El puente interprovincial sobre el río Ulla.

El primer dibujo que ilustra estas páginas es un hermoso trabajo a plumilla que data del siglo XVIII. En él se ve parte del lugar padronés de A Ponte (o Puente Cesures), con el emblemático puente interprovincial que separa Padrón de Pontecesures, y las provincias de A Coruña y Pontevedra.

A Ponte sigue manteniendo el mismo espíritu que hace dos siglos, con ligeras diferencias, alguna construcción más y un nuevo pantalán. El abandono de los márgenes del río Ulla es notorio, y al fondo, el puente sigue pétreo, con más tránsito que hace doscientos años atrás.

TIERRAS DE SANTIAGO, 30/11/10

Aparecen nuevos restos en la plaza padronesa de Cela.

Levantar una piedra en Padrón es encontrarse con un resto histórico. Así lo están comprobando técnicos y arqueólogos que están realizando los sondeos previos a la colocación de contenedores subterráneos. Primero, fue junto a la biblioteca y ahora, en la plaza de C.J. Cela, donde se descubrió parte de la antigua calle a 1,30 metros y restos de una estructura. El Concello espera el informe de Patrimonio.

EL CORREO GALLEGO, 26/11/10

Los restos aparecidos en Padrón pertenecen a una de las casetas en las que pesaban mercancías.

Había tres en la villa y la antigüedad de esta podría situarse a inicios del siglo XX.

La estructura antigua aparecida en la cata arqueológica realizada por orden de la Dirección Xeral de Patrimonio en el jardín de la biblioteca municipal de Padrón pertenece, casi con toda seguridad, a una antigua caseta ubicada en este punto, en la que estaban las básculas que pesaban las mercancías que llegaban a la capital del Sar y se vendían en su mercado. Así lo desveló ayer el concejal de Cultura de Padrón, Eloy Rodríguez Carbia, quien situó la fecha de los restos en torno a los primeros años del siglo XX aunque, con toda probabilidad, sustituyeran a otra estructura más antigua, de la época medieval.
Así, las piedras aparecidas podrían formar parte del antiguo sistema de la propia pesa. Rodríguez Carbia señaló que cualquier persona de la villa o de la comarca de una edad considerable, 80 años, por ejemplo, se acuerda de la existencia en la villa de tres casetas similares, destinadas al pesaje de las mercancías que se vendían en la villa. Las otras dos se situaban en otras tantas zonas de entrada a la localidad, una en el entorno del puente del Carmen y la otra en A Matanza. Los arqueólogos harán un informe para Patrimonio, que decidirá si ese punto del Campo do Souto es apto o no para la instalación de los contenedores subterráneos.
Entretanto, los vecinos de las calles Murgadán y Corredoira da Barca tienen listo un escrito para remitir a Patrimonio en el que, refrendado por firmas, explican que la primera de las vías está dentro del trazado del Camino de Santiago, al tiempo que recuerdan que cuando se construyó uno de los edificios aparecieron «restos arqueológicos en el subsuelo» y tuvieron que parar la obra.
Ahora, cuentan los afectados, el Concello pretende hacer una excavación para albergar una instalación de dos metros de ancho por nueve de largo en un punto en el que «es sabido que existen restos arqueológicos». Por ello, piden a Patrimonio que paralice la obra en la calle Murgadán y que los contenedores se sitúen fuera de la misma. Los vecinos elaboraron un montaje fotográfico de cómo quedaría la zona con la ubicación de los contenedores frente a la pared del antiguo grupo escolar, propuesta que consideran la más idónea ya que, dicen, no afecta a viviendas ni al tráfico.

LA VOZ DE GALICIA, 18/11/10

Los arqueólogos apuestan por destapar el tesoro escondido en el lecho el Ulla.

Un submarinista en aguas del Ulla, durante las prospecciones.

El río Ulla esconde importantes secretos y valiosos testimonios de culturas pasadas. Los arqueólogos así lo indican, y su intención es hacer todo lo posible para sacar a la luz esas joyas patrimoniales y arqueológicas que se esconden en el lecho fluvial.
El proyecto de investigación arqueológica que se desarrolla en Valga, y más concretamente en Agramar, Cortinallas y los ríos Ulla y Valga, comenzó en septiembre de 2007, cuando el grupo de investigación «Arqueopat», de la Universidade de Santiago, desarrolló lo que de denominó «Propuestas de actuación histórico-arqueológicas para el Concello de Valga», bajo supervisión de los profesores Fernando Acuña Castroviejo y Raquel Casal.
Un año después, la Universidad y la empresa de servicios subacuáticos Argos realizaban prospecciones con el fin de «poner en valor» el patrimonio histórico-cultural del Ayuntamiento valgués, que ahora espera con impaciencia el desarrollo de la segunda y puede que definitiva fase, la de las excavaciones terrestres y fluviales que sirvan para redescubrir la llamada «Turris Augusti» y un viejo embarcadero que utilizaron los romanos.
Durante las prospecciones efectuadas hace dos años se analizó de forma minuciosa una superficie de 50 hectáreas de tierra y agua, «tratando de descubrir la riqueza cultural y patrimonial de la zona», explican en la empresa Argos.
La «Turris Augusti»
La intención de los investigadores no era otra que «localizar posibles restos asociables a la Turris Augusti, un monumento memorable mencionado por Pomponio Mela, autor romano del siglo I después de Cristo».
Se trataba, o al menos eso se cree, de «un monumento honorífico al emperador Augusto, erigido, probablemente por los Irienses, en el río Ulla, frente a la desembocadura del Sar».
Paralelamente, las prospecciones trataban de «recabar datos sobre el histórico comercio y la navegación fluvial».
Durante el desarrollo del proyecto pudieron participar estudiantes de la Universidade de Santiago, que incluso efectuaron prácticas profesionales y desarrollaron variadas técnicas de prospección, recogida de datos de campo y localización de documentos histórico-arqueológicos relacionados con la toponimia, el folclore y la tradición oral asociada.
Los resultados
Fue así como, después de un intenso y complejo trabajo, tanto dentro del cauce fluvial como en sus orillas, se consiguieron unos resultados francamente esperanzadores y vitales para la continuidad de este proyecto arqueológico.
En concreto, tras prospectar exhaustivamente una zona fluvial de 5.500 metros cuadrados se recuperaron «alrededor de 70 fragmentos cerámicos de época romana, medieval y moderna (…), seguramente llevados a esta zona por el arrastre de las corrientes y que dan fe del intenso tráfico comercial que tuvo en el pasado esta vía fluvial». Entre esos fragmentos destacan los trozos de ánforas, de diferentes estilos, épocas y culturas.
Prospección fiable
De este modo, y a pesar de las dificultades derivadas de la escasa visibilidad y las fuertes corrientes, «se ha logrado desarrollar, por primera vez en Galicia, una metodología de prospección visual fiable y rigurosa del lecho del río Ulla».
En Argos apuntan igualmente que «pese al éxito obtenido, se puede suponer la existencia de más materiales arqueológicos bajo la sedimentación de arena y fango que presenta el río en este tramo, y que una prospección visual superficial no permite alcanzar en su totalidad», de ahí la conveniencia de ampliar el proyecto y llevar a cabo las excavaciones necesarias.
Paralelamente, «en la parte terrestre se han prospectado unas 20,1 hectáreas, documentándose una nueva estación rupestre, con cazoletas, en un soporte granítico destacado en el entorno; un área con material arqueológico de época medieval, relacionable con la explotación agraria en el entorno del núcleo rural cercano de A Devesa; y un yacimiento arqueológico nuevo, no catalogado».
En este último caso «hay abundante material de la época romana y muros perimetrales asociados», todo ello en un punto que ofrece «un claro dominio visual y de control de la desembocadura del Sar y la subida por el río Ulla hasta Pontecesures».
Esa estratégica situación y el tipo de amurallamiento podrían indicar la utilización de este espacio con fines defensivos, y «paradójicamente, se sitúa en el área en la que el autor romano Pomponio Mela sitúa la Turris Augusti», apostilla Argos.
También podría tratarse de los restos de un puerto fluvial, «similar a otros en bancada de época romana, como los de Zaragoza, Frejus, Londres o Tortosa».
Como ya se explicó hace unos días, a raíz de la charla informativa en la que se dio cuenta de todo el trabajo realizado hasta ahora, el enigma de la «Turris Augusti» ha movilizado esta campaña arqueológica.
La apuesta del alcalde
Si todo sale según lo previsto y el año que viene se afrontan las excavaciones previas a la recuperación de los principales «tesoros» escondidos en el río, el Concello de Valga verá considerablemente incrementado y reforzado su patrimonio cultural y etnográfico.
Pero en caso de conseguirlo, y el alcalde, José María Bello Maneiro, confía en que así sea, no será solo un éxito para este ayuntamiento, sino que se tratará de un gran logro para el conjunto de Galicia.

FARO DE VIGO, 10/10/10