El personal del equipo de lucha contra la avispa asiática de la Xunta
ha tenido que intervenir en Pontecesures. En concreto, procedió a la
retirada de nidos de velutina detectados e San Xulián, la calle Novo
Núñez y la subida hacia los colegios.
Así lo aseguran en el Concello, donde piden a los vecinos que si detectan estos nidos tomen precauciones y los comuniquen en las oficinas municipales o en el teléfono 012 de la Xunta.
Logo do parón obligado pola crise
do COVID-19, volve o mercado municipal de Pontecesures no seu formato de
sempre: o primeiro venres de cada mes.
A primeira xornada será o VENRES 5 DE XUÑO.
Recórdase tanto aos vendedores como a tódalas persoas asistentes a obriga do uso de mascarilla e do mantemento da distancia social de seguridade. Pola súa parte o concello instalará nas entradas e saídas do mercado dispensadores de xel hidroalcohólico.
No seguinte link (da web municipal), está a información e documentación para solicitar posto:
¿Acierta Feijóo con el argumento contra la demarcación provincial usada por Sánchez en la crisis del corovanivus? Tiene toda la razón al denunciar que no es normal que a una persona de Padrón se le prohíba el desplazamiento a Pontecesures, localidades separadas sólo por un río, pero sí se le permita viajar a Cariño, a 163 kilómetros. Pero no debería denostar la provincia por ser un invento del siglo XIX, porque entonces cargará de razones a sus rivales que le exigen la supresión de las diputaciones que él defiende. Y, ya puestos, los nacionalistas se verán reforzados para dibujar un nuevo mapa territorial que pondría el actual patas arriba. Debió Sánchez elegir la comunidad y no la provincia, pero esta tiene todavía su razón de ser en el s. XXI.
LOS
gallegos de no hace tanto tiempo se geolocalizaban de una forma muy
precisa. Cuando alguien tenía que mostrar su procedencia decía que era
“de la parte” de Santiago, de Vilagarcía, o de Verín. Con eso bastaba y
el interlocutor se hacía una idea de los pagos por los que andaba el
sujeto. No había necesidad de aclarar provincia, ni municipio, ni
partido judicial, ni parroquia. Se pertenecía a una demarcación ambigua
pero suficiente, que sin embargo carecía de reconocimiento legal. Quien
mejor entendió nuestra vaguedad administrativa fue Torrente Ballester,
el mismo que sitúa su Castroforte de Baralla como entidad volante
desprendida de la tierra y capaz de trasladarse a dónde sus vecinos
decidieran.
Hasta que llegó la autonomía ninguno de
los trajes administrativos le sentó bien a Galicia. O era grande o le
quedaba pequeño. Desde los organismos centrales se procuraba establecer
una talla única para así ahorrarse complicaciones pero la realidad se
resistía, y aquí la resistencia era callada y tenaz. Sabían nuestros
abuelos que Galicia no era tal como se cartografiaba en alguna
dependencia de Madrid y entonces surgía, junto a la realidad oficial,
otra profunda y auténtica con referencias brumosas. Ante la vista de
documentos timbrados que atestiguaban que el titular era de tal
provincia y cual municipio, el afectado decía para sí mismo “serei” y
seguía adelante como si nada.
Sufrimos una de las peores influencias de Napoleón
con su manía de organizarlo todo y codificar los más mínimos detalles.
Los afrancesados españoles se contagiaron y el resultado de todo ello
fue la división provincial que resiste hasta hoy y otra municipal que
intenta ser mitigada, con poco éxito, mediante la fusión de concellos y
las áreas metropolitanas. En suma que, si bien la expresión “ser de la
parte de” se ha ido perdiendo, provincias y municipios no dejan de ser
jurisdicciones ortopédicas que funcionan por inercia hasta que llega una
crisis.
En esta ocasión el emperador francés no tiene la culpa, sino una autoridad central que evidencia que entre Galicia y Madrid hay mucho más que seiscientos kilómetros. A esa distancia sideral no se ve una comunidad autónoma sino cuatro provincias y trescientos trece municipios. Mientras sólo tuvieron un valor administrativo, soslayable en la vida cotidiana, las molestias eran menores pero todo cambia cuando se convierten en criterios rígidos para orientar la vuelta a la “normalidad”. Las provincias se solapan. Los municipios se componen de núcleos con una dinámica propia. La Galicia genuina hace estallar las costuras jurisdiccionales, lo cual obliga a rectificar decretos de inspiración jacobina. Hay como una resurrección de la Galicia organizada por los romanos con su flexibilidad característica. Que el puente que une Padrón y Pontecesures sea idea de Roma habla bien claro de que su imperio, el mejor que pasó por el fogar de Breogán, se regía por pautas naturales y no por cuadrículas trazadas por los senadores a orillas del Tíber. Mañana que inauguramos la segunda fase, en ese puente seguirá habiendo una frontera que no separa nada y lo complica todo.
En los últimos
días se ha intensificado la limpieza y desbroces de cunetas, caminos y
todo tipo de espacios públicos de la comarca de O Salnés y los
municipios del Ullán.
Este
plan, iniciado hace meses pero reforzado con la llegada del buen tiempo,
se realiza tanto a instancias de los diferentes Concellos como con
ayuda de la Diputación y por medio de los servicios de mantenimiento de
carreteras dependientes de la Xunta de Galicia.
Estas
operaciones incluyen la tala de árboles situados en los márgenes de las
principales vías de circulación. Entre ellas la PO-548, que une Pontecesures
con Vilagarcía, donde los operarios contratados al efecto llevan
semanas empleándose a fondo para retirarlos, especialmente en el caso de
aquellos que amenazaban con desplomarse sobre la calzada debido a la
acción de los fuertes temporales o la lluvia.
Estas labores, que también sirven para despejar los arcenes y aceras -en las carreteras que disponen de ellos-, pueden llegar a provocar retenciones o cortes puntuales en la circulación rodada, ya que en ocasiones es preciso colocar maquinaria pesada en la calzada o derribar sobre la misma los grandes árboles que se están talando.
Padrón y Pontecesures, municipios limítrofes entre
las provincias de A Coruña y Pontevedra, están pendientes del
levantamiento de restricciones para que sus vecinos puedan moverse
libremente de un lado a otro del puente sobre el río Ulla, como hacen de
toda la vida. Son muchos los de Pontecesures, e incluso Valga, que se
desplazan a la capital del Sar a realizar gestiones, desde comprar en
los establecimientos comerciales locales hasta ir al banco, dentista o
notario, entre muchas otras. Y también desde Padrón se mueven al otro
lado del río para hacer compras en la localidad de Cesures.
Cuando quede sin efecto esa restricción de moverse entre provincias, sea primero o no entre municipios limítrofes, «vai ser un alivio moi grande», según opina María del Carmen Magán Pérez, vecina de 47 años de la aldea de Infesta, en Pontecesures. «Non ten ningún sentido o que está pasando», añade. «Eu podo ir a Tui, pero non podo ir a Pazos, en Padrón, que está ao lado, a ver a meu pai», lamenta.
Controles policiales
En
su caso, habitualmente se desplaza a Padrón a comprar en la plaza de
abastos y en tiendas del pueblo, pero también va al dentista y al
fisioterapeuta. «Pese a estar todo a un paso, non podo ir nin a comprar nin a ver a familiares»,
cuenta. Lo mismo le pasa y le seguirá pasando a su hermano mientras no
se levante la restricción de moverse entre provincias. Él reside en Rois
y, en todo este tiempo, no pudo ir a Cesures a ver a su madre, con la
que reside María del Carmen Magán.
«Está mal feito e será un alivio que o cambien», asegura la vecina de Pontecesures, que está deseando poder ir a Padrón sin problemas, como muchos otros vecinos.
En
su caso, también acaba de acompañar a su hijo a recoger sus
pertenencias en la residencia universitaria de A Coruña, ciudad en la
que estudia, para lo que se movió con un justificante.
La vecina también está yendo con su madre una vez al mes a una consulta médica en Santiago, pero siempre con justificante e «así vas máis tranquila»,
dice María del Carmen Magán, que recuerda que levantar la prohibición
de cambiar de provincia en municipios limítrofes será necesario para que
los jóvenes de Pontecesures y Valga que estudian en Padrón puedan
acudir mañana al instituto, en el caso de los cursos que están
autorizados.
Durante el tiempo de prohibición de cambiar de
provincia, el puente de Cesures está siendo objeto de controles
policiales, en los que se está parando a conductores y preguntándoles el
motivo del desplazamiento.
El BNG pidió en Madrid que esa limitación de movimientos se levantara ya en municipios limítrofes de distintas provincias, algo que también tiene solicitado el Concello de Padrón.