Pontecesures recorre las rutas olvidadas de «as patifas».

La actividad «Anacos de historia» se desplegó ayer en la villa.

Pontecesures realizó ayer por la tarde un apasionante viaje al pasado de la localidad. «Anacos da historia de Pontecesures co son das caracolas das patifas» era el título de una actividad organizada por el Concello, que permitió a los asistentes descubrir algunos de los secretos de la pesca de la lamprea, compartidos por una familia de valeiros que trabajan en el Ulla. La cita sirvió también para escuchar en la voz de sus autores, Cándido Duro y Anxo Angueira, algunos fragmentos de obras literarias sobre la localidad. Y abrió las puertas, además, a recorrer los caminos que, hasta no hace tanto, recorrían a pie, con las patelas —grandes cestas cuadradas— sobre la cabeza, «as patifas», pescantinas que recorrían la comarca vendiendo pescado.

Se calcula que en Pontecesures, durante la posguerra, hubo hasta medio centenar de patifas. Eran mujeres que se levantaban de madrugada y caminaban decenas de kilómetros cada día para vender su mercancía o cambiarla por lo que en las aldeas les pudiesen dar. La historia de estas mujeres se volvió ayer presente gracias a la actriz Uxía Ferreiro, que se metió en la piel de una de ellas. Pero, sobre todo, gracias a la proyección de un vídeo en el que varias de aquellas bravas mujeres compartían sus recuerdos. Picafolla, Casadiña, Maquena, Tinguitanga y A Pastora aparecían en la pantalla recordando cómo se levantaban en plena noche para ir a comprar el pescado a Rianxo, o para esperar a que este llegase en un coche, desde Marín o Malpica, hasta Pontecesures. Recordaban también las horas que pasaban caminando por las corredoiras para llegar a las aldeas para vender su carga: «Máis de trinta quilómetros todos os días e as veces traías unhas pesetas e a veces non traías nada». Llevaban la patela llena de pescado y volvían con ella cargada de maíz, o pan, o leche. Porque cuando no había dinero, el trueque ayudaba a matar el hambre y la pobreza.

La Voz de Galicia

Ángel Naveira, vendedor de la ONCE: «Houbo quen acabou de pagar a hipoteca co premio do cupón; a min iso faime moi feliz».

El lunes repartió 70.000 euros en dos boletos ganadores; ya ha llevado la suerte a su pueblo en media docena de ocasiones

El pasado lunes, la fortuna hizo parada en PontecesuresDos cupones de la ONCE, vendidos por Ángel Naveira, tenían las cinco cifras elegidas por la suerte. Cada boleto pasó a valer, tras el sorteo, 35.000 euros. «35.000 euros cos que non contas véñenlle ben a todo o mundo», dice alegremente el agente-vendedor que hace de intermediario entre el azar y quienes se deciden a desafiarlo. En este caso, dice Ángel, el premio ha recompensado la fidelidad de dos personas que llevan años jugando al mismo número. «Non todo o mundo o fai, hai quen se aburre», explica.

No es la primera vez que Ángel reparte suerte en su pueblo. «Cando empecei a vender, os primeiros dez anos, máis ou menos, non din ningún premio», recuerda. Trabajaba entonces en las calles de Vilagarcía, que fue la primera ciudad en la que tuvo destino como agente-vendedor de la ONCE. Luego, quedó vacante la plaza de Pontecesures, su pueblo natal, y no dudó en trasladarse. El cambio de aires le sentó bien: comenzó una racha de premios que lo tiene encantado. Recuerda de memoria las cantidades repartidas —350.000 euros, 40.000 euros, 70.000 euros, 35.000 euros, 315.000 euros—. Las cifras más abultadas se reparten, en realidad, entre varios cupones premiados, lo que supone que a lo largo de los años Ángel ha hecho felices a muchas personas de su entorno. Y es que, al ser Pontecesures una localidad pequeña y su clientela «a xente de todos os días», el vendedor sabe bien a quién le sonríe la fortuna. Y en todos casos, dice, son personas trabajadoras, que reciben esos pellizcos con alegría: «Houbo quen acabou de pagar a hipoteca co premio do cupón. A min iso faime moi feliz», dice el vendedor, que con socarronería asegura que en su oficio es muy importante «ter a sorte na man para poder dar os premios». La broma encuentra réplica en una clienta que este jueves se acercó hasta él para llevarse su cupón. «Pois a ver se me das sorte, que eu tamén teño unha hipoteca que pagar», lo retó.

También ha habido quien ha destinado el regalo de la fortuna a «disfrutar un pouco da vida», tomándose unas merecidas vacaciones, y quien se ha gastado las inesperadas ganancias «arranxando cousas». No han faltado, tampoco, los clientes agradecidos que le han hecho a Ángel algún regalo. «Non teñen que facelo, pero senta ben», señala el hombre que lleva veinte años vendiendo el cupón.

«En Pontecesures estou encantado. Estou na casa e ademais teño unha clientela moi boa, moi fiel», cuenta. Gente de la localidad y de otras del entorno que acuden a él cuando quieren probar fortuna. Ángel confía en que el toque afortunado de sus manos siga repartiendo dinero entre toda esa gente. «Agora estou esperando o pellizco do sorteo do Día do Pai», dice con ese buen humor con el que encara la vida. Si lo buscan, no les costará mucho encontrarlo: pasa mañanas y tardes en las calles de Pontecesures. Estos días, con la lluvia, reconoce que su trabajo se vuelve un poco incómodo. «Pero logo das un premio, e xa o compensa todo».

La Voz de Galicia

La ausencia de capturas pone en jaque el formato habitual de la Lamprea.

El Concello de Pontecesures anuncia que la escasez de producto provocará que, como mínimo, el emblemático evento gastronómico no pueda celebrarse hasta mediados de abril.

Un instante de la última edición de la Festa da Lamprea cesureña, celebrada en el año 2023. G. GARCÍA (ARCHIVO)
Un instante de la última edición de la Festa da Lamprea cesureña, celebrada en el año 2023.

Una de las fiestas gastronómicas de mayor relevancia de la provincia de Pontevedra corre serio peligro de no celebrarse, al menos con su formato habitual. La organización de la vigésima sexta edición de la Festa da Lamprea de Pontecesures está en el aire. Así lo reconoció el martes pasado el Concello, que explica que la escasez de capturas, más preocupante aún que en años anteriores, en los que tampoco hubo precisamente abundancia, impide su desarrollo en el Día de San Lázaro, con el que coincidía habitualmente el evento. De esta manera, el Gobierno local está a la expectativa de que se produzca una mejora en el número de ejemplares para poder trasladar la cita gastronómica a mediados de abril, los días 13 y 14. Son estas fechas que coinciden, precisamente, con el último fin de semana de la temporada de esta especie.

La alcaldesa cesureña, la nacionalista Maite Tocino, explica que los contactos con los «valeiros», si bien se mantienen de manera periódica desde principios de año, se fueron intensificando en las últimas semanas. «O que nos trasladan é que, se nos último catro anos as capturas xa estaban á baixa, nunca acontecera algo coma na actualidade», reconoce, señalando incluso que «teñen volto a casa sen obter ningún exemplar». No es esta una situación que afecte a Pontecesures, ya que este déficit de lamprea también lo están a padecer las «pesqueiras» de Herbón e, incluso, en el Miño. Así las cosas, no se ha podido acumular materia prima suficiente para garantizar la organización de la Festa da Lamprea. La única posibilidad para poder celebrar la fiesta en sus fechas habituales pasaría por adquirir lamprea francesa «a prezos prohibitivos», indica Tocino, que quiso dejar claro que esta opción ha sido descartada por el Gobierno municipal, ya que «non sería ético nin coherente, xa que esta cita o que pretende é poñer en valor o produto autóctono do país».

Las próximas semanas resultarán decisivas para saber si Pontecesures puede volver a celebrar con su formato habitual, que tanto éxito tuvo durante un cuarto de siglo, un evento que en años pretéritos tuvo que ser suspendido por la pandemia de la COVID-19.La opción de «Tapalamprea»En caso de que no se reúna la cantidad suficiente para que la fiesta pueda celebrarse en toda su extensión, el Concello ya está estudiando otras alternativas. Una de ellas podría ser una versión más reducida, la «Tapalamprea», que consistiría en servir «petiscos nos locais de hostalería do municipio». Así lo reconoce la alcaldesa, que señala que esta opción requeriría de menos ejemplares y que «a restauración a vería con bos ollos, porque a materia prima parte da actividade, ao tempo que atrae ao público».

De esta manera, todo queda pendiente de la evolución de la actividad del sector en las próximas semanas. El Gobierno local se pone como fecha límite finales de marzo para tomar la decisión final. En todo caso, se tratará de seguir ensalzando a la conocida como «dama do Ulla».

Diario de Pontevedra

El Cupón Diario de la ONCE deja dos premiados con 35.000 euros cada uno en Pontecesures.

El Cupón Diario de la ONCE deja dos premiados con 35.000 euros cada uno en Pontecesures
Una persona compra un cupón de la ONCE, en una imagen de archivo.

El Cupón Diario de la ONCE ha repartido en Pontecesures 70.000 euros, en dos cupones premiados con 35.000 euros cada uno en el sorteo del 11 de marzo. Ángel Naveira Portas es quien ha llevado la suerte al municipio desde su punto de venta situado en la calle San Luis. 

El Cupón Diario de la ONCE pone en juego un premio de 500.000 euros al número más la serie y 49 premios de 35.000 euros a las cinco cifras del número premiado. Además, 450 premios de 250 euros a las cuatro primeras cifras y otros 450 premios a las cuatro últimas; 9.000 premios de 25 euros en el caso de tres últimas o tres primeras; y lo mismo para las dos primeras y últimas (6 euros) y reintegro de 2 euros a la primera o la última cifra del número premiado.

Diario de Arousa