Ella es embajadora del melindre, las filloas y pimientos de Herbón.

Publicado por Redacción en

El blog de Marité R. López triunfa en España y en otros países.

Una catalana se ha convertido en la mejor embajadora de la gastronomía local. Se llama Marité R. López. Es de Barcelona, aunque lleva en Galicia más de 12 años. En el 2016 se asentó en Padrón, a medio camino entre A Pobra -allí trabaja su pareja, funcionario y músico- y Santiago, donde vivían antes. Fue entonces, explica, cuando nació The Foodie Searcher, un blog en el que da a conocer lo mejor de la cocina gallega, incluida la de su entorno más próximo. Sus publicaciones llegan a distintos rincones de España, e incluso a otros muchos países, y el año pasado fue la tercera cuenta gastronómica con mayor alcance a nivel nacional. Todo comenzó en la capital de Sar, con la Festa do Pemento de Herbón. «Empezamos con fiestas gastronómicas. Nos impresionó bastante, porque no todos los pueblos pueden presumir de una celebración así. Galicia es un lugar único para fiestas gastronómicas. En verano toda la gente se vuelca y se pone en valor el producto, que se cuida y mima. Es algo nunca visto», dice la influencer. Distinguida este año con el Mandil de Honor de la Filloa de Lestedo y nombrada Embajadora do Melindre e da Repostería Tradicional de Melide en el 2018, lleva con orgullo estos reconocimientos. Además ha participado como jurado en el concurso de tapas de queso de la DOP Arzúa-Ulloa y en las catas de aguardientes y licores tradicionales que organiza la Consellería do Medio Rural. «Me gusta ser fiel al producto de Galicia y darlo a conocer alrededor del mundo», indica. Sus post, sobre todo en Instagram, tienen repercusión en América, Europa, Australia y Asia, especialmente en EE.UU. y Japón. «El pulpo despierta siempre curiosidad fuera… les encanta», afirma Marité. Para muestra, una de sus últimas imágenes, en la Pulpería Rial (Padrón), que recabó más de 1.500 likes. ¿Cómo acabó con tal legión de seguidores? Ella es fotógrafa y puso en marcha en Barcelona un blog de cocina. «La mayoría de mis books y trabajos eran en relación a la comida», explica, y se dio cuenta que «poner tu cara funcionaba. La gente interactuaba más si yo salía». Tuvo que perder el miedo a estar al otro lado del objetivo y «al qué dirán», reconoce, pero intenta que los alimentos sean igual de protagonistas: «Yo solo soy un elemento más». Esta embajadora de la gastronomía local cuenta con ayuda. Gestiona las redes sociales y selecciona las colaboraciones entre los correos electrónicos que recibe The Foodie Searcher un italiano, Enrico G. Y su pareja, el santiagués Carlos Arcay, hace ahora de fotógrafo bajo sus indicaciones.

La Voz de Galicia


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