Detectan vertidos permanentes de aguas fecales y restos industriales en el río Ulla.

Hace semanas vecinos y pescadores de Pontecesures denunciaban la existencia de vertidos al Ulla procedentes de fosas sépticas. Ahora se recrudecen esos lamentos y se escuchan los de otros ciudadanos del entorno, así como de mariscadores de la ría de Arousa, que ponen el grito en el cielo tras constatar la existencia de «infinidad de puntos de vertido contaminantes».

Se trata tanto de desagües como de regatos que desembocan en el río totalmente repletos de aguas fecales e incluso restos procedentes de diferentes industrias.

Las críticas se refieren al «preocupante estado» del cauce fluvial en las localidades de Padrón, Pontecesures, Catoira y Valga, por lo que se pide una mayor presencia del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y que esta actúe «con mayor contundencia» contra los que se encargan de destruir el medio natural e incluso las administraciones públicas que puedan tolerarlo.

«Estamos ante un auténtico atentado medioambiental que se comete permanentemente, las 24 horas del día y todos los días del año», aseguran algunos de los damnificados.

Hay mariscadores que faenan en los bancos de Os Lombos do Ulla y los parques de cultivo de Carril (Vilagarcía) que achacan a esa contaminación fecal e industrial del río el progresivo declive de sus zonas productivas. Al igual que hay pescadores que relacionan la escasez de lamprea, anguila, solla y otras especies con esa supuesta contaminación.

Al tiempo que piden «medidas contundentes» para acabar con esto, muestran imágenes en las que se aprecian importantes vertidos que, efectivamente, acaban en el Ulla, además de contaminar el entorno natural del mismo y de los afluentes que lo abastecen.

Hay tramos donde el agua está completamente marrón, mientras que en otros presenta un color amarillo intenso que cubre toda la lámina de agua.

No faltan restos de toallitas y otros desperdicios que acaban en el lecho fluvial procedentes de redes de alcantarillado que no pasan por depuradora o directamente desde las fosas sépticas de algunas viviendas.

Faro de Vigo

Indignación en Pontecesures por la tala de una decena de árboles.

El corte continuará en la jornada de hoy en un talud a los pies de la N-550 – Los vecinos lamentan que el Concello no lo evitase.

La tala de árboles que se está registrando en la N-550 a la altura del Consistorio de Pontecesures ha despertado indignación entre vecinos de la localidad que no entienden como el Concello ha podido permitirlo. Entre las personas indignadas por este hecho se encuentra el exedil de Pontecesures Luis Sabariz, que ayer valoraba poner los hechos en conocimiento del Seprona por lo que considera «un atentado ecológico», ya que está previsto que la tala continué en el día de hoy.

Los árboles talados, una decena de plátanos situados en un talud de la N-550, contaban con más de medio siglo de vida «y servían para dar sombra en la zona, y sobre todo, para retener el terreno de ese talud, por lo que consideramos que se ha cometido una auténtica salvajada que el Concello debería haber evitado; es incomprensible que se permita a la Demarcación de Carreteras que haga esto».

Además de la decena de plátanos que se cortaron ayer, la intención también es erradicar de esa zona cinco robles americanos y otras especies que ofrecían sombra en verano a esa zona.

«Entenderíamos que se hubiesen podado para evitar un crecimiento desmesurado, pero erradicarlos nos parece una decisión incomprensible para muchos vecinos, sobre todo porque vemos que en Pontecesures se cortan árboles pero no se planta absolutamente ninguno», explica el exedil independiente. Reconoce que tras el corte a los vecinos «solo nos queda el derecho al pataleo, pero es algo de lo que tomamos nota para el futuro».

Faro de Vigo

Denuncian a una empresa cesureña por una posible emanación contaminante al chorrear con arena.

El Concello investigará la licencia, y Medio Ambiente, si la actividad es perjudicial.

Dos denuncias del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Caldas a una empresa del sector del metal ante el ayuntamiento de Pontecesures han propiciado que el organismo local inicie unas diligencias previas para «comprobar» en que situación está realizando dicha empresa la actividad a la que desde el cuerpo de la Guardia Civil hacen referencia: chorreo con agua y arena sobre elementos metálicos. Un proceso en seco de limpieza y preparación superficial que se utiliza para retirar óxidos metálicos, restos de arena, pinturas y otros componentes de los elementos metálicos. Un trabajo que requiere de una licencia específica con la que, indican desde la Guardia Civil, la empresa no cuenta. «Ni en interiores, ni al aire libre», matizan.

Fue el pasado día 17 de julio cuando el Seprona acudió a la empresa alertado por un vecino de la zona, José Souto, que asegura que la empresa chorrea al aire libre «a diario». Una postura que difiere de la del gerente que, ante la visita del Seprona, aseguró que fue «algo puntual». Una postura que mantuvo al hablar con este periódico, al que se limitó a decir que «se usó el chorreado con agua, que no supone ningún riesgo, en una única ocasión». Las discrepancias con Souto, sin embargo, viene de largo. Desde la Guardia Civil señalan que hay una denuncia por el mismo motivo del año 2012.

La preocupación de este vecino va más allá de las licencias.
Asegura que la empresa está realizando el chorreo de arena al aire libre y sin ningún tipo de precauciones. El sílice del que está compuesta esta arena llegaría así a la finca que tiene situada a pocos metros. «Eso, y los materiales como pintura que contienen los distintos elementos metálicos», afirma. Sobre este posible peligro, desde la Guardia Civil señalan que «la actuación no fue en este sentido». Será la Consellería de Medio Ambiente, explica el alcalde en funciones, Ángel Souto, quien se encargué de investigar si se está produciendo algún tipo de emanación de residuos. «Ya nos hemos puesto en contacto con ellos», explica. Mientas tanto, el Concello se ocupará de confirmar que la licencia de la empresa no incluye el chorreo. «Antes de incoar un expediente hay que realizar ciertos trámites», señala.

«Veo cada día cómo realizan el chorreo con arena a todo tipo de metales»
El hecho de que su finca esté situada a poca distancia de la empresa ha llevado a José Souto a denunciar la realización de una actividad que considera «peligrosa». La primera vez que alertó al Seprona fue en diciembre del 2012. «No volví a saber nada y la actividad del chorreado no cesaba, así que hace tres meses y medio volví al ayuntamiento a preguntar como estaba la cosa. Como no tuve respuesta, volví a denunciar», explica. Fue poco tiempo después de la primera llamada, según cuenta, cuando decidió dejar de cultivar en su finca. «Si tengo ovejas y no quiero pensar que pueden estar comiendo restos de metales o pintura», señala.

Para no iniciar «esta pelea» en solitario, Souto decidió contactar con colectivos como las Ampas de los centros educativos de Valga y Pontecesures pero, tal y como señala, se encontró con que su iniciativa tuvo poca respuesta. «El metal es un sector muy fuerte en la zona y, si no uno mismo directamente, un familiar o un vecino vive de él», indica. Este es, a su parecer, el motivo por el que no hay más denuncias por una práctica que ha grabado en vídeos. «Solo espero que se investigue», señala. Un andamio con una lona, la clave para evitar que la sílice se expanda

«La sílice es un compuesto que se encuentra en la naturaleza y que sufre un tratamiento físico para darle una forma redondeada y que se pueda usar», explican desde el Colegio Oficial de Ingenieros Químicos de Galicia. Si bien inciden en el hecho de que se trate de un compuesto natural para restar peligrosidad, si señalan que «seca la tierra» y que es mejor evitarlo. Todo depende de las cantidades. «Lo que si es peligroso es su aplicación y la inhalación de las personas que pasan por la zona», explican. Una peligrosidad que aumenta en función del material contra el que se lance. La pintura, por ejemplo, si sería fatal. La solución es sencilla: «Basta montar un andamio, colocando una lona sobre la pared exterior para que las partículas reboten y caigan sobre el suelo». No trascendió que sistema usa la empresa cesureña.

La Voz de Galicia

Solitarios que no andan muy lejos.

jc

Cada vez que José María Carlés sube al monte mete en un departamento de su uniforme una libreta pequeña. Ahí anota lo que ve. Porque durante las tres décadas que lleva recorriendo pistas, organizando brigadistas, poniendo en marcha medidas de prevención y apagando fuegos ha aprendido a observar a la gente. Por eso al entrar en faena cuando salta una alarma no solo se detienen en apagar, mira alrededor, escribe y dibuja en el cuaderno y saca sus resultados. Esos apuntes, «algúns errados, outros non», son fundamentales para investigar el origen y las causas de los fuegos. A lo largo de los años ha visto muchos, tan dispares que no podría dibujar un único patrón. «Hai os lumes de primavera, que a maior parte responden a neglixencias, outra cousa son os que se producen no verán e aí a maioría son provocados por un incendiario», dice. Y dejando a un lado esos fuegos que tienen su origen en el mal lanzamiento de unas bombas de palenque, la quema a destiempo de unos rastrojos tras haberse saltado el permiso, o esos que provoca la chispa que escapa de una desbrozadora o incluso el tubo de escape de un tractor, están esos otros urdidos por la mente de personas detrás de las que suele haber algún otro problema. De relación, de conflicto con el entorno….

Tras pasar por un colador a todas las personas que, por unas u otras razones, están detrás de los fuegos, aparece un perfil muy concreto al que responden algunos de los últimos detenidos por su presunta implicación en la provocación de un incendio. «Máis alá da persoa que poda provocar un lume debido a unha neglixencia, e estas son moi variadas, o perfil do incendiario pode responder ao dunha persoa cun entorno desestruturado que encerra un problema social ou que ten problemas cos veciños que, nalgúns casos poden estar provocados por outro tipo de cuestións», apunta.

No solo José María tiene libretas repletas de anotaciones. Los agentes del Seprona y de la Policía autonómica que patrullan el monte también están ojo avizor. Con las respuestas de los que viven en los núcleos cercanos a la zona en la que hay fuegos hacen informes que luego remiten a la fiscalía. El fiscal de Medio Ambiente de Galicia, Álvaro García, describe ese retrato robot dibujado con el lápiz de la experiencia. «Suelen ser hombres que actúan solos. No hay tramas, ni acciones concertadas. Normalmente es gente mayor, a partir de 40 años, con vidas solitarias», dice. La falta de sociabilidad, los problemas familiares, los conflictos con el entorno, problemas con el alcohol u otras sustancias…. no dejan de ser características que sobrevuelan sobre los sospechosos analizados a lo largo de los años.

La soledad de la que hablan los agentes o los trabajadores de la Fiscalía no es gratuita. «En Galicia hay muchas personas que viven como ermitaños, pero realmente no saben que lo son. La cuestión es que entre ellos, hay aquel que desarrolla un presunto problema por el hecho de vivir aislado, pero además hay quienes tienen alguna patología no diagnosticada. La verdad es que hay gente con problemas no diagnosticados que son auténticas bombas de relojería», explica un local que trabajó durante años dando cobertura a personas en la provincia de Lugo.

La Voz de Galicia

Investigan a un cesureño de 61 años por un incendio forestal.

La lluvia caída ayer en las Rías Baixas ha alejado el fantasma de los incendios, al menos a corto plazo, pero la semana negra que vivió la semana pasada Arousa y otros puntos de Galicia sigue muy presente en la retina de los gallegos. El fuego ha dado una tregua pero las fuerzas de seguridad del Estado no dejan de investigar el origen de unos incendios que se llevaron por delante miles de hectáreas de monte.
Fruto de estas investigaciones, la Guardia Civil ha identificado a un vecino de Pontecesures de 61 años como supuesto autor de un delito de incendio forestal en el lugar de Grobas, en el mismo municipio, en el que se calcinaron aproximadamente tres hectáreas de monte arbolado el pasado fin de semana.Las pesquisas policiales determinaron que el incendio se inició «por aplicación directa de la llama mediante el uso de un mechero justo en el margen derecho de la calzada que da acceso al lugar», según consta en el comunicado emitido por la Guardia Civil.Esta misma investigación concluyó que la persona identificada como supuesta autora pudo haber actuado con la finalidad de eliminar la maleza que dificulta el acceso a sus fincas, y el fuego se habría propagado después debido al fuerte viento y a la sequedad del monte.

Las investigaciones fueron efectuadas, conjuntamente, por efectivos del Seprona de la Guardia Civil de Vilagarcía y el grupo de investigación de incendios forestales de la jefatura provincial de la Unidad de la Policía Nacional Adscrita a la Comunidad Autónoma de Galicia (UPA).El investigado tendrá que responder ante el Juzgado de instrucción número 2 de Vilagarcía en calidad de investigado por un delito de incendio forestal.

La Voz de Galicia

Investigan a un vecino de Pontecesures por un incendio forestal en su municipio.

La Guardia Civil investiga a un vecino de Pontecesures como supuesto autor de un delito de incendio forestal en este municipio. Las investigaciones llevadas a cabo conjuntamente por efectivos del Seprona de la Guardia Civil de Vilagarcía en estrecha colaboración el grupo de investigación de incendios forestales de la jefatura provincial de la Unidad de la Policía Nacional Adscrita a la Comunidad Autónoma de Galicia (UPA) permitieron la identificación y localización del presunto responsable de un incendio forestal ocurrido el pasado fin de semana en el lugar de Grobas. En el incendio se calcinaron tres hectáreas de monte arbolado.

Las pesquisas determinaron que el fuego se inició por la aplicación directa de la llama mediante el uso de un mechero, justo en el margen derecho de la calzada que da acceso al lugar. Se concluyó, igualmente, que la persona identificada como supuesto autor lo pudo haber hecho con la única finalidad de eliminar la maleza que dificultaba el acceso a sus fincas.

La Guardia Civil notificó a esta persona, de 61 años, su situación procesal de investigado como presunto autor de un delito de incendio forestal, con la obligación de comparecer ante el Juzgado de Instrucción número dos de Vilagarcía de Arousa cuando sea citado.

Faro de Vigo