La N-550 registró más de 30 accidentes desde el 2014 en un tramo de Padrón.
Son cuatro kilómetros entre A Picaraña y Escravitude, con cuatro vÃctimas mortales.
En un tramo de cuatro kilómetros de la carretera N-550, comprendido entre A Picaraña y A Escravitude, en el municipio de Padrón, se han registrado 34 accidentes con vÃctimas, de ellas cuatro mortales, desde el año 2014, de acuerdo con un escrito de la jefatura provincial de A Coruña de la Dirección General de Tráfico, en respuesta a otro remitido por un vecino del lugar, que pidió información sobre la situación de la vÃa nacional.
Ese vecino, en particular, solicitó a Tráfico la reubicación del radar fijo que, a dÃa de hoy, está situado junto a la señal de limitación de velocidad a 80 kilómetros por hora, mientras antes estaba junto a la de 50, todo ello antes del santuario de A Escravitude en dirección Padrón. Para este vecino, ese cambio no ayuda a rebajar la velocidad en la vÃa. No obstante, Tráfico niega que ese radar hubiese estado en la zona de 50 kilómetros por hora.
Ahora, los vecinos reclaman medidas para reducir la velocidad en todo el tramo, una vez que aseguran que los vehÃculos no respetan la limitación establecida. «Ã? unha pasada como pasan os camións pola zona do santuario», asegura uno de ellos.
Esos 34 accidentes con vÃctimas de los que habla Tráfico se registraron desde el año 2014 hasta el pasado mes de agosto, pero desde entonces ya se produjo alguno más. Para los vecinos consultados, hay dos puntos especialmente peligrosos en la N-550 a su paso por esta zona.
Por un lado, frente al santuario de A Escravitude, en el cruce con la vÃa que conduce a Rois, de modo que, en el giro a la izquierda, ya se produjo más de una colisión por alcance, más de una vez motivada por el exceso de velocidad. El otro punto es el paso de peatón señalizado un poco más adelante del santuario, en dirección a Padrón, por el que cruzan los peregrinos. «Calquera dÃa levan a un por diante», asegura un vecino. También recuerdan que un vehÃculo ya se empotró con una vivienda y, más de una vez, con las escaleras del santuario.
La Voz de Galicia
0 comentarios