Los valeiros optan por no aventurarse a hacer predicciones tras la falta de capturas en el último ejercicio
Con el inicio del año, como suele ser habitual, se da por iniciada la campaña de la lamprea en el río Ulla. Especialmente en la zona de Pontecesures, considerada la idónea para la obtención de este cotizado pescado, donde los valeiros largaron esta mañana las primeras nasas butrón en busca de las primeras lampreas, que suelen ser muy bien pagada por los restaurantes de la zona.
Las expectativas, no obstante, no son muy halagüeñas. Así lo explica Roberto Barreiro, de Cesures, que no se atreve a hacer predicciones tras una campaña de 2024 muy pobre y que, incluso, obligó a la suspensión de la cita gastronómica por excelencia de Pontecesures, la Festa da Lamprea, debido a la falta del producto. Lo cierto es que, tal y como apunta Barreiro, las condiciones del río el año pasado, “a priori”, “eran boas”, al estar caudaloso y, sin embargo, fueron escasas las capturas, por lo que para esta campaña no se espera que la situación mejora. “O mar acábase”, recalca el valeiro, “non só a lamprea, xa non hai de nada”. Una situación que merma también la presencia de más embarcaciones en las aguas del Ulla, que año a año se han visto venidas a menos ante la ausencia de capturas.
El PP de Pontecesures va a presentar sendas propuestas en el Pleno para solicitar la recuperación del proyecto de reforma integral de A Prazuela y de su entorno y la ejecución de diversas mejoras en las infraestructuras deportivas al amparo de los dos nuevos planes de inversiones extraordinarias de la Diputación, que pueden suponer hasta 680.000 euros.
Así, la formación liderada por Manuel Vidal Seage, presentará una moción para reclamar que el bipartito retome este proyecto de “reconexión peonil, segura e amable” de su núcleo urbano. De este modo, se planteaba la recuperación de la conexión peatonal entre el centro y las dotaciones públicas (colegio, biblioteca, centro de salud, escuela infantil y el pabellón municipal de deportes) que discurren por la calle Miguéns Parrado, limitando el tráfico rodado a una velocidad máxima de 10 kilómetros por hora.
En esta línea, Vidal Seage lamenta que la alcaldesa, Maite Tocino, renunciara al proyecto “alegando incomprensiblemente falta de fondos e problemas para o cumprimento cos prazos de execución e xustificación”. Así, ahora la idea de los populares pasa por que esta actuación opte al nuevo Plan Provincia Extraordinaria, con el que la Diputación puede llegar a invertir hasta 590.000 euros en Pontecesures.
“A rexedora ten unha oportunidade magnífica a nivel de financiamento e tamén para demostrar que as súas xustificacións eran certas, xa que a Deputación ofrece aínda máis cantidade da que estaba concedida e ten todo o tempo do mundo para reformar a Plazuela e o centro da vila”, explicó el portavoz popular.
Asimismo, el PP va a presentar otra moción para que se acometan mejoras en diversas instalaciones deportivas al amparo de la segunda edición del Plan Extraordinario de Infraestructuras Deportivas (PEID), que dotará al Concello de casi 90.000 euros. Así, la propuesta consiste en la ejecución de diversas mejoras en el Campo de Fútbol Ramón Diéguez, en el pabellón municipal y en la pista deportiva anexa al muelle.
“Teñen case o dobre de cartos e tempo para executar a mellora da Prazuela e a súa contorna, así que veremos se tamén teñen gañas de levalo a cabo ou optarán por enterralo como fixeron co Náutico, o parque empresarial, a Festa da Lamprea e tantos outros”, concluyó el edil popular.
El Partido Popular de Pontecesures emitió un comunicado en el que denunció públicamente que el bipartito de Pontecesures ha renunciado al ambicioso proyecto de mejora y ampliación del Club Náutico, presupuestado en 1,3 millones de euros. En este sentido, el portavoz popular, Juan Manuel Vidal Segae, afirmó que esta decisión “demostra a incapacidade política e de xestión do goberno local, que non é quen de asumir a súa parte do custe malia que hai unha partida con fondos, e tamén á súa política de demolición de todos os anteriores proxectos do PP”.
Así, el grupo popular anunció que en un encuentro mantenido en mayo, la alcaldesa confirmó a la Secretaría Xeral para el Deporte de la Xunta, que iba a financiar la obra con 700.000 euros, que el Concello no estaba en disposición de asumir sus costes de ejecución “e iso que todo o traballo estaba feito, con miles de euros investidos na elaboración do proxecto, os permisos conseguidos e crédito suficiente, pero xa nada nos sorprende na incompetencia e mala fe deste goberno perpetrado contra os cesureños”, según criticó el líder popular, que recordó que la alcaldesa, Maite Tocino, había mostrado en noviembre su intención de llevar a cabo el proyecto.
“Auténtica desfeita”
Para Vidal Seage, la renuncia a este proyecto “culmina un primeiro ano de bipartito que se pode definir como unha auténtica desfeita”, tras la cancelación de proyectos como la remodelación de A Plazuela, la ejecución de la modernización de la red de saneamiento, la recuperación de los terrenos de Valga emplazados en el casco urbano, el polígono de A Tarroeira o la Festa da Lamprea, señaló.
“Pouco cabe agardar da alcaldesa e dos seus socios, que acatan mansamente o adoutrinamento de rebentar todas as iniciativas do anterior goberno do PP, máis que asistir perplexos e con tristura a ver como cada día van esmorecendo todos os grandes proxectos que reclama a inmensa maioría do pobo de Pontecesures”, arremetió con dureza Vidal Seage, que reiteró la importancia de este proyecto para la modernización de esta las instalaciones del Club Náutico —ampliamente demandadas por los usuarios de la entidad—, así como para la mejora de la fachada portuaria del Ulla a su paso por Pontecesures.
El PP critica la “estocada final” a una “ambiciosa” propuesta
Por otra parte, el grupo popular cargó con dureza contra la alcaldesa, Maite Tocino, por lo que entienden como una “estocada final” a un “ambicioso proyecto” cuya ejecución garantizó la nacionalista en el pasado mes de noviembre, si bien reconoció que en un principio el bipartito planteó ciertos cambios, finalmente descartados por la dirección del club por la urgencia de la actuación.
El exalcalde lo achaca a la “incapacidad” del bipartito.
Vidal Seage denuncia que tratan de «frenar proyectos del PP”.
Aunque parecía una actuación inminente, la tantas veces demandada ampliación y mejora del Club Náutico de Pontecesures parece haberse encerrado de nuevo en un cajón.
Y todo “por la incapacidad de la alcaldesa y su empeño en enterrar todos los proyectos que impulsamos desde el PP, aunque, como en este caso, se trate de un proyecto ya encarrilados y presupuestado (1,3 millones de euros) para el que había dinero consignado”.
Quien así se pronuncia es el alcalde conservador Juan Manuel Vidal Seage, que dirige sus críticas a la actual regidora, la nacionalista Maite Tocino, acusándola de haber “renunciado” a esta actuación “a pesar de que ella misma garantizó su realización el pasado mes de septiembre”.
Rectificación
Lo hizo “después de que el gobierno municipal calificara esta iniciativa de aberración y dijera que tenía todas las papeletas para rematar en la trituradora”
Fue a raíz de las críticas del PP a aquellos comentarios cuando “rápidamente la alcaldesa manifestó su compromiso con la obra, asegurando que se tergiversaran sus palabras”.
Pero cree Seage que lo hizo solo “para calmar los ánimos de los vecinos, aunque fuera mintiéndoles”, porque a estas alturas la obra está bloqueada.
Tanto es así que la alcaldesa “confirmó a la Secretaría Xeral para o Deporte –la Xunta iba a aportar 700.000 euros–, que el Concello no está en disposición de asumir la financiación restante», denuncia Seage.
Y eso «a pesar de que ya se invirtieron miles de euros en la elaboración del proyecto, los permisos habían sido conseguidos y hay crédito suficiente”.
Esa negativa del bipartito BNG-PSOE es, en consecuencia, de “un paso atrás que demuestra su incapacidad política”.
Es por ello que Vidal Seage insiste en mostrar su preocupación, dado que se trataba de afrontar la modernización de las instalaciones náuticas y mejorar la fachada portuaria.
Es decir, “una obra muy demandada y necesaria que el bipartito cancela como hizo con la remodelación de A Plazuela, la modernización del saneamiento, la recuperación de los terreros de Valga emplazados en el casco urbano, el polígono de Tarroeira o la Festa da Lamprea”.
La alcaldesa asegura que se vivió «con desazón» el último fin de semana en el que podrían haber presumido de su Dama do Ulla.
La escasez de lamprea en el río Ulla fue el motivo por el que el Concello de Pontecesures decidió el pasado mes de marzo atrasar a este fin de semana la 26ª edición de la Festa da Lamprea, que cada año suele coincidir con el día de San Lázaro. Pero tras mantener una reunión con los valeiros, y a la vista de que la previsión seguía siendo negativa, el Gobierno local decidió no celebrar este año el evento gastronómico, el más importante del año en el municipio. La temporada para capturar ejemplares de la Dama do Ulla finaliza hoy y, según cuenta la alcaldesa Maite Tocino, los cesureños han vivido este fin de semana «cunha gran desazón, nunca pensamos que íamos chegar a isto».
«Temos que garantizar un mínimo de exemplares, polo menos 150, para poder celebrar a festa», explica Tocino, quien asegura que este año no habría sido posible recaudar tanto producto, ni siquiera para llevar a cabo el cambio del formato que se había planteado y ofrecer el producto en tapas en los locales de hostelería. «A situación está igual tamén no Miño e en Portugal. Por coherencia e ética non podíamos traer lampreas de Francia porque, ademais dos desorbitados prezos, a esencia da festa, que é presumir da calidade do noso produto, non se cumpriría», explicó la regidora.
Aunque Tocino insiste en que «é difícil aventurar», de cara al próximo año, teme que la situación continúe con una tendencia a la baja: «En 2013 pasaron por el mercado de Pontecesures 23.000 kilos de lamprea y el año pasado solo 3.000 quilos», explica. Una escasez que la regidora achaca «á contaminación e á calidade da auga, segundo amosan os últimos estudos medioambientais».
Un cambio de formato de la fiesta, que a lo largo de su historia solo dejó de celebrarse en dos ocaisones, es «complexo». La alcaldesa asegura que la celebración de la fiesta solo se hará «si hai produto local, senón non. Podemos valorar reducir os días da festa ou facer un tapeo, como moito».
El “Pacto da Devesa” permitió que el ayuntamiento se independizara en 1925.
En medio de la villa quedó una parcela de 1.200 metros cuadrados que pertenece al municipio vecino.
Muchos piensan, en el Ayuntamiento de Pontecesures, que un buen regalo para conmemorar su primer siglo de existencia como administración local sería recuperar una parcela de terreno que, aún estando situada en el corazón de la villa, pertenece al municipio vecino de Valga.
Es lo que en la geografía política se denomina enclave, es decir, una porción menor del territorio de una circunscripción territorial que está completamente rodeada por el territorio de otra.
Un terreno de unos 1.200 m2 que, a modo de isla quedó situado en la zona portuaria, entre el río, su zona lúdica, los edificios orientados al Ulla y la plaza de abastos.
Para aquellos que no conozcan el lugar, puede decirse que es una gran explanada de tierra y baches usada como aparcamiento y convertida, con demasiada frecuencia, en un gran lodazal.
El mismo espacio en el que solían colocarse las carpas de la Festa da Lamprea, cuando en el río había pescado suficiente para celebrarla, que no es el caso este año
Mucho se ha hablado en el último siglo de la necesidad y conveniencia de recuperar este enclave, y a punto estuvo de lograrlo, durante el anterior mandato, el alcalde conservador Juan Manuel Vidal Seage. Pero las elecciones del pasado año colocaron en su puesto a la nacionalista Maite Tocino, y desde entonces aquel procedimiento parece haberse frenado, según denuncia el exregidor.
De ahí que reclame del actual ejecutivo bipartito que retome aquel expediente y busque la fórmula adecuada para recuperar ese enclave, «que además de afear todo el entorno provoca una evidente falta de seguridad», espeta Seage.
El mismo que en el anterior mandato propició el proyecto para abrir Pontecesures al río y a la ría, impulsando la transformación de la fachada fluvial con la creación de una zona de ocio que ayuda a la llegada de más peregrinos, al desarrollo del sector hostelero local y a ofrecer zonas de paseo seguras y alternativas lúdicas para niños y el conjunto de la población.
Pero esa apuesta por modernizar y embellecer Pontecesures se quedo a medias, precisamente a causa de la existencia de ese enclave de Valga al que no se le puede tocar, ya que depende del gobierno vecino. Incluso para celebrar allí cualquier evento hay que pedirle permiso.
Y eso a pesar de que Valga no puede sacarle ningún provecho ya que desde 2003 es un terreno catalogado en el PXOM como zona verde.
Así pues, con la ley en la mano, hay tres opciones posibles, como la expropiación forzosa, aunque determinar el precio a pagar no parece sencillo, establecer algún tipo de convenio con Valga o acometer la permuta de terreno. lo cual resulta aún más complicado, ya que Pontecesures no dispone de terreno público con el que negociar.
Teniendo en cuenta todo ello Seage llegó a contemplar una partida de 150.000 €, «aunque incluso puede resultar excesiva» para negociar con Valga y hacerse con el enclave. «Pero todo aquel procedimiento se está dejando morir por el actual gobierno», censura.
Ante lo cual, el líder del PP insiste. «Hay que reabrir este procedimiento, llegar a un acuerdo razonable para buscarle encaje económico y cumplir la ley, solucionando así un problema que se arrastra desde hace casi cien años».
Dicho de otro modo, que «el gobierno bipartito de Pontecesures debe coger el toro por los cuernos para evitar perder una magnífica oportunidad y recuperar un terreno insalubre».
Una parcela, dicho sea de paso, que «una vez que sea nuestra puede ayudarnos a potenciar todavía más la fachada litoral», sentencia Juan Manuel Vidal Seage.
El título de villa en 1881, y el proceso independentista de 1925 marcan su historia.
En 1881, el rey Alfonso XII, concedió el título de Villa de San Luis de Cesures a la parroquia de San Julián de Requeijo, perteneciente hasta 1883 al Ayuntamiento de Padrón, con el que sigue unida a través del puente romano que se reformó en la Edad Media y que en 1911 se convirtió en la estructura que es actualmente y soporta el tráfico de la N-550.
Fue tras la reorganización territorial que situó al río Ulla como frontera territorial entre A Coruña y Pontevedra, cuando San Luis de Cesures pasó a formar parte del Ayuntamiento de Valga, alcanzando su independencia en 1925, con José Novo Núñez como primer alcalde.
Un proceso que no resultó tan complicado como podría pensarse ahora, cuando se habla permanentemente de las ansias independentistas catalanas. Lo que se hizo a orillas del Ulla fue firmar el «Pacto da Devesa», entre los representantes de las villas valguesa y pontecesureña.
Llegaba así la segregación de Pontecesures, que dejó de depender de Valga y pasó a funcionar como municipio propio el 9 de octubre de aquel mismo año, es decir, hace casi un siglo.
Hay quien cree que el puerto fluvial de Pontecesures, en su momento pieza clave para la descarga de buques areneros y la implantación en la villa de empresas como Nestlé y Calera del Ulla, ahora punto de arribada de peregrinos, fue el germen de aquella independencia. En cierto modo impulsada por la burguesía de comerciantes e industriales que se habían ido formando en torno al río.
En ese movimiento empresarial hay que situar la existencia de un enclave de Valga dentro de Pontecesures, ya que el terreno en cuestión habría estado ocupado por una empresa perteneciente a Valga que, la desaparecer había dejado esa parcela en manos del concello vecino.
Fue el 29 de marzo de 1925 cuando la corporación municipal de Valga, reunida en sesión extraordinaria, analizó e impulsó el informe emitido por la comisión nombrada por el propio ayuntamiento para establecer las bases de la «Entidad Menor de Pontecesures» y determinar la «administración de la misma, separación de su patrimonio y deslinde de su instalación».
Así se recoge, por ejemplo en el libro «Historia de Pontecesures» publicado en 1980 por el que fuera cronista oficial y alcalde de la localidad, José Piñeiro Ares.
En el que se habla también de otro de los grandes ejes del proceso independentista pontecesureño, como fue la feria del automóvil que en 1925 permitió proyectar a esta localidad ribereña a nivel nacional.
Y eso que en aquel año, el censo de este municipio de apenas 7 km2 de extensión era solo de 1.645 habitantes. Que se estrenaron como ayuntamiento con un presupuesto municipal de 20.500 pts y un crédito bancario para adquirir la finca que iba a ocupa el actual consistorio presupuestado en 23.750 pts,