O Baixo Ulla busca veciños para recuperar a súa toponimia.

Valga é un dos municipios peor documentados na Galicia Nomeada, iniciativa que busca conservar a microtoponimia galega

Galicia Nomeada é un proxecto posto en marcha pola Real Academia Galega co apoio da Xunta que tenta servir de enciclopedia dixital da microtoponimia galega. Isto é, os nomes de entidades de poboación menores —barrios ou lugares— que van máis ao miúdo no territorio que a nomenclatura oficial —os nomes de concellos e parroquias—. A riqueza do noso país no ámbito da toponimia é tal que se calcula que existen uns 2 millóns de microtopónimos que perviven na memoria dos galegos e galegas, pero que corren o risco de se perder se non son rexistrados. De aí a importancia desta plataforma que, ademais de recollelos, permite a súa consulta aberta e tenta xeolocalizalos e poñelos nun mapa.

O proxecto respira grazas ás achegas dos veciños oriundos de cada zona, que poden rexistrar de maneira libre os topónimos dos que teñen coñecemento. Neste sentido, os concellos do Baixo Ulla son algúns dos que menos participación rexistran a día de hoxe nas provincias de Pontevedra e A Coruña. Na marxe sur do río, o caso de Valga é o menos documentado, con solo 106 topónimos rexistrados, fronte os 445 de Pontecesures ou aos 1.536 de Catoira. Por iso a asociación cultural Os Penoucos fai un chamamento á veciñanza destes municipios, e en particular aos de Valga e Dodro —en similar situación, con so 156 achegas—, para colaborar na conservación dos nomes da contorna.

Co gallo de animar a participación, o venres 14, ás sete da tarde, a casa-museo de Rosalía de Castro acollerá unha charla a cargo de Vicente Feijoo Ares, especialista en toponimia da Real Academia Galega, baixo o nome «A plataforma Galicia Nomeada. Un recurso dixital para salvagardar, divulgar e investigar a toponimia galega», na que se dará a coñecer mellor a iniciativa.

La Voz de Galicia

Cesures saca a licitación las obras para rehabilitar colectores y digitalizar la red de saneamiento.

Pontecesures saca a licitación en la plataforma de contratación los trabajos de rehabilitación de colectores y digitalización de infraestructuras de saneamiento por un presupuesto de 93.681,85 € financiados por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea.

El plazo de presentación de ofertas estará abierto hasta el 14 de noviembre a las 23:59 horas y la apertura del sobre con las ofertas presentadas se llevará a cabo el día 18.

En el contrato se establecen dos lotes. El primero a rehabilitar el colector para reducir las infiltraciones en la red de saneamiento e instalar la telegestión en la estación de bombeo de O Telleiro y en la de San Xulián con un plazo de ejecución de tres meses y un presupuesto de 48.398 €.

Por su parte, el segundo lote contempla una serie de actuaciones para el encamisado de la tubería existente y la construcción de nuevos pozos de registro. Este con un plazo de ejecución de dos meses y un presupuesto ligeramente superior de 45.283 €.

Diario de Arousa

O Samaín en Pontecesures.

Meigas, trasgos, vampiros e outras criaturas, déronse cita na Praza de Abastos de Pontecesures para celebrar o Samaín con música, chocolate e moitas gañas de festa!

Os disfraces e cabazas máis terroríficas, r𝐞𝐜𝐢𝐛𝐢𝐫𝐨𝐧 𝐮𝐧 𝐜𝐡𝐞𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐠𝐚𝐬𝐚𝐥𝐥𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐦𝐞𝐫𝐜𝐚𝐫 𝐧𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐫𝐜𝐢𝐨 𝐥𝐨𝐜𝐚𝐥; as/os máis peques participaron nos obradoiros de caracterización e preparación de cabazas organizados polo Concello de Pontecesures

Moitas grazas a todas e todos os participantes,𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 á 𝐀𝐍𝐏𝐀 𝐝𝐨 𝐂𝐏𝐈 𝐏𝐨𝐧𝐭𝐞𝐜𝐞𝐬𝐮𝐫𝐞𝐬, 𝐯𝐨𝐥𝐮𝐧𝐭𝐚𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐞 𝐚 𝐌𝐚𝐫𝐭𝐚 quenes, un ano máis, colaboraron na organización e desenvolvemento do SAMAÍN.

Concello de Pontecesures

Los tres carballos de don Avelino.

Pontecesures cumple cien años marcados por el Ulla, la lamprea, el tren, la Nestlé y Chanteclair

Luis Álvarez fue el primer alcalde nacionalista de Pontecesures. En abril del año 2000, cuando se cumplían 75 años de la fundación del pueblo, Álvarez recordaba sus años de escuela con el profesor Avelino Pousa Antelo (A Baña, 1914; Teo, 2012). El ilustre galleguista, intelectual, escritor, defensor incansable del agro gallego y presidente de la Fundación Castelao y del Partido Galeguista, les enseñaba en clase y en plena dictadura a cantar el himno gallego. «Pero cantade baixiño», les rogaba prudente. El día que murió Franco, don Avelino no explicó a los niños los pormenores del suceso, simplemente los llevó al patio del colegio y sembraron tres carballos simbólicos, que luego crecieron a la par que Pontecesures.

El año que murió Franco y Pouso Antelo plantó los carballos, Pontecesures cumplía medio siglo de existencia. Tenía entonces 2.700 habitantes. En 1925, año de su fundación, contaba con 900 vecinos. Hoy supera los 3.000 (3.088 según el censo de 2024) y se cumplen 100 años desde que las fuerzas vivas del núcleo más dinámico y urbano del entonces extenso municipio de Valga, donde vivía la burguesía, donde más dinero se movía y el comercio parecía más boyante, consiguieron un objetivo largamente acariciado: independizarse de Valga y crear un nuevo concello.

Al tiempo que los tres carballos de don Avelino enraizaban y buscaban el cielo, la democracia se instauraba en España y también llegaba a Pontecesures. Sin embargo, los cesureños decidieron que no querían cambiar de alcalde y, en las primeras elecciones municipales, votaron a quien los gobernaba desde 1970, en plena dictadura. Ese alcalde se llamaba José Piñeiro Ares y era trabajador por cuenta ajena, maestro, aunque no ejercía, escritor y cronista de la villa desde 1953. Era un personaje muy singular que reconocía haber pasado del dedo al voto. No cobraba por el cargo y su sueño era que el estuario del Ulla se convirtiera en un estuario como el de Hamburgo.

Piñeiro Ares gobernó en Pontecesures desde 1970 hasta 1995, la cuarta parte de la historia del pueblo. Fue un mandatario peleón y, digamos, ocurrente. En 1991, polemizó con Jesús Villamor, alcalde de Padrón, al organizar en Cesures unas fiestas de Pascua al tiempo que la tradicional y multitudinaria Pascua de Padrón. Se dijeron de todo y Piñeiro cedió, pero se reinventó organizando, antes del domingo festivo padronés, 15 días de festejos que culminaron con la I Festa dos Ovos con Chourizo y la actuación estelar de Marianico el Corto. Corrieron ríos de tinta y un aluvión de artículos avergonzándose de aquel casticismo bizarro, que ahondaba en la herida provocada por la contratación, unos meses antes, de Regina dos Santos, mito erótico del patriarcado machista.

De los huevos a la lamprea

Desde que Piñeiro dejó la alcaldía, Cesures ha sido gobernado ocho años por Independientes de Pontecesures, cuatro años por el Partido Popular y 18 por el BNG, que hoy ostenta la alcaldía en las manos de Maite Tocino Barreiro. Con el cambio de alcaldía, se desterraron del imaginario festivo cesureño los huevos y las sartenes para sustituirlas por las más lógicas cazuelas donde se guisan las lampreas. Fue así como, coincidiendo con el 75 aniversario de la creación del municipio de Pontecesures, se celebró una Festa da Lamprea, que aún perdura, en la que se repartieron novecientas raciones y la hostelería local disfrutó de un lleno apoteósico en el municipio que, el año 2000, tenía más bares por habitantes de la provincia de Pontevedra: uno por cada 62 cesureños.

Entre 2019 y 2023, el alcalde de Pontecesures fue el popular Juan Manuel Vidal Seage, un caballero comedido y ecuánime que publicaba hace unos días en La Voz un artículo recordando el centenario de su pueblo y señalando sus «sinais de identidade, desde o río Ulla ata a Nestlé, orixe dun modelo urbano singular que coadxuvou moito na nosa independencia, pasando polo churro ou a lamprea, entre moitas outras».

En ese modelo urbano singular ha tenido mucha importancia el ferrocarril. Durante años, un paso a nivel marcaba la vida en la localidad. Cuando Cesures cumplía 75 años, 44 convoyes ferroviarios, más esporádicos mercancías, cruzaban la villa cada día y la paralizaban. Las primeras barreras bajadas y los primeros atascos se producían a las seis y media de la mañana y los últimos, a las doce de la noche.

Entre esas «moitas outras» señas de identidad evocadas por Vidal Seage, hay una muy popular y por la que media Galicia conoce Pontecesures: la discoteca Chanteclair. Inaugurada en 1979, esta sala de fiestas, cuyo nombre está inspirado en el de un popular cabaré libanés, atrae desde su inauguración a miles de jóvenes gallegos. Allí triunfaban Pepe Garalva (Lugo, 1929-2015) con sus misses, inolvidable el título de Miss Cacaolat, y el finado Manolo Escobar con su carro. Nunca olvidaré la noche que lo entrevisté en su camerino mientras comía un bocadillo de mortadela y Piñeiro Ares rumiaba los gastos del concierto por la discoteca.

Cesures crece en su centenario; Chanteclair se acerca al cincuentenario más moderna que nunca (las entradas se venden en El Corte Inglés, seis líneas de autobuses la unen con decenas de aldeas y ciudades cada fin de semana, cuenta con 25 zonas VIP y los tres carballos de don Avelino son la rúbrica lírica a cien años de historia.

J.R. Alonso de la Torre

La Voz de Galicia