El Banco de Libros de Pontecesures recoge por tercer año manuales para las familias con menos recursos.

Por tercer año consecutivo, el Concello de Pontecesures pone en marcha el Banco de Libros, una iniciativa que promueve el préstamo de manuales escolares, «unha vez liquidado o sistema de gratuidade universal» incide el concejal, Roque Araújo.

El Banco de Libros, quiere fomentar la solidaridad en beneficio de las familias con menos recursos económicos, ya que el material pasa de una familia a otra evitando la compra anual e inculcando un uso racional de los recursos didácticos. Las personas que quieran contribuir a este banco donando libros (que deben estar en buen estado) pueden depositarlos para tal fin en el CPI Pontecesures y en la Casa Consistorial.

Iniciativas como esta también sirven para transmitir a los estudiantes el respeto al el medio ambiente mediante la reutilización de los manuales instándolos a cuidar sus libros y a cederlos a otros cuando ya no les sean necesarios o útiles.

Diario de Arousa

Los bares de Valga pueden sumarse al certamen «Tapa e anguía».

El Concello de Valga, en su interés por recuperar la Festa da Anguía después de que la Xunta la declarase de Interés Turístico, convoca el primer concurso «Tapa e anguía» en el que hasta el 31 de julio pueden inscribirse todos los bares y restaurantes del municipio. Para participar en esta ruta de pinchos tendrán que elaborar una única tapa, en la que el ingrediente principal sea la anguila, un producto que, según avanzó en su día la concejal de cultura, Mari Carmen Castiñeiras, será aportado por el concello. Los hosteleros que quieran conocer más detalles sobre este certamen pueden solicitarlos en el consistorio.

Además de implicar al sector de la hostelería en el festejo gastronómico, la anguila también podrá degukstarse en el parque Irmáns Dios Mosquera el último fin de semana de agosto, en forma de pequeñas tapas o raciones, en lo que será un formato renovado con respecto a lo que era habitual antes de 2012 y 2013, en los que el gobierno local de Valga optó por no celebrar la Festa de Anguía para destinar los alrededor de 30.000 euros que costaba a la promoción del empleo en el municipio.

Diario de Arousa

La villa padronesa celebra tres días de feria medieval.

Padrón vive desde hoy y hasta el domingo en clave medieval. La novena feria de esta época que organiza el Concello llenará de ambiente la villa, tras el pregón de esta tarde en el balcón del Ayuntamiento, a cargo del alcalde. La feria contará con la animación de la compañía teatral madrileña Papa Luna, que ofrecerá una divertida colección de personajes y representaciones.

Por su parte, los malabaristas de ATraspiés mostrarán también sus ejercicios de destreza y la compañía Rapax animará las jornadas medievales con sus sonidos tribales y celtas.

Además, la feria contará con un desfile infantil que se celebra mañana de doce de la mañana a una, para que todos los niños que lo deseen vivan la fiesta disfrazados de época. También para los niños habrá una actividad impartida por la escuela de circo de Madrid, entre otras muchas para todos los públicos.

La Voz de Galicia

El histórico restaurante Iria, en Padrón, echó el cierre.

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Antonio Blanco lleva toda la vida dedicado al negocio que iniciaron sus padres en Iria.

El restaurante Iria, más conocido como la de Espetún, en la parroquia de Padrón, echó el cierre días atrás después de que se jubilara su titular, Antonio Blanco Mata, de 65 años. Hace 37 años que el negocio funcionaba en la actual localización pero sus inicios se remontan a finales de los años 40 cuando los padres de Antonio compraron una casa pegada a la Fundación Cela e iniciaron la actividad con la venta de productos como maíz, centeno y patatas.

Blanco recuerda que su madre «sempre quería evolucionar» y, con el tiempo, también empezó a dar comidas. Después pasó al hospedaje en una de las antiguas casas de los canónigos que alquilaron y de ahí a levantar una placa donde actualmente se ubica el restaurante. Con la placa en pie, construyeron la vivienda y, desde el año 1988 estaba como hasta el cierre, con el bar y el comedor en el bajo. El negocio tuvo en todos estos años «unha clientela moi boa», con vecinos de la aldea y alrededores pero también «outra xente que viña de paso».

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Hace pocos que días que cerró el local y, por ahora, Antonio lleva «moi ben» la jubilación. «Teño unha hortiña na que plantei moitas hortalizas e agora hai que coidalas». También habla de que se va a dedicar a pasear y «falar coa xente», mucha de la cual apenas conoce por llevar una vida detrás de un mostrador.

La Voz de Galicia