El Belén de Valga alude al conflicto catalán, al clásico del fútbol y al gallo eurovisivo.

El alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, y la directora de Turismo, Nava Castro, inauguraron ayer el Belén Artesanal en Movemento en el que trabajaron 33 personas durante los últimos dos meses. Héctor Bermúdez presentó el acto, que fue seguido por numerosas personas entre las que se encontraba el cura de Campaña, Manuel Míguez, quien bendijo el montaje, compuesto por unas 4.500 piezas dispuestas en una superficie de 400 metros.
El estreno del belén más famoso de Galicia suscitó un gran interés entre las numerosas personas que ayer aguardaron su turno en largas colas.
El Belén de Valga tiene como particularidad la mezcla entre las escenas propias de las fiestas navideñas, las tradiciones locales, la aparición de personajes famosos o acontecimientos de relevancia a lo largo del año que hacen que este Nacimiento sea único.
En la edición de este año se pueden ver estaciones de tren, a los independentistas catalanes, desde los que están en Bruselas a los que fueron encarcelados, a Roberto Vilar con su madre con la tortilla con la que obsequiaron a Julio Iglesias en la famosa entrevista, o la ??cobra? entre Chenoa y David Bisbal. No falta la referencia a los incendios forestales ni a la presencia de actores como José Coronado y Álex González durante su rodaje en Arousa.
También se puede ver el clásico entre el Real Madrid y el Barcelona, el enfrentamiento entre Donald Trump y el norcoreano Kim Jong-Un o la entrega de premios del concurso de tapas de la Festa da Anguía. Quien visite el Belén recordará el himno de Valga, el gallo de Eurovisión o al trío arbitral gallego de Primera División con el valgués Alfonso Costoya.
El Belén podrá visitarse hasta después de Reyes de forma gratuita de 17.30 a 20.30 horas entre semana; los sábados de 17 a 20.30; y los domingos de 12 a 14 y de 17 a 20.30 horas. El público puede participar en el concurso para descubrir al personaje oculto.

Diario de Arousa

Pontecesures inicia hoy una ruta de tapas de lamprea marcada por la escasez de producto en el Ulla

Los pinchos pueden saborearse en once establecimientos, a un precio de tres euros la unidad -El día 2 se celebra la fiesta grande.

La villa ribereña de Pontecesures se sumerge de lleno desde hoy mismo en el mundo de la lamprea. Comienza la exaltación del pez cartilaginoso con una nueva edición de la ruta de tapas, que se extiende durante todo el fin de semana y es el aperitivo de la gran degustación que se anuncia para el siguiente.

Aunque eso sí, todo esto supeditado a la disponibilidad de producto, ya que los pescadores que se dedican a su captura en el Ulla con nasas butrón se enfrentan a una de las temporadas más flojas que recuerdan.

Producto autóctono

La escasez es de tal magnitud que si bien se garantiza la celebración de esta ruta de tapas, conocida como «Tapealamprea», no está del todo claro que la fiesta del día 2 de abril pueda llegar a buen puerto, ya que el gobierno de Pontecesures no está dispuesto a desarrollar esa degustación si no es con un producto autóctono que, como queda dicho, este año brilla por su ausencia.

Hay quien cree que habría que recurrir a la lamprea francesa para desplegar la fiesta de todos modos y no perder su tirón, alegando que en otros municipios arousanos también sirven bivalvo foráneo como si fuera producto local. Pero en el ejecutivo pontecesureño no lo ven del mismo modo.

Nueva reunión preparatoria

En este sentido, hoy se celebra una nueva reunión entre el colectivo de valeiros y el gobierno para ultimar los detalles de la fiesta del fin de semana que viene, que se hace coincidir con una celebración religiosa tan importante en la localidad como San Lázaro.

En el Concello esperan que los pescadores consigan lampreas suficientes y que accedan a venderlas a 20 euros, por aquello de contribuir a la promoción del producto. Pero algunos de los encargados de capturar a la «dama del Ulla» no están por la labor de rebajar tanto las tarifas en una campaña tan mala como la actual y piden que se las paguen a, al menos, 35 euros por pieza.

A la espera de acontecimientos ahora hay que centrarse de lleno en la ruta de las tapas, «con algunas recetas realmente sorprendentes y con una importante participación de establecimientos», explica el alcalde conservador de la localidad, Juan Manuel Vidal Seage.

El propio regidor anima a los vecinos a disfrutar de estos pinchos, a 3 euros la unidad, pero lógicamente también hace un llamamiento al conjunto de arousanos y ciudadanos de municipios y comarcas cercanas para que se desplacen a esta villa del Bajo Ulla con el propósito de saborear el que, junto con los churros, es el producto más característico de esta localidad.

Aquellos que quieran dar cuenta de este manjar que suele prepararse al estilo bordelesa, pero que tiene otras muchas posibilidades culinarias, tienen hoy a su disposición las tapas correspondientes entre las 19.00 y las 23.00 horas, mientras que mañana y el domingo se repartirán en horario de 12.00 a 15.00 horas, y de 19.00 a 23.00 horas.

A tres euros el pincho, los participantes tendrán múltiples posibilidades de degustar la lamprea del Ulla, y siguiendo el formato de este tipo de rutas gastronómicas, aquellos que la prueben en al menos tres de los establecimientos colaboradores tendrán la oportunidad de participar en el sorteo de tres cheques de compra por valor de 50, 30 y 20 euros, canjeables en el comercio local.

¿Qué tapas pueden degustar vecinos y visitantes? ¿Y dónde pueden encontrarla? Pues a continuación se resume la oferta de «Tapealamprea», que también puede seguirse con una App:

1 | Lampreada. Pincho a base de caramelo de hojaldre relleno de lamprea en salsa con base de arroz. Lo ofrece el restaurante Soles, en la calle Redondo.

2 | Lamprea bordelesa. Tapa típica de lamprea al estilo bordelesa con su arroz y sus picatostes que se sirve en O Meco, en la Praza de Pontevedra.

3 | Empanada de Lamprea. Empanada a base de lamprea con salsa y patatas fritas que puede saborearse en O Candil, en la Rúa dos Namorados.

4 | Bordelesa con cachelos. El bar «Choco», en la Praza dos Valeiros, también apuesta por la lamprea a la bordelesa, aunque en este caso con rodaja de cachelos.

5 | «Saquiños do tesouro». Con el original nombre de «Os saquiños do tesouro» el restaurante Casa Chaves, en la calle Ullán, prepara una pasta rellena de lamprea con arroz acompañada de crema de patata, también con lamprea.

6 | Empanada. Mambís, negocio asentado en la calle Patifas, apuestan por la tradicional empanada de lamprea al estilo de la casa.

7 | «Cesta de lamprea». En el Nu2, ubicado en la calle Carlos Maside, el pincho ofrecido en esta ruta se llama «Cesta de lamprea do Nu-2».

8 | «Sushi». El restaurante Carabela, todo un clásico en la preparación de lamprea situado en la calle San Lois, apuestan por una original tapa a base de «Sushi».

9 | «Bombitas de lamprea». Las «Bombitas de lamprea» son una preparación especial que puede saborearse en el Tele Bar, situado en A Plazuela.

10 | «Lamprea a la italiana». Como no podía ser de otra manera, el local Pizza Bambino, en la calle Sagasta, se suma al «Tapealamprea» con un plato especial, la «Lamprea a la italiana», es decir, pizza y lasaña de lamprea.

11 | «Tartaleta Reina del Ulla». En A Casa do Río, un negocio de hostelería ubicado en la calle Víctor García, presentan su tapa con un nombre tan original como representativo: «Tartaleta de la Reina del Ulla».

Faro de Vigo

Las llamas dan la puntilla a Casa Castaño, el que fue restaurante de la alta sociedad.

La Familia Real española, clubes como el Real Madrid, ilustres literatos y políticos de renombre saborearon sus viandas -El edificio estaba en ruinas y ayer ardió por dentro.

Las llamas, parece que iniciadas en un colchón situado en una de las plantas superiores, utilizada en ocasiones para pasar la noche algún conocido drogodependiente de Pontecesures, dieron la puntilla ayer al edificio Casa Castaño, un emblemático restaurante que tuvo su época de esplendor en los años sesenta, setenta y ochenta.

Famoso por la preparación de lamprea a la bordelesa, pero también por sus croquetas de marisco, la merluza a la cazuela y postres como tocinillo de cielo, entre otros platos representativos de la cocina tradicional gallega, este establecimiento fue visitado por la Familia Real española y destacados personajes de la política, la empresa y la cultura antes de entrar en declive.

Un declive, por cierto, que en gran medida se produjo a raíz de la entrada en funcionamiento de la autopista del Atlántico (AP-9), ya que la carretera Nacional 550, al lado de la que se sitúa este inmueble, dejó de ser la principal vía de circulación.

Considerado todo un clásico de la cocina, y siendo tradicional la visita para tomar la lamprea el día de San José, este restaurante pontecesureño cerrado en 1994 se había convertido desde hace un par de décadas en un edificio ruinoso.

De un tiempo a esta parte estaba invadido de maleza, además de ser utilizado con frecuencia por los okupas, de ahí que cuando ayer a las tres de la tarde se descubrió el fuego en el interior saltaran todas las alarmas, ante la posibilidad de que alguien pudiera estar en el interior.

Pero también porque este edificio está situado justo frente a una gasolinera, a escasos metros del puente romano que une la localidad con Padrón a través de la N-550. Precisamente una de las fachadas del inmueble da a esta carretera, mientras que la otra se asoma prácticamente encima del cauce fluvial, solo separada del agua por la calle José Novo.

Afortunadamente, y según indicaron en el Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Valga, el incendio quedó controlado unas horas después sin que hubiera que lamentar daños personales, apuntándose la posibilidad de que el fuego se iniciara en los colchones antes referidos, quizás utilizados por los okupas del edificio.

La importante intervención de los equipos de emergencias evitó que las llamas afectaran a otros inmuebles y los vecinos y testigos de los hechos pudieron respirar tranquilos, aunque lógicamente apenados por la pérdida de un edificio que era una referencia histórica en la localidad.

No cabe duda de que, si alguna esperanza quedaba, ayer parecía quemarse la posibilidad de recuperar un restaurante que fue sinónimo de buen comer y se convirtió en una de las referencias culinarias de Galicia. Como no podía ser de otra manera, por aquello de situarse en Pontecesures y a orillas del Ulla, con la lamprea como tarjeta de presentación.

Faro de Vigo

Cocina urgente para un hombre tranquilo.

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Fraguó sin prisas la moción de censura. Porque en la política, como en la cocina, hay que medir los tiempos.

El arroz caldoso con luras y gambas «é fácil de facer e leva pouco tempo. Non é comida de estudante, pero case». La última parte de la afirmación me sorprende. La experiencia me dice que el plato más elaborado que se cocina en un piso universitario son los espaguetis con atún. «Ese era un clásico», reconoce Juan Manuel Vidal Seage. Aprovechamos la puerta al pasado que nos ha abierto nuestro anfitrión y nos colamos por ella. Al otro lado nos lo encontramos con «17 anos, o selectivo aprobado, e tendo que decidir a que quería adicarme, con certa solvencia, durante toda a miña vida».

Primero se imaginó siendo físico, y se matriculó en esa carrera. Pero, pese a su predilección por la materia, la cosa no cuajó. «Entón decidinme por algo tan insulso como a Economía», cuenta. Nunca pensó que en el futuro se iba a convertir en alcalde de Pontecesures. Por aquel entonces, ni siquiera residía en esta localidad, que conocía porque «de pequeno traíanme os meus pais ao pediatra, Don Adolfo».

Juan Manuel Vidal Seage nació en Rois, donde vivió sus primeros años. La suya fue una infancia «de olor a aldea e a vacas, porque por alí había vacas por todos os lados». Iba a una escuela unitaria en la que niños y niñas estaban separados, pero todos, a los cinco añitos, rezaban el Padre Nuestro en latín. ?l aún puede recitarlo de memoria. Nunca tuvo problemas ni con las declinaciones, ni con ninguna otra asignatura. «Era o prototipo do chapón. Saquei todo sobresaíntes, sempre», recuerda.

Empezó en política bastante joven, en las Novas Xeracións del Partido Popular. Pero siempre fue un militante «de infantería, de pegar carteis, de megafonía e de loxística». Por eso en 2010, cuando le propusieron ser candidato del PP en Pontecesures, tardó en creérselo. «Eu tiña o meu traballo e estaba en varios colectivos, porque sempre me gustou o asociacionismo», explica. Pero, ¿presentarse a alcalde? ¿Encajaba eso en su vida? Decidió probar. Pese a los riesgos. «A fin de contas, era un pobo no que non nacera», insiste. ¿Y tan importante es eso? «Aquí a xente dálle moita importancia ao do RH, e iso que este pobo é un crisol de outros moitos», dice Seage esbozando una sonrisa. Cuando fue designado candidato, un militante le dijo que «preferiría a alguén nacido aquí». A él, más que eso, le preocupaba que en Pontecesures, «non me ían dar ningún premio á popularidade. Levaba aquí dende 1999, pero ninguén me coñecía». Aún así, consiguió formar lista y logró mantener al PP con dos concejales en la corporación. Durante los cuatro años de Angueira «fixemos unha oposición sensata. Non me gusta o ruído, e menos na política». En las elecciones de 2015 el PP se convirtió en la fuerza más votada y Seage se encontró con la posibilidad de encabezar un gobierno si lograba sumar los votos de Maribel Castro (IP) y Ángel Souto (TeGa). Dos enemigos irreconciliables que no querían ni verse en pintura.

Seage aplicó entonces a la política ese principio de pensamiento crítico que intenta inculcar a sus pupilos de catequesis. Tras analizar la situación, llegó la hora de desempolvar los conocimientos de Física. Dejó macerar la situación, se tomó su tiempo. Luego, cuando se rompió el gobierno de Cecilia Tarela, empezó a trabajar la fusión de tres grupos de derechas separados por una fuerza centrífuga difícil de controlar. Así logró formar gobierno, convertirse en alcalde y quien sabe si encauzar la reunificación de la derecha cesureña tras largos años de fractura.

En estos momentos, la verdad, hay otros asuntos que le preocupan más. Darle a Pontecesures la vuelta que sus votantes esperan. Tender puentes hacia los trabajadores del Concello, con los que las relaciones están tensas aún -estando en la oposición, el actual gobierno tumbó la relación de puestos de trabajo pactada entre el anterior gobierno y los trabajadores-. Reconducir esa situación costará lo suyo. Pero Seage está dispuesto a hacerlo siguiendo, de nuevo, la estrategia del fuego lento, la única que garantiza «que o arroz de abaixo non quede pegado á pota, mentres que o de arriba segue cru».

La Voz de Galicia

La reina del Ulla triunfa también en pequeños bocados.

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En tortilla, croquetas o fajitas, los bares de Pontecesures demuestran que la lamprea también sirve para ir de pinchos.

A la bordelesa. Esa es la forma más popular de cocinar la lamprea. Servida con su arroz y su pan frito y elaborada en su propia sangre, es el plato por el que suelen apostar buena parte de los establecimientos hoteleros que incluyen este manjar en su carta. Pero en Pontecesures, que tienen más experiencia que nadie en el trato con este ancestral pescado, saben que admite también otro tipo de preparaciones. Y lo demuestran celebrando un concurso de pinchos en el que este animal es el plato estrella. La iniciativa ha sido todo un éxito y ha obligado al Concello a editar más folletos de los previstos para que vecinos y visitantes pueden participar en el sorteo y elegir los mejores pinchos.

Un total de quince establecimientos del municipio participan en Tapea Lamprea, como ha sido bautizado este certamen. Encontrarlos es tarea sencilla, pues todos lucen en sus ventanas los carteles que anuncian al certamen. Es en ellos donde, al módico precio de dos euros, se pueden degustar pequeños manjares en forma de pincho. En estos pequeños bocados, como no podría ser de otra forma, la lamprea es la única protagonista.

De lo clásico a la innovación

La oferta es amplia y variada. Para los más tradicionales sepan que hay cerca de media docena que han apostado por la preparación más clásica, la de la bordelesa. Todas llevan su arroz y sus picatostes, aunque cada una tiene el toque particular de su autor. En el Víctor García, por ejemplo, han elegido la receta de Nela, que incluye unos guisantes. Exquisita, por cierto. No es de extrañar que esté triunfando. «El sábado al mediodía hubo mucha gente», explica su responsable mientras sirve a sus clientes la más que generosa ración.

Pero los hosteleros de Pontecesures también se han animado a innovar. Y la lamprea se puede degustar en filloas, en el bar Soles, en croquetas, en el Candil, y hasta en el relleno de unos pimientos de piquillo, obra del Carabela. En el Tele Bar se han sumergido de lleno en estas jornadas y ofrecen a sus clientes hasta tres preparaciones diferentes. Con lamprea, en lugar de con el tradicional chorizo o cebolla, han elaborado el pincho de tortilla, rellenado unas empanadillas y cocinado unas delicias. Todas, con mucha demanda entre los clientes.

La iniciativa, un año más, ha sido todo un éxito. Los hosteleros se muestran satisfechos con la cantidad de gente que se ha animado a degustar sus preparaciones, pues la afluencia a sus locales fue elevada tanto por las noches, como a la hora del mediodía, convirtiendo al municipio en un lugar de paso obligado durante todo el fin de semana para los amantes de este pescado. Ha servido, además, para ir abriendo boca. Y es que la próxima semana, Pontecesures se sumergirá de lleno en una nueva edición de su ya tradicional Festa da Lamprea. De nuevo, los fans de este animal tendrán que visitar el municipio para poder participar en las degustaciones. Claro que estas ya no serán a base de pinchos. Será entonces el momento de tomarse un buen plato de bordelesa en la carpa que se instalará en el Puerto o en los restaurantes.

La Voz de Galicia

Quince colegios e institutos arousanos han creado clubes de lectura en los que devoran libros un centenar de alumnos.

A la larga, agradecerán que en el programa de estudios de las clases de Legua Española o Lingua Galega se incluyan lecturas obligatorias. De otra manera, a lo mejor nunca se habrían animado a leer El Quijote de Cervantes o A esmorga de Eduardo Blanco-Amor. Pero no cabe duda de que una cosa es leer una novela por obligación, de la que luego hay que dar cuenta en un examen, y otra es hacerlo por amor al arte. Lo segundo es siempre más satisfactorio, y a eso es a lo que se dedica el centenar de alumnos que en la comarca se han sumado a los clubes de lectura que en los últimos años han puesto en marcha quince centros arousanos. Todos ellos siguen la máxima de que «un niño que lee es un adulto que piensa», y desde luego, los que forman parte de esos foros de debate en torno a la literatura estarán más preparados el día de mañana para poner en práctica un pensamiento crítico.

Ayudas de Educación

La Consellería de Educación acaba de renovar las ayudas que otorga a los centros de estudios que cuentan con clubes de lectura, una iniciativa en la que tanto importa la voluntad de los profesores que se animan a emprender ese proyecto como los alumnos que se suman, porque asociarse a ellos es voluntario, ya que no cuenta en el expediente y las actividades que realizan no son evaluables. En total, los centros de estudios de la comarca recibirán 21.000 euros que se destinan, sobre todo, a la compra de volúmenes para los colegios O Progreso de Catoira, para el CPI de Pontecesures, la escuela de idiomas de Vilagarcía o los institutos Ramón Cabanillas y Asorey de Cambados, As Bizocas de O Grove, el IES de A Illa, el instituto de Meaño y el de Valga, el de A Basella y Faro das Lúas en Vilanova y los cuatro de Vilagarcía -Armando Cotarelo, Castro Alobre, Bouza Brey y Miguel Ángel González-, que son los centros que cuentan con clubes de lectura en Arousa.

El instituto de A Illa es uno de ellos. Cuenta con estos foros literarios desde hace unos ocho años; así, en plural, porque disponen de uno para los alumnos de primero y segundo de ESO y de otro para los estudiantes de tercero y cuarto. Las responsables son las profesoras Begoña Caballero y María Fe Souto, y como recuerda la segunda, «durante tres anos tamén tivemos un para adultos, sobre todo pensado nos pais, pero ao final disolveuse».

Los alumnos, asesorados por los profesores, eligen las lecturas, y luego se reúnen todas las semanas para comentar los libros. «Procuramos que teñan versións cinematográficas, porque as visualizamos e dan máis xogo», indica Souto, profesora de Ligua Galega en el IES de A Illa. Los estudiantes, por supuesto, tienen sus predilecciones. «Os máis pequenos prefiren o fútbol, e tamén historias románticas». Los mayores son algo más exigentes; los isleños están leyendo el clásico Drácula de Bram Stoker, y eso que no es una lectura fácil. Pero a la larga lo agradecerán, aunque no el conde no se examine.

La Voz de Galicia