«La leche condensada que vendemos en Oriente Medio y Europa es de leche gallega».

Publicado por Redacción en

David Coré, director de la fábrica de Nestlé en Pontecesures, apunta que unos 150 ganaderos gallegos surten a diario la fábrica de Nestlé en Pontecesures, que cumple 80 años.

Fue la leche lo que hace ahora 80 años atrajo a Nestlé a Pontecesures. Hoy, esta factoría sigue trabajando con los ganaderos gallegos para hacer uno de sus productos estrella, la leche condensada de La Lechera. Pero es que, además, esta fábrica es la única que la compañía mantiene abierta en toda Europa, Oriente Medio y Norte de África, lo que significa que «toda La Lechera que se vende en esos países se elabora en Pontecesures con leche gallega», explica el director de la planta, David Coré.

—La fábrica de Pontecesures cumple 80 años. Cuéntenos un poco la historia.

—La historia de la fábrica de Pontecesures comenzó en agosto de 1939. Fue una fábrica que fundó la compañía Ilepsa, que es el acrónimo de Industrias Lácteas Penínsulares, una sociedad que pertenece a Nestlé. Es la segunda fábrica más antigua de Nestlé en España. Y siempre estuvo dedicada a la producción de leche condensada y productos similares. ¿Por qué Pontecesures? Galicia es una región de producción láctea importante, ya lo era en los años 30. Hay todavía gente que trabajó en la fábrica en esa época, que vive, y que se acuerda de que entonces recogíamos del orden de 500 litros al día, hoy estamos en cerca de 400.000, la diferencia es notable. La historia ha ido cambiado mucho y después de 80 años afortunadamente todo eso lo hemos pasado. Ha sido una historia con muchas dificultades por el camino. Recuerdo que, por ejemplo, en los años 60 hubo mucho escasez de hojalata y tuvimos que empezar a llenar en frascos de vidrio. Entonces había siete fábricas de leche condensada de Nestlé en España. Pero en el año 83 se centralizó toda la fabricación de leche condensada La Lechera en Pontecesures. El último hito así importante fue en el 2012, cuando Nestlé decidió concentrar toda la producción de leche condensada de la zona Europa, Oriente Medio y Norte de África. Seguimos siendo la única fábrica y nos va muy bien porque no hemos parado de crecer. En diez años hemos crecido mucho, producimos más del doble de lo que hacíamos en 2001 y tenemos expectativas de triplicar la producción en breve.

—¿Por qué se apostó por Pontecesures? Porque había otras siete fábricas en España

En el año 2012 había en Europa tres fábricas que hacían leche condensada, una en Holanda, otra en Francia y la de Pontecesures. Varias razones pesarían. Pesaría la trayectoria de la fábrica, que España es el mercado de Europa más importante en el consumo de leche condensada y supongo que seríamos competitivos con respecto al resto de plantas.

—Ahora están listos para una nueva ampliación

—Es un continuo. El negocio de lácteos no es un negocio de alto valor añadido, tenemos que cuidar mucho cómo hacemos las inversiones en fábrica. Tenemos que elegir muy bien donde dedicamos esas inversiones. En esta fábrica se ha ido invirtiendo y desde el 2010 llevaremos unos 16 millones de euros, básicamente en mejoras de seguridad, en mejoras medioambientales y en mejoras de eficiencia. Estos últimos cinco años también dedicamos cerca de dos millones, dentro de esos 16 millones, a incrementar la capacidad de producción de la fábrica y a mejorar la eficiencia de la línea de procesos. Eso nos ha permitido seguir creciendo y ahora nos están preparando el terreno para crecer todavía más. Este año vamos a invertir 1,9 millones de euros en dos líneas de llenado. Serán para una línea de llenado para bolsas de formato industrial y también vamos a reformar dos líneas de llenado y embalaje de botes. El formato de un kilo y el de 740 gramos los vamos a hacer en un único diámetro y a hacer una línea más moderna, más precisa y con menos costes de mantenimiento y energéticos.

—Entonces, toda la leche con la que se hace la leche condensada La Lechera en España es gallega.

—Toda la leche que utilizamos ahora mismo en fábrica es gallega. Esto es así y ha sido así desde hace muchos años. Tenemos tratos con 150 ganaderos de la zona y para trabajar con ellos tenemos un equipo de seis personas dedicadas a darles apoyo para que podamos cumplir con los certificados de buenas prácticas. Trabajamos con ellos en temas como prácticas de ordeño, calidad, trazabilidad, bienestar animal… Digamos que vamos profesionalizando cada vez más a los ganaderos, dando asesoramiento para que mejoren sus instalaciones y crezcan con nosotros. Es inconcebible pensar en esta fábrica sin pensar en el equipo de radio lechero, que así los llamamos. Nestlé fue pionera en los años 30, cuando se construyó esta fábrica se creó el servicio que entonces se llamo de fomento agropecuario. Era gente que iba al campo a buscar a los que quisieran trabajar con nosotros y se les ayudaba a que nos suministraran la leche, a mejorar sus instalaciones se les aconsejaba sobre la alimentación del ganado…

—Se puede pensar que cualquier tipo de leche vale para hacer sus productos. Pero no es así ¿verdad?

—Si queremos hacer un producto excelente, la materia prima tiene que ser excelente. Trabajamos sobre esa premisa y para tener una materia prima excelente es imprescindible estar donde se produce, asegurarnos de que se ordeña correctamente e higiénicamente, de que las vacas tienen la correcta alimentación. Y estos últimos años estamos haciendo también hincapié en el bienestar animal porque se está viendo que la producción animal se incrementa cuando los animales están en un ambiente más cómodo.

—¿Cuánta leche se consume en esta fábrica?

—Este año consumiremos alrededor de 120 millones de litros, que no es mucho para ser una industria láctea. Las del brick consumen mucho más. 92 millones provienen de los ganaderos con los que trabajamos. Esto quiere decir que también compramos leche a otras industrias lácteas gallegas, que nos aseguramos que viene de granjas gallegas. Tenemos dos tipos de estacionalidad, las vacas no dan el mismo volumen de leche todo el año, en primavera dan un poco más y en esta época un poco menos. Y nosotros la producción que tenemos este año está en torno a las 51.000 toneladas y tenemos los picos entre octubre y abril. Nos coincide la época de mayor producción con la época de menor recogida. Este es uno de los trabajos de nuestros asesores para tratar de que la estacionalidad se aplane. Entran alrededor de 400.000 litros al día. En primavera es menos y de nuestro radio lechero son 280.000 litros.

—¿Tenéis dificultades para encontrar proveedores?

—En época de producción alta siempre es más complicado encontrar leche, pero sí que es verdad que los ganaderos con los que trabajamos van creciendo con nosotros. Nuestros ganaderos no se quejan del precio, sino de que no siempre les dejamos crecer lo que a ellos les gustaría. Si miramos datos de hace cinco o seis años, nuestras granjas suministraban 310.000 litros al año cuando ahora estamos sobre 630.000 litros, se ha doblado. Tenemos que hacer que este crecimiento sea sostenible y con precaución.

—¿A dónde se va la leche que se produce en esta fábrica?

—Prácticamente a todo el mundo, menos a América que Nestlé tiene bastantes centros productores de leche condensada. Ahora mismo estamos exportando a 26 países el 60 % de nuestra producción, aunque el principal destino sigue siendo España. Destinamos al mercado español unas 20.000 toneladas, pero el resto va a exportación. El principal mercado al que exportamos nuestros productos es Oriente Medio, con Arabia Saudí, donde vendemos unas 7.000 toneladas. A parte de Oriente Medio, nuestros mercados más grandes son Reino Unido, Francia y países del norte del Magreb.

—Pero España sigue siendo el principal consumidor.

—Afortunadamente sí. La leche condensada siempre ha sido un producto presente en nuestras despensas y en los años 60 cuando teníamos 7 fábricas de leche condensada en España se fabricaban un total de 90.000 toneladas. A las 20.000 que hacemos ahora, el declive que ha habido. Pero, aún así, seguimos siendo el principal consumidor. Se utiliza sobre todo en repostería y para tomar con el café. Lo catalogamos más como un producto de placer y tenemos que defender un consumo responsable.

La Voz de Galicia


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