y concellos del Ullán dejó a su paso un rastro de destrucción que tardará semanas en desaparecer. Sendas peatonales cubiertas de tierra a causa de los desprendimientos, viales totalmente intransitables para peatones y conductores, aceras desaparecidas y postes eléctricos tirados son sólo algunas de las consecuencias de las riadas y, también, de la erosión de los montes calcinados.

Vilagarcía se llevó la peor parte del temporal de lluvia, y en buena lógica padece también las peores consecuencias tras la tempestad. Ayer, en una mañana soleada que no recordaba absolutamente en nada lo ocurrido 24 horas antes, podía comprobarse la presencia de algunas calles y vías del centro urbano y el rural en las que se acumulaban grandes cantidades de barro, piedras y tierra.

Una de las imágenes más llamativas se encontraba en Bamio, donde la fuerza de las riadas agravó el ya deficiente estado de un vial asfaltado que se ha convertido en una trampa para peatones y automovilistas. El firme ha desaparecido casi completamente, dando paso a grandes socavones que impiden el paso de los vehículos.

El agua erosionó también la base de un poste eléctrico que parece sujetarse sólo gracias a sus cables y amenaza con caer en cualquier momento.

Otros ejemplos de lo ocurrido se encuentran en los desprendimientos registrados en Castroagudín y en una carretera de acceso al Colexio Progreso de Catoira donde se hundió completamente la acera, provocando un peligroso socavón. Y no es el único vial deteriorado en el concello.

En Pontecesures las lluvias empeoraron la situación del Camiño Portugués y fincas lindantes, arrasados ya por las riadas que se habían producido en octubre arrastrando también tierra, piedras, barro y ramas. En este caso, el alcalde denuncia que la deficiente canalización de pluviales procedentes de la AP-9 agrava el problema y causa enormes perjuicios al vecindario, por eso Álvarez Angueira pide a Autopistas del Atlántico que actúe en consecuencia y rápido. De lo contrario «adoptaremos medidas legales», advierte el regidor.

Caída de tierra previsible en A Torre

Las lluvias de marzo provocaron un desprendimiento que cubrió parte de la senda peatonal de madera que se estaba instalando en el barrio vilagarciano de A Torre. La obra se paralizó durante meses y los vecinos denunciaron en repetidas ocasiones que aquello volvería a ocurrir en cuanto regresaran las lluvias, por eso exigían la instalación de un muro de contención. El sábado ocurrió lo esperado y un alud volvió a destrozar dicho paseo. Juan Davila, presidente de la asociación vecinal, pedirá una reunión con el alcalde vilagarciano para analizar lo ocurrido y solicitar «la adopción de medidas correctoras antes de que tengamos que lamentar alguna desgracia», máxime cuando el citado paseo y el terraplén en el que se producen los desprendimientos de tierra y piedras están situados al lado de un parque infantil, del pabellón de deportes y del merendero del barrio. «Cuando retomaron las obras advertí a los operarios de que aquello era muy peligroso, pero me dijeron que la tierra y piedras no volverían a caer», señala Davila. Sin embargo, «el sábado cayó una gran cantidad de material, y dado que estamos cansados de avisar y que ya se produjeron tres desprendimientos, no queremos esperar a que en el cuarto ocurra una tragedia, por eso solicitamos al alcalde que nos ayude».

:: Faro de Vigo :: Manuel Méndez


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