Areas metropolitanas: ¿Por qué A Coruña y Vigo sí y Santiago no?

Por su interés reproduzco la columna «La Quinta del Correo», publicada por «EL CORREO GALLEGO» en el día de hoy. En otra página del mismo periódico se considera que Pontecesures, junto con muchos municipios más, podría formar parte en una futura Area Metropolitana de Compostela.

¿POR QU�? A CORU�?A Y VIGO SÍ Y SANTIAGO NO?

La polémica que estos días centra la actualidad política muestra que nuestros gobernantes piensan en clave norte-sur, dejando en segunda fila al resto de Galicia. En ese resto se incluye Santiago. Sin entrar a valorar la idoneidad de la propuesta del conselleiro Méndez Romeu de crear simultáneamente dos áreas metropolitanas, Vigo-Pontevedra y A Coruña-Ferrol, desde Compostela hemos de sentirnos marginados ante el olvido de la capital y su área metropolitana perfectamente definida, y con una cohesión económica y social cuando menos igual que las dos anteriores.

Santiago es centro geográfico y epicentro socioeconómico de un área circular, o cuadrangular, que abarca desde Ordes a Lalín, de Melide a la franja costera situada entre Vilagarcía y Cee, que agrupa a más de 300.000 habitantes. Si A Cañiza llega a formar parte del área metropolitana de Vigo, como se prevé, más relación existe entre cualquier ayuntamiento de la Galicia central y Compostela. Por otra parte, resultaría chocante que el centro del eje atlántico, que se vertebra en torno a la AP-9 y que dispone del gran aeropuerto gallego, quedara sin la consideración de área metropolitana.

El acuerdo de gobierno entre Touriño y Quintana firmado hace ahora dos años establecía el impulso de una nueva organización administrativa del territorio gallego, basada en comarcas, regiones y áreas metropolitanas. Superado el ecuador de la legislatura, la organización territorial no está aclarada. Incluso, con estas polémicas norte-sur, la situación se embrolla. Y la apariencia es que puede haber dos Galicias: de primera y de segunda. O de dos velocidades, lo cual contradice el principio de solidaridad que garantizan el Estatuto y la Constitución.

Dentro de esta nueva organización administrativa, con todas las dificultades y peligros que los cambios entrañan, parece lógico que las áreas metropolitanas se sitúen, por las características socioeconómicas, en la franja atlántica. Pero nunca dejando fuera a la capital. Las instituciones locales compostelanas, públicas y privadas, junto a los municipios que conforman el área, deberían estar vigilantes y ponerse en marcha, sin perder un minuto, para no quedar relegados a la segunda división.