Treinta y siete años capturando lampreas.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

Natural de Vedra y adoptiva de Carreiras, en Cesures, Lola Villanueva es la mujer más veterana de los Valeiros ·· Considera la pesca un trabajo duro, pero muy vicioso ·· Gracias al río y a su profesión sacó adelante a 9 hijos

Nació tierra adentro, en uno de los municipios de Tierras con un microclima especial: Vedra. Allí cultivó la tierra y se embebió de las artes de la agricultura y ganadería. Pero del mar y del río, Dolores Villanueva, Lola como la llaman cariñosamente en su pueblo de adopción, en Pontecesures, nada sabía. Fue la primera mujer dedicada a la pesca de la lamprea en el Ulla, la baleira más veterana y la que abrió un camino en un mundo dominado casi en exclusiva por entonces al hombre. Rompió barreras y demostró que las féminas son tan dignas como los varones para dominar una embarcación y unas nasas.

Si hace cuarenta años le hubiesen dicho a esta mujer que su profesión estaría vinculada con el Ulla y la pesca, ella hubiera respondido que quien lo pensaba estaba loco. «Pero aquí me tes. O outro día da boda aterrizei na embarcación. Non sabía nada das artes de pesca, nin de cómo se levaba un barco, pero a todo se fai un e eu non ía a ser menos», recalca, añadiendo que «ata fai quince anos eu era a única muller aquí».

El Ulla es para Lola uno de sus grandes amores. El primero, sin duda, es Manolo, su marido, el que la introdujo en este río «que eu só vía dende a casa onde me criei, en Vedra». De la parte alta del Ulla a la parte baja, de la tierra al río y al mar (porque también faena en la ría buscando chopo, solla o anguilas), de la agricultura a la pesca, mundos todos ellos tan antagónicos. Aquí en Pontecesures lleva 37 años trabajando ininterrumpidamente (puede que se jubile ??o la jubilen?? el próximo año). Lola logró conjugar su trabajo con su vida privada, y sacar adelante a sus nueve hijos (cinco de los cuales, entre ellas una hija, se dedican a la misma faena: capturar lampreas y faenar en el mar). Todo ello con mucho aplomo, fuerza de voluntad y un humor envidiable. Ella ama la vida, la que fluye por las aguas fluviales y la suya propia, y su trabajo. «Eu xa viña acostumbrada a traballar, pero o río foi difícil. O Ulla é moi vicioso e a lamprea, máis. Cando a vin por primeira vez, case vomito. Hoxe a comemos case todos os domingos. Teño 57 anos, 37 dos cales pesco lampreas, algo sabrei ¿non?. Pero a pesca no Ulla cambiou moitísimo. Antes pescábase con redes, igual que no Miño. Entón sí que era dura, pasabas toda a noite no río», dice.

Vivió un tornado mientras faena en Meloxo, el mar la puso en más de un apuro y combatió en ocasiones con el Ulla, pero ahí continúa, a bordo del Alejandrito, surcando las aguas y viendo cómo a su alrededor hay cada vez menos pesca, menos familias que se dedican a este oficio y más contaminación. «Sabes, este éche un traballo tan digno como outro calquera do que me sinto orgullosa».

TIERRAS DE SANTIAGO, 21/04/09


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