La Quinta llega con un cargamento de churros y chocolate para calentar el alma en la Cocina Económica de Santiago.

Publicado por Redacción en

Ibai Castiñeiras y sor Alicia Lourido, el día de la acción solidaria de la churrería La Quinta.

Ibai Castiñeiras y sor Alicia Lourido, el día de la acción solidaria de la churrería La Quinta.

La churrería abierta este año en el casco histórico pone en marcha una tradición solidaria que aspira repetir cada Navidad.

Allá por abril, Ibai Castiñeiras cogió el relevo del negocio familiar y abrió en Compostela La Quinta, una churrería asentada en pleno casco histórico cuyo nombre hace un guiño a la quinta generación que él representa. Y, además, también ha decidido perpetuar el espíritu navideño y las buenas tradiciones implantadas por sus antecesores. Su tatarabuelo, cuenta el joven de 25 años, ya se dedicaba a endulzar la vida con su puesto ambulante en la feria de Pontecesures desde 1982: «Mi intención nunca había sido coger el relevo en la churrería, pero mi abuelo falleció hace dos años y medio de forma trágica, y mi abuela estaba sin fuerzas para seguir al frente del negocio. Eso hizo que diese un paso al frente para dar continuidad al que fue el sustento de mi familia durante más de 180 años. Sin embargo, yo no quería enfocarme en los mercados ambulantes sino crear una marca propia, desarrollarla y expandirla». Tras inaugurar con éxito su primer establecimiento en la rúa da Caldeirería, ahora este cesureño ha puesto en marcha una acción solidaria siguiendo la estela de su abuela Fina (quien da nombre a la Churrería Fina): «Ella, en las fechas navideñas señaladas, siempre tenía un detalle con las personas necesitadas y les daba churros al final de la jornada». Con ese mismo espíritu llevó Ibai un cargamento de churros y chocolate caliente de La Quinta a la Cocina Económica de Santiago.

En el comedor social dirigido por sor Alicia Lourido sirvieron el viernes por la tarde más de 150 chocolates y 600 churros para entibiar el alma de los usuarios, personal y voluntarios. La iniciativa, explica, «tuvo una acogida espectacular tanto por parte del equipo que gestiona la Cocina Económica como por las personas que van allí. Cuando comunicaron por megafonía que iban a repartir chocolate caliente con churros, al ser la primera vez que lo hacemos y no estar acostumbrados, se les cambiaron las caras. Ver esa ilusión fue lo más bonito». El dueño de La Quinta aspira a repetir cada año: «Estaremos encantados de hacerlo mientras podamos. Sabemos que esto es un lujo para muchas personas, en cuanto que no es un alimento de primera necesidad. Es algo de lo que se priva la gente con menos recursos, pero con este frío apetece mucho tomarse un chocolate caliente, y queríamos que disfrutaran de ello, que se sintieran queridos y en familia con este gesto».

A pesar de coincidir con unas fechas de mucho ajetreo para La Quinta, cuyo establecimiento (con capacidad para unos 50 clientes) se llena cada tarde y hasta hay colas para disfrutar allí de su producto estrella, están dispuestos a hacer un esfuerzo extra. De hecho, Ibai contó con el apoyo de un grupo de amigos que le ayudaron a llevar el chocolate y los churros hasta las instalaciones de la Cocina Económica: «Nosotros les acercamos todo el material, que era bastante pesado y costoso de trasladar, y ellos hicieron el trabajo de repartirlo».

¿Y por qué siendo de Pontecesures decidió Ibai abrir La Quinta en la capital gallega? «Queríamos abarcar todos los públicos y aquí teníamos la posibilidad de llegar al cliente local, pero también al turista, durante todo el año. Santiago a nosotros nos encantaba y poder abrir aquí el primer establecimiento fue un sueño cumplido. La idea de negocio es crear una marca y que nuestro producto puedan llegar a encontrarlo en otras ciudades de España, incluso en otros países», responde Ibai.

Aunque el churro clásico con chocolate es la combinación más demandada, explica que le sigue de cerca «una combinación que nació un poco improvisada», la de los churros pintados con crema de Kinder y de Nutella, así como por los churros bañados en chocolate (negro o blanco). Además, los ofrecen también rellenos. Y, en el apartado de bebidas, hay asimismo distintos tipos de cafés y batidos. Aunque en La Quinta hay tanto la opción de take away y delivery a través de Just Eat, «donde más sale el producto es en el local, que además está diseñado con mucho cariño y hecho al detalle a nuestro gusto», destaca su joven dueño. 

La Voz de Galicia

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