El acceso a la autopista en Padrón no está a la altura de la autovía.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

No solo quienes estiraron la toalla en Noia o bailaron al ritmo del San Bartolomeu se las tuvieron que ver ayer con las caravanas. También sufrieron lo suyo quienes, tras una tarde al sol de Barbanza, quisieron coger la autopista, la AP-9, en Padrón. Sobre las nueve de la noche, llegó a haber hasta seis kilómetros de retenciones. Y eso que en el peaje padronés los coches no tienen que efectuar el pago, sino solamente coger el tique para luego abonar el dinero en la salida correspondiente. El problema es que en este paso solo hay tres aparatos, uno de ellos el de Telepeaje, que cada domingo demuestran ser insuficientes para atender la demanda de quienes pretenden acceder a la autopista.
Desde las siete y media de la tarde se notaba que el tráfico era denso en el tramo boirense de la autovía. Sin embargo, la cosa empeoraba al llegar a la zona rianxeira y de Dodro. Ya en Bexo, la cantidad de coches era numerosa. A partir de la nueve de la noche, la circulación fue empeorando, y conforme los conductores se acercaban a Padrón las colas empezaban a ser monumentales, los vehículos estaban prácticamente parados y casi todos llevaban los intermitentes encendidos para advertir de las retenciones. Los procedentes de Pontevedra, por la carretera nacional, no lo tenían mejor. La retención, a las nueve y media de la noche, ocupaba todo el vial del Puente y la travesía de Padrón, donde los semáforos impedían que la circulación fuera más fluida.
La situación se tornaba peliaguda, lógicamente, en el punto donde la autovía deja de tener cuatro carriles para convertirse en un vial de solamente dos. Es decir, en la especie de embudo que conecta con la autopista AP-9. «Sí, esto está abarrotado», afirmaba uno de los trabajadores del peaje padronés. Sobre las nueve y media de la noche, uno de los carteles informativos de la autovía todavía avisaba de retenciones en Padrón. Hasta tres kilómetros de retención, entre el fin de la autovía y el peaje, para lo que fue necesario emplear entre quince y veinte minutos.
Por otro lado, los obreros siguen estando presente en numerosos puntos de la autovía barbanzana. Ayer los trabajadores apuntalaron un talud, otra cuadrilla trabajaba en una mediana y otras personas mejoraron un acceso.

LA VOZ DE GALICIA, 25/08/09


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