Pontecesures sigue con el saldo vegetativo de población positivo. Hubo más nacimientos que defunciones (14).

En 1998 solo un municipio de la comunidad gallega, Parada de Sil, cerró el año sin que su registro civil hubiese inscrito ningún nacimiento. Dos años después, los primeros doce meses del siglo se cerraban sin que hubiese venido al mundo ningún bebé en los concellos de Ribas de Sil y Esgos. Diez años más tarde, en el 2010, fueron once los ayuntamientos en los que no se produjo ningún nacimiento, el mismo número que en el 2013, cuando fueron también once las localidades sin alumbramientos. El año pasado la cifra se redujo a cinco. Fueron Pedrafita do Cebreiro y Negueira de Muñiz, en Lugo, y Lobeira, Gomesende y Pontedeva, en Ourense. Sin embargo, fueron 25 los concellos en los que a lo largo de los doce meses del 2014 solo vino al mundo un bebé.

Pero la sangría demográfica gallega se extiende más allá de los concellos en los que no nacen niños. Según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), si en el año 2010 nacieron menos de diez niños en 110 ayuntamientos gallegos, en el 2014 se habían sumado a ese grupo 22 localidades más, de manera que los municipios con menos de diez nacimientos fueron 132, el 42 % del total. Si se toman como referencia las localidades en las que vinieron al mundo quince bebés o menos, la clasificación reúne a más de la mitad de los concellos gallegos. Son, en concreto, 159 municipios, el 50,3 % del total. Veinticinco de ellos se localizan en A Coruña, de un total de 93 que tiene esta provincia. En Lugo son 44 ayuntamientos, de un total de 67, los que registraron menos de 15 nacimientos, igual que en once de los 62 de Pontevedra. Por último, en Ourense tuvieron menos de quince nacimientos 79 de sus 92 concellos. Es decir, solo en trece localidades de esta provincia nacieron más de dieciséis niños en el año 2014.

Más defunciones
Todo esto en un contexto general de pérdida de población. En toda Galicia nacieron 19.727 niños en el año 2013, una cifra que está muy lejos de las 30.433 defunciones que se registraron en la comunidad en ese mismo ejercicio. Los datos provisionales del año 2014 que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE) mantienen esa tendencia. Los nacimientos bajaron todavía un poco más, hasta los 19.559, frente a 29.687 fallecimientos que se produjeron ese año en la comunidad.

Por provincias, la estadística del 2014 contabiliza 8.202 nacimientos en A Coruña, donde murieron 11.956 personas. En Lugo las defunciones (4.835) fueron más del doble que los nacimientos (2.139), un fenómeno todavía más acusado en el caso de Ourense, donde vinieron al mundo 1.846 pequeños y se produjeron 4.351 fallecimientos. Por último, en Pontevedra nacieron 7.372 bebés y se certificaron 8.545 defunciones a lo largo del año.

Estos datos confirman, por un lado, que Galicia sigue perdiendo población, pero también que la caída demográfica sigue siendo más grave e intensa en las provincias orientales, Lugo y Ourense, frente al eje atlántico, donde se sitúan los municipios demográficamente más dinámicos.

Además, ese nuevo retroceso en nacimientos empeora la ya desde hace años baja tasa bruta de natalidad gallega. De hecho, Galicia fue en el 2013 la segunda comunidad de España con peor indicador en este capítulo, con 7,16 nacimientos por cada mil habitantes. Solo Castilla y León empeoró este dato, con 7,11. Mientras, la edad bruta de mortalidad fue de 11 muertes por cada mil habitantes. La media de hijos por mujer fue, en ese ejercicio, 1,1.

Madres con más de 30 años
Además de tener pocos niños, las mujeres gallegas tienden a retrasar la edad de la maternidad. 77 de cada cien mujeres que dieron a luz en Galicia en el año 2013 superaban los treinta años, y el 42 % rebasaban en el momento del parto los 35 años. En 1975 la situación era completamente distinta. Según el INE, el 59,5 % de los alumbramientos los protagonizaron madres de entre 20 y 29 años, y solo el 27,6 % de los partos fueron de madres en la treintena.

Solo 19 localidades, en el área de Vigo, A Coruña, Santiago y Pontevedra tienen saldo positivo
El resultado del modesto número de nacimientos es que, en el total de Galicia, pero también en la mayoría de sus municipios, las muertes superan a las nuevas vidas y, en consecuencia, la población mengua. De hecho, ningún municipio gana población en la provincia de Ourense, y solo 19 de los 314 de Galicia tuvieron crecimiento vegetativo positivo el año pasado. La mayor parte de los concellos que crecen se sitúan en el área de influencia de A Coruña, Santiago, Pontevedra y Vigo. En la provincia de Lugo solo Burela tuvo un crecimiento vegetativo positivo, en concreto 24 nacimientos más que fallecimientos. En A Coruña el saldo entre nacidos y fallecidos fue positivo en Arteixo (91), Cambre (41) y Culleredo (62), los tres en el entorno de la capital provincial. Y también en Oroso (26), Ames (206) y Brión (4), en el área de Santiago en este caso.

La provincia de Pontevedra es la que aglutina el mayor número de municipios con saldo vegetativo positivo. Salvo Pontecesures (14) y Cambados (16), todos los demás se sitúan en la órbita de las dos grandes ciudades pontevedresas. En la zona de influencia de la capital provincial, que también crece, con 20 nacimientos más que defunciones, se sitúan Barro (5) y Poio (31).

En el entorno de Vigo tuvieron saldo vegetativo positivo el pasado año Baiona (20), Gondomar (13), Mos (3), O Porriño (89), Salceda de Caselas (40), Soutomaior (33) y Moaña (17). En todos los demás concellos gallegos, 295, las personas que murieron durante el último año fueron más que las que nacieron en ese mismo período.

Media de 45,9 años
Según los datos recién publicados del año 2014, la edad media de los gallegos es de 45,9 años, y la densidad de población en la comunidad es de 92,9 habitantes por kilómetro cuadrado. Otro de los indicadores que dan buena cuenta de la situación demográfica gallega es el índice de envejecimiento -porcentaje de población mayor de 64 años sobre la de menos de 16-. La media gallega es de 149,3, pero las diferencias entre provincias son sustanciales en este caso. En A Coruña, el índice de envejecimiento es 144,1; en Lugo, 215,7; en Ourense, 227,6; y en Pontevedra, 117. El índice de sobreenvejecimiento -relación entre la población mayor de 84 años y la mayor de 64 años- es 16. Por provincias, 14,8 en A Coruña, 19,6 en Lugo, 18,5 en Ourense y 14,6 en Pontevedra.

La Voz de Galicia

Gran celebración en Iria Flavia con motivo del 100 cumpleaños de Marina Cortiñas.

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Toda su familia y muchos amigos se reúnen mañana para festejar el centenario de la conocida padronesa.

Más de medio centenar de personas se darán cita mañana en la parroquia padronesa de Iria Flavia para celebrar el 100 cumpleaños de Marina Cortiñas Lapido, que el pasado 13 de julio alcanzó el siglo de vida. La ya centenaria, que aunque actualmente reside en Madrid es iriense de pura cepa, quiso esperar hasta el verano para que no faltaran a la celebración ninguno de sus familiares y numerosos amigos. Y lo ha conseguido. El hotel Scala acogerá mañana una gran fiesta de cumpleaños en la que Marina estará rodeada de sus seis hijos, sus doce nietos y sus diez biznietos, además de un buen grupo de vecinos y amigos. Antes del banquete, toda la familia participará en una eucaristía de acción de gracias en la colegiata de Adina por estos cien años de fecunda vida. La verdad es que, teniendo en cuenta que goza de una salud de hierro y lo mucho que la miman sus seis hijos, seguro que la fiesta se repetirá muchas más veces.

El Correo Gallego

Intensa inspección de la Guardia Civil a los pementeiros de Herbón.

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Los productores tendrán que acreditar ante las autoridades de Trabajo que tienen los papeles en regla.

«Parecemos delincuentes. Nunca tanta Guardia Civil xunta vin nun invernadoiro. Solo lles faltaba a ametralladora e o escudo», explica Antonio Martínez, uno de los agricultores afectados por el dispositivo de control que se desplegó ayer en los invernaderos de Herbón (Padrón), la cuna del pimiento.

Seis coches patrulla de la Guardia Civil y cuatro inspectores de trabajo se presentaron en esta parroquia a primera hora de la mañana para verificar «que tivésemos todo en orde», explican los pementeiros. Dado que se trata de empresas familiares, es frecuente que en estos meses de recogida del producto tengan que recurrir a la contratación de mano de obra externa que aligere el trabajo.

«Citáronnos a todos o día 17 deste mes na Coruña, nas instalacións da Inspección Provincial de Traballo da Seguridade Social. Temos que ir medio Herbón. A ver se polo menos nos poñen un autobús», comenta irónicamente Antonio Martínez. Los productores que la Guardia Civil inspeccionó en los invernaderos tienen que llevar consigo el carné de identidad, el parte de alta en el régimen de autónomos y el informe también de alta en la Agencia Tributaria.

A los vecinos esto le supone «perder unha mañá de traballo ou pagarlle a unha xestoría para que nos leve á Coruña estes documentos». Desde Herbón califican esta intervención como «de película». «Seis gardas civís e un inspector de traballo presentáronsenos na plantación ás 9.15 horas da mañá e chamaron por nós coma se fóramos animais. Nós non vendemos droga, vendemos pementos. Non entendín por que viñeron tantos», sentencia Antonio. �l mismo cuenta como a un vecino jubilado de 73 años se le plantaron en su finca. Al bajar del tractor «non sei que lle pasaría pola mente. � para coller medo».

Los pementeiros quieren pensar que «esto non foi unha denuncia de ninguén, senón iniciativa deles para recadar». Dicen tener la conciencia tranquila.

«Non somos delincuentes para que nos traten así, somos traballadores que viven do campo»

Antonio Martínez

La Voz de Galicia

«Hai peregrinos que teñen que pasar días sen lavar a roupa».

O hostaleiro padronés José Antonio Rivera pon en marcha unha autolavandería pensada para «ofrecer servizo aos peregrinos».

El lema de este negocio define claramente su cometido: Con la ropa limpia el Camino se hace mejor. Iso pensa o hostaleiro padronés José Antonio Rivera, que acaba de poñer en marcha unha autolavandería pensada para «ofrecer servizo aos peregrinos que chegan á vila procedentes do Camiño Portugués». «Dinme conta hai dous anos de que os camiñantes tiñan que pasar varios días sen lavar a roupa, xa que cos seus horarios de chegada e saída é imposible que nun hotel lles poidan facer a colada», explica Rivera. Situado na rúa Enlace Parque, o negocio está pensado ademais «como un complemento aos servizos de hospedaxe que xa ofrecemos e, porque non, tamén para Padrón e comarcas», afirma o empresario, que inaugurou o establecemento o pasado fin de semana. Decorado cun mural que sinala o percorrido do Camiño Portugués dente Tui ata Santiago, no novo local pódense «lavar dez quilos de roupa en tan so media hora por tres euros, máis barato que na propia casa», sentencia el padronés.

La Voz de Galicia