Uno de los ejemplares falleció. El que apareció en las Torres do Oeste tuvo mejor suerte gracias a un operativo en el que participaron los bomberos y protección civil.
Que los delfines se dejen ver por la ría de Arousa es algo habitual.
Lo que es del todo improbable es encontrarlos río arriba, en aguas del
Ulla. Ocurrió esta tarde en Catoira y en Pontecesures,
y no fueron los únicos. Se localizaron otros ejemplares desorientados
en las proximidades de Vilagarcía y de Boiro, uno de los cuales
falleció. En la Coordinadora para o estudo dos mamíferos mariños (Cemma)
siguieron muy de cerca este episodio, al que todavía no le encuentran
explicación. Alguna razón propició que los animales entraran en la ría,
perdieran el rumbo y cogieran caminos distintos, según explica el
portavoz Alfredo López.
A la caída del sol, algunos ejemplares
permanecían varados, a la espera de la pleamar, y otros lograron salir a
flote, aunque con destino incierto. Es el caso del delfín que apareció
en Catoira. Una mujer que estaba paseando por las proximidades de las
Torres de Oeste lo vio varado en las marismas y enseguida se puso en
marcha un dispositivo de rescate en el que participaron los Bombeiros do
Salnés, Protección Civil de Catoira y efectivos municipales. Incluso el
alcalde, Xan Castaño, se trasladó al lugar para supervisar el operativo
antes de acudir al Concello a recibir a los Reyes Magos.
Siguiendo el asesoramiento del Cemma, los bomberos se pusieron manos a la obra para mantener con vida al animal, que presentaba heridas y parecía exhausto, y trasladarlo después, en camión, a la playa fluvial, donde el delfín pudo alcanzar aguas más profundas. La operación fue un éxito pero, para sorpresa de los presentes, el cetáceo volvió río arriba, hacia Padrón, en vez de dirigirse hacia el mar. Ojalá que encuentre el buen camino.
Un exemplar de golfiño apareceu na mañá deste domingo, 5 de xaneiro, no río Ulla na altura de Pontecesures.
A aparición deste cetáceo en auga doce, a moi grande distancia da ría
de Arousa cara ao interior, chamou a atención dos veciños de
Pontecesures.
A Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) asegurou en Twitter que está a facer un seguimento deste animal para determinar as causas da súa presenza tan adentro.
De Padrón, pero lleva muchos años viviendo y trabajando en Santiago, 38 años. Casado y con tres hijos. Como de raza le viene al galgo, pertenece a una familia de reconocida tradición jurista. Se trata de José Paz Montero, al que acaban de notificar la concesión de la Cruz de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort, distinción otorgada por el Ministerio de Justicia.
El médico Alfonso Solar Boga cumplirá 42 años como rey Melchor en la cabalgata de Padrón.
Este es un reportaje no apto para leer los niños porque desvela uno
de los grandes secretos de la tradicional Cabalgata de Reyes de Padrón:
la identidad de una de sus majestades. En cambio, sí es de lectura
recomendable para padres, tíos y hasta abuelos que, seguramente de
pequeños, la noche del 5 de enero le dieron un beso al Rey Melchor y,
más concretamente, a Alfonso Solar Boga. El prestigioso médico de 62
años, afincado profesionalmente en A Coruña pero natural de Padrón, a
donde regresa cada fin de semana, cumplirá hoy 42 años vistiendo las
ropas del Rey Melchor, solo interrumpidos durante dos Navidades en las
que no se celebró la cita a causa de las inundaciones.
Hablar con Alfonso Solar de su papel como Rey
Melchor es hacerlo de la historia de la cabalgata de Padrón, pero
también de sus gentes y de su amor declarado a la villa: «Soy muy
afortunado. Puedo presumir de que se me acerquen abuelos que vinieron a
junto de mí de niños, en las primeras cabalgatas, y eso hay que
valorarlo como una suerte». «Nadie le ha dado tantos besos a los vecinos
del pueblo que uno quiere y eso es un privilegio».
Son algunas de
las confesiones que hace Alfonso Solar cuando mira hacia atrás y habla
de sus vivencias en la cabalgata, que se remontan a 1978. Todo empezó de
una manera un tanto peculiar, cuando varios jóvenes unidos por el
hockey, como Masito Beiró Martínez, José Ángel González Piñeiro, Jesús
Fraiz Calvo, Ramón Garea Rodríguez, y Totono y Cleto Barreiro Sorribas,
se plantearon celebrar la cabalgata de Reyes, que en Padrón no había
desde que quedara sin pagar el alquiler de las ropas de otra cita
anterior. Los jóvenes no tenían dinero pero en su ingenuidad pensaron
que tampoco costaría tanto celebrarla: sería cuestión de hacer unos
trajes y comprar unos caramelos. La idea cogió fuerza y hablaron con el
Concello pero el entonces alcalde, Eduardo Otero, les recordó que había
una deuda pendiente y que había que pagarla antes de que el Ayuntamiento
se pudiera implicar en la organización. El grupo lo valoró como
«injusto», pero siguió adelante, limitando la cabalgata a A Matanza,
Extramundi y Rois.
Los trajes de los Reyes los consiguió Masito
Beiró por el trabajo de su padre en la Nestlé; las pelucas eran de
carnaval y las barbas, de estropajo. Ese año, fueron: Gaspar, Mon Garea,
Baltasar, Totono Sorribas, y Melchor, Alfonso Solar. Esa primera
cabalgata, que es el germen de la actual, fue un éxito, pero no gustó en
Padrón, donde según recuerda Alfonso, «nos dieron palos por todas
partes, hasta en el periódico, pese a que éramos buenos chicos».
Rescatados del Sar
A
partir de ese año empezaron a organizarse, a recaudar fondos yendo
puerta por puerta y poco a poco se fueron sumando otros organizadores,
como las amas de casa, entre las que Solar menciona a Mary Lago,
Conchela López, Elena Palén y Angelines Parra. Poco a poco, Padrón
empezó a tener «cabalgatas mejores» porque la gente respondía y los
promotores quisieron dar un salto cualitativo para mejorar la llegada de
los Reyes Magos a la villa.
Si en los primeros tiempos los Magos llegaban a
Padrón en tren, hubo dos años (1981 y 1993) que lo quisieron hacer en
barca por el río Sar, pero en una ocasión «calculamos mal las mareas y
nos tuvieron que rescatar y sacar del río en el colo», recuerda Alfonso
Solar. Para mejorar aún más la llegada, en 1982 se les ocurrió que
podían hacerlo en helicóptero y se fueron a la Diputación de A Coruña a
solicitar uno. El entonces presidente del organismo provincial, Enrique
Marfany, se lo concedió de forma sorprendente pero, una vez llegado el
día, el Rey Gaspar vomitó nada más bajar del helicóptero y poner un pie
en el campo de fútbol. No obstante, esa llegada «fue lo máximo; ya no se
podía superar», dice Solar. También se les ocurrió que la cabalgata
podía empezar por la mañana, con la lectura de un pregón, que en 1983
leyó Pepe Domingo Castaño, y hasta fueron a hablar con el arzobispo
Ángel Suquía para pedirle apoyo económico.
Todo ello hasta que el Concello echó mano de la
organización hace más de veinte años, con la animadora cultural Cruz
Taboada al frente, de modo que cada 5 de enero es un «día sagrado» para
Solar, que tiene una cita ineludible con los niños de Padrón y comarca.
«Cada año me pasan muchas cosas por la cabeza y me trae muchos
recuerdos. Desde que empecé, pasó el tiempo suficiente como para echar
de menos a muchas caras en los balcones de la villa, a través de los que
puedes ver el paso de la vida. Falta gente en ellos pero hay otra
nueva».
A todos estos entrañables recuerdos, el médico
añade la única pega que le pone a su condición de Rey Melchor: su hija
casi no recuerda ninguna cabalgata de Padrón ya que se la llevaba su
mujer Begoña a ver la de Vilagarcía. «Para mi hija, ese día yo siempre
estaba de guardia».
«Me gusta ver el 5 de enero el paso del tiempo en mi tierra»
«Mis
primeros recuerdos de la Cabalgata de Reyes en Padrón se remontan a los
años 1962-1964: organizada por la Delegación de Juventudes, salía a
caballo (uno de Picusa, otro de Tejidos Ramos y el tercero de la
Ferretería Francisco García) desde las instalaciones de Fenosa,
precedidos por la banda municipal y escoltados por pajes con antorchas
que recorrían las calles de Padrón para dirigirse al Ayuntamiento»,
recuerda Alfonso Solar, responsable de la unidad de Gastroenterología
Pediátrica del Hospital Materno Infantil Teresa Herrera (Chuac) y que
este año recibió la medalla de oro y brillantes del Colegio Oficial de
Médicos de A Coruña en reconocimiento a su trayectoria profesional y los
valores que transmite durante su ejercicio.
Como compañeros de cabalgata, Solar recuerda que
le acompañaron durante muchos años Ramón, funcionario del Ayuntamiento
jubilado; Eugenio Iglesias Catoira, y últimamente Arturo Reboyras. El
médico padronés insiste en que «es un privilegio» vestir las ropas del
Rey Melchor cada 5 de enero y recuerda que todo empezó hace más de
cuarenta años, «una noche de verano en la que se reunió un grupo de
chavales que tenía muchas ganas de hacer cosas por el pueblo».
«Me gustaría seguir participando en la cabalgata; no me preguntes cuántos años pero, si tengo salud, sí quiero porque me sigue gustando ver el paso del tiempo en mi pueblo la noche del 5 de enero», dice Solar, para quien ese día le sirve para reafirmarse, dice, «en una de las pocas convicciones que tengo: que Padrón es el mejor sitio para estar».
Poco se podía esperar en los concellos de Catoira y de Pontecesures
que iba a ser una formación política aragonesa, Teruel Existe, la que
iba a dar respuesta a una de sus demandas más destacadas en los últimos
años en cuanto a transporte por ferrocarril. El partido político daba a
conocer ayer por la tarde el acuerdo de investidura con el PSOE de Pedro
Sánchez con un punto que paraliza el cierre de la venta de billetes en
estaciones pequeñas. De esta situación vuelve a hacerse eco el exedil en
la localidad, Luis Sabariz, que ha visto como en los últimos meses ni
en Pontecesures ni en Catoira pueden comprarse billetes en ventanilla.
La solución que se les pone sobre la mesa a los viajeros es que compren
sus billetes vía internet o bien que le paguen al revisor cuando pase
por sus asientos. Algo que ocurre, dice Sabariz, en muy contadas
ocasiones. “Como la mayoría de los trenes que circulan por la vía
convencional no llevan interventor pues viajarán gratis y punto. Desde
el verano pasado el tren solo trae interventor un día o dos a la semana y
después nos dicen que no tenemos viajeros suficientes. ¿Cómo van a
constar en las cifras oficiales si no se computan?”, señala Sabariz.
Aunque es ahora Teruel Existe la que pone sobre la mesa de negociación el problema de la “España vacía” y la falta de conexiones en transporte, en Catoira y Cesures llevan años reivindicando un tren de cercanías que los acerque a las ciudades que, como es el caso de la estación de Vilagarcía, vive ajena al descuido de otras muy próximas. “Sin baños, con maleza y suciedad”. El ejemplo, dice Sabariz, de un evidente abandono.