La Casa de Cultura «Roberto Blanco Torres» de Cuntis acoge hoy a las 20 horas la presentación de este libro. La obra aborda la vida de Carolina Otero «La Bella Otero», desde una perspectiva de mujer libre y empoderada. Además del autor en la presentación también estará presente la presidenta de la Rede Galega de Igualdade, Carmen Cajide, y la magistrada especialista en violencia de género, Paz Filgueira.
El autor señala que la obra busca aportar una visión nuevo de Carolina Otero «afastada da que está presente na memoria colectiva». En la obra se destaca la capacidad de la superación de la valguesa, que se vio obligada a abandonar de muy jovern su localidad natal tras una agresión sexual.
‘Mala Cosecha’, de Natalia Monje, dedica un apartado a este mito tras hablar con gente mayor del municipio // El ensayo reúne varios sucesos oscuros investigados en toda España // Muchos son gallegos, situados en Viveiro o Vigo.
La periodista e historiadora coruñesa Natalia Monje ha aglutinado en su libro Mala Cosecha
(Editorial Odeón) numerosos sucesos oscuros investigados durante años a
lo largo de toda España, de los que muchos de los más aterradores
llevan sello gallego. Una parte de su ensayo está redactado a partir de
conversaciones con gente mayor del Concello de Valga, en concreto sobre
el mal de ojo. «Ese poder que poseía un individuo normal para provocar
desgracias en otro ser sólo con mirarlo, una creencia popular que sigue
muy vigente», explica la autora. «Una de las cosas que me sorprendió es
que la gente dice que muchas personas echan mal de ojo sin querer
simplemente porque tienen una mirada fuerte que puede hacer el mal y por
eso llevan unas gafas de sol siempre», apuntó Monje. De ahí proviene la
historia del señor que siempre iba al mercado con las gafas de sol y
cuando se las levantó el buey que tenía delante se cayó desplomado y
muerto. «Esto en los pueblos de Galicia te lo cuenta todo el mundo»,
asegura la periodista.
Su ensayo dedica largas páginas a los bebedores de sangre, un campo
en el que se mezclan la realidad y las creencias, pues estos actos
salvajes derivan de los consejos arrojados por algunos curanderos del
siglo XIX que creían que bebiendo sangre humana, sobre todo de niño,
podría curarse la tuberculosis, explica Natalia Monje. «Era una época de
muchas hambrunas, en la que los médicos recomendaban a la gente con
anemias ir a los mataderos para que les dieran vasos de sangre y
reponerse así de esta dolencia, una cura que se aplicó equivocadamente a
la infección mortal para la que no había tratamiento». Un ejemplo real,
documentado y juzgado, fue el ocurrido en Agolada (Pontevedra), en el
que se demostró que el asesinato había sido realizado por un móvil
vampírico.
El pueblo comenzó a buscar a un niño de 19 meses que había
desaparecido. «En aquella época los niños, incluso tan pequeños, jugaban
solos delante de las casas», narra la escritora. Entonces, «lo
encontraron enterrado en estiércol en la casa de sus vecinos. Estos lo
habían secuestrado, lo habían asesinado y, como ellos mismos confesaron,
le habían sacado la sangre para que la bebiera uno de los miembros de
la familia, un joven de quince años que tenia tuberculosis».
A raíz de escándalos como este, se creó una verdadera «histeria
social», en la que la gente, con el «ánimo muy avivado», comenzó a
rumorear sobre la existencia de vampiros. Muestra de ello fue un caso
acaecido en Vigo también en el siglo XIX, en el que un hombre invitó a
una niña a tomar un helado y de pronto la muchedumbre lo rodeó al grito
de «¡Es el vampiro!». Tras la acusación popular y un intento de
agresión, la guardia lo rescató y corroboró que el sospechoso no había
cometido ningún crimen, detalla la autora.
También describe en su libro una denuncia interpuesta por unos boticarios de Viveiro en el siglo XIX a raíz del rumor que decía que ellos mataban a personas para sacarles la grasa y hacer medicamentos. Nunca se evidenció tal cosa.
Una veintena de agentes de viaje procedentes de Rusia iniciaron ayer en Sanxenxo un Fam Trip –si quieren saber lo que es, mírenlo en un libro gordo– que les llevará a lo largo de esta semana por mucho recunchos de Galicia para conocer todos los valores do Camiño de Santiago y sus principales rutas. Esta acción, cofinanciada por la Xunta dentro del programa O Teu Xacobeo, pretende promover la comercialización exterior del Año Santo y cuenta con la organización y dirección de la mayorista Viajes InterRías, compañía gallega líder en España en los mercados de grupos y circuitos turísticos. Durante cuatro días, los profesionales rusos visitarán O Cebreiro, Lugo, Ourense, A Ribeira Sacra, San Cristovo de Cea y el mosteiro de Oseira, A Coruña, Fisterra y Pontecesures. También cubrirán un tramo de la Ruta Jacobea para entrar en el Obradoiro como unos peregrinos más. La presentación de esta campaña tuvo lugar ayer en el Gran Talaso Hotel Sanxenxo, donde los especialistas de Viajes InterRías –en la foto– explicaron a la delegación rusa, con apoyo audiovisual, las particularidades del mercado turístico gallego.
Este viernes presenta en el auditorio el libro ‘Os sons do pobo. Bandas de música nas Terras de Iria’ // Se trata de un completo trabajo de investigación que va desde los orígenes de las formaciones, a finales del s. XIX, hasta nuestros días.
El político e historiador de Padrón, Eloy Rodríguez Carbia, presenta este viernes su último libro Os sons do pobo. Bandas de música nas Terras de Iría.
Se trata de un completo trabajo de investigación que el autor define
como «un traballo de recuperación da memoria da historia musical do
Concello. Un traballo sinxelo e dirixido a todos os públicos».
Tres años y medio ha tardado Rodríguez Carbia en recopilar toda la
información y documentación para poder contar la historia de la banda de
música de Padrón desde sus orígenes, a finales del siglo XIX, hasta
nuestros días. «Arranco no ano 1857, coas primeiras bandas de música en
Iria e Padrón, agrupacións que se creaban para os actos das festas, as
liturxias…». El autor hace referencia a varias agrupaciones surgidas
en Lestrove (Dodro) como el verdadero inicio de la creación de la
formación padronesa. «Chamoume a atención que os membros destas bandas
tiñan o seu oficio, como por exemplo o de barbeiro, e adicaban o seu
tempo libre a tocar en diferentes lugares. Despois trasmitían este amor
pola música de xeración en xeración». precisa.
En su trabajo, el historiador padronés sitúa el nacimiento de la
primera banda de música de Padrón entre los años 1886 y 1890. Aquí habla
de la influencia de un gaiteiro, Clemente Arias, maestro de piano de
Rosalía de Castro y que emigró a Buenos Aires, como uno de los
impulsores.
En su trabajo, Carbia sitúa como punto de inflexión los años 40 y 50
del pasado siglo XX, cuando el entonces alcalde, Ramón Pazos, veía
necesaria la creación de una banda de música para la villa. Es en esos
años cuando se contrata al primer director para dirigirla en las Fiestas
de Pascua, la Semana Santa o los actos de hermanamiento con Santiago,
Rianxo e incluso, en aquellos tiempos, con A Estrada y Silleda.
Pero en la última década del siglo XX, a principios de los años 90,
llegarían las primeras crisis y desavenencias entre el Concello y la
agrupación. Así en la época en la que era alcalde Jesus Villamor
desaparecía la formación municipal que sería recuperada años más tarde,
cuando precisamente Rodríguez Carbia (entre 2004 y 2008) era concejal de
Cultura. «Era unha débeda histórica recuperar unha banda con máis dun
século de vida», explica el escritor.
Son muchas las anécdotas, nombres, personalidades que forman parte de Os sons do pobo. Bandas de música nas terras de Iria,
y que su autor presentará en el auditorio padronés a las 20.15 horas de
este viernes, 11 de octubre. Eloy Rodríguez no estará sólo, sino que
acudirá arropado en el acto por el secretario xeral de Política
Lingüística, Valentín García; el compositor Juan Durán Alonso y el
alcalde padronés, Antonio Fernández Angueira. Como no podía ser de otra
forma, el acto finalizará con la Banda de Música Municipal de Padrón.
El libro de Carbia está patrocinado por la Diputación Provincial y Política Lingüística. Un total de 2.000 ejemplares serán repartidos gratuitamente en los hogares y las bibliotecas escolares.
El IES de Valga, donde cada curso se
desarrollan importantes programas en pro de la igualdad, volvió a
concentrarse ayer como consecuencia de un terrible crimen machista. Esta
vez los alumnos y profesores lloraban la muerte
no solo de Elena Jamardo Figueroa, Sandra Boquete y su hermana Alba,
que estudió en este centro. También mostraban su pesar por todas las
víctimas de esta lacra social que no deja de sembrar desconsuelo en todo
el país.
Antes de guardar un emotivo minuto de silencio, tres alumnos dieron lectura
a otros tantos textos por la igualdad, entre ellos un poema de Luzmaría
Jiménez Faro que habla de «una hilera de enlutadas sombras;
siemprevivas calladas y siempremuertas».
Se
trata de «Ellas, las asesinadas», una poesía del libro «Mujer sin
alcuza» en la que se rinde tributo y homenaje a «mariposas de invierno
en alfileres» y «alondras tristes para siempre mudas» a las que
«sellaron sus bocas con pétalos de sangre», esculpiendo sus risas «sobre
mármoles fríos».
Mujeres «que
levantan sus voces en la ausencia esperando una luz que las redima del
terror, de la injuria y de la fuerza» que, como Sandra Boquete, dejan a
sus hijos «a solas en el aire».
Como
igual de representativo fue el texto de Marta Dacosta leído a
continuación. Ese que dice que «non é amor ese velo de sombra, non é
amor a negación do soño, non é amor o desprezo estridente, non é amor a
voz que todo o cala».
Tras esta muestra de cariño con las víctimas y este llamamiento desesperado a la implicación de la sociedad
en la lucha contra la violencia de género, el alcalde de Valga, José
María Bello Maneiro, volvió a condenar el trágico crimen ocurrido el
lunes en su pueblo; uno más.
Acompañado
de otros miembros del gobierno valgués, y con un lazo negro en la
solapa, el regidor aprovechó para recordar el crimen machista ocurrido
hace seis meses en la localidad y decir que «nadie podía pensar que esto
pudiera ocurrir de nuevo en un ayuntamiento tranquilo y sin problemas
entre los vecinos como el nuestro». Aunque de inmediato insinuó que eso
de las buenas relaciones vecinales no se daba en esta ocasión, en una
clara referencia a la actitud de José Luis Abet con los residentes en el
lugar de Carracido.
Confirmó también que «no existía denuncia previa por malos tratos» y mostró su cariño hacia los niños y ahora huérfanos de madre, de los que dijo que «la decisión adoptada es que sigan viviendo con sus familiares directos».