Entran en una casa abandonada, hacen un butrón para asaltar un bar y huyen antes de perpetrar el robo.

Los robos se han convertido en algo demasiado frecuente en la pequeña villa de Pontecesures (Pontevedra). Con los vecinos en estado de alerta, es normal que a los ladrones, los golpes se les estén complicando. Para muestra lo ocurrido el pasado domingo. Ese día, por la noche, alguien rompió la puerta trasera de Villa Pombal, un edificio noble y protegido por patrimonio sobre el papel, pero abandonado y ruinoso en el terreno de la realidad. Una vez dentro de la casa, los desconocidos se emplearon a fondo en abrir un boquete en una de las paredes de la vivienda, al otro lado de la que se encuentra un bar. Después de hacer un gran trabajo -debieron agujerear una piedra de un grosor considerable- los ladrones abandonaron sus propósitos de robo de repente. Al parecer, temían haber sido descubiertos por los vecinos. Estos, efectivamente, se habían alarmado al escuchar ruidos en la vieja casa.

Este suceso ha servido ya para que la oposición cesureña, en concreto la ACP, haya exigido al gobierno local que adopte medidas contra el abandono en el que está sumida Villa Pombal.

La Voz de Galicia.