Unos 300 vecinos mayores de Padrón participan en la comida del San Xoán do Raio.

El concello ha celebrado hoy su festividad local, que tiene más de 400 años de historia

Alrededor de 300 vecinos mayores de Padrón han participado ayer martes en la comida de confraternidad organizada por el Concello con motivo de la festividad local de San Xoán do Raio. Fiel a la tradición del 6 de mayo, la jornada ha arrancado en el Concello, desde donde ha partido la procesión con la imagen del santo, encabezada por un cuarteto de la Asociación Cultural Rosalía de Castro de Padrón y acompañada por la corporación municipal y por vecinos, en dirección a la iglesia parroquial, para la celebración de la misa solemne. La Coral Val do Sar ha cantad durante el oficio religioso, al que ha seguido el concierto del dúo de acordeones Ad Libitum, en la plaza de Macías y que fue muy aplaudido por el público presente.

La comida de la tercera edad en el Hotel Scala, en la que han participado unas 300 personas, estuvo animada por la música del dúo Sasbrosito. Antes de comenzar el baile, ha habido un sorteo entre los asistentes, de dos cenas para dos personas, una entrada para dos para el balneario de Cuntis y cuatro lotes de vino donados por el restaurante. 

La fiesta continúa por la noche en el Campo del Souto, con la actuación de los grupos V-Roc y UYF’75, este último Unión y Fuerza fundado en 1975 en Padrón y que se vuelve a reunir para celebrar su cincuenta aniversario.

La festividad de San Xoán do Raio de Padrón tiene más de 400 años de historia, de modo que se remonta a un domingo de 1613, cuando un rayo cayó en la iglesia de Santa María de Iria Flavia durante la celebración de una misa. El incidente causó daños materiales, de modo que destrozó una de las torres de la antigua colegiata, pero no hubo heridos y, a iniciativa del Cabildo de Iria, quedó instaurada la festividad de San Xoán do Raio del 6 de mayo.

La Voz de Galicia

Así será la fiesta de San Xoán do Raio el próximo martes en Padrón. Programación y horarios.

Así será la fiesta de San Xoán do Raio en Padrón | Programación y horarios
La fiesta de San Xoán do Raio de Padrón en 2024

El próximo martes 6 de mayo, Padrón celebrará la festividad de San Xoán do Raio, una cita con profundas raíces populares y religiosas que cada año reúne a vecinos y vecinas en torno a la devoción, la tradición y la música. El programa previsto por el Ayuntamiento incluye actividades durante todo el día, pensadas para diferentes públicos.

Cartel San Xoan de Raio 2025
Cartel de la fiesta de San Xoán de Raio 2025

A continuación, un resumen:

Actos oficiales

  • 11:45 horas – Recepción oficial de las autoridades en el Ayuntamiento de Padrón.
  • 11:55 horas – Procesión del santo patrón hasta la iglesia parroquial de Santiago de Padrón, acompañada por el grupo folclórico Rosalía de Castro.
  • 12:00 horas – Misa solemne, cantada por la Coral Val do Sar.
  • 12:45 horas – Actuación del dúo de acordeones Ad Libitum en la plaza Macías.

Almuerzo para mayores

Uno de los momentos centrales de la jornada será el almuerzo de confraternidad, destinado a personas mayores de 60 años.

  • Lugar: Hotel Scala
  • Hora: 14:30 horas
  • Actividad posterior: Baile tras la comida 

Para asistir:

  • Es necesario retirar invitación en el centro social antes del 2 de mayo
  • Se debe realizar un ingreso de 10 euros, según indican desde las oficinas municipales

Servicio de autobús:

  • Salidas a partir de las 11:00 horas desde las paradas escolares
  • Regreso desde el hotel a las 19:00 horas

Música para continuar la fiesta

Por la tarde y la noche, la música tomará el relevo en el Campo do Souto, con dos conciertos abiertos al público:

  • 20:00 horas – Actuación del grupo V-Roc, con un repertorio que abarca diferentes estilos.
  • 21:30 horas – Concierto del grupo padronés UYF’75 (Unión y Fuerza), que celebra este año su 50 aniversario.

El Correo Gallego

El encuentro de la Irmandade dos Fillos e Amigos de Padrón despidió el domingo las fiestas de Pascua.

La jornada incluyó el festival de bandas de música Capital do Sar

Padrón se despidió el pasado domingo de sus tradicionales y concurridas fiestas de Pascua con un Domingo de Pascuilla cargado de emotividad debido al tradicional encuentro de los miembros de la Irmandade dos Fillos e Amigos de Padrón. En el acto, que estuvo presidido por el alcalde, Anxo Arca, con la asistencia de miembros del gobierno local, se entregaron las habituales insignias de oro y plata, junto a un sentido homenaje al fundador de la empresa Picusa, Ignacio Zaragoza Salvadó, coincidiendo con el 150 aniversario de la apertura de la primera fábrica de curtidos en A Matanza. Arca destacó, tras recibir a familiares del homenajeado que participaron en el acto, la apuesta empresarial de Ignacio Zaragoza, cuya fábrica fue un motor económico para Padrón.

Las personas y empresas reconocidas este año fueron Cristina Castaño, Miguel López Mendoza, Carmen San Nicolás López, Francisco Quintá Mariño, Carlos Castaño Varela, Baicha y la Irmandade de Fillos e Amigos da Estrada.

Después del homenaje y el posado para el recuerdo, los asistentes participaron en la ofrenda a Rosalía de Castro y a Camilo José Cela. La programación continuó por la tarde con el festival de bandas Capital do Sar, una cita musical en la que participaron las bandas de los municipios de Padrón, Vilalba y Antas de Ulla.

La Voz de Galicia

La fuerte demanda justifica un tren de cercanías entre Santiago y Arousa.

El antiguo trazado permite que conviva con el eje A Coruña-Vigo, pero necesita más trenes, paradas dignas y frecuencias

Después de más de dos décadas bregando para conseguir que llegue el AVE, una conquista todavía incompleta, los usuarios del tren en Galicia piden también una infraestructura ferroviaria interior que vaya más allá de los dos grandes ejes, A Coruña-Vigo y Santiago-Ourense, y en la que no prime tanto la rapidez como las frecuencias, ayudando a vertebrar territorios como alternativa a los desplazamientos en vehículos particulares. Así lo piensan los usuarios de la línea ferroviaria pionera en Galicia que unía Cornes y Carril, ahora con sus estaciones ya en Santiago y Vilagarcía. Hay masa crítica, unas 400.000 personas entre las comarcas de Compostela, Sar, Caldas, O Salnés y Barbanza, y lo más difícil está hecho —un trazado válido—, pero ahora faltarían más trenes, estaciones equipadas, aparcamientos disuasorios y frecuencias para captar un volumen de viajeros que no para de crecer en los últimos años.

Dos vías distintas

Pese a haber quedado al margen del proyecto en marcha para establecer el primer tren gallego de cercanías, los datos y la infraestructura apuntan al eje Santiago-Vilagarcía como un claro candidato a desarrollar un servicio de este tipo. En la mayoría de su trazado persisten, de hecho, dos vías distintas que lo harían perfectamente factible: el renovado eje atlántico y el primer camino de hierro que funcionó en Galicia. Entre A Escravitude y la capital arousana, este sigue, en lo básico, el mismo recorrido que fue inaugurado el 15 de septiembre de 1873, lo que permite que los trenes de media distancia, capaces de cubrir el viaje entre ambas localidades en 21 minutos, convivan con los regionales, que lo hacen en algo más de media hora.

Una aplicación del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) facilita el cálculo del nivel de utilización que mantiene esta vieja vía. Tanto en Compostela, que registró el año pasado 3.710.467 pasajeros en las líneas de recorrido gallego; como en Vilagarcía, por donde pasaron 1.086.292 viajeros, se detienen las dos modalidades de ferrocarril. En las escalas intermedias (Catoira, Pontecesures y Padrón) solo lo hacen los regionales y los denominados trenes lanzadera, que discurren únicamente entre las dos ciudades y ofrecen tres frecuencias diarias en dirección a Santiago y dos hacia la capital arousana. Pues bien, su uso no ha dejado de crecer. Entre las tres sumaron 173.866 pasajeros en el 2024, lo que se traduce en un promedio diario de medio millar de billetes.

Una parada sin éxito

Un punto más a tener en cuenta. En el momento en el que el nuevo eje atlántico entró en funcionamiento, quienes lo proyectaron crearon una parada de la nada. Su denominación, Padrón-Barbanza, es transparente en cuanto a su propósito: atraer a la población de la orilla norte del mar de Arousa, privada de servicios ferroviarios, pero próxima a una de las líneas más rentables del Estado. Diez años después de aquel estreno, resulta obvio que alguien distrajo el tiro. Ubicada en un enclave distante, con apenas tres trenes diarios en cada sentido y malas conexiones de autobús, el año pasado apenas contó con 8.238 viajeros. Merece la pena comparar esta cifra con la que exhibe la estación de Catoira, 65.479 pasajeros, que siempre ha sido, en realidad, el nudo de referencia para O Barbanza.

Hay mucho que mejorar en Catoira. Su alcalde, Xan Castaño (BNG), apuesta por la creación de una línea de autocares que comunique Ribeira, Boiro, A Pobra y Rianxo con la estación, a la que un aparcamiento en condiciones le vendría como anillo al dedo. Por alguna razón que nadie acierta a explicar, allí no se detienen los trenes lanzadera.

Claro que en la reivindicación ferroviaria no hay distingos ideológicos. Tanto Alberto Varela desde Vilagarcía (PSOE) como Maite Tocino desde Pontecesures (BNG) y José María Bello Maneiro (PP) en Valga defienden la creación de un servicio de cercanías. O, en su defecto, una intensificación decidida de la oferta de ferrocarriles. Es más, el último de ellos, Bello Maneiro, comandó la recogida de dos millares de firmas para que el ADIF instale un apeadero en su municipio, que lleva 152 años viendo pasar el tren sin que nunca haya hecho escala en él. Otro dato: al menos un centenar de personas acuden a diario desde Santiago al pequeño municipio arousano para trabajar en su pujante industria, que sostiene dos mil empleos. Difícil imaginar mejores potenciales pasajeros.

MONICA IRAGO

«Vivir en Santiago es caro»

Nada más claro, en cualquier caso, que dejar hablar a quienes emplean esta vía antigua y todavía prometedora. Carlota López Meaños tiene 24 años y está terminando el grado de Filoloxía Inglesa en el campus norte de la USC. Vive en O Carril y de lunes a jueves viaja en ferrocarril entre Vilagarcía y Santiago. No solo para estudiar, sino también para trabajar como profesora en un par de colegios en los que resuelve sus actividades extraescolares. «Los cuatro primeros años viví en Compostela y trabajaba en verano en un restaurante, O Loxe Mareiro, donde continúo. Pero todo lo que ahorraba me lo gastaba en pagar un alquiler, que no paraba de crecer. Ahora vivo en casa, tengo una calidad de vida mucho mejor, porque residir en Santiago es muy caro, y aprovecho los días mucho más que antes». Sin el tren, sencillamente, «no sería posible».

Entre Vilagarcía y Compostela está Padrón, que además de los conocidos atractivos históricos, culturales y gastronómicos, se ha convertido en uno de los polos industriales más potentes del sur de la provincia de A Coruña. La creciente demanda del servicio de tren en la estación ubicada junto a la Casa Museo Rosalía de Castro es muy elevada en la actualidad, tanto por parte de estudiantes como de trabajadores.

Así lo constatan varios usuarios consultados, entre ellos la padronesa Belén Angueira, de 56 años, que tiene en el tren su único medio de transporte. Tiene una academia de inglés en Santiago y, desde septiembre del 2020 se desplaza a diario en este medio para ir a trabajar. Cuenta que el tren iba vacío en parte porque, antes de la pandemia, «os horarios eran complicados». Con la implantación de los bonos gratuitos, Belén Angueira vio cómo cambió la situación y la demanda creció de tal manera que los trenes desde Padrón empezaron a llenarse, explica. Al mismo tiempo, también constató los defectos del servicio y, como usuaria habitual, tiene presentada más de una reclamación.

Los problemas con Renfe

Así, considera que la puntualidad de los trenes es muy mejorable, pese a que es un factor fundamental para usar este servicio. «No último ano é moi impuntual», asegura. A ello hay que añadir, cuenta la usuaria, que «están suprimindo trens sen aviso». En su caso, además, presentó en su día una solicitud para que se incrementase la frecuencia horaria por la mañana, con un tren a las nueve, pero no fue atendida. «Pola mañá o horario é moi mellorable e bótase en falta un tren a esa hora», asegura.

Angueira cree que es necesario que se abra el edificio de la estación para que los usuarios puedan abrigarse en los días de mal tiempo, además de abrir los baños. En cualquier caso, hace una valoración positiva del servicio y dice que está «agradecida de poder ir a traballar a Santiago en tren», y tener acceso a una estación que en mayo se estrenará como intermodal —faltarán los aparcamientos y otros detalles— lo que facilitará múltiples conexiones con otras zonas de Galicia, así como un buen enlace en autobús para llegar al aeropuerto de Lavacolla.

La Voz de Galicia

«Aromas do entroido» conquista Padrón.

Padrón se llenó de colorido, risas y diversión este sábado con la celebración del entroido. A pesar de llegar con retraso al tener que aplazarlo por el mal tiempo, tanto participantes en los desfiles como el público demostraron que había ganas de disfrazarse y pasarlo bien.

En Padrón, más de 1.500 personas llegadas de distintos puntos de Galicia recorrieron sus calles caracterizados. El ganador en la categoría de más de 20 miembros fue «Aromas do entroido», seguido por «Nicradance-Los payasos de la tele» y «Ti e máis eu». En comparsas de menos de 20 personas, la vencedora fue «Cine Avenida», completando el particular podio «Os comeverzas» y «A Pascua de Padrón». «As vespas mamis da Carballeira» se impusieron en la comparsa local de más de 10 miembros, mientras que «Cine Mudo», del CEIP Rosalía de Castro fue segunda y «Ochenteros atope», tercera. En pareja la vencedora fue «Caixas musicais»; en categoría adulto individual, «E non estaba morto»; y en infantil, «A volta o mundo».

La Voz de Galicia

La inexplicable relegación de la estación de tren que une Arousa y Barbanza.

Pese a registrar más pasajeros, Catoira ni siquiera dispone del servicio de información telemática que Renfe sí ofrece en Pontecesures

El ferrocarril es una presencia diaria y permanente en la orilla sur de la ría de Arousa desde que el 15 de septiembre de 1873 un convoy de pasajeros unió los antiguos concellos de Cornes y Carril, inaugurando la era del camino de hierro en Galicia. Con el paso del tiempo, el servicio ha ido experimentando todo tipo de avatares. La conexión con Pontevedra, que en el 2024 cumplió 125 años, la pérdida del tren regular a Madrid en 1958, su recuperación en el 2020 y la llegada del AVE, un año más tarde, son algunos de sus hitos. Aquella línea única fundada a finales del siglo XIX se dividió en el 2010, con la apertura del nuevo corredor atlántico. Conviven, desde entonces, dos trazados en la comarca. El que recorren la alta velocidad y los media distancia, rápido, con escala únicamente en Vilagarcía, y el regional, básicamente el mismo que utilizó Rosalía de Castro para ver el mar por última vez, más lento pero con paradas muy útiles en Catoira y Pontecesures (y ya en la provincia de A Coruña, también en Padrón). Dos estaciones que han corrido suertes dispares, aunque están llamadas a configurar un servicio de cercanías en cuanto la luz del sentido común se abra paso en las mentes de quienes planifican el transporte público en esta esquina del viejo mundo.

Los edificios que las acogen, levantados en recio granito del país, permanecen cerrados desde hace largos años. Desde luego no hay taquillas en ellos, como tampoco cafeterías ni nada que se les pueda parecer. Con todo, su situación dista de ser la misma. Existe una diferencia muy notable. En el andén de Pontecesures funciona un sistema de información telemático que permite adquirir los billetes y recibir información que proporcionan teleoperadores en tiempo y conversación reales. Entre las cinco de la mañana y las once de la noche, un operario o una operaria saludan con amabilidad desde su pantalla en cuanto esta se acciona al tacto.

En Catoira, en cambio, el silencio domina las instalaciones ferroviarias. No existe nada semejante al dispositivo que sí da servicio al viajero en Pontecesures. Su única ventaja con respecto a su estación hermana es el hecho de que en ella se haya habilitado una sala de espera. Cesures carece de algo así, pero a cambio dispone de un andén bien cubierto y protegido de la lluvia, además de una marquesina en el sentido de circulación contrario al de la propia estación. Dos elementos de los que Catoira también se ha visto privada, si bien cuenta con un paso inferior que facilita el tránsito bajo las vías.

Una situación asimétrica

Esta serie de asimetrías se extienden a cuestiones tan básicas como la existencia de un horario actualizado al que echarle un ojo. En Catoira sobrevive un tablón de anuncios, pero está vacío. El de Pontecesures cuenta con un horario físico, actualizado en mayo del 2024 y algo maltrecho. Y refuerza el su función informativa con un par de códigos QR cuya lectura da acceso a la información requerida a través de un simple teléfono móvil. Quien busque algo parecido en Catoira lo hará en vano.

Llama la atención este trato desigual, a la vista de que, a lo largo de las últimas tres décadas, la estación de Catoira ha conseguido invertir su estatus como tercera estación de la comarca para rebasar a Pontecesures y situarse en segunda posición en lo que al número de pasajeros se refiere. Los datos de Renfe a lo largo del tiempo indican que en 1997 la primera registró 19.820 viajeros frente a los 31.043 que contabilizó la segunda. A la espera de que se haga público el balance del 2024, la lectura del 2023 consolida un vuelco completo: en Catoira se subieron o bajaron 67.000 viajeros, mientras en Cesures lo hicieron 39.800.

Aunque el fenómeno se detectaba antes, el estallido de la pandemia disparó la utilización de Catoira como estación no solo al servicio de los usuarios de la orilla sur, sino también de quienes emplean el ferrocarril procedentes de la comarca de O Barbanza. Basta acercarse por la plaza catoirense un viernes o un domingo por la tarde para comprobar cómo los automóviles llegan y se marchan para recoger o depositar a estudiantes o trabajadores que se mueven en ferrocarril y tienen Catoira como referencia.

En ese punto estriba otra diferencia inexplicable. Cada día laborable, tres trenes lanzadera parten de Vilagarcía hacia Santiago y otros dos lo hacen en sentido contrario. Se detienen en Pontecesures y en Padrón, pero no en Catoira, por mucho que sus números, como queda claro, piden a gritos su inclusión en el servicio.

Quien albergue alguna duda puede reflexionar acerca del crecimiento que la demanda del ferrocarril ha experimentado en las tres estaciones en los 26 años que median entre 1997 y el 2023: Vilagarcía ha rebasado el millón de pasajeros con un aumento del 154 %, que en Cesures es del 28 % y en Catoira alcanza un 241 %.

La Voz de Galicia