Roban y causan daños en la plaza provisional de Pontecesures.

Una o más personas accedieron durante la pasada madrugada al interior de la carpa que hace las funciones de plaza de abastos temporal en Pontecesures, y además de robar algunos artículos causaron diversos daños. Incluso llegaron al extremo de tirar una pared de ladrillo que los obreros que están realizando las obras en la plaza anexa habían levantado por el día, donde se va a abrir la Casa da Lamprea.

El exconcejal Luis Sabariz se hace eco de los destrozos, que han causado una gran preocupación entre los vendedores de la plaza. El edificio que acoge el mercado está siendo remodelado, y entre tanto los puestos de venta se han trasladado a una carpa. Los causante de los destrozos accedieron al interior de la misma, y según Sabariz no solo se limitaron a robar algunas botellas de bebidas y otros productos que encontraron, sino que tiraron por el suelo la fruta que tenía uno de los puestos.

Además, se sospecha que fueron esas mismas personas las que tiraron la pared de ladrillo de la futura Casa da Lamprea, cuya construcción está cofinanciada por la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento de Pontecesures, al igual que la reforma de la plaza.

Fueron los obreros que están haciendo la obra quienes se percataron de lo sucedido a primera hora de la mañana de ayer, por lo que dieron aviso a las autoridades y procedieron a recolocar la pared.

En Pontecesures hay Policía Local, pero no tiene horario de noche, y el cuartel de la Guardia Civil más próximo está en Valga, pero debido a sus dimensiones tampoco cuenta con servicio permanente.

Faro de Vigo

Afrontan la limpieza y reparación de la pista polideportiva pontecesureña.

Se suma a las mejoras introducidas o comprometidas en al zona portuaria

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Trabajos de limpieza en la pista polideportiva de Pontecesures, ayer.

Los operarios se ocupan estos días de la limpieza y acondicionamiento de la deteriorada pista polideportiva del Concello de Pontecesures que se sitúa a orillas del río Ulla.

Se trata de una vieja reivindicación, junto con otras muchas relacionadas con este importante pero abandonado espacio, planteadas en repetidas ocasiones durante los últimos años, tanto a manos de concejales ya «retirados», como Luis Sabariz, como aún en activo.

A este respecto hay que destacar las mejoras llevadas a cabo ya o las comprometidas en los últimos meses a instancias del alcalde, Juan Manuel Vidal Seage, y el presidente de Portos de Galicia, José Juan Durán Hermida.

La reforma de la pista polideportiva forma parte del plan de acondicionamiento integral de la fachada portuaria pontecesureña.

Faro de Vigo

Las mejoras en el apeadero de Padrón son reclamadas desde Pontecesures y Catoira.

En la estación de tren padronesa colocaron megafonía y un panel digital con información sobre los horarios -Sabariz reclama un trato similar en el margen pontevedrés del Ulla.

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El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha procedido a la colocación de megafonía con la que anunciar la llegada y salida de trenes en la estación del municipio coruñés de Padrón, donde también se instala un panel informativo alfanumérico con los horarios. Así lo anuncia Luis Sabariz Rolán, miembro de la plataforma en defensa del tren de cercanías, quien se felicita por estas mejoras pero aprovecha para reclamarlas también para los apeaderos de Catoira y Pontecesures.

Explica el pontecesureño que «la estación de ferrocarril de Padrón lleva varios días con estas importantes mejoras, por lo que ahora esperemos que se instalen el panel y la megafonía con toda celeridad en las estaciones de Catoira y Pontecesures, ya que a finales de 2010 los tres concellos solicitaron al ADIF la instalación de tales elementos informativos y de seguridad, sin que hasta ahora se colocaran los mismos».

En el caso concreto de Pontecesures «se reclamaron las mejoras para corregir las deficiencias y peligros que se producen en la estación de tren, relacionados con la falta de información sobre la vía por la que llegan los convoyes», explica.

Lo que quiere decir es que por delante del edificio de la estación pontecesureña pasan dos vías, «y habitualmente los trenes que circulan en cualquiera de las dos direcciones estacionan en la vía del andén principal, donde están los viajeros esperando para subir al ferrocarril».

Pero cuando se produce un cruce de trenes en la zona «surgen los problemas-asegura-, ya que los usuarios desconocen con antelación la vía por la que llegará y el andén que tienen que ocupar para poder entrar en los vagones».

Parece que «esta situación provoca frecuentes quejas de los usuarios, ya que no solo genera confusión, sino que supone un enorme peligro para ellos, pues tienen que cruzar las vías para cambiar de andén».

Luis Sabariz incluso sugiere que «a diario se aprecian las dificultades que tienen las personas para cruzar los raíles con los trenes estacionados; y son mayores cuando se trata de personas de edad avanzada o que llevan niños o viajan cargadas con equipaje».

Es por todo ello que «el sistema de información por megafonía desde el puesto de mando, junto a los paneles informativos alfanuméricos, pueden evitar todos estos problemas, ya que permiten que los usuarios del tren puedan conocer con antelación la vía por la que van a llegar los convoyes e incluso se les informa sobre cualquier incidencia relativa al servicio, como demoras en las llegadas o salidas o entrada en vigor de nuevos horarios».

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«Aumenta el número de usuarios».

Como portavoz que fue de la comisión en defensa del tren de cercanías, cuando este colectivo más se hizo oír, Luis Sabariz está considerado un buen conocedor de todo cuanto rodea a la actividad ferroviaria en el eje Vilagarcía-Santiago. Y desde ese conocimiento asegura ahora que «está aumentando el número de usuarios del tren» en las estaciones de Padrón, Pontecesures y Catoira, por lo que considera que introducir mejoras como paneles informativos con los horarios o megafonía que alerte de incidencias y movimientos de trenes resulta muy positivo para el servicio, además de ser «algo muy bien valorado por todos los usuarios».

Faro de Vigo

Pintadas, abandono y discriminación.

Aunque se felicita por las mejoras en el apeadero de Padrón, Luis Sabariz aprovecha para alertar de que tanto ese edificio como los de Catoira y Pontecesures «deben ser acondicionados». Y es que «las pintadas y la falta de mantenimiento de edificios y andenes llama realmente la atención -denuncia-; no se puede admitir que los usuarios del ferrocarril de estas villas estén discriminados respecto a los de las grandes ciudades».

Faro de Vigo

«He tenido que detener a gente que conocía; alguno me dejó de saludar».

El vilagarciano se jubila tras 45 años de servicio, los últimos cinco como jefe de la comisaría compostelana.

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Discreto y sencillo, a Simón Sabariz Rolán (Vilagarcía, 1951) siempre le ha gustado pasar desapercibido. Tanto, que esta es la primera vez que concede una entrevista en toda su extensa y laureada carrera. Y la última, porque se jubila después de 45 años y medio de servicio. Los que no le conocen solo saben de él que una vez se quedó en calzoncillos y saltó al mar para detener a un caco que huía a nado en Cambados. Pero en su amplio historial hay más. Muchos desvelos y operaciones importantes, muchas de ellas contra el contrabando de tabaco y el narcotráfico en la ría Arousa que le vio nacer. Ahora son anécdotas que solo comparte con los suyos y con una taza de vino de por medio, como cuando en los años 80 detuvo a uno de los grandes contrabandistas gallegos por primera vez y fue a registrar su casa. Además de otras pruebas, en un zócalo encontraron unos cartones de rubio de batea y el contrabandista -y después narco- se fue hacia su esposa y le recriminó: «¿Pero cómo tienes esto aquí, no ves que es de contrabando?». Y como esta, cientos.

-Se jubila después de más de 45 años…

-Primero paso a segunda actividad tres meses antes de jubilarme, que lo haré al cumplir 65 años el 27 de octubre. Por motivos familiares me voy un poquito antes.

-¿Por qué se hizo policía?

-Creo que fue un poco vocacional. No es que tuviera mucha vocación al principio, pero después me enganché en este tema y se puede decir que fue vocacional, sí.

-Antes que en Santiago fue comisario y policía en otras ciudades, como en su Vilagarcía natal.

-En Vilagarcía siempre fui inspector jefe, porque ya llegué con esa categoría, a la que ascendí en 1978.

-¿Y antes dónde había estado?

-He pasado por �ibar, Ferrol, Marín, Pontevedra, Vilagarcía, Gijón, Ferrol y Santiago. Ese es el recorrido que hice. En Vilagarcía entré como inspector jefe, pero no quiere decir que fuera el jefe de la comisaría. Lo fui en el año 2000 y después ascendí y fui comisario en Gijón y en Ferrol, antes de llegar a Santiago que es mi último destino.

-Dicen que ustedes denunciaron lo que estaba ocurriendo en Arousa con la droga mucho antes de que el juez Garzón activara la que después se llamó operación Nécora. ¿No les hacían caso?

-Eso es un poco leyenda. Lo que sí es cierto es que nosotros empezamos allí por el tema del tabaco de contrabando. Nos dimos cuenta de que habíamos atajado aquello pero que quedó en un impás judicial porque la legislación europea no estaba muy de acuerdo con la española. Había creo que cien procesados por el tema del tabaco… Y después muchas familias que se dedicaban al contrabando se reconvirtieron y empezaron con el hachís y después pasaron a la coca. Algunas algo anduvieron con la heroína, pero pocas. Pero eso de que no nos hacían caso no es así. Nosotros empezamos allí con una investigación importante, lo que pasa es que en aquella época lo que teníamos entre manos sonaba así un poco de película…

-Igual pensaban que exageraban.

-Pues sí, posiblemente. Después se vio que no y ya llegó la Brigada Central de Estupefacientes, que trajo mucha gente.

-Imagino que a algún vecino o conocido le habrá tocado detener por su relación con el narcotráfico.

-Pues he tenido que detener a mucha gente que conocía. No eran amigos míos, pero sí era gente que conocía.

-¿Y eso cómo se lleva?

-Cuando fui a Vilagarcía todo el mundo me decía que tuviera cuidado porque yo era de allí y había nacido allí y eso me iba a crear problemas, pero la verdad es que jamás tuve ningún problema. El que es amigo mío, es amigo mío, y el que es conocido, llegado el caso de tener que actuar y si hay realmente pruebas no ya en el narcotráfico sino en cualquier delito, pues esto es un trabajo y te pagan por ello. Nunca me ha remordido la conciencia. Hay alguno que me dejó de saludar, pero tampoco me ha influido. Duermo todas las noches.

-Cuando llegó a Santiago le contaron el mantra de que esta es una ciudad tranquila, pero en su etapa no lo ha sido tanto.

-Todo el mundo define Santiago como una ciudad segura, y lo es, por eso cuando se producen cosas como las de estos años llaman más la atención.

-En cinco años ha pasado casi de todo…

-Bueno. Hubo el descarrilamiento del tren, el robo del Códice, que cuando lo sustrajeron yo no estaba aquí, y el tema puntual de Asunta, que lo llevó la Guardia Civil.

-Y un bebé asesinado en un congreso de una secta gnóstica…

-Bueno, pero podría haber ocurrido en cualquier otra parte. Pero en el mundo en el que vivimos estas cosas pueden ocurrir en cualquier momento. Recuerdo cuando en Vilagarcía mataron al niño aquel de Rubiáns. Oye, Vilagarcía es una ciudad tranquila, más allá de los problemas del narcotráfico, y aquello fue un mazazo total. Ocurrió allí como podía haber pasado en cualquier sitio. Quizás en Santiago ya hemos agotado el cupo de mala suerte, ¿no?

-¿Cómo está llevando estos días de despedida sostenida?

-Es difícil decir esto, pero después de tantos años creo estar preparado para esto, creo que yo estoy preparado para descansar. Soy amante de las cosas pequeñas, así que tampoco voy a hacer nada fuera de lo común. Pasear, leer, tomar un vino con los amigos, sentarme en una terracita a las once de la mañana para ver lo que escribís vosotros, los periodistas. Allí en la Marina, con el fresquito de la primavera y el verano y el sol que entra por la calle que hay entre la Comandancia y el ISM [en la Alameda de Vilagarcía].

-¿Y sorprendido por toda la gente que se apuntó a su comida?

-Esas cosas no dicen nada. Un acto sencillo para compartir mesa y mantel y echar unas risas.

«He tenido que detener a mucha gente que conocía. Hay alguno que me dejó de saludar»

«Es difícil decir esto, pero después de tantos años creo estar preparado para descansar»

«En Arousa a veces nos asustábamos de lo que teníamos entre manos por el narcotráfico»

Cuatro décadas de servicio dan para mucho. Para ver casi de todo. Desde delincuentes que se reinsertan en la sociedad, «no muchos pero conozco alguno que se ha rehabilitado», apunta Sabariz Rolán, hasta otros que detienen una y otra vez y que quedan en libertad tras pasar por los juzgados. «Puede generar alguna frustración, pero al final esto es como un juego. Hay un reglamento, nosotros nos atenemos a él, ejecutamos nuestro trabajo, ponemos a los delincuentes a disposición judicial y a partir de ahí hay un proceso en el que no nos vamos a meter. Y por mucho que nos preocupemos las cosas son como son», asegura. De Santiago se marcha con la sensación de que deja los deberes hechos y de que las necesidades de plantilla se resolverán pronto.

-¿Cuál diría que ha sido su mejor recuerdo en estas cuatro décadas de servicio?

-Son muchos. Pero sobre todo aquellas veces en las que hemos culminado con éxito operativos muy importantes, sobre todo contra el narcotráfico. Hemos hecho grandes investigaciones. Cuando llegué a Arousa a veces nos asustábamos de lo que teníamos entre manos por el narcotráfico. Era una comisaría muy pequeña y hasta dudábamos de si seríamos capaces de sacarlas adelante. Lo hicimos, y eso me produjo una gran satisfacción.

-¿Y el peor?

-Cuando no salen las cosas como tú quieres… Pero yo la verdad es que he tenido suerte y lo he pasado mal pocas veces.

-¿Aprovechará para nadar más ahora que se retira?

-Sigo nadando, sí. Nadando se mueven todos los músculos del cuerpo excepto el lóbulo de la oreja. También te comes mucho el coco. Haces cuarenta largos y te pasa trescientas veces la vida por la cabeza. Por eso los nadadores se queman tanto, porque es un deporte en el que siempre estás solo, sin hablar con nadie. Por otra parte, también es muy bonito y relaja un montón.

-¿Y el básquet, le dedicará ahora más tiempo?

-El básquet es mi otro hobby. Estuve 25 años de directivo del BBC y he pasado momentos muy buenos, pero también malos porque requiere recursos económicos y a veces no los hay. A veces no encuentras patrocinador y es mucha presión. Movíamos doscientos chavalitos, ¿eh? Los he llevado de aquí para allá, a todas partes, muchas veces hasta en mi coche. Entré porque mi hijo quería jugar al baloncesto y me pidieron que echara una mano y ahí me quedé enganchado.

La Voz de Galicia