Un mal diseño de horarios lastra la utilidad del tren en Arousa y Barbanza.

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El alcalde de Catoira, el socialista Alberto García, aprovechó la fugaz visita que Ana Pastor realizó ayer a esta localidad para trasladarle una petición: que se amplíe el número de trenes que, a lo largo del día, paran en la estación de la villa vikinga. García explica que «en contra de lo esperado, los trenes de proximidad entre Vilagarcía y Santiago no paran en Catoira, como siempre solicitó la comisión en defensa del tren de cercanías donde está integrado este Concello». La decisión, argumenta el alcalde, no responde a ningún tipo de criterio técnico, y su modificación no supondría ampliar más que en unos minutos los tiempos del viaje. El alcalde llama la atención, también, sobre el hecho de que durante las mañanas la estación está desértica. Justo, indica, «en esas horas cruciales para desplazarse los trabajadores y los estudiantes. Un tren de proximidad sin parada durante cuatro horas en Catoira queda muy afectado».

Aunque con más frecuencias y paradas que en Catoira, en Pontecesures también hay problemas con el tren. «Nós o que queremos é recuperar os que daban servizo á xente que vai ou ven a traballar ou estudar», explica la alcaldesa de esta localidad, Cecilia Tarela. La regidora nacionalista indica que hace aproximadamente un año se eliminaron varias frecuencias en esas horas punta. Luis Ángel Sabariz, portavoz de la comisión de cercanías, también reconoce que en los servicios regionales «hay algunas lagunas por la mañana en dirección Vigo», aunque destaca que, pese a ello, siguen ganando usuarios.

Los usuarios

¿Y qué dicen los usuarios de esas «lagunas»? Desde que empezó la convivencia entre los trenes de alta velocidad y los servicios regionales, «puede que las grandes ciudades estén mejor comunicadas, pero por el medio hay mucha gente que, aunque quiera, no puede usar el tren para ir al trabajo», dice Jesús García. ?l trabaja en el Concello de Ribeira pero vive en A Coruña. Lleva años usando el tren -combinado con el coche, claro- pero cada vez Renfe se lo pone «más difícil». En la misma línea se expresa Andrea Serrano, trabajadora del Ayuntamiento de Pontecesures, que antes se bajaba del tren en esta localidad y que ahora debe hacerlo en A Escravitude, en una «estación fantasma» a kilómetros de su destino. Viaja, eso sí, en un rápido Avant. «¿Ahorrar tiempo de viaje? En mi caso, yo no ahorro nada», sentencia.
«Renfe no hace más que ponernos obstáculos»

A Andrea Serrano, Renfe le puso la vida patas arriba hace un año, cuando cambió las frecuencias de sus trenes regionales para acoplarlos a la alta velocidad. «Llevo seis años haciendo el trayecto desde A Coruña -donde vive- a Pontecesures -donde trabaja-», narra. Antes, un tren la dejaba a orillas del Ulla a las ocho menos cinco, justo a tiempo para incorporarse a su puesto de trabajo. Salía también con el tiempo necesario para subirse al convoy en el que hacía el viaje de vuelta. «Y de repente Renfe decidió que iba a quitar frecuencias del servicio regional, y que a cambio nos daban una línea súper rápida, Avant, con parada en la estación que llaman de Padrón-Barbanza y que está en medio de la nada».

Allí llega ella ahora, cada mañana, a las 7,43. Y allí, tras rascar el hielo que la madrugada ha dejado sobre el parabrisas del coche, se sube en el vehículo de segunda mano que le han tenido que prestar para poder cubrir la distancia que la separa del Concello de Pontecesures, en el que trabaja. Al acabar la jornada, toca de nuevo coger el coche y quemar combustible hasta la estación Padrón-Barbanza para, «a las 14.29», coger el tren de vuelta. Si lo pierde la lleva clara: hasta la noche no hay otro viaje. Porque «hay tres viajes al día en cada dirección». Si se resiste a esperar y busca servicio en otra estación, tiene que pagarse el billete completo, «porque aunque tenemos un bono de 229 euros al mes, no nos lo aceptan».

«Parece que Renfe no hace más que ponernos escollos», apunta Jesús García. ?l también vive en A Coruña y trabaja en el Ayuntamiento de Ribeira. Lleva años combinando tren y coche: se bajaba en la estación de Padrón y subido a su automóvil se dirigía a su puesto de trabajo. La operación se le ha complicado. «Si un día tengo que coger el tren en Padrón, además de que hay que pagar el billete, tengo que dejar el coche en esa estación. Y al día siguiente llego a la de Padrón-Barbanza que está en medio del monte, y allí no hay ni servicio ni de taxis, ni de buses, ni de nada».

Y tanto que no lo hay. Por no haber, apunta Ángeles Freire, otra de las usuarias de esa parada de trenes, no hay ni personal de Renfe, ni carteles que indiquen de qué andén salen los trenes. «Mucha gente llega aquí esperando encontrarse en el centro de Padrón y se quedan descolocados. A muchos los bajamos nosotros en coche», señala Andrea. Las reclamaciones que han presentado ante Renfe no han servido de gran cosa.

La Voz de Galicia

Valió la pena conservar la línea convencional del ferrocarril Vilagarcía/Santiago.

Fomento incluso incrementó las frecuencias entre Vilagarcía y Santiago, con una alta demanda en su recorrido

Casi un año después de que llegase la alta velocidad al eje atlántico -fue el pasado mes de abril cuando, además de reducir tiempos los viajeros pudieron atravesar el nuevo puente de Catoira- ya se puede responder a una de las preguntas que se hacían entonces; si compensaría el mantenimiento de las vías regionales que finalmente Fomento permitió que siguiesen operativas. Y lo cierto es que sí, que la Comisión en defensa de las cercanías que peleó por ello durante varios años tenía razón; la demanda de pasajeros en el eje atlántico es tal que valió la pena mantener el servicio en las viejas vías que quedaron al margen de la alta velocidad y en estaciones como la de Catoira, Pontecesures o Padrón, que siguen teniendo un tráfico similar al que registraban ante de la llegada del AVE.

Luis Ángel Sabariz, que fue concejal en Pontecesures y uno de los abanderados de aquella comisión, asegura que en general están satisfechos de cómo quedó el servicio. «Solo hay algunas lagunas por la mañana en dirección Vigo, porque sale uno a las 6.36 horas de Santiago y no vuelve a haber otro hasta las 10.35. En general está mejor en dirección A Coruña que en dirección Vigo, pero se mantuvieron las frecuencias y estamos contentos».

Buena prueba de que el tráfico de pasajeros no bajó es que el alcalde de Catoira, el socialista Alberto García, se dirigió varias veces a Fomento para hacerle llegar un acuerdo plenario en el que se pedía que los nuevos trenes regionales que entraron en servicio entre Vilagarcía y Santiago parasen también en Catoira. Curiosamente lo hacen en Pontecesures, pero no en la localidad anterior, y todo ello pese a que los usuarios de la zona de Barbanza siguen prefiriendo coger el tren en Catoira y no en la nueva estación construida más allá de Padrón, que está resultando ser un fracaso porque está aislada. «Si tienes que coger el coche para hacer ocho kilómetros hasta la estación, para eso ya vas en coche hasta Santiago», razona Sabariz.

Al margen de ajustar las frecuencias, los usuarios piden que se mejoren y modernicen las estaciones pequeñas que quedan fuera de la línea del AVE.

Frente a la línea del eje atlántico, los regionales de la vía férrea que une Santiago con Ourense languidecen. Ni el servicio ni las frecuencias cubrían las necesidades de los pasajeros antes de la llegada de la alta velocidad, pero después, todo fue a peor. Renfe acaba de reducir las paradas en la vieja estación de Lalín, de tres que había, a una sola en ambos sentidos. Los vecinos saben que es la crónica de una muerte anunciada, y aunque Fomento prometió un apeadero en la línea de alta velocidad, en realidad, dan el tren por perdido.

La Voz de Galicia

Usuarios del tren ven inoperativa la estación del AVE Padrón-Barbanza.

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A punto de cumplirse un año desde la apertura de la estación del AVE Padrón-Barbanza, la zona de Arousa norte continúa tan alejada de la alta velocidad como antes de su puesta en marcha e, incluso, peor comunicada. Sin excepción, los usuarios del tren en la comarca la consideran totalmente inoperativa y cuando quieren moverse en ferrocarril a cualquiera de las grandes ciudades, bien sea hacia A Coruña o con destino a Vigo, prefieren desplazarse a Vilagarcía.

Todos reconocen que la estación tiene unas prestaciones de primera: un amplio aparcamiento gratuito y prácticas instalaciones en un edificio pensado para proporcionar comodidades a los viajeros. El problema radica en que le falla lo principal: frecuencia de paso de trenes, está alejada del entorno urbano, carece de comunicaciones con el transporte público por carretera y, por encima, está mal señalizada. Son tantas las carencias que algunos no dudan en calificar de vergonzosa la situación.

Seis paradas

A lo largo de todo el día solo paran seis trenes, tres en dirección a la capital herculina y otros tantos con destino a la olívica. Los horarios tampoco puede decirse que faciliten su uso. Los que van hasta A Coruña se detienen a las 7.27 horas, 14.29 y 22.24, y el trayecto hasta la última parada es de unos cuarenta minutos. Para cogerlo hacia Vigo hay que ir a las 7.43, 13.43 o 21.45.

Un vecino de Boiro que señala que le gusta viajar en tren por la comodidad que supone, afirma: «Esa estación es un misterio». El arquitecto Carlos Fernández Coto es otro habitual del ferrocarril e indica que ya el emplazamiento es un despropósito.

Tanto el presidente de la FEB, José Romero, con su gerente, Víctor Campaña, son asiduos del servicio férreo, pero Campaña solo en una ocasión utilizó la instalación de A Escravitude. El hecho de que únicamente abra cuando pasa un convoy, unido a la escasa frecuencia, le llevaron a continuar sirviéndose de las que hay en la vecina provincia pontevedresa, que son «más prácticas».

La Voz de Galicia

El sector hostelero alcanza considerables beneficios con la segunda ruta de tapas de lamprea.

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A juzgar por el gran ambiente vivido durante todo el fin de semana en la mayoría de los establecimientos y la cantidad de público que se desplazaba por las calles pontecesureñas de bar en bar, especialmente ayer a mediodía, puede decirse que la segunda edición de la ruta de tapas de lamprea se zanjó con un éxito notable.

Ni que decir tiene que la hostelería de Pontecesures salió claramente reforzada de este evento promocional, especialmente en el caso de la quincena de establecimientos que quisieron colaborar en «Tapealamprea» y ofrecieron a sus clientes pinchos elaborados con recetas de lo más tradicional y con las más innovadoras que uno pueda imaginar.

Fueron muchos los aficionados a este manjar del Ulla, y otros tantos los que quisieron probarlo por primera vez, los ciudadanos de Pontecesures y otras localidades de las comarcas de Caldas, O Sar, O Salnés y Barbanza que se convirtieron en protagonistas de estas jornadas.

Como queda dicho, significativa resultó la afluencia de público ayer, cuando restaurantes como el Carabela se llenaron hasta la bandera con clientes que pudieron saborear tanto la tapa -a base de pimiento de piquillo relleno de lamprea a la bordelesa- como las raciones de este producto servidas en su comedor.

Es solo un ejemplo, ya que fue posible realizar un interesante recorrido gastronómico por todos los negocios participantes, en los que incluso se podía probar la lamprea en pizza, en tosta, en molde de arroz y arena o en croquetas.

En definitiva, que la ruta de los pinchos fue el aperitivo que Pontecesures necesitaba para afrontar con más fuerza si cabe la gran fiesta exaltación de la «dama del Ulla» prevista para el domingo que viene, con degustación del preciado pez en la zona portuaria a partir de las 14 horas y actuación folclórica a cargo del grupo local Xarandeira.

Faro de Vigo

La oficina comarcal agraria de Padrón está sin personal técnico desde la última jubilación.

La situación en la que está la oficina agraria comarcal de Padrón, tras la jubilación en julio del año de la última técnica que quedaba en el servicio, está generando malestar entre agricultores y ganaderos de la comarca del Sar. En la actualidad, la oficina la atiende solo personal administrativo (dos), sin posibilidad de realizar consultas técnicas, toda vez que la Consellería de Medio Rural no cubrió ninguna de las vacantes que se produjeron en los últimos años.

Con ello, las consultas técnicas son derivadas a la consellería, según ha explicado un ganadero afectado por la situación. En la oficina de Padrón siempre hubo atención técnica y de ahí que no solo acudieran usuarios de la comarca del Sar sino también de otros municipios como Teo y hasta Pontecesures y Valga, en estos casos por proximidad geográfica.

También realizaban consultas vecinos del Barbanza porque en Padrón están los servicios veterinarios para esta comarca y el Sar, y más todavía después de que la oficina agraria de Ribeira se quedara también sin personal técnico.

Personal que, además de atender la consultas y orientar a los agricultores y ganaderos, se encargaba de impartir cursos ya que la formación continua era una de las señas de identidad de la oficina padronesa. En el año 2002 impartió el primero de los cursos de aplicación de productos fitosanitarios, por los que pasaron más de 900 vecinos, según recuerda José Ramón Torreira, técnico jubilado de la oficina de Padrón y que «lamenta» la situación en la que quedó este servicio tras las jubilaciones.

La oficina del Sar siempre tuvo mucha actividad y variada al ser una comarca de mucha agricultura a tiempo parcial, con huertas, viñedos, frutales y otros cultivos y ganadería.

La Voz de Galicia

Renfe controlará el equipaje de los viajeros que accedan al tren desde la estación de Vilagarcía.

Poco a poco, la estación de ferrocarril de Vilagarcía se va adaptando a los cambios derivados de la puesta en marcha del trazado rápido en el Eixo Atlántico. Primero lo hizo a través de la actualización de sus servicios, con la implantación desde abril de veinte paradas diarias y una serie de trenes que unen Santiago y la capital arousana a través de la vía antigua, con escalas en Padrón, Pontecesures y Catoira. Ahora, la intención de Renfe pasa por homologar las prestaciones de las instalaciones vilagarcianas al del resto de los puntos del trazado ferroviario, incluyendo un sistema de control del equipaje.

Así, las obras de remodelación de la estación, ya en marcha, serán aprovechadas por el operador para implantar un punto de chequeo de maletas, tal y como ayer confirmaron fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, la división de la que dependen los trabajos. El cuidado de la seguridad es el motivo que se aduce para comenzar a supervisar los bultos de los viajeros. De la misma forma, una vez concluidas las obras los andenes pasarán a tener un único acceso.

Lo que nadie ha aclarado de momento es si los chequeos se practicarán en todos los trayectos -basta pensar en los domingos, plagados de estudiantes durante el curso, para comprender que la operativa sería compleja y requeriría su tiempo- o se reservarán para los trenes de largo recorrido, tal y como sucede en Santiago, por poner un ejemplo. El equipaje de quienes suben a los convoyes con destino a Madrid, Barcelona o el País Vasco es examinado con un escáner. Quienes, en cambio, viajan por el Eixo Atlántico no son sometidos a ningún tipo de control.

¿Un indicio del tren a Madrid?
Tampoco hay, por ahora, novedad alguna sobre la posibilidad de que Vilagarcía recupere la escala directa en el tren a Madrid. Claro que la instalación del punto de chequeo parece apuntar a una respuesta positiva. Al igual que lo es la ampliación del andén más próximo a la estación, que será prolongado hasta donde sea posible para albergar ferrocarriles compuestos. Como para tantas otras cosas, las respuestas tendrán que aguardar al 20D.

20 %

Incremento de viajeros

Desde la apertura, en abril, del nuevo trazado ferroviario rápido del Eixo Atlántico.

20

Paradas diarias

En Vilagarcía. Combinan los trenes rápidos con los servicios a través de la vía antigua.

150.000

Población de referencia

Es la estación de referencia para O Salnés, Caldas-Baixo Ulla y parte de O Barbanza.

La Voz de Galicia