Las llamas dan la puntilla a Casa Castaño, el que fue restaurante de la alta sociedad.

La Familia Real española, clubes como el Real Madrid, ilustres literatos y políticos de renombre saborearon sus viandas -El edificio estaba en ruinas y ayer ardió por dentro.

Las llamas, parece que iniciadas en un colchón situado en una de las plantas superiores, utilizada en ocasiones para pasar la noche algún conocido drogodependiente de Pontecesures, dieron la puntilla ayer al edificio Casa Castaño, un emblemático restaurante que tuvo su época de esplendor en los años sesenta, setenta y ochenta.

Famoso por la preparación de lamprea a la bordelesa, pero también por sus croquetas de marisco, la merluza a la cazuela y postres como tocinillo de cielo, entre otros platos representativos de la cocina tradicional gallega, este establecimiento fue visitado por la Familia Real española y destacados personajes de la política, la empresa y la cultura antes de entrar en declive.

Un declive, por cierto, que en gran medida se produjo a raíz de la entrada en funcionamiento de la autopista del Atlántico (AP-9), ya que la carretera Nacional 550, al lado de la que se sitúa este inmueble, dejó de ser la principal vía de circulación.

Considerado todo un clásico de la cocina, y siendo tradicional la visita para tomar la lamprea el día de San José, este restaurante pontecesureño cerrado en 1994 se había convertido desde hace un par de décadas en un edificio ruinoso.

De un tiempo a esta parte estaba invadido de maleza, además de ser utilizado con frecuencia por los okupas, de ahí que cuando ayer a las tres de la tarde se descubrió el fuego en el interior saltaran todas las alarmas, ante la posibilidad de que alguien pudiera estar en el interior.

Pero también porque este edificio está situado justo frente a una gasolinera, a escasos metros del puente romano que une la localidad con Padrón a través de la N-550. Precisamente una de las fachadas del inmueble da a esta carretera, mientras que la otra se asoma prácticamente encima del cauce fluvial, solo separada del agua por la calle José Novo.

Afortunadamente, y según indicaron en el Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Valga, el incendio quedó controlado unas horas después sin que hubiera que lamentar daños personales, apuntándose la posibilidad de que el fuego se iniciara en los colchones antes referidos, quizás utilizados por los okupas del edificio.

La importante intervención de los equipos de emergencias evitó que las llamas afectaran a otros inmuebles y los vecinos y testigos de los hechos pudieron respirar tranquilos, aunque lógicamente apenados por la pérdida de un edificio que era una referencia histórica en la localidad.

No cabe duda de que, si alguna esperanza quedaba, ayer parecía quemarse la posibilidad de recuperar un restaurante que fue sinónimo de buen comer y se convirtió en una de las referencias culinarias de Galicia. Como no podía ser de otra manera, por aquello de situarse en Pontecesures y a orillas del Ulla, con la lamprea como tarjeta de presentación.

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«Aunque estaba abandonado, formaba parte de nuestra historia».

Mientras los efectivos de policía, bomberos y emergencias trataban de controlar las llamas, algunos vecinos recordaban lo mucho que aportó Casa Castaño a la cocina gallega, incidiendo en que fue un restaurante de referencia para personajes ilustres de todo el país y para muchos santiagueses, sobre todo ciudadanos de la capital con alto poder adquisitivo.

Los vecinos de Pontecesures mostraban su pesar por lo sucedido. «Es una verdadera lástima, pues aunque el edificio estaba totalmente abandonado no cabe duda de que formaba parte de nuestra historia», explicaron a FARO.

La casualidad ha querido que este inmueble en el que tantas lampreas del Ulla se cocinaron y comieron acabe quemándose justo a las puertas de una nueva edición de la fiesta exaltación de este pez, ya que la semana que viene se celebra la ruta de las tapas y al siguiente tendrá lugar la gran degustación de la popularmente conocida como «dama del Ulla».

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En 2010 se concedió licencia de rehabilitación, pero no se usó.

En el año 2010 se concedió licencia a Plácida Castro Magariños para rehabilitar el edificio que ocupaba el restaurante Casa Castaño para habilitar «cuatro viviendas y locales -se supone que comerciales- en la calle Víctor García, número 20, esquina con la calle José Novo Núñez número 1». Se hacía una vez obtenida autorización de Patrimonio de la Xunta, ya que la fachada del inmueble que da al río Ulla está protegida.

El hecho de que se presentara aquel proyecto y se concediera licencia hacía albergar ciertas esperanzas de recuperación de un edificio otrora importante que ahora afeaba enormemente el entorno, a pesar de situarse en un lugar estratégico, junto a la entrada de la villa desde Padrón. Pero la mejora no llegó a ejecutarse y siguió pudriéndose en el olvido.

Desde entonces fue motivo de interpelación en el pleno de la Corporación en más de una ocasión, se produjeron problemas con los okupas, el deterioro siguió y ayer llegaron las llamas.

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Don Juan llevó al Rey Emérito cuando éste aún era niño.

Después de más de un siglo de actividad Casa Castaño cerraba sus puertas a principios de los años noventa, cuando estaba siendo regentado por María Teresa Fajardo Castaño; cuatro décadas al frente del negocio y heredera de las recetas de sus abuelos. Falleció en 2010, cuando tenía 82 años. Pero en 2001, en declaraciones a FARO DE VIGO, ya había dejado testimonio de lo mucho que había vivido al frente del negocio, y de las gentes que por allí habían pasado. «Cada vez que la Familia Real venía a Galicia comían en casa -manifestaba-; los primeros en venir fueron Don Juan y Doña Mercedes, pero después trajeron a Don Juan Carlos, cuando todavía era Príncipe y estudiaba en Marín».

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Santiago Bernabeu y las croquetas de marisco.

Parece que Santiago Bernabeu, el que fuera presidente del Real Madrid, también era un apasionado de las croquetas de marisco de Casa Castaño.

Solía acompañar al equipo en sus desplazamientos, y tanto él como sus jugadores frecuentaban este negocio de Pontecesures en sus visitas a Galicia.

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El actual monarca «era una lima» comiendo.

Cuando Juan Carlos I y Sofía se convirtieron en Reyes de España regresaron a Casa Castaño en numerosas ocasiones. «El Rey nunca llegó a comer lamprea pero le encantaban las almejas a la marinera, mientras que la Reina prefería las verduras y algún pescadito», declaró María Teresa Fajardo. También estuvo en Casa Castaño el Príncipe de Asturias y ahora Rey de España. «¡Ese sí que comía! Le gustaba todo. ¡Era un lima!», declaró en 2001.

No cabe duda de que por las mesas de Casa Castaño pasaron, para saborear los platos que preparaba con maestría Maruja Castaño, y que heredaron José y Teresa Fajardo Castaño («Teresuca»), algunos de los personajes más relevantes de Galicia y España, pero también ciudadanos de todo tipo en cuyos recuerdos perduran los sabores de aquella cocina.

«Teresuca» regentó el restaurante de Pontecesures junto a su esposo, Eduardo Paz Barreiro, fallecido en 2008 a la edad de ochenta años.

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