El Ulla CF apuesta por la formación para padres y niños.

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Los cursos se harán en dependencias del Concello

El Ulla Club de Futbol ha decidido apostar por la formación para padres y niños inscritos en la entidad. Con esta premisa, ha programado la celebración de varias charlas educativas que se desarrollarán en el semisótano del Concello  a lo largo de este mes de diciembre.
La primera cita será hoy mismo, a partir de las ocho y media de la tarde, con una actividad titulada ??O Uso de Internet e as Novas Tecnoloxías entre os Adolescentes: Claves para Entender e Previr?. Será impartida por dos psicólogos y tocará una materia especialmente sensible entre los más jóvenes, para ayudar a prevenir conductas de acoso a través de redes sociales o aplicaciones de mensajería y apoyar a los padres en el conocimiento y control de estas.
El 12 de diciembre, a la misma hora, se abordará ??A Educación en Valores e Habilidades da Vida como Ferramenta para a Prevención do Consumo de Drogas entre a Mocidade?, impartida por una psicóloga y terapeuta familiar. El día 19 será turno de ??Os Pais Tamén Xogan, Acompaña ao Teu Fillo no Deporte?.
Ya en enero, se reforzarán todos estos contenidos con nuevos talleres.

Diario de Arousa

El Show de los Payasos de Pontecesures prepara para su gira de Navidad.

El Show de los Payasos, un grupo de animación infantil con raíces en Pontecesures, está a punto de iniciar su gira navideña. El espectáculo que han preparado para la ocasión lleva por título «Fantasía de Navidad», y está formado por los ingredientes habituales: payasos, malabares, magia y los personajes de los dibujos de la tele.

La gira navideña empezará en Meis el día 20, y durante el mes de diciembre pasará por Negreira, Noia, Burela, Melide, Pontecesures (estarán en la sala de fiestas Chanteclair el 26 de diciembre), Mondoñedo, Foz, Ribadeo y Santiago. En enero, las actuaciones estarán en A Pobra, Santa Comba y Lalín, los días 2, 3 y 4 respectivamente.

La Voz de Galicia

Chanteclair y los 35 años de un clásico reinventado.

Empezó como un sueño. El sueño de Jaime Besada, un vecino de Poio que a finales de los años setenta se empeñó en abrir una sala de fiestas. No le resultó muy difícil contagiar su entusiasmo a su hermano Manuel, otro apasionado de la música. Y a sus cuñados José Villanueva y Juan Sousa. Los cuatro unieron fuerzas y alumbraron, en 1979, la sala de fiestas Chanteclair. Han pasado 35 años. Treinta y cinco motivos para organizar una fiesta como la que se celebrará hoy en el edificio con forma de cajón de guitarra de Pontecesures.

Cuando caiga la noche, abrirá fuego la orquesta Jerusalén, que abrirá camino para El Combo Dominicano. Tras esta actuación, la música seguirá hasta que cante el gallo de la mano del dj residente Álex Sas y del invitado Marcos Magán. Todos ellos pondrán la banda sonora a una velada que es doblemente especial. Porque, además de celebrar los 35 años de historia de Chanteclair, también se celebra la vuelta a la dirección de quienes fundaron la sala de fiestas y de sus hijos.

Ahora son el veterano Manuel y el joven Josechu Villanueva los que llevan el peso de dirigir una sala del tamaño, la fama y la historia de Chanteclair. Su objetivo es recuperar la senda que siguió el local hasta el año 2000, cuando decidieron alquilarla. «Pero los inquilinos no la cuidaban», cuenta Manuel. Así que decidieron volver a tomar posesión de este templo de la música y el ocio nocturno, por el que a lo largo de casi cuatro décadas han pasado cientos de artistas. «El que tuvo más éxito fue Juan Pardo», dice Manuel haciendo memoria. Pero hay muchos otros nombres que recordar. Los Pecos, Albano, Tequila, Rocío Dúrcal, Manolo Escobar, Enrique y Ana o Los Marismeños fueron algunas de las estrellas que iluminaron este local . «Antes no había demasiados recintos adecuados para hacer grandes actuaciones», apunta Josechu.

Bailando al calor de estas músicas nacieron muchas historias de amor. Y es que una de las claves del éxito de la discoteca es «el sitio donde está», justo donde Pontecesures linda con Valga. «Habíamos mirado otros lugares. En Padrón, y en Valga, pero no llegamos a acuerdos. Y fue mejor para nosotros». Los 2.000 metros cuadrados de Chanteclair están a medio camino de todos lados. Así que hasta ella llegaban clientes llegados desde el Barbanza, desde Negreira, desde todos los rincones de la provincia de Pontevedra… «Y saliron de allí muchísimas parejas. Hay muchos matrimonios de gente de Rianxo con gente de A Estrada que se conocieron aquí».

Si el lugar elegido para abrir la sala de fiestas fue un acierto, otro tanto se pude decir del sistema de autobuses que se puso a disposición de los clientes. Diez líneas -todas ellas reflotadas ahora con la reentrada de la dirección original- «recorrían todos los rincones y corredoiras de cincuenta kilómetros a la redonda» para que nadie se tuviese que quedar en casa. Josechu confía en que la idea, revolucionaria en su día, vuelva a funcionar ahora. Y es que la intención de los propietarios es que el canto del gallo más marchoso de toda Galicia vuelva a sonar con fuerza en la noche.

De momento, todos son buenos augurios. «Se nota que los jóvenes tienen ganas de bailar, de volver a disfrutar bailando», recalca Josechu Villanueva, que ayer trabajaba a reo para que esta noche todo salga a pedir de boca. «La música en directo es un puntazo, no debería acabarse nunca. Hubo unos años en los que parecía que se había terminado, pero la gente vuelve a tener ganas de ella». Y para eso está Chanteclair, una sala de fiestas que tomó su nombre de un cabaré de Beirut. «Al principio, el alcalde de Pontecesures nos sugirió que le llamásemos La Bella Otero. Pero entonces la mujer tenía muy mala fama por aquí, y pensamos que a lo mejor llamarle así al local causaba alguna confusión».

Así que dejaron a un lado a Carolina Otero y apostaron por el gallo cantor cuya imagen está grabada en la retina de generaciones enteras de gallegos. Y lo que queda por llegar. Porque, si algo está claro, es que Chanteclair es uno de esos clásicos que nunca mueren.

La Voz de Galicia

El gallo que canta en Pontecesures.

Si hubiese cuajado la primera propuesta, Carolina Otero sería hoy una mujer mucho más conocida en Galicia, pero los cuatro socios que sacaron adelante el proyecto de abrir una sala de fiestas en Pontecesures, hace 35 años, se percataron, por los comentarios escuchados, que llamarle La Bella Otero podría dar lugar a equívocos, polémicas y controversias, y descartaron la idea de su exalcalde José Piñeiro Ares.

Tampoco su ubicación fue la que habían estudiado inicialmente, porque de haberse decidido por la primera, estaría a un paso de la casa Museo de Rosalía de Castro, en Padrón, pero no llegaron a un acuerdo con el dueño del terreno. Ni la segunda, porque el solar elegido se encontraba en terrenos de Pontecesures y Valga, con el consiguiente riesgo que supondría de verse en la obligación a cumplir dos ordenanzas que podrían ser contrapuestas.

«No voy a sacar mi chaqueta para dársela al vecino», le dijo el secretario de uno de los concellos a los hermanos Manuel y Jaime Besada y a sus cuñados José Villanueva y Juan Sousa, los promotores de la iniciativa.

Apertura. Se decidieron por Pontecesures, y en diciembre de 1978 cortaron los pinos de la finca que habían adquirido. Contrataron a un capataz jubilado, la obra comenzó en enero de 1979, trabajaron de la mañana a la noche, empresas especializadas se encargaron de la decoración, la instalación eléctrica, el sonido y los interiores, y lograron que octubre abriese sus puertas.

Era una época de expansión marcada por la inauguración de La Condesa, en Caldas de Reis, Dafnis y Cloe (Poio), Saturday (Vilaboa), Canelas (Portonovo) y Brais (actualmente La Luna), en San Vicente de Cerponzóns.

Con la forma del cajón de una guitarra, 2.000 metros cuadrados de superficie, cuatro barras y dos niveles, la sala de fiestas Chanteclair hacía su irrupción en el panorama de la diversión galaica. Se consumían barriles de vino tinto, callos y pulpo mientras actuaban las orquestas. Era el reflejo de una idiosincrasia que iba a experimentar una rápida transformación.

La respuesta superó las mejores expectativas de sus propietarios, Una flota de 23 autobuses recorría buena parte de las provincias de Pontevedra y A Coruña trasportando a los clientes y evitándoles el trance de conducir por unas sinuosas y empinadas carreteras a quienes tenían un coche, que en aquella época eran los menos, y no pocas veces tuvieron que pagar un taxi y acompañar a alguna chica que se despistó en los baños y darle explicaciones a sus padres.

Además de evitar el riesgo que supondría conducir después de una noche de marcha y algunas copas en el cuerpo, el transporte colectivo también permitió a no pocos aprender algo de geografía y darles la oportunidad de prolongar las relaciones nacidas entre baile y baile.

El trato a los clientes fue un pilar fundamental, junto con la originalidad de sus campañas publicitarias, para lograr que todos los fines de semana pasasen por la sala en torno a 4.000 personas. Un reclamo inédito hasta entonces, y que no ofreció ninguna otra, fueron los sorteos de viajes en helicóptero, desde la explanada situada delante de la discoteca hasta Santiago, o el de coches.

Los camareros se limitaban a recoger vasos y botellas porque les resultaba imposible desplazarse por la sala con las consumiciones sobre las bandejas. Más de 40 personas tenían empleo durante los fines de semana en Chanteclaire, que llegó a contar con una parada de taxis propia, y cuyo tirón fue aprovechado para abrir bares en sus cercanías.

Pero la propuesta que refleja el carácter familiar que quisieron darle fueron los sorteos de viajes que se celebraban todos los fines de semana y que los agraciados compartían con algunos de los dueños de Chanteclair, que también tenían que hacer de tutores, porque alguno de ellos era menor de edad. La fortuna permitió a 648 clientes conocer Tenerife, Mallorca, O Algarve, la Costa Brava o Benidorm, destinos que parecían entonces lejanos y exóticos.

En 1992, la sala fue dotada del último modelo de rayo láser, poco después de que hubiera sido presentado en la Expo de Sevilla. Alcanzaba una altura de seis kilómetros y podría verse a 20 kilómetros de distancia.

Chanteclair también fue el escenario de acontecimientos inéditos en una discoteca, entre ellos el Enterro da Lamprea, para el que fueron contratadas 200 lloronas de Cangas y Marín, demostrando que era posible compaginar la diversión con la promoción de un producto de la localidad y una seña de identidad cultural.

Los Pecos. Albano, Tequila, Rocío Dúrcal, Manolo Escobar, Enrique y Ana, Los Marismeños o Los Pecos cantaron en Pontecesures, y por la sala de fiestas también se dejaron Camilo José Cela y los expresidentes de la Xunta Manuel Fraga y Gerardo Fernández Albor.

Cuando Fidel Castro visitó Galicia, una cuña publicitaria recordaba en la radio que Fraga ya sabía qué era Chanteclaire, cuyas puertas estaban abiertas por si quería invitar al comandante a un cubalibre en Pontecesures.

Cerradas las grandes salas de fiestas, y tras un breve paréntesis, uno de los socios fundadores, Manuel Besada, y Josecho Villanueva, hijo de otro de los pioneros, José, se pusieron al frente para que la fiesta continúe con la fórmula de siempre: grandes orquestas y sesiones de discoteca. El viernes, día 5, comenzará una nueva etapa, con El Combo Dominicano, la orquesta Jerusalén y los DJ Marcos Magán y Alex Sas como protagonistas.

Diario de Arousa

La deuda de Vilagarcía supone una media de 108 euros por vecino.

Ribadumia, Pontecesures y Meaño con las cuentas saneadas.// // //

El alcalde de Vilagarcía, Tomás Fole sostiene que uno de los grandes logros de su gestión fue el de poner al día y sanear las cuentas del Ayuntamiento. Una afirmación que contradicen los datos publicados anteayer por el Ministerio de Hacienda, según los cuales la deuda pública de Vilagarcía es no solo la mayor de la comarca en términos absolutos, sino también la más elevada si se toma como referencia una media por habitante.

Hacienda publica que la deuda pública del Ayuntamiento de Vilagarcía asciende a 4.097.669 euros, lo que tomando como referencia unos 37.700 habitantes -el último dato oficial del Instituto Nacional de Estadística- implica que a cada ciudadano le corresponderían algo más de 108 euros de esa deuda. Una cifra muy superior a las de municipios como Vilanova (60 euros por habitante) o Cambados (32,8).

En este capítulo se recogen las deudas de la administración local con proveedores, entidades bancarias u otras entidades públicas. Este periódico intentó ayer ponerse en contacto por varios medios con Tomás Fole para conocer las medidas que éste planteará para reducir dicha deuda, que supone algo más de 15 por ciento del presupuesto de 2014, que asciende a 26 millones de euros.

El Ministerio de Hacienda publica una relación del coste efectivo de los servicios que prestan todos los ayuntamientos de España. Se trata de una medida enmarcada en la ley de reforma de la administración local, aprobada hace un año por el Gobierno central.

Otros ayuntamientos

Pero el de Vilagarcía no es el único Concello de O Salnés que sobrepasa el umbral de endeudamiento de 100 euros por habitante. La cifra consignada por Hacienda para O Grove asciende a algo más de 107 euros por vecino (para un total de 1,2 millones) y también sale mal parado de esta estadística el municipio de Catoira, con una deuda media por vecino de casi 109 euros. Por debajo del umbral de los 100 euros se sitúan Sanxenxo (81,5), Meis (41), A Illa (33,5) y Valga (13,4 euros por habitante), además de los ya consignados de Vilanova y Cambados.

Mención aparte merecen los municipios de Ribadumia, Pontecesures y Meaño, que tienen sus cuentan saneadas y han saldado todas sus deudas. En el caso de Meaño, en los datos publicados por el departamento que dirige Cristóbal Montoro sí figuran 173.000 euros pendientes de abonar, pero la alcaldesa, Lourdes Ucha lo atribguye a un error, alegando que Meaño terminó de amortizar todos sus créditos pendientes hace ya unos cuantos meses.

Las cifras hechas públicas por el Ministerio recogen también los gastos que realizan los ayuntamientos en diversos capítulos, como los programas de promoción y protección social (ayudas al estudio, servicios sociales) o en gastos generales (electricidad, nóminas, abastecimiento de agua). En el primer caso el montante global de la comarca supera los 13 millones.

Faro de Vigo