La Pontecesures de las maravillas.

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Desde el primer consistorio, Richar Rivera (en el centro) trazó un paseo por la historia local.

Otero Acevedo, espiritista y pionero de la neurocirugía, fue uno de los personajes que revivieron con el roteiro histórico organizado por el Concello.

La biblioteca de Pontecesures está instalada en un edificio pequeño pero revestido, aún, de la dignidad que supone haber sido la sede del primer consistorio cesureño. Se antoja su ubicación un tanto extraña, allá arriba, al otro lado de la N-550 que divide la villa en dos. Claro que el viejo consistorio cobra sentido cuando Richar Rivera, el guía del roteiro histórico organizado con motivo de los 90 años del nacimiento del municipio, recuerda que la carretera general no llegó hasta mediados del siglo pasado. Cuando lo hizo, le cambió la cara al pueblo. Lo dividió, lo rompió, y quién sabe si allanó el camino para que buena parte de su patrimonio acabase engullido por ese concepto difuso que es la modernidad.

Desde las puertas de la biblioteca señala Rivera al horizonte. Ha encontrado un ángulo, una imagen, en la que se condensa la esencia de Pontecesures. En ella está presente el Ulla, el río que dio sentido desde sus orígenes a la localidad. «Este lugar apareceu na historia polo río. Era o paso entre a ría e as terras do interior», narra. El paso de los romanos aún se puede leer en la zona del puerto. La historia medieval, en la iglesia de San Xulián, atribuída a Xelmírez.

Y todo lo que vino después. Rivera vuelve a señalar al horizonte. Apunta ahora a las torres de la iglesia, tras las que se levantan, como una «catedral da modernidade», la fábrica de Finsa. El diálogo entre tradición y modernidad fue especialmente activo en la Pontecesures del siglo diecinueve y de comienzos del veinte. «O Ulla, nesa etapa, volveu a ser clave, pero desta volta polo que ocorre río abaixo», narra Rivera.

Quizás en el río haya que buscar la razón del desembarco en Pontecesures de un industrial vigués, Eugenio Escuredo, que montó en Valga una fábrica de ladrillos sobre la que se levantó, como un feliz añadido, la Cerámica Artística, reconvertida después en la Cerámica Celta que sostendría Ramón Diéguez. Gracias a aquel experimento que intentaba mezclar industria y arte, no era extraño ver pasear por Pontecesures a personajes como Valle Inclán o Castelao, alternando con Carlos Maside, o con el recordado don Víctor, el médico.

Al calor de las sobremesas en Casa Castaño, aquel grupo de hombres alumbraron certámenes excepcionales, como la primera feria del automóvil de ocasión de España. «Pontecesures deu unha ampla nómina de personaxes extraordinarios», relata Richar Rivera. Como Manuel Otero Acevedo, que murió en Pontecesures en 1920. Masón, aficionado a la fotografía, al espiritismo y a la tuna -presidió la compostelana en 1888- fue el primer neurocirujano de España. «E moita xente de Pontecesures non sabe da importancia que tivo».

El fantasma de aquel hombre sabio y fascinante, amigo de Valle Inclán y de Baroja, paseó ayer bajo la lluvia con los participantes en el roteiro histórico con el que el Concello celebró sus noventa años de vida. Acevedo siguió a los visitantes por una ruta con parada en diecisiete lugares cargados de significado, invocando a su paso a los espíritus de una historia que Pontecesures no quiere olvidar.

La Voz de Galicia

«Que máis quixeramos que ir á lonxa, vender as lampreas e volver cos cartos!».

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«Teño ben claro que se aplican esta normativa para o ano non saco a licenza. Xa marcharei antes ao chopo». Cándido Vidal, uno de los valeiros que se dedican a la pesca de la lamprea en el río Ulla, no tiene dudas. Tampoco varios de sus compañeros, con los que ayer abordaba la nueva regulación para la venta del ciclóstomo impuesta por la Consellería de Medio Rural e Mar, que ya ha entrado en vigor oficialmente y que controla el desembarco, transporte y la primera venta en las lonjas pesqueras o en los centros de venta de lamprea y anguila.

Los marineros afirman que están pensando seriamente en no solicitar autorización para la campaña de 2014 porque «non nos compensa». «Non nos queren deixar traballar e ata que consigan acabar con isto non han de parar». Subrayan que tradicionalmente siempre se vendieron las lampreas a particulares «e a xente de Pontecesures ou de Padrón non vai ir á lonxa a Ribeira por unha ou dúas pezas».

Antonio Pesado, presidente de la Asociación de Valeiros de Pontecesures -integrada en la cofradía de Carril-, es uno de los más críticos con la decisión del Gobierno autonómico, que, además, entra oficialmente en vigor a menos de una semana de concluir la campaña de este año. Con el proceso de venta de la anguila no ven problema, ya que se despacha bien en lonja, pero el caso de la lamprea es muy particular. «Non ten lóxica. Cando na subasta se vexa que non se vende, quen se fai responsable dos prexuízos? A lamprea morre e despois non se pode vender. Hai que vendela viva». Insisten en que fuera de la localidad «este peixe non ten saída» por lo que, ironiza, «que a Xunta nos mande compradores».

La Consellería les pone como ejemplo la cofradía de A Guarda, que vende la mercancía en lonja. Ellos discrepan. «Alí non son profesionais, son xubilados ou retirados que chegan a vender lampreas de dous quilos a dous ou tres euros. Véndenas a maioristas e estes revéndenas. Pero aquí non podemos regalar o peixe».

Matiz de la Xunta

La Consellería de Medio Rural matizó ayer que la venta de lamprea y anguila «pode facerse directamente aos consumidores na lonxa ou centros de venda autorizados» y que no es obligatorio subastar el pescado. No obstante, «ten que quedar constancia de que o produto pasa pola lonxa ou por un espazo autorizado, tal e como establece a normativa da Unión Europea».

Aunque admite que la lamprea «ten características especiais», está sometida a los mismos requerimientos legales que cualquier otro producto pesquero.

La orden también define los centros de recogida para estas especies. «Estes establecementos -pozos destinados ao almacenamento das capturas vivas con todas as garantías e condicións legais para logo comercializalas- deberán estar inscritos no Rexistro de Centros de recollida de especies eurihalinas, sen que o dono teña que pagar ningunha taxa de solicitude», ya que solo tendrá que abonar la inscripción.

En el caso de los valeiros cesureños, puede autorizarse un centro de venta, «aínda que sexa de xeito temporal mentres transcorra a campaña». Para autorizarlo deberá ser solicitado a través de la asociación o de las cofradías de Carril y Rianxo.

En este caso los marineros se preguntan quién asumirá los gastos del mismo. «En Cesurses non hai lonxa nin punto de venta. Imos ter que pagar a guía de transporte e ir vender á lonxa de Ribeira». «Nós estariamos encantados. Que máis quixeramos que chegar á lonxa, vender o produto e volver cos cartos!», exclama Barreiro. «Dá máis traballo vender que pescar. Hai que moverse moito. Eu teño clientes desde hai vinte anos».

Diario de Pontevedra

José Carlos Angueira Bentrón e Natividad Agrasar de Villanueva contratados como auxiliares de xardiñería.

A selección destes traballadores, incluídos no plan de emprego 2013 da Xunta de Galicia, foi realizada onte polo Concello de Pontecesures por entrevista diante do tribunal formado por Rafael Randulfe Vieites (presidente), Xurxo Gerpe Jamardo (vogal) e José Francisco Rodríguez Fructuoso (vogal e secretario).

As puntuacións dos presentados foron as seguintes:
-José Carlos Angueira Bentrón, 8,90 puntos.
-Natividad Agrasar de Villanueva, 6,70 puntos
-María Gómez César, 5,10 puntos.
-Rosa Mª Alcalde Lojo, 4,35 puntos.
-Mª Jesús Cadilla Túñez, 3,60 puntos.

Dous eran os postos a elixir que recaeron nos aspirantes das dúas mellores puntuacións.

O contrato é por uns catro meses co 75% da xornada laboral.