Una freidora provoca un incendio en un bar de Pontecesures.

La alarma surgió esta mañana en Pontecesures. En el bar O Choco, situado en la plaza de Os Valeiros, en Porto, la cocina se vio envuelta en llamas al incendiarse una freidora. El fuego no fue a más gracias a la intervención de los propietarios del local, de modo que cuando llegaron los efectivos de extinción de incendios ya estaba controlado. Hasta el lugar se desplazaron los Bombeiros do Salnés, el GES de Valga, Guardia Civil y Policía Local y Protección Civil de Pontecesures. No hubo que registrar daños personales.

La Voz de Galicia

Un extraño reflejo de abandono en el espejo del Ulla.

La maleza que trepa por el muelle, las barandillas descoloridas y los baches quitan brillo a un rincón emblemático.

Primero fue el puerto. Pontecesures no existiría si no fuese porque, justo allí, el río Ulla ofrecía a los navegantes del pasado un lugar en el que descargar las mercancías llegadas de lejanos lugares y sustituirlas por productos procedentes de tierra adentro. Aquellos buenos tiempos de trasiego comercial quedaron atrás hace mucho. También han pasado años desde que los bares de copas animaban la zona. Ahora, el lugar en el que el Ulla cruza la villa se ha convertido en un espacio tranquilo, poblado por vecinos que salen a caminar, por los valeiros que se dedican a la captura de la lamprea, por los trabajadores del pequeño racimo de empresas ancladas, modestamente, alrededor de la Nestlè.

A simple vista, la zona presenta un aspecto desangelado. En la postal no hay nada, ningún elemento que sobresalte al ojo. Sin embargo, el conjunto parece revestido de una sutil pátina de abandono. Asoma en la pintura ajada de la barandilla del puerto. Se deja sentir en las zonas verdes, donde la hierba tiene unos centímetros de más y las columnas, por las que deberían trepar plantas, verde de menos. Ese descuido se exhibe sin pudor en las cinco farolas rotas del paseo marítimo.

La suma de todos estos detalles explica por qué María del Pilar, que pasea todos los días por la zona, no atina a darle más que un «regular» a este espacio. Ella, que conoce bien el recorrido, nos invita a mirar al otro lado de la barandilla que separa la tierra del río. Allí, la maleza campa a sus anchas: hasta hay árboles enraizados en el muro que se levanta sobre las aguas.

Colgados de él encontramos a dos valeiros. Hacen malabares sobre una escalinata metálica. «E aínda menos mal. Esa colocárona eles, porque aquí Portos non fai nada», explican José Manuel y Francisco, dos marineros que esperan a que el río se calme para poder largar los butrones para la lamprea. La alcaldesa de Pontecesures, Cecilia Tarela (BNG), está de acuerdo con ellos. «Levámoslle pedido varias veces que corten a maleza, que pinten as barandilla, que arranxen unhas fochancas que hai, que arranxen as luces que fallan, pero aquí non se fai nada», argumenta la regidora. Portos afirma que realiza «trabajos periódicos de mantenimiento», pero desde la alcaldía aseguran que «o que fan non é mantemento, é limpeza, e só na beirarrúa do río».

Lo cierto es que esa acera -y también la otra- están limpias. Sorprende no encontrar en todo el camino ningún excremento de perro. «Pois algúns hai, e aínda bastantes», cuenta Cándido, señalando las hierbas altas de las zonas verdes que los perros han convertido en sus particulares baños. Eso sí, «cada día hai máis xente que recolle o que ensucian os animais», señala. A su lado, apuntan a los badenes instalados en la carretera como otro problema de la zona. «Son moi altos, e os camións fan moito ruído». Sin embargo, sobre ese asunto no hay unanimidad: «Falta facían. Aínda con eles os coches van como tolos, se non estiveran…».

La Voz de Galicia

La fiscala pide penas de hasta diez años para una red que distribuía cocaína en Padrón.

La sección compostelana de la Audiencia Provincial sentará mañana en el banquillo de los acusados a un grupo de cinco personas acusado de pertenecer a una red dedicada a la venta de cocaína en Padrón y comarca y al blanqueo de capitales.

Los cabecillas del grupo son J. M. S. B., un vecino de Guillán (Vilagarcía de Arousa), al que la fiscala del caso, Marta Sixto Tejo, considera como el suministrador de la droga, que después F. B. A., vecino de Padrón, se dedicaba a vender al por menor en Padrón y sus alrededores. Para ambos el ministerio público solicita una pena de seis años de cárcel y multa de 16.558,90 euros por un delito de tráfico de drogas, pero al vilagarciano, además, también se le ha imputado un delito de blanqueo de capitales por el que se le solicitan otros cuatro años de prisión y la multa de 769.070,42 euros.
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Además, también están acusados de blanqueo de capitales la esposa de J. M. S. B. -el principal acusado-, M. L. A. O., y otras dos personas a cuyo nombre se compraron dos vehículos de alta gama, adquisiciones que, junto a las de bienes inmuebles y muebles, habría hecho el suministrador de la droga que vendía el grupo para incorporar sus ganancias ilícitas al circuito económico legal.

Un paquete de 118 gramos

Los hechos que ahora van a ser juzgados se remontan a los meses de marzo, abril y mayo del 2009. Al menos en estas fechas -según la fiscala- el vilagarciano J. M. S. B. era uno de los principales suministradores de droga de F. B. A., que después la vendía en Padrón y comarca. El día de la detención de este último, el 12 de mayo del 2009, tenía en su poder un paquete envuelto en plástico con 118,76 gramos de cocaína con una pureza del 41,18 %, cuyo valor en el mercado negro sería de 5.776,30 euros.

Posteriormente se registró su piso y se hallaron varias hojas con anotaciones de contabilidad, un plato con una sustancia blanca, un bote con varias pajitas en su interior, dos balanzas de precisión, así como recortes plásticos y útiles para la manipulación de droga.

En la vivienda de J. M. S. B. y su esposa M. L. O. A., en Vilagarcía, se hallaron cuatro móviles, libretas con anotaciones de nombres y cantidades, un GPS, dos cajas de walkies, un BMW X5, un Audi A4 -ambos coches a nombre de otras personas-, una motocicleta Yamaha XP 500 y 31.485 euros en billetes de 100, 50, 20, diez y cinco euros. Además, al matrimonio la investigación le halló fondos también no justificados con sus ingresos por valor de 384.535,21 euros.

La Voz de Galicia

Quince colegios e institutos arousanos han creado clubes de lectura en los que devoran libros un centenar de alumnos.

A la larga, agradecerán que en el programa de estudios de las clases de Legua Española o Lingua Galega se incluyan lecturas obligatorias. De otra manera, a lo mejor nunca se habrían animado a leer El Quijote de Cervantes o A esmorga de Eduardo Blanco-Amor. Pero no cabe duda de que una cosa es leer una novela por obligación, de la que luego hay que dar cuenta en un examen, y otra es hacerlo por amor al arte. Lo segundo es siempre más satisfactorio, y a eso es a lo que se dedica el centenar de alumnos que en la comarca se han sumado a los clubes de lectura que en los últimos años han puesto en marcha quince centros arousanos. Todos ellos siguen la máxima de que «un niño que lee es un adulto que piensa», y desde luego, los que forman parte de esos foros de debate en torno a la literatura estarán más preparados el día de mañana para poner en práctica un pensamiento crítico.

Ayudas de Educación

La Consellería de Educación acaba de renovar las ayudas que otorga a los centros de estudios que cuentan con clubes de lectura, una iniciativa en la que tanto importa la voluntad de los profesores que se animan a emprender ese proyecto como los alumnos que se suman, porque asociarse a ellos es voluntario, ya que no cuenta en el expediente y las actividades que realizan no son evaluables. En total, los centros de estudios de la comarca recibirán 21.000 euros que se destinan, sobre todo, a la compra de volúmenes para los colegios O Progreso de Catoira, para el CPI de Pontecesures, la escuela de idiomas de Vilagarcía o los institutos Ramón Cabanillas y Asorey de Cambados, As Bizocas de O Grove, el IES de A Illa, el instituto de Meaño y el de Valga, el de A Basella y Faro das Lúas en Vilanova y los cuatro de Vilagarcía -Armando Cotarelo, Castro Alobre, Bouza Brey y Miguel Ángel González-, que son los centros que cuentan con clubes de lectura en Arousa.

El instituto de A Illa es uno de ellos. Cuenta con estos foros literarios desde hace unos ocho años; así, en plural, porque disponen de uno para los alumnos de primero y segundo de ESO y de otro para los estudiantes de tercero y cuarto. Las responsables son las profesoras Begoña Caballero y María Fe Souto, y como recuerda la segunda, «durante tres anos tamén tivemos un para adultos, sobre todo pensado nos pais, pero ao final disolveuse».

Los alumnos, asesorados por los profesores, eligen las lecturas, y luego se reúnen todas las semanas para comentar los libros. «Procuramos que teñan versións cinematográficas, porque as visualizamos e dan máis xogo», indica Souto, profesora de Ligua Galega en el IES de A Illa. Los estudiantes, por supuesto, tienen sus predilecciones. «Os máis pequenos prefiren o fútbol, e tamén historias románticas». Los mayores son algo más exigentes; los isleños están leyendo el clásico Drácula de Bram Stoker, y eso que no es una lectura fácil. Pero a la larga lo agradecerán, aunque no el conde no se examine.

La Voz de Galicia

Donaciones de sangre en Valga.

El Centro de Transfusión de Galicia envía a Valga una de sus unidades móviles para recoger las donaciones de sangre de los vecinos.

El vehículo va a situarse frente a la casa consistorial entre las 10 y las 14 horas, mientras que desde las cuatro de la tarde las donaciones podrán realizarse ante el Auditorio Municipal de Cordeiro. La unidad móvil permanecerá operativa allí hasta las nueve de la noche.

Los pasos bajo la vía del tren, el único problema registrado en Valga.

Los efectivos del GES de Valga estuvieron ayer pendientes de los ríos Valga y Louro, que el día anterior se habían desbordado provocando problemas en varios puntos de la localidad. Sobre todo, en A Devesa, donde ayer aún había agua en algunas pistas aunque «se pode circular con normalidade», según señalaba el responsable del servicio, Juan Otero Caamaño. Así lo señalaba también José Luis Romai, uno de los vecinos más afectados por las crecidas, quien ayer hacía votos para que la jornada de hoy no resulte tan fiera como la pintan. Por lo demás, en Valga permanecieron cerrados los pasos bajo la vía del tren. En esos puntos se seguían acumulando importantes cantidades de agua.

La Voz de Galicia