Una casa de Pontecesures amaga con caerse por unas obras contiguas

José y Dolores no se imaginaban ayer por la mañana que acabarían la jornada viendo como su casa amagaba con caerse. Las obras que se están realizando en el solar situado al lado de su vivienda, situada en la calle Portarraxoi (Pontecesures) han dañado la cimentación de la misma, provocando que una pared se haya dislocado varios centímetros y que toda la estructura se esté hundiendo a una velocidad sorprendente. La inseguridad de la casa es tal que los bomberos impidieron ayer a la pareja entrar a recoger sus enseres personales.

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Los bomberos han prohibido la entrada a la casa que ha sido apuntalada.

Confían en poder hacerlo hoy. Anoche, los operarios de la obra de al lado apuntalaron la casa y hormigonaron los cimientos para intentar estabilizarla. Así que Dolores aún no ha renunciado a poder recuperar parte de sus pertenencias. Porque la casa, decía ayer con los ojos empañados de tristeza, la da por perdida. «Xa pola mañá, cando me estaba duchando, escoitei uns golpes terribles, pero como están coas obras non lle din máis importancia», cuenta está mujer. También a la hora de la siesta notaron ella y su marido un jaleo inusual, «incluso bromeamos dicindo que íamos chamarlle a atención aos obreiros por non deixarnos descansar». Luego, la pareja salió de casa. Volvieron a eso de las seis y media y «xa cando fun abrir a porta me decatei de que a chave non entraba». Lo cuenta José, que relata cómo acto seguido un pequeño cascote se le vino encima. «E xa vin a grieta», explica. Y también entonces se dio cuenta de que uno de los laterales de su casa se había separado del resto de la estructura. «Había xa unha separación dun centímetro. Agora son cinco».

El matrimonio pasará la noche fuera. «Antes de que chegasen os bombeiros entramos e collemos uns pixamas, algo de roupa e os recordos da voda», narra Dolores. A ver si hoy pueden hacer una incursión para recuperar otras pertenencias. «O material doe, claro que doe. Pero polo menos non nos colleu dentro».

La Voz de Galicia

Los técnicos municipales revisarán hoy la estabilidad del inmueble.

«Tuvimos suerte, porque cuando llegamos aún no se habían ido los obreros que trabajan en la obra de al lado», cuenta Dolores. Con su colaboración, se pudo apuntalar la vivienda y hormigonar sus cimientos para intentar devolverle parte de la estabilidad perdida. Hoy tocará evaluar el éxito de esas labores. Según explicó el concejal de Obras de Pontecesures, Ángel Souto (TeGa), los técnicos municipales se desplazarán hoy hasta la vivienda para comprobar en qué estado se encuentra la estructura. El edil, que con otros miembros del gobierno siguió los trabajos de apuntalamiento a pie de calle, señaló también que los trabajos que se realizan al lado disponen de todos los permisos y licencias. Aún así, «agora toca mirar ben o que pasou», señalaba el concejal.

Los propietarios de la casa, que mantuvieron la calma en todo momento, señalaban ayer que hasta ahora no habían tenido ningún problema a consecuencia de los trabajos que se desarrollaban en el solar de al lado. «As molestias típicas das obras», señalaban ayer.

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Una vez completada la operación de hormigonado de los cimientos, y con la casa apuntalada, la vivienda fue cerrada a cal y canto. Los numerosos vecinos que se habían concentrado en la calle Portarraxoi empezaron a desperdigarse rumiando, aún, lo acontecido a esta joven pareja de recién casados.

La Voz de Galicia

Desalojan una vivienda de Pontecesures por el riesgo de derrumbe.

derribo

Una familia de Pontecesures fue desalojada esta tarde por el riesgo de derrumbe.

El inmueble está pegado a un solar donde se está construyendo otra casa, y la empresa realizó en los últimos días trabajos de excavación en la parcela.

Estos trabajos habrían provocado un corrimiento de la tierra, y sobre las 20 horas de ayer aparecieron grietas en la vivienda colindante y empezó a desplazarse la pared medianera que las separa, por lo que se desalojó al matrimonio que la ocupa ante el riesgo de derrumbe.

Desalojan una casa a punto de derrumbarse por unas obras en Pontecesures.

Operarios trabajan a esta hora en el lugar para evitar la caída de la estructura.

El número 26 de la calle Portarraxoi (Pontecesures) corre serio riesgo de derrumbarse. A estas horas, un equipo de obreros apuntalan la estructura y vierten hormigón en sus cimientos para intentar asegurar mínimamente esta vivienda unifamiliar. Al parecer, la causa de este suceso son los trabajos que se están realizando en el solar de al lado para construir un edificio. Esas obras habrían dañado la cimentación, desplazando un lateral de la vivienda en cuestión hasta cinco centímetros. Los bomberos han inspeccionado la estructura y han prohibido a sus propietarios entrar a la misma para recoger sus pertenencias.

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Los árboles de la discordia.

El gobierno local de Pontecesures ha querido explicar las razones por las cuales el pasado martes se ejecutó la tala de los árboles situados junto a la entrada de la casa consistorial. Según explica la concejala Cecilia Tarela, en ese punto se cortaron cinco pinos de Oregón y un ciprés. Los primeros se cortaron tras constatar que «entrañaban riscos». En concreto, «o máis próximo ao parque infantil estaba a desprazar o muro deste coas raíces». Las consecuencias del desplome, explican desde el gobierno, «poderían ser fatales» dada la proximidad de la zona de juegos infantiles. Otros dos ejemplares «estaban situados ao lado dunha arqueta e as súas raíces xa se introduciran dentro dela, e estaban a destruir as canalizacións alí existentes». Los otros dos pinos talados, los más próximos al ayuntamiento, «estaban invadindo o tellado e provocando filtracións de auga. Ademais de que empezaban a levantar o bordillo e tamén tiraban polo muro do parque infantil». En resumen: los pinos en cuestión «estaban poñendo en perigo aos usuarios do parque e a todos os veciños que pasan ou veñen facer xestións na casa do concello a diario».

La tala realizada el martes también afectó a un ciprés situado en el interior del parque infantil. En este caso, «ademais de ter unha fenda no seu tronco que comezaba na base, e dunha lonxitude duns dous metros, tamén se apreciaba unha vitalidade moi baixa, con moitas ramas secas e uns graves defectos biomecánicos», por lo que también corría un «alto risco de desplome».

Asegura Tarela que cortar estos árboles no fue una decisión ni agradable ni fácil. Y lamenta que el concejal de la ACP, Luis Ángel Sabariz, haya cargado contra el gobierno local -«so lle faltou tacharnos de asasinos», ironiza- sin conocer las razones que llevaron a aprobar la tala. «A ninguén lle gusta talar árbores», sentencia. Y aclara, además, que «ante a preocupación [de Sabariz] polos niños dos paxaros, dicirlle que nestas árbores, examinadas antes da súa tala, non se encontraba nengún: están no abeto do lado, que non foi talado». Sobre que los árboles protegían al Concello de las inclemencias del tiempo, asegura Tarela que «todo o contrario, coa altura que tiñan e co que se movían nos días de temporal, o que facían era encher o tellado de ramas e causar filtracións».

Cecilia Tarela asegura que, a lo largo de su vida, ha demostrado en numerosas ocasiones su preocupación y su amor por la naturaleza, en «limpeza de ríos, rutas de sendeirismo, limpezas de chapapote e demais actaividades que esta concelleira leva feito ao longo da súa vida e nas que nunca coincideu co señor Sabariz». En todo caso, invita al concejal independiente a estudiar los informes técnicos «que ten á súa disposición, non como na súa etapa no goberno, que se cortaron as árbores da praza do Coche de Pedra sen ningún informe previo».

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Las explicaciones de Tarela tuvieron hoy mismo réplica por parte de Luis Ángel Sabariz, que insiste en que los árboles talados «estaban en perfectas condiciones», y que no acaba de creerse las justificaciones achacadas a los problemas del muro ni a las humedades de la casa consistorial, que se deben a «un equipo de gobierno que no ordena limpiar los canalones de la cubierta». A juicio de Sabariz, «el daño es irreversible, se cargaron los árboles y la sombra». «Por mucho que me acusen de formar un drama, el ataque medioambiental es muy triste y lo expondré siempre como un ejemplo de una lamentable gestión».

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