La fuerte demanda justifica un tren de cercanías entre Santiago y Arousa.

El antiguo trazado permite que conviva con el eje A Coruña-Vigo, pero necesita más trenes, paradas dignas y frecuencias

Después de más de dos décadas bregando para conseguir que llegue el AVE, una conquista todavía incompleta, los usuarios del tren en Galicia piden también una infraestructura ferroviaria interior que vaya más allá de los dos grandes ejes, A Coruña-Vigo y Santiago-Ourense, y en la que no prime tanto la rapidez como las frecuencias, ayudando a vertebrar territorios como alternativa a los desplazamientos en vehículos particulares. Así lo piensan los usuarios de la línea ferroviaria pionera en Galicia que unía Cornes y Carril, ahora con sus estaciones ya en Santiago y Vilagarcía. Hay masa crítica, unas 400.000 personas entre las comarcas de Compostela, Sar, Caldas, O Salnés y Barbanza, y lo más difícil está hecho —un trazado válido—, pero ahora faltarían más trenes, estaciones equipadas, aparcamientos disuasorios y frecuencias para captar un volumen de viajeros que no para de crecer en los últimos años.

Dos vías distintas

Pese a haber quedado al margen del proyecto en marcha para establecer el primer tren gallego de cercanías, los datos y la infraestructura apuntan al eje Santiago-Vilagarcía como un claro candidato a desarrollar un servicio de este tipo. En la mayoría de su trazado persisten, de hecho, dos vías distintas que lo harían perfectamente factible: el renovado eje atlántico y el primer camino de hierro que funcionó en Galicia. Entre A Escravitude y la capital arousana, este sigue, en lo básico, el mismo recorrido que fue inaugurado el 15 de septiembre de 1873, lo que permite que los trenes de media distancia, capaces de cubrir el viaje entre ambas localidades en 21 minutos, convivan con los regionales, que lo hacen en algo más de media hora.

Una aplicación del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) facilita el cálculo del nivel de utilización que mantiene esta vieja vía. Tanto en Compostela, que registró el año pasado 3.710.467 pasajeros en las líneas de recorrido gallego; como en Vilagarcía, por donde pasaron 1.086.292 viajeros, se detienen las dos modalidades de ferrocarril. En las escalas intermedias (Catoira, Pontecesures y Padrón) solo lo hacen los regionales y los denominados trenes lanzadera, que discurren únicamente entre las dos ciudades y ofrecen tres frecuencias diarias en dirección a Santiago y dos hacia la capital arousana. Pues bien, su uso no ha dejado de crecer. Entre las tres sumaron 173.866 pasajeros en el 2024, lo que se traduce en un promedio diario de medio millar de billetes.

Una parada sin éxito

Un punto más a tener en cuenta. En el momento en el que el nuevo eje atlántico entró en funcionamiento, quienes lo proyectaron crearon una parada de la nada. Su denominación, Padrón-Barbanza, es transparente en cuanto a su propósito: atraer a la población de la orilla norte del mar de Arousa, privada de servicios ferroviarios, pero próxima a una de las líneas más rentables del Estado. Diez años después de aquel estreno, resulta obvio que alguien distrajo el tiro. Ubicada en un enclave distante, con apenas tres trenes diarios en cada sentido y malas conexiones de autobús, el año pasado apenas contó con 8.238 viajeros. Merece la pena comparar esta cifra con la que exhibe la estación de Catoira, 65.479 pasajeros, que siempre ha sido, en realidad, el nudo de referencia para O Barbanza.

Hay mucho que mejorar en Catoira. Su alcalde, Xan Castaño (BNG), apuesta por la creación de una línea de autocares que comunique Ribeira, Boiro, A Pobra y Rianxo con la estación, a la que un aparcamiento en condiciones le vendría como anillo al dedo. Por alguna razón que nadie acierta a explicar, allí no se detienen los trenes lanzadera.

Claro que en la reivindicación ferroviaria no hay distingos ideológicos. Tanto Alberto Varela desde Vilagarcía (PSOE) como Maite Tocino desde Pontecesures (BNG) y José María Bello Maneiro (PP) en Valga defienden la creación de un servicio de cercanías. O, en su defecto, una intensificación decidida de la oferta de ferrocarriles. Es más, el último de ellos, Bello Maneiro, comandó la recogida de dos millares de firmas para que el ADIF instale un apeadero en su municipio, que lleva 152 años viendo pasar el tren sin que nunca haya hecho escala en él. Otro dato: al menos un centenar de personas acuden a diario desde Santiago al pequeño municipio arousano para trabajar en su pujante industria, que sostiene dos mil empleos. Difícil imaginar mejores potenciales pasajeros.

MONICA IRAGO

«Vivir en Santiago es caro»

Nada más claro, en cualquier caso, que dejar hablar a quienes emplean esta vía antigua y todavía prometedora. Carlota López Meaños tiene 24 años y está terminando el grado de Filoloxía Inglesa en el campus norte de la USC. Vive en O Carril y de lunes a jueves viaja en ferrocarril entre Vilagarcía y Santiago. No solo para estudiar, sino también para trabajar como profesora en un par de colegios en los que resuelve sus actividades extraescolares. «Los cuatro primeros años viví en Compostela y trabajaba en verano en un restaurante, O Loxe Mareiro, donde continúo. Pero todo lo que ahorraba me lo gastaba en pagar un alquiler, que no paraba de crecer. Ahora vivo en casa, tengo una calidad de vida mucho mejor, porque residir en Santiago es muy caro, y aprovecho los días mucho más que antes». Sin el tren, sencillamente, «no sería posible».

Entre Vilagarcía y Compostela está Padrón, que además de los conocidos atractivos históricos, culturales y gastronómicos, se ha convertido en uno de los polos industriales más potentes del sur de la provincia de A Coruña. La creciente demanda del servicio de tren en la estación ubicada junto a la Casa Museo Rosalía de Castro es muy elevada en la actualidad, tanto por parte de estudiantes como de trabajadores.

Así lo constatan varios usuarios consultados, entre ellos la padronesa Belén Angueira, de 56 años, que tiene en el tren su único medio de transporte. Tiene una academia de inglés en Santiago y, desde septiembre del 2020 se desplaza a diario en este medio para ir a trabajar. Cuenta que el tren iba vacío en parte porque, antes de la pandemia, «os horarios eran complicados». Con la implantación de los bonos gratuitos, Belén Angueira vio cómo cambió la situación y la demanda creció de tal manera que los trenes desde Padrón empezaron a llenarse, explica. Al mismo tiempo, también constató los defectos del servicio y, como usuaria habitual, tiene presentada más de una reclamación.

Los problemas con Renfe

Así, considera que la puntualidad de los trenes es muy mejorable, pese a que es un factor fundamental para usar este servicio. «No último ano é moi impuntual», asegura. A ello hay que añadir, cuenta la usuaria, que «están suprimindo trens sen aviso». En su caso, además, presentó en su día una solicitud para que se incrementase la frecuencia horaria por la mañana, con un tren a las nueve, pero no fue atendida. «Pola mañá o horario é moi mellorable e bótase en falta un tren a esa hora», asegura.

Angueira cree que es necesario que se abra el edificio de la estación para que los usuarios puedan abrigarse en los días de mal tiempo, además de abrir los baños. En cualquier caso, hace una valoración positiva del servicio y dice que está «agradecida de poder ir a traballar a Santiago en tren», y tener acceso a una estación que en mayo se estrenará como intermodal —faltarán los aparcamientos y otros detalles— lo que facilitará múltiples conexiones con otras zonas de Galicia, así como un buen enlace en autobús para llegar al aeropuerto de Lavacolla.

La Voz de Galicia

«Aromas do entroido» conquista Padrón.

Padrón se llenó de colorido, risas y diversión este sábado con la celebración del entroido. A pesar de llegar con retraso al tener que aplazarlo por el mal tiempo, tanto participantes en los desfiles como el público demostraron que había ganas de disfrazarse y pasarlo bien.

En Padrón, más de 1.500 personas llegadas de distintos puntos de Galicia recorrieron sus calles caracterizados. El ganador en la categoría de más de 20 miembros fue «Aromas do entroido», seguido por «Nicradance-Los payasos de la tele» y «Ti e máis eu». En comparsas de menos de 20 personas, la vencedora fue «Cine Avenida», completando el particular podio «Os comeverzas» y «A Pascua de Padrón». «As vespas mamis da Carballeira» se impusieron en la comparsa local de más de 10 miembros, mientras que «Cine Mudo», del CEIP Rosalía de Castro fue segunda y «Ochenteros atope», tercera. En pareja la vencedora fue «Caixas musicais»; en categoría adulto individual, «E non estaba morto»; y en infantil, «A volta o mundo».

La Voz de Galicia

La inexplicable relegación de la estación de tren que une Arousa y Barbanza.

Pese a registrar más pasajeros, Catoira ni siquiera dispone del servicio de información telemática que Renfe sí ofrece en Pontecesures

El ferrocarril es una presencia diaria y permanente en la orilla sur de la ría de Arousa desde que el 15 de septiembre de 1873 un convoy de pasajeros unió los antiguos concellos de Cornes y Carril, inaugurando la era del camino de hierro en Galicia. Con el paso del tiempo, el servicio ha ido experimentando todo tipo de avatares. La conexión con Pontevedra, que en el 2024 cumplió 125 años, la pérdida del tren regular a Madrid en 1958, su recuperación en el 2020 y la llegada del AVE, un año más tarde, son algunos de sus hitos. Aquella línea única fundada a finales del siglo XIX se dividió en el 2010, con la apertura del nuevo corredor atlántico. Conviven, desde entonces, dos trazados en la comarca. El que recorren la alta velocidad y los media distancia, rápido, con escala únicamente en Vilagarcía, y el regional, básicamente el mismo que utilizó Rosalía de Castro para ver el mar por última vez, más lento pero con paradas muy útiles en Catoira y Pontecesures (y ya en la provincia de A Coruña, también en Padrón). Dos estaciones que han corrido suertes dispares, aunque están llamadas a configurar un servicio de cercanías en cuanto la luz del sentido común se abra paso en las mentes de quienes planifican el transporte público en esta esquina del viejo mundo.

Los edificios que las acogen, levantados en recio granito del país, permanecen cerrados desde hace largos años. Desde luego no hay taquillas en ellos, como tampoco cafeterías ni nada que se les pueda parecer. Con todo, su situación dista de ser la misma. Existe una diferencia muy notable. En el andén de Pontecesures funciona un sistema de información telemático que permite adquirir los billetes y recibir información que proporcionan teleoperadores en tiempo y conversación reales. Entre las cinco de la mañana y las once de la noche, un operario o una operaria saludan con amabilidad desde su pantalla en cuanto esta se acciona al tacto.

En Catoira, en cambio, el silencio domina las instalaciones ferroviarias. No existe nada semejante al dispositivo que sí da servicio al viajero en Pontecesures. Su única ventaja con respecto a su estación hermana es el hecho de que en ella se haya habilitado una sala de espera. Cesures carece de algo así, pero a cambio dispone de un andén bien cubierto y protegido de la lluvia, además de una marquesina en el sentido de circulación contrario al de la propia estación. Dos elementos de los que Catoira también se ha visto privada, si bien cuenta con un paso inferior que facilita el tránsito bajo las vías.

Una situación asimétrica

Esta serie de asimetrías se extienden a cuestiones tan básicas como la existencia de un horario actualizado al que echarle un ojo. En Catoira sobrevive un tablón de anuncios, pero está vacío. El de Pontecesures cuenta con un horario físico, actualizado en mayo del 2024 y algo maltrecho. Y refuerza el su función informativa con un par de códigos QR cuya lectura da acceso a la información requerida a través de un simple teléfono móvil. Quien busque algo parecido en Catoira lo hará en vano.

Llama la atención este trato desigual, a la vista de que, a lo largo de las últimas tres décadas, la estación de Catoira ha conseguido invertir su estatus como tercera estación de la comarca para rebasar a Pontecesures y situarse en segunda posición en lo que al número de pasajeros se refiere. Los datos de Renfe a lo largo del tiempo indican que en 1997 la primera registró 19.820 viajeros frente a los 31.043 que contabilizó la segunda. A la espera de que se haga público el balance del 2024, la lectura del 2023 consolida un vuelco completo: en Catoira se subieron o bajaron 67.000 viajeros, mientras en Cesures lo hicieron 39.800.

Aunque el fenómeno se detectaba antes, el estallido de la pandemia disparó la utilización de Catoira como estación no solo al servicio de los usuarios de la orilla sur, sino también de quienes emplean el ferrocarril procedentes de la comarca de O Barbanza. Basta acercarse por la plaza catoirense un viernes o un domingo por la tarde para comprobar cómo los automóviles llegan y se marchan para recoger o depositar a estudiantes o trabajadores que se mueven en ferrocarril y tienen Catoira como referencia.

En ese punto estriba otra diferencia inexplicable. Cada día laborable, tres trenes lanzadera parten de Vilagarcía hacia Santiago y otros dos lo hacen en sentido contrario. Se detienen en Pontecesures y en Padrón, pero no en Catoira, por mucho que sus números, como queda claro, piden a gritos su inclusión en el servicio.

Quien albergue alguna duda puede reflexionar acerca del crecimiento que la demanda del ferrocarril ha experimentado en las tres estaciones en los 26 años que median entre 1997 y el 2023: Vilagarcía ha rebasado el millón de pasajeros con un aumento del 154 %, que en Cesures es del 28 % y en Catoira alcanza un 241 %.

La Voz de Galicia

O pote das actividades para conmemorar o Día de Rosalía comezou a ferver en Padrón.

A fundación de Padrón chama á sociedade galega a celebrar o 23 de febreiro lendo a obra da escritora, comendo un Caldo de Gloria ou participando na Alborada, entre outras iniciativas.

Opote comezou a ferver hai uns días para degustar o Caldo de Gloria o vindeiro domingo, 23 de febreiro, día no que Rosalía de Castro cumpre 188 anos. A fundación de Padrón que leva o nome da escritora presentou esta mañá na Casa de A Matanza os actos conmemorativos do aniversario, nun acto encabezado polo presidente da entidade cultural, Anxo Angueira, quen estivo acompañado pola responsable da Fundación Xistral, Cristina Juncal; pola deputada de Cultura da Deputación da Coruña, Natividad González; polo representante da Asociación de Gaiteiras Galegas, Olimpio Xiráldez; polo alcalde de Padrón, Anxo Arca e polo director xeral de Cultura, Anxo Lorenzo.

Anxo Angueira lembrou que Rosalía cumpre 188 anos e non so está viva, «está moza e moi presente á nosa beira» de modo que, engadiu, o día do seu nacemento xa é «unha data afianzada no calendario cultural galego». Unha data que se festexa a nivel institucional, pero tamén nas rúas e no resto dos espazos do país e proba diso é, segundo explicou o presidente da fundación rosaliana, a elaboración do Caldo de Gloria, unha iniciativa que arrancou hai tres anos en base a un poema da escritora no que relata a épica de preparar ese prato co pouco que tiña na casa e que agora xa chegou a entidades púiblicas e privadas, empresas, centros de ensino, hostalaría e outros ámbitos nos que a fundación repartiu 120.000 manteis, para degustar o caldo. O primeiro ano da iniciativa foron 12.000 e o segundo 45.000. 

O Caldo de Gloria tamén se preparará o domingo na propia Casa de Rosalía, este ano a cargo dos cociñeiros Alberto Carou e Jane MacDonald, do restaurante o Curral do Marqués, de Taragoña, no concello de Rianxo, un guiño da Fundación Rosalía á celebración do Ano Castelao. 

Por parte da fundación, entre as novidades deste ano está, ademais, a campaña Rosalía é mundial, de modo que nas vindeiras semanas personaxes da cultura recitarán poemas de Rosalía desde diferentes lugares do mundo. A iniciativa arrancou con Marta Pérez (escritora) e o músico Manu Chao, e xa se sumou tamén Rosa Montero. A iniciativa queda aberta máis alá do 23 de febreiro, para quen desexe ler poemas da escritora, alí onde estea, segundo dixo hoxe Anxo Angueira.  

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Desa boa acollida popular do Día de Rosalía fala tamén a convocatoria da alborada, que a fundación fai en colaboración coa Asociación de Gaiteiras Galegas, de xeito que Olimpio Xiráldez convidou a que o 23 de febreiro soe a música da gaita en calquera recuncho de Galicia e, a poder ser, a alborada e Rosalía. 

A conmemoración do 23 de febreiro tamén está moi presente nas librerías da man da Fundación Xistral, que este ano fixo 10.000 marca páxinas que xa se están repartindo entre todas aquelas persoas que mercan un libro nos centros do gremio libreiro. Dende a Xunta e a Deputación de A Coruña, Anxo Lorenzo e Natividad González, respectivamente, tamén lembran que o Día de Rosalía é xa unha celebración popular, que implica a todo tipo de institucións e a todos os galegos, arredor dunha figura «que nos xunta a todos», en palabras de Anxo Lorenzo. Para Natividad González, «é moi bonito ver como a fundación coida da figura de Rosalía, non so este mes, senon todo o ano e ás veces con poucos recursos», polo que animou á entidade a seguir facéndoo para que a escritora siga sendo un referente no país.

Pola súa banda, o alcalde de Padrón, Anxo Arca, falou da programación no concello e referiuse, en concreto, ao pasarrúas do domingo pola mañá coas figuras dos Xigantes de Rosalía e Castelao, cedidos polo Concello de Rianxo, e que, xunto cos Cabezudos de Padrón, percorrerán os locais da vila para degustar o caldo de gloria.  

Pola tarde, na Casa de Rosalía, tras a degustación do Caldo de Gloria actuará Antía Muíño que, segundo explicou Anxo Angueira, é unha cantareira moderna no ano adicando á música popular das cantigas.

La Voz de Galicia

Una rosa roja evoca cada año el amor en el Banco dos Namorados de Padrón.

La pieza actual, tallada en bronce, repone el original de madera que existió durante años

Como cada 14 de febrero desde hace catorce años, cuando se inauguró el actual Banco dos Namorados en el Jardín de Padrón, una rosa roja depositada sobre el mismo evoca el amor de muchos padroneses en ese rincón del recinto botánico. Cada año, la deja allí Guapecha Castaño, vecina de Padrón y hermana del diseñador del banco y uno de los promotores de reponer la pieza en el jardín, bajo el árbol de los enamorados y cerca de la estatua de Macías.

Ayer no fue una excepción y a las doce de la mañana, Guapecha Castaño fue al jardín y dejó la flor, donada por la floristería de la villa Fieitas. Al principio la compraba la propia vecina pero, con el paso de los años, la tienda decidió donarla. «Un día como hoy siempre hay una rosa en el banco y la habrá mientras yo pueda», cuenta Guapecha Castaño, quien hizo una fotografía para enviársela a su hermano Fernando, que no reside en Padrón.

El llamado Banco dos Namorados del Jardín de Padrón, tallado en bronce, se inauguró un 14 de febrero de 2011, pero su historia viene de más atrás. La actual pieza, que repone a un banco de madera que existió durante años y que fue testigo de los murmullos de muchos padroneses, fue costeada por el pueblo, a base de donaciones, pero también con el apoyo de gobierno bipartito, en base a una idea del propio Fernando Castaño, con la colaboración de Cesáreo Pardal y de Fernando Rey y con el impulso de las redes sociales.

Una placa explica que su instalación fue a iniciativa popular y también que previamente había otro, construido en madera, inaugurado por la matriarca de la familia Castaño y posteriormente donado a la Casa de Rosalía de Castro.

El propio perfil del Concello de Padrón incluye estos días una imagen del banco, del que señala que es «unha fermosa peza de bronce coas pegadas e sentimentos de todo o pobo. Un espazo para o recordo, para os murmurios compartidos e para que o amor siga tendo o seu lugar en Padrón». La pieza lleva en su respaldo figuras alusivas al amor, además de esa palabra escrita en todos los idiomas del mundo, en homenaje a la variedad de vegetación que existe en el jardín.

La Voz de Galicia

Padrón lembra a figura de Rosalía con degustacións gastronómicas, música e unha ofrenda floral.

O 23 de febreiro conmemorase o día da escritora galega máis universal.

Imaxe do cartel do Día de Rosalía en Padrón
Imaxe do cartel do Día de Rosalía en Padrón

Padrón, berce da escritora máis universal de Galicia como é Rosalía de Castro, prepárase para celebrar o vindeiro 23 de febreiro o Día de Rosalía cunha xornada repleta de actos institucionais, degustacións gastronómicas e eventos culturais. A programación, organizada polo Concello de Padrón e complementada polas actividades da Fundación Rosalía de Castro, ten como obxectivo reivindicar o legado da escritora e manter viva a súa memoria.

Os actos darán comezo ás 13.30 horas cun desfile dos xigantes de Rosalía e de Castelao, cedidos polo Concello de Rianxo, que percorrerán as rúas de Padrón. A presenza de Castelao nesta homenaxe reponde á declaración do 2025 como Ano Castelao, coincidindo co 75 aniversario do seu pasamento. Neste sentido, ambos persoeiros son dous símbolos fundamentais da identidade galega e da defensa da lingua e a cultura do país.

O sabor do Caldo de Gloria

Xa o dicía a propia Rosalía nun dos seus poemas: «Fixen un caldo de gloria / que me supo que la mar / fixen un bolo de pote / que era cousa de envidiar«. E é que o Caldo de Gloria é unha receita, como destaca a poetisa nos seus versos, que simboliza a resistencia e dignidade do pobo galego. Por iso, paralelamente ao desfile, os establecementos hostaleiros de Padrón ofrecerán degustacións desta tradicional receita.

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Mantel co poema 'Miña casiña, meu lar' elaborado pola Fundación Rosalía
Mantel co poema ‘Miña casiña, meu lar’ elaborado pola Fundación Rosalía.

Non será a única degustación da xornada. Dende as 19.00 horas, na Casa de Rosalía, o cociñeiro Alberto Carou, do restaurante Curral do Marqués en Rianxo, ofrecerá o seu Caldo de Gloria aos visitantes.

Entre medias, ás 18.00 horas, terá lugar un dos momentos máis emotivos da xornada. Será diante da estatua da propia Rosalía no paseo do Espolón coa tradicional ofrenda floral.

Ofrenda floral polo Día de Rosalía o pasado ano
Ofrenda floral polo Día de Rosalía o pasado ano.

Para pechar o día, ás 20.00 horas, a cantante Antía Muíño ofrecerá un concerto no auditorio da Casa de Rosalía, servindo para poñer o broche de ouro a unha xornada que mestura cultura, tradición e música en honor á figura máis destacada da literatura galega.

El Correo Gallego