La pasada noche dos jóvenes de Pontecesures que se encontraban paseando su perro por el paseo del Espolón en Padrón fueron atacadas con gas pimienta, lo que provocó que tuviesen que ir a urgencias por las molestias provocadas en garganta y dolores de cabeza.
Un vecino de Padrón que estaba haciendo footing ante un ladrido del perro, lanzó varias descargas de gas pimienta, sobre el perro y las dos vecinas y continuó su marcha sin mediar palabra ni detenerse en ningún momento, mostrando una peligrosa falta de responsabilidad y educación.
El acto no se puede entender como un acto de «legítima defensa», sino como un simple acto de agresión, ya que no habiendo existido ninguna situación de peligro el padronés optó por usar un arma directamente, sobre el animal y las personas que lo rodeaban.
Si bien este tipo de productos están regulados, existen varios spray de pimienta homologados, la mayoría de los que circulan no son legales, su tenencia y manipulación está circunscrita a la de cualquier arma, y su uso restringido.
Tras la agresión acudieron a presentar una denuncia ante la policía local de Padrón, obteniendo como respuesta «Ya sabeis que XXX es así», indicando que no tiene sentido denunciar a una persona que «ya se sabe como es de especial», dando a entender que las particularidades de algunas personas implican que sus actos son menos «relevantes» que los de otra persona. Algo que podría ser como decir que «el incendio hecho por un pirómano es menos incendio … ya que ese pirómano, ya se sabe, es un pirómano»
