Maite Tocino, del BNG, y Roque Araújo, del PSOE, en una imagen de archivo
La nacionalista Maite Tocino encabeza el bipartito que, desde junio y junto al PSOE de Roque Araújo, gobierna en Pontecesures, después de que las urnas no arrojasen una mayoría suficiente para que el popular Juan Manuel Vidal Seage pudiese dar continuidad a su anterior mandato. Unos primeros cien días en los que el nuevo ejecutivo acusa un “gran déficit” de personal y un pronunciado retraso en la adjudicación de obras correspondientes a subvenciones con plazos cerca de expirar, como los relativos al Plan Concellos 2021, según relata la alcaldesa.
Una situación que fuerza a la cesureña a poner todos los esfuerzos del gobierno, así como del escaso personal, en ultimar los pliegos de las obras pendientes por licitar para “sacar adiante” los proyectos. Un déficit que se pretende subsanar con una bolsa de empleo público de dos plazas de administrativos a final de año. Asimismo, se proyecta también la contratación de personal de limpieza, otra de las tareas que Tocino destaca como urgentes en lo que queda de año y de lo que destaca las limpiezas y desbroces en zonas rurales y del casco urbano.
Dos cuestiones que marca como prioritarias, por lo que se da un plazo mayor para otro tipo de circunstancias, como la elaboración de un proyecto alternativo al polígono industrial de Tarroeira, que contará con viviendas y zonas verdes. La alcaldesa reconoce que de momento no se ha llegado a mantener reuniones a este respecto con el Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS), algo que liga a la urgencia de temas que, en estos primeros compases, centran la atención del bipartito.
La limpieza viaria, objeto de debate
Por su parte, los populares criticaron a través de sus redes sociales el nuevo plan de limpieza viaria, después de que el Concello derogase el anterior funcionamiento. Desde la formación conservadora denuncian en aspecto de la zona cercana al muelle.
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Preguntábamos no anterior Pleno se o plan de limpeza viaria, que estaba en vigor no anterior mandato e entregado a personal de limpeza no seu día, estaba en vigor ou xa se tiña “derogado” polos novos concelleiros responsables de dita área…A resposta foi que sí… o anterior xa non estaba en vigor e foi substituído por un novo que o actual goberno entende máis axeitado.Á vista do que estamos a ver, entendemos que o novo “plan” inclúe destinar recursos da veciñanza de Pontecesures á limpeza de zonas de titularidade de outras administracións que ata agora se encargaban da sua limpeza, mentres que rúas a poucos metros da zona do peirao “locen” o aspecto que ofrecen as fotografías que adxuntamos.
En 2019, un equipo de arqueólogos realizaba un extraordinario descubrimiento en un yacimiento en Zambia: la estructura de madera más antigua jamás encontrada. Datar estas piezas de madera no fue sencillo, teniendo que emplear una técnica para medir la radiactividad natural de los minerales que la cubrían, para determinar cuándo había estado expuesta a la luz solar por última vez. Así fue como dataron la estructura en 476.000 años. Si tenemos en cuenta que los primeros fósiles de Homo Sapiens datan de hace 300.000 años, este descubrimiento sugiere que una especie más antigua comenzó a utilizar herramientas mucho antes de lo que se creía, usándolas para dar forma y unir dos grandes troncos formando una estructura que, probablemente, componía los cimientos de una vivienda. Desde tiempos muy remotos, la madera es y ha sido vital para nuestra civilización, ya que nos ha permitido resolver múltiples necesidades, desde darnos abrigo, a permitirnos construir vehculos u obtener energía. Por este motivo la industria maderera es clave para cualquier país y por eso, hace más de un siglo, un hombre decidió crear una industria que no existía en Galicia y que revolucionaría el sector. Aquel hombre era Manuel García Cambón y su sueño se llamaba Financiera Maderera SA, FINSA.
Momento del descubrimiento de las maderas en Zambia.
Manuel nacía en Santa Baia de Logrosa, una parroquia del municipio coruñés de Negreira, y era el segundo de siete hermanos. Debido a las dificultades propias de la época, Manuel permaneció poco tiempo formándose en la escuela y con 14 años comienza a trabajar, sin sueldo, como aprendiz de carpintero con un vecino.
Un año después conseguía su primer empleo junto a un trabajador de origen portugués, con el que se dedicó a recorrer los montes cercanos serrando madera, hasta que cumplió 21 años, momento en que se casa con Sara Baliña Pérez, hija del propietario de un pequeño aserradero que se dedicaba a trabajar la madera que le llevaban los vecinos.
Manuel, con el permiso de su suegro, comenzó a introducir mejoras en el negocio y a adquirir nueva maquinaria para poder introducirse en el mercado y dejar de trabajar de manera intermitente dependiendo de encargos esporádicos.
Como el sector le gustaba y además se le daba bien decidió, en 1931, crear una nueva sociedad junto a un médico de Negreira: Rubira y García Cambón, SL, un aserradero en Portanxil, Ames, donde comenzaron a producir tablas y tablillas, muy demandadas para fabricar cajas. El negocio funcionaba maravillosamente bien, ya que fabricaban productos con mayor valor añadido que sus competidores y habían implementado medidas que permitían el ahorro en costes y el aumento en los márgenes. Además, Manuel tenía una visión única para calcular con gran exactitud los metros cúbicos de madera que tenía que pagar a la hora de comprar el material.
Estado actual en ruinas del aserradero de Portanxil.
Su crecimiento era tan grande que fue necesaria la construcción de un segundo aserradero en la zona de Negreira y siguieron ampliándolos hasta cinco.
Con la Guerra Civil, la empresa no se vio afectada, ya que sus aserraderos fueron militarizados por el ejército golpista para abastecer al bando sublevado. A su fin, debido a que la demanda de madera no paraba de crecer en un país que necesitaba ser reconstruido, el negocio tampoco se resintió, llegando a constituirse una empresa naviera con dos pequeños mercantes, que comunicaban el puerto de Vilagarcía de Arousa con el resto de España
Mientras los negocios marchaban bien, una cantidad considerable de los beneficios que estaban obteniendo se dedicaron a la compra de unos terrenos en Pontecesures, un lugar que tenía buenas comunicaciones y que estaba rodeado de bosques de pinos de extraordinaria calidad.
En 1944, Rubira abandona la empresa y Manuel se hace con sus acciones. La compañía ya contaba en aquel momento con dos almacenes y tres fábricas, pero si quería crecer más, tendría que crear una nueva sociedad con mayor capital, que fundaría el 12 de junio de 1946, y a la que llamó Financiera Maderera SA, más conocida por sus siglas: FINSA.
Publicidad de FINSA.
Esta denominación tenía todo el sentido, ya que era una sociedad especializada en adelantar dinero a los propietarios de montes que querían plantar sus árboles para madera. Debido a que estos tardan entre 15 y 20 años en poder ser cortados, los dueños de los bosques se pasaban media vida esperando y sin ver ni un euro. Lo que hacía FINSA era, mediante planes de financiación anuales, adelantarles el dinero cuando plantaban los árboles, con la única condición de que FINSA se quedaría con la madera cuando ya se pudieran cortar.
Durante la década de 1950, Manuel decide tomar medidas para mejorar y modernizar la producción, cerrando las fábricas más antiguas y concentrando la actividad en las más vanguardistas y pensó que era el momento de construir una nueva fábrica en los terrenos de Pontecesures. Además, inició un proceso de apertura al exterior, ampliando su mercado a países como Israel, Marruecos o Irak, puesto que el europeo, que a priori podría parecer más “sencillo”, estaba completamente saturado y con una gran competencia.
La fábrica de Pontecesures en 1955.
En la década de 1960, llegó la crisis, pero Manuel no se quedó con los brazos cruzados. Creía que, para sobrevivir, había que dar una vuelta de tuerca a sus productos para que fueran de mayor calidad y con mayor valor añadido, así que viajó por Europa para buscar nuevas técnicas e ideas. En varias industrias madereras descubrió que se empleaban los subproductos de la propia actividad transformadora, considerados residuos por muchos, para elaborar tableros de aglomerado, así que volvió a Galicia con la idea de implementarla en FINSA.
Por ese motivo realizó una ampliación de capital, la sede social se trasladó a Santiago y amplió la fábrica de Pontecesures, con la intención de fabricar en masa esos nuevos tableros que había visto por Europa, unos tableros de 3 capas con una calidad muy superior a todo lo que fabricaba la competencia y que comenzó a comercializarse bajo la marca comercial “Fimapán”.
La fábrica de Pontecesures en 2009.
Su nuevo producto fue un rotundo éxito, ya que era ampliamente demandado en una España que estaba en pleno desarrollo en el sector de la construcción que, con su gran crecimiento necesitaba tableros como el suyo, convirtiendo a la empresa en el buque insignia de la fabricación de tablero de aglomerado.
Tablero ”Fimapán”.
El negocio creía a tal ritmo que, en 1969, se ponía en marcha la factoría de Formarís, en los alrededores de Santiago de Compostela, una ubicación con magníficas comunicaciones para abastecerse de materia prima y donde se podrían realizar futuras ampliaciones. Manuel incorporó a sus dos hijos en la fábrica e instaló, entre otras muchas innovaciones, un aserradero automático, una nueva línea de fabricación de tableros y una instalación para plastificarlos, lo que hacían de esta, la fábrica la más vanguardista de España y una de las más innovadoras de toda Europa.
Instalaciones de FINSA.
La importancia e influencia de estas nuevas instalaciones era tan grande que se decidió trasladar la sede social desde Santiago a Formarís de manera permanente, donde en la actualidad todavía permanece. Pero a pesar de las mareante cifras que movía la compañía y de que muy pocas empresas gallegas, salvo algunas vinculadas al Banco Pastor, tenían tal dimensión en la década de 1970, siempre mantuvo siempre su carácter familiar.
Camión de FINSA, los más famosos de las carreteras gallegas.
A partir de esa época y, a pesar de multitud de crisis, FINSA nunca ha dejado de crecer e innovar. En la actualidad es el quinto grupo empresarial con mayor facturación y empleados de Galicia, además de ser uno de los principales actores de la madera tanto en la comunidad como en España y Europa.
Fábrica de Santiago de Compostela.
Manuel García Cambón fallecía en 1990, con 82 años. En el momento de su muerte, el sector forestal gallego producía tanta madera como Dinamarca, Grecia e Irlanda juntas y la misma que toda Italia o Gran Bretaña. Hoy, la tercera generación de la familia está al frente de este gigante que reina en España y que lidera su sector en Europa y el resto del mundo, un imperio de la madera que soñó, hace un siglo, su abuelo: FINSA.
Edificio de oficinas en la fábrica de Santiago de Compostela.
Habrá dos autocares a las 18.20 horas, uno de los cuales circulará por la autopista
Aunque el medio de transporte colectivo más empleado para viajar entre Vilagarcía y Santiago es, sin duda, el ferrocarril, la línea de autocares que une ambas ciudades ha experimentado un importante incremento de usuarios en los últimos meses. Dos factores fundamentales explican este fenómeno: los usuarios del tren que no encuentran plaza en unos servicios más que saturados, y buscan en el autobús una alternativa, y la política de descuentos que la Administración también está aplicando en el transporte de viajeros por carretera. Así, si el Gobierno central mantiene, al menos hasta final de año, su bonificación íntegra para los regionales y los media distancia, la Xunta conserva igualmente la inyección económica que permite reducir el precio de los trayectos en bus a la mitad. Por lo pronto,Monbus, la compañía que opera la línea entre la capital arousana y Compostela, ha decidido reforzar uno de los viajes que cuentan con mayor demanda: el de los domingos por la tarde en dirección a Santiago.
Dos servicios comunican Vilagarcía con Santiago los domingos, a las 9.50 y a las 18.20 horas. Ambos proceden de Sanxenxo (de donde salen a las 9.05 y a las 17.35 horas) y, tras recorrer buena parte de la comarca, desembocan en la estación de autobuses para continuar hacia Compostela por carretera. Ese refuerzo que anuncia Monbus consistirá en un segundo autocar para el viaje de la tarde. Con todo, probablemente la principal novedad estribe en el hecho de que uno de ellos, en lugar de proseguir por la PO-548 hacia Catoiray Pontecesures, optará por laAP-9para alcanzar Santiago directamente, lo que traerá bajo el brazo un ahorro sustancial de tiempo frente a la hora, más larga que corta, que requiere este trayecto.
Monbus explica que, en realidad, esta línea solo había exigido dos refuerzos, uno en cada sentido, desde el inicio del curso universitario, que multiplica la presión sobre el transporte colectivo. Los días clave son los viernes, desde Santiago a Vilagarcía, y los domingos, en sentido inverso. Se trató de acciones puntuales que respondían a picos en principio aislados. Sin embargo, el hecho de que los dos últimos domingos haya sido necesario doblar autobuses a las 18.20 hacia Compostela ha llevado a la compañía a establecer un refuerzo permanente, que se mantendrán en tanto en cuanto no disminuya ese plus en el flujo de viajeros. En otras palabras, si el repunte tuvo su origen en factores como la Festa do Marisco o el puente del Pilar, y el número de pasajeros vuelve a la normalidad en cuestión de semanas, ese segundo autocar se eliminará. En caso contrario, seguirá funcionando.
Lo cierto es que, entretanto, el ferrocarril continúa repleto. Para el próximo domingo ya no es posible adquirir billetes a partir de las 13.20 horas para viajar a Santiago. Y el horizonte del siguiente, el 29 de octubre, no es mucho mejor, ya que solo hay dos servicios que admiten todavía la venta, a las 17.05 y a las 18 horas. La ventaja de que uno de los buses vaya a circular por la autopista puede ejercer, además, como un gancho a la hora de decantarse por esta fórmula. El viaje normal incluye 17 paradas entre ambas ciudades y la influencia de un denso tráfico. Se comprenderá que la AP-9 mejorará el tiempo de viaje de forma notable.
Un trayecto con 17 paradas que exige una hora y cinco minutos y depende del tráfico
Esta conversación tuvo lugar pocos días antes de que la vieja estación de autobús de Santiago cayese bajo la piqueta para ver trasladada su actividad a la flamante intermodal compostelana, en la que autocares y ferrocarriles conviven separados por un túnel, una plaza elevada en construcción y las inevitables vías. «Xefe, o bus tardará ben tres cartos de hora en chegar a Vilagarcía, non?». «Si, ho, e unha hora e carto tamén. Aquí dependemos do tráfico». Pese al cambio de ubicación, cualquiera que haya recurrido al bus para viajar entre Compostela y la capital arousana sabrá que la duración del recorrido es prácticamente la misma. Entre otras cuestiones, porque el conductor del vehículo estaba en lo cierto: la densidad de la circulación rodada ejerce una influencia decisiva sobre los 55 minutos que, teóricamente, tarda el bus en cubrir la distancia entre ambas ciudades.
Entre las estaciones de Vilagarcía y Santiago median 17 paradas, que dan servicio a lugares como la avenida Rosalía de Castro, aún en Compostela, O Milladoiro, Faramello, A Picaraña, Escravitude, Padrón, Pontecesures, Campaña, Cordeiro, Catoira, Abalo, Bamio o Carril. Lugares que, con la excepción de Catoira, Cesures y A Escravitude, tocadas todavía por los trenes regionales, difícilmente encontrarían otro medio de transporte colectivo capaz de articular sus comunicaciones. La línea, además, se extiende a Sanxenxo a través de As Sinas, Caleiro, Castrelo, Corón, Dena o Vilalonga, con lo que sus prestaciones se multiplican. Un bus directo que circule por la autopista es una excelente noticia. Que no se descuiden el resto de poblaciones, incluso mejor.
Castaño reunido con empresarios y representantes de CCOO
El gobierno local de Catoira denuncia que la localidad es «discriminada» en cuanto al tren de cercanías. El ejecutivo que preside el nacionalista Xoán Castaño señala que las tres frecuencias que entraron ahora en servicio no tienen parada en la localidad, «o que prexudica notablemente ás usuarias deste municipio e tamén doutros concellos da zona do Barbanza», asegura el alcalde.
En concreto, Castaño se refiere a los tres regionales que pasan en Catoira en dirección a Vilagarcía o Santiago desde este lunes. Dos salen desde la la localidad arousana a las 17:50 y a las 20:35 horas, mientras que el que procede del municipio compostelana sale a las 19:10 horas.
Por este motivo, el alcalde y el concejal Roberto Ferreira mantuvieron un encuentro con representntes del sindicato CCOO y de la Asociación de Empresarios da Pobra, para buscar conjuntamente medidas que pongan fin a esta situación.
Mejoras en la terminal
«Na xuntanza abordaron a asimetría que se produce con outras comunidades autónomas, onde se crearon recentemente novas redes de proximidade mellorando, mentres no municipio de Catoira a frecuencia de trens chega a alcanzar máis de tres horas», señalan desde el Concello.
Además de solicitar la parada de estos tres servicios en la estación de Catoira, también demandan o aumeno de frecuencias e a mellora da rede existente, asegurando as conexións intermodais nas estacións limítrofes de Pontecesures, Padrón, Vilagarcía e Padrón Alta Velocidade» con el municipio vikingo.
El Concello también reclama mejoras en la estación, para una mayor comodidad de los viajeros, incluyendo el acceso para personas con movilidad reducida. El gobierno local de Pontecesures también apoya estas demandas del municipio que gobierna Xoán Castaño.