Las persistentes ráfagas de viento desanimaron el ambiente aunque se consumieron las 220 piezas cocinadas a la bordelesa.
El viento levantaba polvo y causaba un ambiente desapacible en la carpa preparada para degustar la exquisita lamprea del Ulla en Pontecesures por lo que muchos comensales prefirieron degustarla en casa o en los restaurantes que se sumaron a la fiesta. Lo antedicho nada tiene que ver con fracaso de la organización que sirvió las 220 piezas preparadas a la bordelesa, con arroz blanco, picatostes y la botella de tinto Barrantes, que no podía faltar. A escasos metros, los vecinos honraron a San Lázaro, con cirios, exvotos y muchos ramilletes de mirto, como manda la tradición.
Pontecesures se engalanó para conmemorar San Lázaro que goza de enorme devoción.
Faro de Vigo