… Cuando en esta época del año se vendían lampreas en las rúas y plazas de la zona vieja de Santiago.

Si hay algo que los gallegos pueden lamentar es que Compostela no tiene mar. Sin embargo, eso nunca fue una excusa para que en los restaurantes de la ciudad se consumiesen los mejores productos de la Rías Baixas. Durante muchos años, los vecinos y hosteleros que querían gozar del sabor del mar (y también del río), no tenían más que bajar al centro de la ciudad. Manuel García García, propietario del Restaurante Don Quijote, recuerda que en esta época del año era habitual comprar lampreas llegadas del Ulla en la zona del Toural: “Aquellas mujeres venían de Rianxo, Padrón y las traían en cestas de mimbre y muchas de ellas aún llegaban vivas”. Una estampa que se fue perdiendo con el paso de los años, hasta que, finalmente, aquellas mujeres dejaron de vender estos manjares y otros de las rías gallegas en la zona monumental de Compostela.
El Correo Gallego
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