La tradicional romería de San Lázaro reúne a cientos de personas en Pontecesures.

ROMERÍA SAN LÁZARO E FESTA LAMPREA CESURES /

 

Quien tenga una enfermedad o afección de la piel o incluso quien quiera evitarlas… Es la creencia que mueve a cientos de fieles cada año a la tradicional romería de San Lázaro en Pontecesures. El municipio fue ayer doblemente motivo de fiesta, porque a la degustación de la lamprea se unió esta tradición que consiste en acudir a la celebración religiosa para la bendición de mirto.
Es una cita ineludible para los vecinos de este municipio, pero también para numerosas personas que llegan de diversos puntos de Galicia para no perderse esta romería. Las celebraciones religiosas se sucedieron a lo largo de toda la jornada. Y es que para que todos tuvieran la oportunidad de cumplir con esta costumbre, se establecen diferentes horarios a lo largo de todo el día para que el interesado escoja el que más le conviene. De esta forma el templo estuvo de lo más concurrido durante todo el domingo.
Por supuesto, después de la celebración religiosa hay que disfrutar del otro lado de la romería. Y es que con motivo del día dedicado al patrón de las enfermedades o afecciones de la piel, se instalan numerosos puestos de venta de churros y rosquillas. Tampoco faltan los dedicados a las velas.
En definitiva, Pontecesures renovó ayer su tradición con esta romería en honor a San Lázaro. Y es que hay que recordar que en el municipio existió una leprosería. San Lázaro es, por tanto el abogado de los leprosos y por extensión de todos aquellos que tengan un problema con la piel.
La coincidencia con la ??Festa da Lamprea? hizo que ayer el municipio se llenara de visitantes a los que, además, les acompañó el buen tiempo.

Diario de Arousa

Los fieles llegan en autobuses.

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En la parroquial de San Xulián se celebraron misas cada hora, desde las seis de la mañana, con miles de fieles procedentes de municipios de toda la provincia.

La misa solemne fue la menos concurrida, explica el párroco Arturo Suárez poco antes de concelebrarla con Severino Potell y el párroco de Padrón, Roberto Martínez.

«Es una fiesta de larga tradición, muy antigua, a la que vienen fieles de muchos lugares de la provincia. Hoy -por ayer- vi autobuses de Campo Lameiro, Marín, Cuntis, Moraña, porque San Lázaro es el abogado de las enfermedades de la piel».

El rito en Pontecesures consiste en pasar una rama de mirto por la imagen para luego curar las heridas y enfermedades cutáneas.

Faro de Vigo

La lamprea vuelve a reinar en Pontecesures.

ROMERÍA SAN LÁZARO E FESTA LAMPREA CESURES /

Los hay que las odian y quienes las adoran. Ayer solo se dieron cita los segundos en Pontecesures, que celebró con éxito una nueva edición de la Festa da Lamprea. El ambiente festivo se dejó sentir desde muy temprano, pero no fue hasta mediodía cuando alcanzó su punto álgido, sobre todo después de la lectura del pregón a cargo del biólogo e investigador cesureño Xesús Abalo, que hizo gala de su conocimiento del pueblo y del producto que se homenajeaba.
Tras los preceptivos actos oficiales se procedió al también tradicional paseo por la carpa de degustación y la parada obligada en los acuarios en los que se exhibían las lampreas vivas, que en los días previos habían capturado seis embarcaciones de valeiros locales.
La imagen de los acuarios era curiosa. Unos peces pegados al cristal como lapas y unas caras de niños que hacían lo propio, pero por el otro lado. Entretanto, cuatro cocineras apuraban los fogones para tener preparadas a tiempo las cerca de 900 raciones que ayer se sirvieron en la fiesta de exaltación cesureña. Cada ración se vendió a razón de diez euros y ese precio incluía tres trozos de lamprea a la bordelesa con arroz y picatostes. Un manjar para unos y el último alimento para otros. Pero a estos últimos no se les vio por Cesures.

Diario de Arousa

La lamprea a la bordelesa reinó ayer en Pontecesures.

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Trescientas piezas guisadas al estilo bordelesa se desgustaron ayer en la XIX Festa da Lamprea de Pontecesures, que este año contó con una gran afluencia de público y con un pregonero de excepción, el científico cesureño asentado en Suecia, Xesús Abalo. Abalo hizo un recorrido por el ciclo de vida de un pez, que reconoció haber ingerido alguna vez pero que no ha vuelto a probar, «porque comprendín que un non debe comer a compañeira de laboratorio», explicó.

El pregón de este biólogo nuclear abrió, poco después de las 12.00 horas, los actos de la XIX Festa da Lamprea. En un salón municipal lleno para escuchar a uno de sus vecinos ilustres, y acompañado por el alcalde, Manuel Luis Álvarez Angueira, Abalo hizo, según sus propias palabras, lo que mejor sabe hacer «preguntarme o porqué das cousas e divulgar e compartir o método cientifico».

El Correo Gallego

Un bocado de 500 millones de años.

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Buscar el origen de la lamprea exige pensar en océanos de tiempo. Quinientos millones de años. Cuando los dinosaurios se esfumaron, hacía eras enteras que su especie nadaba las aguas de un planeta cuya fisonomía nada tiene que ver con la actual. Habremos de concluir, por lo tanto, que la lamprea es uno de los alimentos más antiguos que el hombre, un mocoso a su lado, continúa elaborando. Si es posible, a la bordelesa, tal y como cuatro expertas cocineras se encargaron de demostrar ayer. Del fruto de su labor dieron buena cuenta los comensales que, a eso de la una, apenas rematado el pregón del biólogo Xesús Manuel Abalo, se organizaban en una fenomenal cola ante el mostrador. Dentro, Maruja y sus compañeras mecían con sus últimos compases la tradicional preparación: guisada, en su propia sangre, con ajo, perejil y vino, bien flanqueada por arroz blanco y picatostes.

«Este ano hai moitas, pero moitas», asegura Maruja, que aprendió el arte a los fogones de su madre y de uno de sus tíos, quienes trabajaron en dos casas de bandera: Castaño y Loureiro. Tantas hay, que perfectamente pueden congelarse para poder disfrutarlas el resto del año.

Antes de que el cuco cante

Porque, ya se sabe, en cuanto el cuco canta y la lamprea desova, se acaba la temporada. Otro veterano cocinero del vetusto pez, Chef Rivera, afirma haber escuchado, incluso, que el consumo de su carne, ya agotada, puede resultar pernicioso. A Maruja le ha llegado noticia de otro guiso, con patatas y guisantes, aunque reconoce no haberse atrevido con él. Picadillo, en su legendario recetario, se hacía eco de una elaboración semejante. Y también Cunqueiro, a quien gustaba, antes de atacar un señor timbal de lamprea, tomar las aguas para limpiar el olfato y disfrutar plenamente una experiencia culinaria sin parangón, densa, aromática, poderosa y -por una vez puede decirse con todo su sentido- antigua como el mundo. Claro que el consenso siempre es difícil en torno a este plato. Así que en la XIX edición de la Festa da Lamprea tampoco faltaron el churrasco y el pulpo. Galician style.

La Voz de Galicia

´El único vertebrado sin mandíbulas y que regenera su propia espina dorsal´, explica el pregonero.

El pregonero de la XIX Festa da Lamprea fue el biólogo natural de Pontecesures, Xesús Abalo quien intervino en la Casa Consistorial para hablar de uno de los temas sobre los que investiga en la empresa Uppsala de Suecia, desde hace siete años.

La idea que planteó se refiere a cómo la ciencia puede hacer uso de la lamprea, uno de los animales que a su juicio son más «fascinantes» por sus diferencias con los demás vertebrados.

«Es el único animal que es capaz de reparar su propia médula espinal y también es exclusivo de su especie el hecho de que cambia su genoma durante toda la vida, es decir cambia permanentemente de ADN que es lo mismo que si nosotros fuéramos capaces de cambiar el DNI», explica con sabiduría docente.

Otra característica que define a la lamprea es el hecho de que se trata de un «agnato», es decir el único vertebrado que carece de mandíbula, frente a todos los demás que «gnatóstomos» -con mandíbula-.

Dicha peculiaridad de carecer de mandíbula se debe a que son peces succionadores, que tienen dientes en la lengua con la que chupan los líquidos de los animales a los que se acoplan.

Explica Abalo que esta especie es muy peligrosa en el mar, pero deja de serlo cuando remonta el río, al que llega con dos únicos fines, el de desovar y el dejar espermatozoides para la fecundación de la especie.

Faro de Vigo