Sigue el debate sobre la planta de residuos de Servia de la que se sirve Pontecesures.

El plan B de Serra do Barbanza para la planta de residuos de Servia.

Los seis concellos socios de la Mancomunidad apuestan por adaptar las instalaciones para recibir aceite, textil o compost.

Imagen aérea de las instalaciones de la planta de tratamiento de residuos de Servia, en Lousame.
Imagen aérea de las instalaciones de la planta de tratamiento de residuos de Servia, en Lousame

A pesar de las serias amenazas a las que se enfrenta la Mancomunidade Serra do Barbanza, los alcaldes de los concellos integrados en ella se declaran dispuestos a intentar enderezar el rumbo de la entidad y de la planta de tratamiento de residuos de Servia (Lousame). Es lo que se desprende de la reunión que mantuvieron el lunes para aprobar los siguientes y trascendentales pasos que tienen previsto dar.

Las deudas que arrastra la entidad; los incumplimientos de la concesionaria (FCC), cuyo contrato caducó en octubre de 2023; las consecuencias de la falta de mantenimiento en las instalaciones; el colapso de una planta que está derivando los descartes (los residuos que no puede tratar) a un vertedero de Sobrado dos Monxes; y la losa de una normativa europea que pone en jaque el sistema de separación de residuos en destino, son solo algunos de los problemas que tienen sobre la mesa los alcaldes de los seis concellos socios (Brión, Carnota, Lousame, Muros, Noia O Son) y los 3 adheridos como clientes (Ames, Pontecesures y Rois), con voz, sin derecho a voto.

María Lago (alcaldesa de Muros): «La Mancomunidad delegó la gestión en FCCy no la fiscalizó. Pero el modelo de la planta de Servia es viable»

Como primer punto del orden del día y por unanimidad de los asistentes (no asistieron los regidores de Rois y Pontecesures) se aprobó definitivamente un plan de pagos a diez años para hacer frente a la deuda de 9 millones de euros (más los intereses) que la Mancomunidad tiene con FCC en cumplimiento de una sentencia judicial de 2010 y que va a repercutir en cada uno de los concellos de la entidad, por haber mantenido congelados los precios durante años.

La sentencia es firme (la ejecución ya fue solicitada). Sin embargo, habrá que concretar ahora qué porcentaje de esa deuda corresponde a cada concello en función del número de habitantes, las toneladas recogidas, la superficie del municipio… Una deuda que, según el presidente de turno de la entidad, Pablo Lago (alcalde de Brión), no solo pesa sobre los concellos socios, sino también sobre los adheridos, por cuanto se beneficiaron de que no se aplicase en su momento la subida de los precios.

Luis Oujo (alcalde de O Son): «Hay que velar por el empleo y por la viabilidad de la planta de Servia, aunque se envíe la basura a Sogama»

Pero la deuda con FCC es mayor. Según Lago, podría rondar los 20 millones de euros, pues en ella se incluyen también cuestiones en litigio, como por ejemplo las referentes a las cuotas pendientes de algunos concellos o a los gastos por reparación de maquinaria.

Como segundo punto, cada uno de los alcaldes asistentes se pronunció sobre su continuidad en la Mancomunidad de cara al 1 de enero de 2026. Los seis concellos miembros de pleno derecho mostraron su intención de continuar y velar por los 140 empleos. En el caso de Ames, el alcalde, Blas García, dijo que «nuestro compromiso era permanecer hasta que haya un nuevo contrato de concesión para mantener los empleos. Hace tres años nos ofrecimos a entrar como socios, pero nunca se nos contestó».

Pablo Lago (alcalde de Brión): «Acordamos dotar a la Mancomunidad de nuevo estatuto, crear un órgano de gestión y aprobar los presupuestos»

Ahora, el Concello de Ames trabaja con la intención de abandonar la entidad, aunque la decisión la adoptará el pleno de la Corporación tras conocer el estudio de costes de un servicio directo del Concello y del traslado de los residuos a Sogama. «El sistema de la planta de Servia no se adapta a la nueva normativa europea, y para llevar la basura a Sogama no necesitamos estar en la Mancomunidad», indica el regidor amesano.

El Concello de Rois solicitó información a la Mancomunidad para analizar los detalles relacionados con el coste del servicio con vistas a decidir si se mantiene adherido a la entidad o si la abandona, en la misma línea de Ames.

Juan Manuel Saborido (alcalde de Carnota): «Debemos velar por la viabilidad de una planta que tiene unas licencias ambientales muy difíciles de lograr»

Y el de Pontecesures comparte el modelo de Servia, pero no está dispuesto a seguir en la Mancomunidad «a cualquier precio». Y es que los seis concellos socios han instado a los adheridos a incorporarse también como socios de pleno derecho o a abandonarla. «La figura de cliente o adherido no existe. Ames, Pontecesures y Rois se benefician de un servicio que no gestionan. Y quieren votar, pero para eso deben ser socios de pleno derecho», señala Pablo Lago.

El siguiente paso que se marca la Mancomunidad es el diseño de un plan de viabilidad. La planta de Lousame ya no tiene capacidad para recibir más residuos y está enviando los descartes a un vertedero de Sobrado dos Monxes al que, por cierto, le queda un año de vida útil. Se entablaron negociaciones con Sogama para enviar esos descartes a la planta de Cerceda, pero no hay nada firmado.

Blas García (alcalde de Ames): «Si optamos por la gestión directa, para enviar la basura a Sogama no necesitamos estar mancomunados»

Además, ese plan de viabilidad apuesta por la diversificación, es decir, por dar entrada al tratamiento de residuos textiles, escombros, aceites, compost, etc., aprovechando que la planta de Servia cuenta con unas licencias medioambientales que hoy serían muy difíciles de conseguir.

«La planta es viable y hay muchas posibilidades», señala Ángel Brantuas, presidente del comité de empresa, que presentó a la entidad una propuesta que pasa precisamente por diversificar la actividad. «Se podría incluso tratar el compost de la comarca y de Santiago. En cuanto al empleo, hay 140 trabajadores, de los cuales el 60% son mujeres (muchas de ellas mayores de 50 años) que trabajan en la sección de separación manual, por lo que en un nuevo modelo podrían formarse para adaptar su trabajo a nuevas líneas de tratamiento de residuos», explica.

Un órgano de gestión

El comité de empresa solicita que la Xunta se implique en el futuro de la planta de Servia y quiere estar representado en la mesa de negociación del plan de viabilidad.

El siguiente paso de esa hoja de ruta que se plantean los alcaldes es la redacción de una Relación de Puestos de Trabajo y la creación de una estructura de gestión (con gerente, secretario, intervención, etc.). Y es que ese es otro caballo de batalla de la entidad: la gestión.

La alcaldesa de Muros, María Lago, cree que «la situación de la planta llegó a un punto muy difícil por la inexistente gestión. No hubo gestión desde la Mancomunidad. Se delegó todo en la concesionaria y no se hizo una fiscalización de su gestión».

María Teresa Tocino (alcaldesa de Pontecesures): «Compartimos el modelo de la planta de Lousame, pero no seguiremos en la Mancomunidad a cualquier precio»

El contrato de FCC caducó sin haber elaborado los pliegos para licitar una nueva concesión, un proceso que tiene un obstáculo añadido. La empresa no cumplió aún con una de sus obligaciones: tenía que haber adquirido el terreno en el que se ubica la planta (alquilado a un particular) y entregárselo a la Mancomunidad.

Al parecer, no pudo afrontar el alto precio que pedía el propietario. FCC planteó una quita de la deuda de la Mancomunidad, a cambio del terreno. Pero la entidad la rechazó al no poder calcular el valor del terreno ni tener la seguridad de que el dueño lo vendería. Ahora, la opción que se baraja es la expropiación, que debería asumir FCC.

Mientras tanto, al no disponer de los terrenos en propiedad, la Mancomunidad no puede sacar un nuevo pliego de licitación.

La Mancomunidad acordó además elaborar unos nuevos estatutos y unos presupuestos, pues funciona con los de 2015 prorrogados. De momento, aprobó un incremento «temporal» de las cuotas de los concellos hasta 2026.

Ramón Tojo (alcalde de Rois): «Desde el Concello estamos analizando el coste del servicio para decidir si Rois permanece o no en Serra do Barbanza»

La alcaldesa de Pontecesures, Maite Tocino, señala que los concellos adheridos a la Mancomunidad están en una situación diferente a los socios. «No tenemos derecho a voto. Solicité ya tres veces por escrito que me aclaren cuál es la cuota que debería pagar Pontecesures cuando colapsase la planta de Servia y hubiese que enviar los residuos a otra planta. Pero sigo sin respuesta». Añade que, tras la aprobación de las cuotas temporales, Pontecesures pasará de pagar 14.000 euros a 33.000. «Nosotros no generamos esa deuda. Pagamos siempre sin demora. Somos clientes, no socios. Estamos de acuerdo con el modelo de la planta de Servia, que nos situó como el concello con el porcentaje más alto de reciclaje de la provincia de Pontevedra. Estamos dispuestos a seguir, pero no a cualquier precio. Pontecesures no va a pagar el precio de una gestión que no fue lo rigurosa que debía haber sido». Cree que, si la instalación de Servia se convierte en una planta de transferencia de Sogama «no seguiríamos en Serra do Barbanza. No tendría sentido».

La Xunta recuerda a Servia y Nostián que deben «adaptarse» para cumplir con la ley

La Mancomunidade Serra do Barbanza y la planta de Nostián tendrán que adaptar su sistema de recogida de residuos para comenzar a gestionar las fracciones de plástico y metal, algo que no ocurre en la actualidad con el modelo húmedo-seco que ambas eligieron en su día y que separa los residuos en orgánicos e inorgánicos, lo que contraviene la legislación tanto a nivel europeo como estatal. Desde la Consellería de Medio Ambiente subrayan que en estos momentos ni una ni otra planta cumplen con las exigencias normativas.

No obstante, desde el departamento autonómico que dirige Ángeles Vázquez explican que las plantas de Barbanza y Nostián «tienen prevista la adaptación de sus procesos mediante las recientes modificaciones en sus Autorizaciones Ambientales Integradas (AAI), enfocando la gestión hacia la recogida selectiva de residuos de envases». Solo de este modo ambas instalaciones llegarán a poder cumplir los objetivos de reciclaje que se exigen actualmente a nivel europeo, lo que les permitiría seguir operando en el futuro.

Ante este escenario lleno de incertidumbres, la pregunta es ¿qué va a hacer la Xunta? Desde Medio Ambiente responden que, ante la «necesaria transición» hacia un sistema de recogida selectiva conforme a la normativa vigente, «se han abierto negociaciones clave» para la implantación del contenedor de envases ligeros, con el propósito de reforzar la separación de residuos y mejorar su tratamiento.

Desde la Xunta recuerdan, además, que tanto la Mancomunidade Serra do Barbanza como el Consorcio das Mariñas — que trata sus residuos en Nostián, al igual que la ciudad herculina— se han adherido al convenio marco con Ecoembes, lo que supone un «paso significativo en el fortalecimiento del modelo de gestión de residuos». «Y esperamos que el Concello de A Coruña también decida acogerse a este convenio próximamente», añaden.

Sobre la sanción que la UE podría imponer a España por no reciclar lo suficiente, la Xunta asegura que ha trabajado «activamente» para avanzar en esta materia, «poniéndose del lado» de ciudadanos y concellos y con «medidas incentivadoras» que faciliten la adaptación a la ley «de manera progresiva, justa y sin generar una presión desproporcionada sobre los municipios». 

Sogama está «preparada» para tratar la basura de los 313 ayuntamientos gallegos

Sogama está en disposición de gestionar los residuos producidos en todos los ayuntamientos gallegos. Así responden desde la Sociedade Galega do Medio Ambiente al ser cuestionada sobre las dificultades que atraviesan tanto la planta de Servia como la de Nostián, inaugurada en 1999, tres años después del derrumbe en el vertedero de Bens, en el que falleció un hombre, y adonde va a parar la basura de A Coruña, Abegondo, Bergondo, Betanzos, Cambre, Carral, Culleredo, Oleiros y Sada. 

El complejo medioambiental situado en Cerceda trata los residuos de los 295 municipios gallegos restantes, que suman 2,2 millones de personas. En 2018 la capacidad de las instalaciones se amplió en un 81%, lo que supuso pasar de las 550.000 toneladas de residuos al año a poder gestionar 1 millón de toneladas anuales.

En caso de que los municipios que ahora envían sus residuos a Servia y Nostián decidiesen utilizar los servicios de Sogama el proceso sería el mismo que el seguido por cualquier otra entidad pública que envía su basura a Cerceda: firmar el contrato y facturar por tonelada de residuos entregada en sus instalaciones.

En estos momentos, la red de infraestructuras de Sogama comprende, además del complejo de Cerceda, 37 plantas de transferencia distribuidas por toda Galicia, 4 plantas de compostaje —una por provincia— y un vertedero controlado de cola para aquellos desechos que no pueden ser reciclados ni valorizados energéticamente.

A estas instalaciones se sumará la primera planta de clasificación de residuos textiles de Galicia, que se levantará en Cerceda y que tendrá una capacidad inicial para 3.000 toneladas anuales, aunque podrá llegar a tratar hasta las 24.000. El contrato de construcción y futura gestión integral fue adjudicado a comienzos de este mes por 22.480.815 euros (IVA incluido).   

Desde Sogama destacan que en los últimos años han destinado más de 100 millones de euros a incorporar las «últimas tecnologías disponibles» a sus procesos de gestión de residuos. Ejemplo de ello son la automatización de la planta de clasificación de envases y la nueva nave de recuperación de materiales. Y subrayan la apuesta por el transporte de la basura por ferrocarril. A día de hoy, el 57% se traslada por vía férrea, más del doble que en 2016.

El Correo Gallego

El servicio de recogida de basuras en Pontecesures con serios problemas.

El modelo de gestión de basura que quiso ser alternativa a Sogama enfila su cierre.

Vista aérea de la planta de tratamiento de residuos de Servia

Vista aérea de la planta de tratamiento de residuos de Servia.

La mancomunidad Serra do Barbanza comenzará a enviar sus rechazos a Cerceda mientras busca una salida viable para su planta de tratamiento.

En el 2003 se puso en marcha en el municipio coruñés de Lousame un ambicioso proyecto impulsado por un puñado de concellos agrupados en la mancomunidad Serra do Barbanza que apostaban por un modelo de gestión de la basura centrado en el reciclaje y la elaboración de compost. La idea era buena, y durante más de dos décadas la planta radicada en Servia se erigió, junto a la coruñesa de Nostián, en la alternativa —defendida por grupos ecologistas, por ejemplo— al macrocomplejo de Sogama, vinculado a la incineración de restos. Sin embargo, el modelo hace agua y se encamina a converger en la planta de Cerceda.

Los alcaldes que integran la mancomunidad rehúsan hablar abiertamente de claudicar para adherirse a Sogama, pero en la práctica es lo que sucederá con el envío de la basura a ese centro. De hecho, ya se han mantenido contactos con la Xunta para ir de la mano en la búsqueda de una alternativa para salvar la planta de Servia destinándola a otros usos.

La situación es compleja y son múltiples los factores que han abocado a que Serra do Barbanza ponga sobre la mesa el fin de un sistema de gestión que durante años presumió de obtener los mejores resultados en cuanto a recuperación y reciclaje de residuos. La deuda arrastrada con la concesionaria encargada de las instalaciones —Fomento de Construcciones y Contratas— es una de las dificultades que condicionan la actividad de las instalaciones, pero la estocada definitiva llegó al confirmarse que el modelo utilizado para separar los residuos es incompatible con la normativa europea.

Plan de pagos

Este pasado lunes se celebró una reunión de la junta rectora de la mancomunidad para tratar tanto el asunto de la deuda como el futuro de Serra do Barbanza. En lo que respecta a lo primero, se aprobó un plan de pagos a diez años para abonar lo que se adeuda a la concesionaria.

La cifra varía porque son varios los conceptos que se valoran, pero lo que es seguro es que los nueve concellos —Ames, Brión, Carnota, Lousame, Muros, Noia, Pontecesures, Porto do Son y Rois— adheridos al sistema de Servia tendrán que pagar a la empresa unos 9 millones en impuestos por sentencia judicial.

El segundo asunto a dilucidar era el futuro de la entidad. El Concello de Ames ya anunció que su intención es desvincularse del sistema en el 2026, y Rois y Pontecesures posiblemente seguirán el mismo camino. Los seis concellos restantes seguirán mancomunados para prestar el servicio de recogida de la basura, y a partir de ahí buscarán alternativas para su tratamiento. «Imos buscar a viabilidade das instalacións indo da man da Xunta, hai opcións que se poden levar adiante, como planta de biorresiduos ou para a xestión de puntos limpos, por exemplo», apuntan desde la junta rectora.

Deuda con la empresa: 8,9 millones

Una sentencia judicial estipuló el pago de casi 9 millones por la actualización de precios

Población: 86.708

Ames y Noia son los concellos más poblados de los nueve adheridos al modelo de Servia

Volumen: 33.197 toneladas

En el 2023, la planta de Lousame recibió más de 33.000 toneladas de residuos

La prioridad es mantener el centenar de empleos en las instalaciones

El uso que tendrán las instalaciones del complejo medioambiental de Servia es una incógnita que despejará (o ese al menos es el objetivo) el estudio técnico y económico que se va a realizar para analizar la viabilidad de las instalaciones. Pero hay una premisa básica como punto de partida: mantener los puestos de trabajo en la planta.

Por ahora son solo ideas, pero entre las opciones que se plantean figuran desde dedicar la planta al tratamiento exclusivamente de residuos orgánicos, la gestión de enseres o de residuos procedentes de la construcción o que se convierta en un centro de transferencia, entre otras. Las instalaciones de Lousame tienen la ventaja de que cuentan con todas las autorizaciones ambientales, que actualmente son muy difíciles de conseguir, con lo que su utilidad resulta fuera de toda duda. Habrá que valorar cuál es la mejor salida con la premisa de mantener los más de cien empleos que existen actualmente.

En lo que respecta a lo más inmediato, los rechaces de residuos que no pueden reciclarse y no tienen cabida en el complejo de Servia se enviarán a Sogama. De hecho, ya se está haciendo porque desde el año pasado el vertedero de la planta de Lousame está colmatado y no caben más desperdicios. La primera opción fue enviar los desechos a Sobrado dos Monxes, pero era una solución provisional y la única alternativa que queda es Cerceda.

La Voz de Galicia

A tempada da lamprea nas pesqueiras do Ulla en Herbón arrancou con escasas capturas.

Os pescadores autorizados so traballan un tramo do río debido a ausencia do peixe

A lamprea do río Ulla estase facendo de rogar e, por tanto, cotiza alto na pesca profesional, que é onde se pode comercializar. En canto á deportiva, mes e medio despois da apertura da tempada de pesca tradicional no río Ulla en Herbón, concretamente nas primeiras pesqueiras do tramo, as de Areas, as escasas capturas cóntanse cos dedos das mans. Neste tramo están habilitados para traballar dous pescadores, titulares da concesión, que son Antonio Vidal e Alejandro Ferro, ademais doutros dous veciños de Herbón autorizados polo segundo pescador.

A tempada nas pesqueiras de Areas arrancou o 6 de xaneiro e xa entón os pescadores se temían que ía ser unha campaña «moi, moi mal». Nese momento, o río Ulla non levaba o suficiente caudal para botar as redes nas que capturan as lampreas pero, vinte días despois, a borrasca Herminia deixou unha crecida do río tan grande que arrasou con todos os aparellos de pesca e mesmo coas pranchas que no seu día colocaron os pescadores para moverse dun oco a outro do río. De sete pranchas, o venres catro aínda estaban tiradas na auga.

«Despois da riada tivemos que volver a montar xa que nos rompeu todo a auga; a semana anterior foi cando se colleron as primeiras lampreas, pero con escasas capturas, dúas por día ou catro, a xornada que máis. A semana pasada xa volvemos a coller cero lampreas todos os días», conta Alejandro Ferro.

Ante a falta de capturas, os pescadores autorizados so están traballando nas primeiras pesqueiras, as de Areas, pese a que nas seguintes (as Vellas) xa poden botar as redes dende o 3 de febreiro, «pero polo momento decidimos non montar porque se non hai capturas nas primeiras menos vai haber nas segundas», engade este pescador.

No que vai de tempada, o río pasou de non ter auga suficiente para permitir pescar a rexistrar unha riada tan grande que levou por diante as redes e os pasos dos pescadores entre uns ocos e outros do río.

Non obstante, dende a última riada, o caudal do Ulla baixou polo que os veciños pensaban que ían comezar a pescar lampreas, pero non foi así polo que empezan a pensar que o peixe non subiu do mar aínda. Contan que os máis vellos, e os que máis saben da pesca tradicional da lamprea, o relacionan con feito de que as grandes choivas e riadas viñeron tarde, a primeiros de xaneiro, cando o ideal é que se produzan nos meses de outubro e novembro, para que a auga doce serva de cebo á lamprea para que suba do mar a desovar ao río.

En calquera caso, pescadores que poden traballar nas pesqueiras de Herbón teñen claro que a escaseza de capturas está sendo algo habitual nos últimos anos e que parece que se agrava máis cada tempada que pasa.

«Cada vez hai menos exemplares e xa levamos varios anos con esta liña descendente»

A pesca tradicional de lamprea nas pesqueiras do río Ulla ten carácter deportivo polo que os pescadores non poden comercializar as capturas que, en teoría, son para autoconsumo. Non sucede así coa pesca profesional no tramo limítrofe de Pontecesures, pero parece que a escaseza de capturas tamén é a nota predominante desta campaña. Tanto é así que restaurantes, casas de comida e bares están sufrindo falta de abastecemento, de modo que non teñen para cubrir toda a demanda da clientela.

Así o confirman dende Casa Ramallo, de Rois, un lugar que destaca pola súa especialidade na elaboración da lamprea. Así, un dos irmáns que rexenta o restaurante, José Sobrino, fala de que «este ano hai moi pouca lamprea, incluso menos que o ano pasado» de modo que, engade, «non hai suficiente para atender todas as reservas que se poderían coller». Fala, ademais, dos prezos altos que ten este ano o peixe de modo que incluso hai grupos de comensais que prefiren esperar a ver se baixa e é máis económica. «Cada vez hai menos lamprea e xa levamos con esta tendencia varios anos». Dende Casa Farrucán de A Ponte, en Padrón, onde a lamprea é un prato con moita fama, confirman o mesmo.

La Voz de Galicia

El GES padronés atendió el año pasado más de mil incidencias, además de la ayuda a Valencia.

Los accidentes de tráfico se sitúan entre las salidas más habituales, con 230, así como las relacionadas con la circulación, rescates o incendios

El Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Padrón, que presta servicio a este concello, a Rois, Dodro, Pontecesures, Valga y a una parte de Teo, con una población atendida próxima a los 30.0000 habitantes y una extensión de más de 250 kilómetros cuadrados, realizó el año pasado un total de 1.087 intervenciones, cifra similar a la de 2023 (1.151). Los accidentes de tráfico se sitúan entre las salidas más habituales, con 230, así como incidencias relacionadas con la circulación (280); rescates (85) o incendios (67), entre otras. Desde el GES también destacan la labor preventiva, que sumó 121 acciones destinadas a la prevención y formación.

El año pasado destaca, además, la ayuda a Valencia a raíz de la Dana, de modo que el GES de Padrón desplazó una dotación formada por dos jefes de equipo (Pablo Muñiz y David Morandeira) y tres bomberos (David Miguéns, Manuel Andrade y Gustavo Castro). Permanecieron en la zona ocho días, en los que centraron sus esfuerzos principalmente en el achique de agua, así como en la búsqueda de desaparecidos y la retirada de enseres e vehículos. Para todo ello, movilizaron numerosos medios materiales.

La Voz de Galicia

Arrinca o Programa Integrado de Emprego.

O pasado venres arrancou o curso 2024/2025 do 𝐏𝐫𝐨𝐠𝐫𝐚𝐦𝐚 𝐈𝐧𝐭𝐞𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐄𝐦𝐩𝐫𝐞𝐠𝐨, proxecto no que participan os concellos de Catoira, Dodro, Padrón, Pontecesures, Rois e Valga, coa presentación do mesmo no Salón de Plenos da nosa vila.

No pasado curso, Pontecesures acadou 𝐮𝐧𝐡𝐚 𝐭𝐚𝐱𝐚 𝐝𝐞 𝐢𝐧𝐬𝐞𝐫𝐜𝐢ó𝐧 𝐥𝐚𝐛𝐨𝐫𝐚𝐥 𝐝𝐚𝐬 𝐚𝐥𝐮𝐦𝐧𝐚𝐬/𝐨𝐬 𝐝𝐨 𝐩𝐫𝐨𝐠𝐫𝐚𝐦𝐚 𝐝𝐨 𝟔𝟒%, situándose á cabeza dos seis concellos en canto a integración das veciñas e veciños participantes no mundo laboral.

A Alcaldesa, 𝐌𝐚𝐢𝐭𝐞 𝐓𝐨𝐜𝐢𝐧𝐨 𝐁𝐚𝐫𝐫𝐞𝐢𝐫𝐨, destacou a importancia da colaboración supramunicipal e resaltou a proactividade e interés das alumnas/os na procura da mellora das súas habilidades profesionais.

CONCELLO DE PONTECESURES

Carlos Baleirón: «O traballo de panadeiro é moi sacrificado, pero eu estaba adaptado».

O veciño de Padrón Carlos Baleirón acaba de xubilarse tras 50 anos no oficio

Con 14 anos, Carlos Baleirón Castro, veciño do lugar de Porta dos Mariños, en Pazos, no concello de Padrón, empezou a traballar na panadería de Rois que estaba preto da súa casa natal e fíxoo coa «idea de aprender un oficio», segundo conta. Aprendeuno e gustoulle, tanto que o enganchou e botou 50 anos traballando de panadeiro, sempre en horario de noite, ata hai unhas semanas que se xubilou con 64 anos, os 35 últimos empregado en San José.

Charly, como o chaman os seus compañeiros, é historia viva dun oficio, o de panadeiro, moi duro e moi sacrificado por ter que traballar de noite, pero que en moitos casos, como no del, acabaron por convertelo nunha forma de vida e nunha segunda familia. Así quedou demostrado á hora de facer as fotografías, coa emoción do xubilado, dos seus compañeiros e das súas empregadoras, Paloma e Eva Bustelo, actuais titulares da Panadería San José.

Así, Carlos Baleirón é dos da vella garda, dos traballadores que poden relatar que estiveron cincuenta anos na mesma profesión, coa excepcionalidade de que el, ademais, fíxoo sempre de noite, probablemente algo impensable no mundo laboral de hoxe en día.

Con 14 anos comezou a traballar na panadería de Rois e, daquela, fíxoo algo máis dun ano, para despois seguir co oficio en NoiaBoiro ou Extramundi. A San José volveu no ano 1989, ata a xubilación. Nesta empresa coincidiu con tres xeracións da familia fundadora.

Despois de medio século traballando de noite, estas primeira semanas de xubilación son de «adaptación» para Carlos Baleirón. Durante décadas levantouse ás dúas da madrugada para empezar a traballar ás tres e, despois de amasar e cocer o pan, pola mañá continuaba a súa xornada co reparto a domicilio. A súa ruta foi a última que suprimiu a panadería e, no seu caso, ía por Padrón, Pazos e a zona de Cruces.

Melloras

«Agora sería moi difícil atopar a alguén que aceptase traballar sempre de noite», asegura o panadeiro xubilado que, nos últimos anos, era o encargado de atender o forno. En cincuenta anos de profesión houbo melloras nas condicións de traballo, como non podía ser doutra maneira, afirma o protagonista. Pero, cun traballo destas características, a vida «non daba moito para eventos de tipo social ou familiar», corrobora a súa muller Amalia. «Chégalle o sacrificado que foi este traballo, pero fun toda a vida así e xa estaba adaptado. Ademais, eu prefiro ir sempre de noite que andar a cambiar quendas», asegura Carlos Baleirón.

«Era unha vida distinta; tiña o horario de durmir e de comer cambiados», engade a muller, en alusión a que durmía polo día e traballaba pola noite, algo que terá que cambiar agora. Cando se xubilou, Carlos Baleirón era o empregado con máis antigüidade de San José. «Agora vou vivir un pouco», di, ao que a súa muller engade «por min xa se puido xubilar antes».

En medio século, a profesión cambiou e moito, afirma o veciño de Pazos. «Para empezar, a cantidade de pan. Antes facíase moito máis e a maquinaria tamén facilitou moito o traballo», sinala.

Pese ao sacrificio de ter que traballar sempre de noite, Carlos Baleirón asegura sen rubor que lle «amolou» ter que xubilarse, pero a súa muller vai máis alá e sinala «si que ten pena».

Un firme defensor do pan feito nos obradoiros tradicionais

Carlos Baleirón xubilouse defendendo o pan feito nos obradoiros tradicionais, fronte á maior parte do que se vende en áreas comerciais. «O de San José é bo pan», asegura. A pregunta do millón no seu caso pode ser se, ao fronte do forno, se lle queimou algunha vez o pan. A resposta é afirmativa, pero a súa muller, que tamén traballou de panadeira e é filla de panadeiro, engade que «ata ao mellor panadeiro se lle queimou unha fornada de pan; iso é de toda a vida e xa o dicía meu pai». Coa xubilación, este matrimonio espera ter máis vida social co seu grupo de amigos, no que está Alberto Baleirón, primo de Carlos, quen tamén se acaba de xubilar despois de medio século de vida laboral.

La Voz de Galicia