El eje ferroviario Santiago-Arousa ganó un millar de pasajeros diarios en dos años. Fuerte incremento de usuarios en Pontecesures.

La estación compostelana consolida su liderazgo en Galicia mientras Vilagarcía supera de nuevo el millón de viajeros

Vaya por delante que el cálculo del flujo ferroviario que comunica Vilagarcía con Compostela no es sencillo de discriminar. En él es necesario obviar los grandes números de la estación compostelana, la primera de Galicia con diferencia en número de pasajeros, para evitar distorsionar sus conclusiones. También en la capital arousana conviene retirar de la cuenta los 68.584 pasajeros que el año pasado emplearon el AVE. La perspectiva que así se ofrece viene dada por la suma de los viajeros que se desplazaron en tren usando las escalas de PadrónPontecesures y Catoira —todas ellas limitadas a trenes regionales— y el tráfico de regionales y media distancia que registró Vilagarcía. El balance es revelador y refuerza la impresión de que la antigua línea que inauguró la era del ferrocarril gallego es una clara candidata a acoger un servicio de cercanías: entre el 2022 y el 2024, la cifra de billetes despachados pasó de 918.400 a 1.260.158. Un incremento de 341.758 desplazamientos que se traduce en un millar de viajes (936) más al día.

Todas y cada una de las cinco estaciones que configuran el recorrido hacia el mar de Arousa incrementaron sus registros en este período, marcado por el final de la pandemia y, en lo ferroviario, por el mantenimiento de los bonos que permiten recorrer la línea de forma gratuita. Mientras Compostela refuerza su posición por encima de A Coruña, Vigo y Ourense y rebasa con solvencia en umbral de los cuatro millones de viajeros, Vilagarcía supera por segundo año consecutivo la barrera del millón de desplazamientos.

Atendiendo únicamente a las escalas intermedias, el incremento más notable entre el 2022 y el 2024 se sitúa en Pontecesures, que prácticamente duplica sus registros y roza los cincuenta mil viajes. Entre estas tres estaciones (Padrón, Cesures y Catoira), el nivel de utilización se situó el año pasado en 173.866 pasajeros, 127.200 más de los que recurrieron a ellas dos años antes. En términos de promedio, este aumento supone 127 viajeros más cada día pese a las muchas mejoras que precisa la vieja línea.

A la espera de las mejoras en Catoira, el nexo para los usuarios de Barbanza, y del apeadero que solicitó Valga

Una lectura detallada del balance de pasajeros entre Vilagarcía y Santiago deja claras un par de cosas. En primer lugar, el fracaso de la estación Padrón-Barbanza, con la que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) quiso atraer a los potenciales usuarios de O Barbanza hacia el nuevo eje atlántico. El año pasado, apenas 2.186 servicios se detuvieron en una escala mal ubicada, que solo fue utilizada por 8.238 viajeros. El dato contrasta con el nivel de uso de la clásica estación de Padrón en A Matanza, 59.166 desplazamientos. Y, sobre todo, con el de Catoira, que alcanzó los 65.479 billetes y se consolida, con claridad, como el verdadero nexo de referencia para el norte de la ría.

Nadie ha explicado todavía cómo, con este flujo creciente de pasajeros, en Catoira siguen sin detenerse los cinco ferrocarriles diarios que discurren a diario únicamente entre Compostela y la capital arousana, los denominados trenes lanzadera.

A la espera de que alguien tome la decisión correcta, el ADIF tiene otras asignaturas en cola. El operador planteó toda una serie de mejoras que el pleno de la corporación municipal respaldó por unanimidad. Su listado incluye la supresión de dos pasos a nivel y la creación de un nuevo camino de enlace que comunicará el Centro de Activación Cultural das Torres de Oeste (CACTO) con el entorno de la estación, facilitando los movimientos desde la vertiente oeste de la vía y, por lo tanto, de los usuarios que procedan de O Barbanza. Finalmente, la instalación de una nueva pasarela peatonal y la adecuación de las rampas que configuran el paso inferior bajo la vía, ya en la propia estación, cuya pendiente las hace hoy en día difícilmente practicables. El alcalde catoirense, Xan Castaño, explicó ayer que su equipo sigue esperando que el ADIF se ponga manos a la obra.

Qué decir del caso de Valga. El municipio lleva viendo pasar el tren desde que el primer ferrocarril de la historia de Galicia recorrió la vía entre O Carril, hoy perteneciente a Vilagarcía, y Cornes, englobada en Santiago. Aquello sucedía en 1873 sin que nadie hubiese pensado en la idoneidad de ubicar una estación en Valga. Vecinos y trabajadores han reunido dos millares de firmas para reclamar un apeadero. El ADIF, explica José María Bello Maneiro, su alcalde, parecía darle su visto bueno. Pero no hay más noticias.

Faro de Vigo

La fuerte demanda justifica un tren de cercanías entre Santiago y Arousa.

El antiguo trazado permite que conviva con el eje A Coruña-Vigo, pero necesita más trenes, paradas dignas y frecuencias

Después de más de dos décadas bregando para conseguir que llegue el AVE, una conquista todavía incompleta, los usuarios del tren en Galicia piden también una infraestructura ferroviaria interior que vaya más allá de los dos grandes ejes, A Coruña-Vigo y Santiago-Ourense, y en la que no prime tanto la rapidez como las frecuencias, ayudando a vertebrar territorios como alternativa a los desplazamientos en vehículos particulares. Así lo piensan los usuarios de la línea ferroviaria pionera en Galicia que unía Cornes y Carril, ahora con sus estaciones ya en Santiago y Vilagarcía. Hay masa crítica, unas 400.000 personas entre las comarcas de Compostela, Sar, Caldas, O Salnés y Barbanza, y lo más difícil está hecho —un trazado válido—, pero ahora faltarían más trenes, estaciones equipadas, aparcamientos disuasorios y frecuencias para captar un volumen de viajeros que no para de crecer en los últimos años.

Dos vías distintas

Pese a haber quedado al margen del proyecto en marcha para establecer el primer tren gallego de cercanías, los datos y la infraestructura apuntan al eje Santiago-Vilagarcía como un claro candidato a desarrollar un servicio de este tipo. En la mayoría de su trazado persisten, de hecho, dos vías distintas que lo harían perfectamente factible: el renovado eje atlántico y el primer camino de hierro que funcionó en Galicia. Entre A Escravitude y la capital arousana, este sigue, en lo básico, el mismo recorrido que fue inaugurado el 15 de septiembre de 1873, lo que permite que los trenes de media distancia, capaces de cubrir el viaje entre ambas localidades en 21 minutos, convivan con los regionales, que lo hacen en algo más de media hora.

Una aplicación del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) facilita el cálculo del nivel de utilización que mantiene esta vieja vía. Tanto en Compostela, que registró el año pasado 3.710.467 pasajeros en las líneas de recorrido gallego; como en Vilagarcía, por donde pasaron 1.086.292 viajeros, se detienen las dos modalidades de ferrocarril. En las escalas intermedias (Catoira, Pontecesures y Padrón) solo lo hacen los regionales y los denominados trenes lanzadera, que discurren únicamente entre las dos ciudades y ofrecen tres frecuencias diarias en dirección a Santiago y dos hacia la capital arousana. Pues bien, su uso no ha dejado de crecer. Entre las tres sumaron 173.866 pasajeros en el 2024, lo que se traduce en un promedio diario de medio millar de billetes.

Una parada sin éxito

Un punto más a tener en cuenta. En el momento en el que el nuevo eje atlántico entró en funcionamiento, quienes lo proyectaron crearon una parada de la nada. Su denominación, Padrón-Barbanza, es transparente en cuanto a su propósito: atraer a la población de la orilla norte del mar de Arousa, privada de servicios ferroviarios, pero próxima a una de las líneas más rentables del Estado. Diez años después de aquel estreno, resulta obvio que alguien distrajo el tiro. Ubicada en un enclave distante, con apenas tres trenes diarios en cada sentido y malas conexiones de autobús, el año pasado apenas contó con 8.238 viajeros. Merece la pena comparar esta cifra con la que exhibe la estación de Catoira, 65.479 pasajeros, que siempre ha sido, en realidad, el nudo de referencia para O Barbanza.

Hay mucho que mejorar en Catoira. Su alcalde, Xan Castaño (BNG), apuesta por la creación de una línea de autocares que comunique Ribeira, Boiro, A Pobra y Rianxo con la estación, a la que un aparcamiento en condiciones le vendría como anillo al dedo. Por alguna razón que nadie acierta a explicar, allí no se detienen los trenes lanzadera.

Claro que en la reivindicación ferroviaria no hay distingos ideológicos. Tanto Alberto Varela desde Vilagarcía (PSOE) como Maite Tocino desde Pontecesures (BNG) y José María Bello Maneiro (PP) en Valga defienden la creación de un servicio de cercanías. O, en su defecto, una intensificación decidida de la oferta de ferrocarriles. Es más, el último de ellos, Bello Maneiro, comandó la recogida de dos millares de firmas para que el ADIF instale un apeadero en su municipio, que lleva 152 años viendo pasar el tren sin que nunca haya hecho escala en él. Otro dato: al menos un centenar de personas acuden a diario desde Santiago al pequeño municipio arousano para trabajar en su pujante industria, que sostiene dos mil empleos. Difícil imaginar mejores potenciales pasajeros.

MONICA IRAGO

«Vivir en Santiago es caro»

Nada más claro, en cualquier caso, que dejar hablar a quienes emplean esta vía antigua y todavía prometedora. Carlota López Meaños tiene 24 años y está terminando el grado de Filoloxía Inglesa en el campus norte de la USC. Vive en O Carril y de lunes a jueves viaja en ferrocarril entre Vilagarcía y Santiago. No solo para estudiar, sino también para trabajar como profesora en un par de colegios en los que resuelve sus actividades extraescolares. «Los cuatro primeros años viví en Compostela y trabajaba en verano en un restaurante, O Loxe Mareiro, donde continúo. Pero todo lo que ahorraba me lo gastaba en pagar un alquiler, que no paraba de crecer. Ahora vivo en casa, tengo una calidad de vida mucho mejor, porque residir en Santiago es muy caro, y aprovecho los días mucho más que antes». Sin el tren, sencillamente, «no sería posible».

Entre Vilagarcía y Compostela está Padrón, que además de los conocidos atractivos históricos, culturales y gastronómicos, se ha convertido en uno de los polos industriales más potentes del sur de la provincia de A Coruña. La creciente demanda del servicio de tren en la estación ubicada junto a la Casa Museo Rosalía de Castro es muy elevada en la actualidad, tanto por parte de estudiantes como de trabajadores.

Así lo constatan varios usuarios consultados, entre ellos la padronesa Belén Angueira, de 56 años, que tiene en el tren su único medio de transporte. Tiene una academia de inglés en Santiago y, desde septiembre del 2020 se desplaza a diario en este medio para ir a trabajar. Cuenta que el tren iba vacío en parte porque, antes de la pandemia, «os horarios eran complicados». Con la implantación de los bonos gratuitos, Belén Angueira vio cómo cambió la situación y la demanda creció de tal manera que los trenes desde Padrón empezaron a llenarse, explica. Al mismo tiempo, también constató los defectos del servicio y, como usuaria habitual, tiene presentada más de una reclamación.

Los problemas con Renfe

Así, considera que la puntualidad de los trenes es muy mejorable, pese a que es un factor fundamental para usar este servicio. «No último ano é moi impuntual», asegura. A ello hay que añadir, cuenta la usuaria, que «están suprimindo trens sen aviso». En su caso, además, presentó en su día una solicitud para que se incrementase la frecuencia horaria por la mañana, con un tren a las nueve, pero no fue atendida. «Pola mañá o horario é moi mellorable e bótase en falta un tren a esa hora», asegura.

Angueira cree que es necesario que se abra el edificio de la estación para que los usuarios puedan abrigarse en los días de mal tiempo, además de abrir los baños. En cualquier caso, hace una valoración positiva del servicio y dice que está «agradecida de poder ir a traballar a Santiago en tren», y tener acceso a una estación que en mayo se estrenará como intermodal —faltarán los aparcamientos y otros detalles— lo que facilitará múltiples conexiones con otras zonas de Galicia, así como un buen enlace en autobús para llegar al aeropuerto de Lavacolla.

La Voz de Galicia

Ni la lluvia pudo frenar la pasión por los caballos en la Pascua de Padrón.

Miles de visitantes se congregaron en el Campo da Barca en una cita con medio centenar de equinos.

Este lunes tendrá lugar el hermanamiento con la Corporación de Santiago.

Un joven criador durante el concurso de ponis
Un joven criador durante el concurso de ponis.

No hay día más esperado en todo el año en Padrón, con permiso del Santiaguiño (25 de julio), que el Domingo de Pascua. Y una vez más, la cita no defraudó. A pesar de la lluvia persistente que empapó las calles desde primera hora, y que amenazaba con estropear la jornada, miles de personas, paraguas en mano, abarrotaron el Campo da Barca para vibrar con la celebración de la tradicional Feira Cabalar y reafirmar que la pasión por los caballos no entiende de climatología.

Medio centenera de equinos, llegados de toda Galicia y de diversos puntos de España, participaron ayer en una cita con más de cuatrocientos años de historia y consolidada como una de las «más relevantes y esperadas» en el calendario ecuestre gallego para buena parte de los tratantes presentes.

Los concursos morfológicos, en los que se eligieron a los mejores ejemplares cruzados, bretones y de pura raza gallega y árabe centraron gran parte de la atención de los asistentes y de los jueces, que repartieron más de 3.000 euros en premios entre los mejores ejemplares. Puntuable para la Copa Galicia, el certamen de caballo y yeguas de pura raza gallega fue uno de los momentos más esperados, con Gali de Oza y Dana, ambos ejemplares de Lino Freire y llegados desde Oza Cesuras, se erigieron como los grandes ganadores ante la atenta mirada del público.

El alcalde, Anxo Arca, izquierda, junto a dos de los ejemplares premiados
El alcalde, Anxo Arca, izquierda, junto a dos de los ejemplares premiados.

Sin embargo, la mayor expectación llegó con el certamen de ponis, donde salieron a escena cinco animales acompañados de sus jóvenes criadores, destacando uno de apenas tres años de edad para demostrar que el relevo generacional y el futuro de la feria está en buenas manos. Pipo, de Marcos Freiría fue el triunfador en la categoría pero los cinco pequeños amantes de los caballos desataron la alegría entre el público, que admiraba atento su buen hacer.

Una multitud entre la que asomaban tanto rostros nuevos, que sorprendidos destacaban que «no esperabamos tanto», como aquellos ya curtidos que no faltaban a su «cita anual». Tampoco faltaban los más pequeños, que maravillados por los equinos, especialmente por los ponis, no paraban de repetir frases como «mira que monos» o «yo quiero uno».

La Feira Cabalar se cerró por todo lo alto con una exhibición de doma en la que participaron primero caballos de pura raza gallega y que contó, como broche final, con el espectáculo La magia del caballo, con ejemplares de pura raza española.

Un ejemplar durante la exhibición de doma
Un ejemplar durante la exhibición de doma / CEDIDA

Mientras los devotos de las monturas observaban atónitos el andar majestuoso de los caballos, muchos otros, tomándose un descanso y resguardándose de la lluvia se agolpaban en el interior de las pulpeiras instaladas en la zona para «repoñer forzas» de la mejor manera.

Atracciones y música por el Domingo de Pascua

El otro lado del río Sar tampoco se quedó atrás. Las atracciones y el reducido mercadillo dominical instalados en el Paseo del Espolón y en el Campo do Souto mantuvieron el constante flujo de visitantes durante todo el día, que, aun con un ojo pendiente del cielo, no dejaron de disfrutar de una gran jornada festiva y en la que no faltó la música. Primero, con un pasacalles y un concierto de la Banda Municipal de Música y, después, con el grupo folclórico San Pedro de Carcacía, que recorrió las calles acompañando a gigantes y cabezudos.

La música continuó siendo protagonista durante el resto de una jornada centrada en los más jóvenes, con la ‘Noite Xove’, que contó con las actuaciones de la formación Magos, de la París de Noia y con el espectáculo de música e iluminación Renovation Experience de Ricky Galende.

Este lunes, festivo local, Padrón recibirá a la Corporación de Santiago a las 13.00 horas en la praza de Ramón Tojo para el posterior concierto de la Banda Municipal de Santiago en la plaza de Macías. Ya por la noche, habrá verbena desde las 21.00 horas con las actuaciones de las orquestas Los Satélites y Olympus.

El Correo Gallego

El mal tiempo no frena a los peregrinos que cruzan la Variante y el Camino Portugués.

Ecuador, Marruecos y Costa de Marfil son algunos de los países de origen de los trescientos caminantes que ayer cruzaron Valga

El clima no nos está ofreciendo su mejor cara durante esta Semana Santa. Pero eso no ha frenado a los cientos de peregrinos que habían reservado estos días para cubrir etapas de las distintas rutas del Camino de Santiago que cruzan el sur de Arousa, así que es frecuente ver, estos días, como caminan cubiertos con chubasqueros con los que aspiran a protegerse del agua.

El trasiego en la Variante Espiritual es evidente. Este año, de hecho, se ve un número inusualmente alto de personas que deciden hacer a pie el tramo entre Vilanova y Pontecesures, que usualmente se realiza en barco. Pero hay quien prefiere hacer ese tramo atravesando Vilagarcía, Catoira y Valga hasta llegar a Pontecesures, donde la Variante entronca con el Camiño Portugués. Aunque la ruta discurre en toda esa zona por distintas carreteras y caminos, lo cierto es que es frecuente estos días cruzarse con peregrinos en la PO-548.

El Camino Portugués también registra, esta Semana Santa, un enorme trasiego. Efectivos de Protección Civil de Valga se ocupan de recorrer la ruta varias veces al día para echar una mano a las personas que puedan necesitarlo. Ayer por la mañana, explicaban desde este servicio, habían contabilizado a más de trescientos peregrinos. «En Semana Santa sempre é así, vén moitísima xente de todos lados», explican los valgueses. Algunos, desde países como Ecuador, Marruecos y Costa de Marfil.

La Voz de Galicia

Confirmada la sentencia que absuelve al exalcalde de Pontecesures de agresión sexual a su sobrina.

Sede del TSXG

Sede del TSXG.

El TSXG considera que el fallo de la Audiencia Provincial está bien motivado

El proceso judicial que se inició en el 2017 con una denuncia contra el exalcalde del BNG de Pontecesures Luis Álvarez Angueira por un supuesto delito de agresión sexual a su sobrina está a punto de cerrarse después de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) haya confirmado la sentencia que lo absuelve. Todavía queda la vía del recurso de casación ante el Supremo, pero el alto tribunal gallego mantiene las tesis del fallo de la Audiencia Provincial y concluye que no hay pruebas de cargo suficientes que sostengan la acusación contra el expolítico.

Tras la celebración del juicio en septiembre del 2024, la sección sexta de la Audiencia Provincial dictó sentencia el pasado diciembre en la que absolvía a Álvarez Angueira por falta de pruebas. La acusación presentó un recurso de apelación, al que se adhirió la Fiscalía, y ahora el TSXG lo desestima al considerar que el fallo «no adolece de ninguna carencia o deficiencia» que permita revocarlo.

Se explica en la resolución que ante una sentencia absolutoria el tribunal de apelación no puede volver a valorar las pruebas, solo revisar si la decisión de la Audiencia Provincial está debidamente razonada, y la conclusión en este caso es clara: «No concurre en la sentencia ninguna de las deficiencias reseñadas en la ley y analizadas por la jurisprudencia». En este sentido, se incide en que el fallo «toma en consideración todas y cada una de las pruebas practicadas efectuando una valoración exhaustiva y racional».

Contradicciones en el relato

Con respecto al análisis que se hace de las pruebas, se ponen de manifiesto contradicciones en el relato de la denunciante, no solo en relación con la ubicación temporal y espacial, sino también en relación con los propios hechos denunciados. Esta falta de consistencia en el testimonio también se aprecia en el informe emitido por la Unidad de Psicología Forense de la Universidade de Santiago que tenía por objeto valorar la credibilidad de la declaración de la afectada y la posible existencia de secuelas.

Señala la sentencia de instancia que del conjunto del relato y del contraste con lo que se dice en la querella y a lo largo de procedimiento «resultan claras quiebras y contradicciones» que fueron suficientes para plantear dudas e impedir «construir un relato incriminatorio sin vulnerar el principio de presunción de inocencia». Añade el TSXG que la Audiencia Provincial «ofrece una valoración exhaustiva, lógica y razonable de la prueba», por ello concluye que no procede declarar la nulidad del fallo ni modificar el sentido de la resolución.

La Sala también decidió no imponer las costas procesales a la acusación particular, al no apreciar temeridad ni mala fe en la interposición del recurso.

La Voz de Galicia

El joven peluquero senegalés que quiere vivir en Galicia: «Me gusta la lluvia».

Oumar Kande llegó a España en patera y hoy corta el pelo en Pontecesures

Las personas tímidas suelen usar la sonrisa como barrera defensiva. Oumar Kande, un senegalés de poco más de veinte años, se parapeta tras ese gesto mientras nos mira a través de uno de los espejos de la peluquería Sagasta Cuatro, en Pontecesures. Este establecimiento se ha convertido casi en un hogar para él: instalado en el centro de refugiados de Valga desde finales del año pasado, ha hecho un curso de peluquería y ahora está haciendo prácticas en un salón al que acuden hombres y mujeres para su acicalamiento capilar. Oumar, dicen sus compañeras, es muy bueno en su trabajo. Corta, tiñe, trenza… «Pero o que mellor fai son os alisados. Quédanlle mellor a el con secador que a nós coa prancha», asegura su jefa, Uxía González.

Es muy joven, pero Oumar ya ha vivido muchas vidas. La primera, en Kolda, en Senegal. El mayor de cinco hermanos descubrió pronto sus destrezas como peluquero: a los catorce años ya cortaba el pelo y peinaba a sus familiares y amigos más próximos. Solo tres años después, con 17, salió de Senegal y puso rumbo a Marruecos. En El Aaiún y en Casablanca volvió a trabajar como peluquero mientras intentaba ahorrar algo de dinero para emprender su huida hacia una vida mejor en Europa. No fue un camino sencillo: pasó tres días de temporal metido en una patera, muerto de miedo y de frío. «Llegamos a Lanzarote, todos bien», cuenta. Dos de sus compañeros en aquel infernal viaje han llegado hasta Valga con él, tras un periplo que los ha llevado por Tenerife y Madrid.

Una vez aquí, Oumar no ha desperdiciado el tiempo. Pese a la timidez, se expresa con fluidez en español y sus compañeras de trabajo se han propuesto enseñarle gallego. «Xa sabe dicir ‘‘pingando» e ‘‘carallo»», cuentan ellas con una carcajada. La sonrisa de él se libera por fin de todo y se suma a las risas. «Cando nos chamaron para preguntar se aceptariamos a un rapaz de prácticas dixemos que si, claro; non sabiamos nada del máis que vivía no centro de refuxiados», explica Uxía. Ella está encantada con el trabajo que hace el joven peluquero, convencida de que él puede aprender mucho, «pero nós tamén, porque ten outra forma de traballar… E de vivir». La clientela también ha acogido al nuevo peluquero como uno más. «A verdade é que encaixou moi ben. Ten a todo o mundo encantado», cuenta la responsable de un establecimiento en el que la energía positiva circula en todas direcciones. «Aquí somos case como unha familia».

Uxía recuerda el primer día de Oumar en la peluquería. «Aquel día ía moitísima calor, e pasámonos o tempo ofrecéndolle auga, refrescos… El dicía que non, que non… Ata que foi de noite e nos pediu un pouco de auga. Era ramadán e non podía beber, nós non tiñamos nin idea, claro». Ahora, Oumar es uno más, también en esto de las pausas en el trabajo: desayuna café con cruasán, se disputa las galletas de chocolate con sus compañeras y nunca dice que no a las mandarinas, que le encantan. «Me siento bien aquí», dice haciendo un gesto. Y aclara que ese aquí es el Sagasta Cuatro, pero es también el Baixo Ulla y, en general, Galicia. «Es un sitio tranquilo. Me gusta la gente, me gusta el clima. Me gusta la lluvia», relata el joven.

Lee para aprender español

Para Oumar no parece fácil hablar del futuro: está concentrado en vivir un presente que se ha vuelto tan dulce como las naranjas que comparte en el trabajo. Mientras teje una nueva red de amistades gracias a sus compañeras de trabajo, en el refugio corta el pelo a sus amigos, juega al fútbol y lee. Lee mucho. Lee todo lo que cae en sus manos. «Es muy bueno para aprender español», dice.

Gracias a las prácticas que está realizando, el joven Oumar ha podido empadronarse en Valga y ha obtenido su tarjeta sanitaria. Su objetivo, ahora, es «aprender a conducir» y, si es posible, visitar cuanto antes Santiago y la catedral: le han hablado maravillas de ella. Si tiene que pensar a largo plazo, Oumar se imagina instalado en algún rinconcito de Galicia, al frente de una peluquería propia. El Real Madrid, el que para él es el mejor equipo del mundo, será entonces, otra vez, campeón de Liga. De la Champions, este año, mejor no hablamos. Oumar recompone el gesto al recordar los tres goles que el Arsenal le metió al equipo blanco el martes. «Remontar es posible, pero es difícil».

La Voz de Galicia