Representates do Concello e da Xunta xantaron onte co empresariado local
En Valga celebrouse este venres ao mediodía a habitual xuntanza de traballo entre o empresariado local e representantes do Concello e da Xunta para palpar as inquedanzas das industrias asentadas en Valga. Asistiron responsables de firmas como Urovesa, Extrugasa, Exlabesa, ODL, Transportes Jamardo, Transportes Touceda, Víctor Castiñeiras, Valdeza, Eldesa, Serrerías Rodríguez, Lema e Hormadisa -Barton e Intavalsa non puideron asistir por motivos de axenda-.
Os empresarios tiveron a ocasión de plantexar as súas necesidades a autoridades das administracións autonómica e local. A Xunta estivo representada pola conselleira de Promoción do Emprego, Mª Jesús Lorenzana; a secretaria xeral de de Apoio ao Emprego e Traballo autónomo, Covadonga Toca; e a secretaria xeral de Industria, Paula Uría. Por parte do Concello participaron na xuntanza, que debido á pandemia levaba sen celebrarse dende 2020, o alcalde, José María Bello Maneiro, e a concelleira de Emprego, Carmen Gómez.
O rexedor sinalou que «é importante» estar en permanente contacto co mundo empresarial para coñecer de primeira man cal é «a súa realidade e para que os responsables das administracións poidamos adoptar medidas que sexan realmente efectivas á hora de mellorar a súa produtividade». Na mesma liña, a representante da Consellería de Economía, Industria e Innovación, Paula Uría, amosouse aberta a «colaborar» co empresariado valgués para favorecer o seu crecemento e competitividade.
Andrés Quintá, máximo responsable de Extrugasa e presidente da asociación de empresarios dos vales Ulla e Umia, foi o encargado de poñer voz ás problemáticas que afectan hoxe en día aos empresarios de Valga, principalmente un asunto recorrente dende hai anos: a carencia de solo industrial. «Un polígono en Valga é esencial para evitar a emigración de empresas fóra da localidade, atraer os investimentos e gañar en riqueza e emprego», destacou Quintá. Na mesma liña, lamentou «os continuos atrasos na aprobación de proxectos de ampliación das nosas instalacións», polo que reclamou ás administracións «unha tramitación rápida para evitar que se perdan oportunidades de negocio e se condenen proxectos estratéxicos».
O empresariado está a tamén a facer fronte á situacións que afectan ao conxunto da cidadanía, coma a subida dos custos de produción debido ao incremento do prezo dos combustibles, a electricidade ou as autopistas, o que «crea graves problemas». E a isto engádese unha eiva que vén de longo, como é a falta de man de obra cualificada. Quintá urxe unha «aposta decida pola Formación Profesional e que Universidade e empresas camiñen xuntas, reformulando o catálogo de ensinanzas para facelas acordes á realidade e ás necesidades empresariais e para promover a innovación e o desenvolvemento». A este respecto, a conselleira Mª Jesús Lorenzana concordou na importancia de «conseguir casar a oferta e a demanda de vacantes laborais que teñen agora mesmo as empresas, incorporándoas ao mundo das relacións laborais e ao deseño da formación para o emprego».
El delegado territorial visitó la empresa y recorrió las más de ocho hectáreas de instalaciones que la firma tiene en Campaña.
El delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, Luis López, destacó la apuesta de la empresa Extrugasa por la innovación, la internacionalización, el diseño y aplicación de la tecnología para liderar la extrusión de aluminio a nivel mundial. López hizo estas declaraciones durante la visita que este jueves realizó a las instalaciones de la empresa en la parroquia de Campaña, en el municipio de Valga.
“Estamos ante un grupo de referencia en el ámbito internacional en el tratamiento y diseño del aluminio que es un perfecto ejemplo del moderno sector industrial, conocido y reconocido en todo el mundo, que tenemos actualmente en Galicia. Y además tiene una importancia estratégica para nuestra tierra por la fuerte generación de riqueza y porque sostiene decenas de empleos en un ayuntamiento que, aunque muy cercano a Santiago y la Pontevedra, es eminentemente rural”, señaló el representante de la Xunta en Pontevedra.
El delegado territorial alabó el trabajo y la evolución de Extrugasa en una visita realizada este mediodía, junto al concejal de Catoira responsable de relaciones con la Xunta, Iván Caamaño, a las más de ocho hectáreas de instalaciones que la empresa tiene en la parroquia de Campaña. Durante el recorrido, guiado por los responsables de la firma, se mostró todo el proceso productivo, con la aplicación de maquinaria y tecnología, para la extrusión de aluminio.
“Después de visitar decenas de empresas en toda la provincia, quiero destacar la fortaleza, innovación, ingenio y capacidad del sector industrial y empresarial gallego, del que, además del empleo, tenemos que agradecer su posicionamiento mundial y que siempre ejerce de embajador de nuestra tierra. Y en este ámbito líder hay que colocar a Extrugasa, que trabaja a la vanguardia de los acabados, los diseños, las tendencias, pero también la fiabilidad y la máxima calidad, en el sector del aluminio”, explicó el delegado gallego.
TRAYECTORIA. Finalmente, Luis López también destacó la impecable “y creciente trayectoria” de Extrugasa desde sus orígenes en la década de los sesenta bajo el nombre de Galipan y, desde 1981, con la actual denominación.
“Cuando llevas cuarenta años creciendo, mejorando y tratando de superarte en un sector tan competitivo como el industrial, solo se puede decir que eres un ejemplo lleno de trabajo y capacidad”, concluyó el delegado territorial.
Extrugasa factura más de 101 millones de euros al año y logra unos beneficios superiores a los 6 millones. La compañía tienen una plantilla de 305 trabajadores, según los últimos datos.
LA XUNTA APUESTA POR LA INNOVACIÓN DE LA FIRMA DE VALGA
El delegado provincial de la Xunta de Galicia en Pontevedra, Luis López, visitó ayer las instalaciones que el grupo Extrugasa reparte entre ocho hectáreas de terreno en la parroquia valguesa de Campaña. López alabó las largas décadas de apuesta decidida por la innovación e internacionalización de una empresa ubicada en el municipio rural.
La empresa de Valga aspira a reducir su huella de carbono
Extrugasa es una empresa acostumbrada a marcar tendencia. Lleva años liderando el sector del aluminio y parece dispuesta a seguir haciéndolo, ahora dando a sus productos ese valor añadido que es la sostenibilidad. La empresa ha recurrido a Norvento Enerxía para desplegar una instalación de autoconsumo fotovoltaico de 2,2 MWp de potencia. Se trataría, dicen desde la firma de energías renovables, de la mayor instalación de autoconsumo fotovoltaico de estas características instalada en Galicia hasta la fecha y de una de las mayores de toda España, que permitirá a la firma de extrusionados de aluminio satisfacer hasta el 25 % de su demanda de energía. Francisco Quintá Barros, consejero-delegado de Extrugasa, señala que «el aluminio tiene la gran ventaja de ser un material infinitamente reciclable que permite la fabricación de perfiles con inmensidad de diseños, que le otorgan un valor cada vez más apreciado. Ahora damos un paso más y vamos a añadir a las virtudes del aluminio una huella de carbono menor, ofreciendo un producto de gran calidad y con menor impacto ambiental».
Según explican desde Norvento, las nuevas instalaciones tendrán un «impacto medioambiental positivo similar al que tendría la plantación de en torno a 93.000 árboles en la zona, ya que de esta manera se evitará la emisión de 932 toneladas equivalentes anuales de CO2 a la atmósfera». La enorme instalación fotovoltaica, además, es el primer paso de un camino más largo, ya que pondrá a Extrugasa en condiciones de afrontar futuros proyectos «orientados al autoconsumo energético, puesto que permitirá a la empresa combinar dicha instalación con sistemas de almacenamiento energético».
Luis Jiménez, responsable de negocio de Fotovoltaica y Almacenamiento de Norvento Enerxía, señala que «como sociedad, debemos perseguir activamente la descarbonización de nuestra economía, si queremos alcanzar un modelo de crecimiento sostenible«. Por su parte, José Manuel Miragaya responsable de Desarrollo comercial y ventas en Norvento Enerxía, indica que «nos alegra poder ayudar a Extrugasa a avanzar en este sentido, hacia un modelo más sostenible y competitivo que permita abordar los retos de un mercado energético marcado hoy por elevados costes».
La instalación consolida a Norvento en el ámbito del autoconsumo fotovoltaico, área que ha crecido notablemente en la compañía en los últimos meses debido al aumento de la cartera de proyectos en el último trimestre de 2021, superando los 10 MW de potencia en distintos proyectos que se ejecutarán a lo largo de 2022. Además, buena parte de dichos despliegues contarán con sistemas de almacenamiento energético mediante tecnología propia desarrollada y fabricada por Norvento, de más de 1MWh.
La promoción, con viviendas por 39.000 euros, ha despertado un gran interés, sobre todo entre inversores.
El edificio empezó a construirse en 2009, pero el estallido de la burbuja inmobiliaria paró las obras antes de su remate. En la calle Rial, en Pontecesures, el inmueble se convirtió en un ejemplo más de la crisis. Y así permaneció hasta que, hace unos meses, la obra se reactivó. La Sareb «lo puso a funcionar» y ahora, con los trabajos listos y los papeles en regla, doce viviendas a estrenar acaban a salir a la venta. Llevan apenas una semana en el mercado y la inmobiliaria Cisbar, que se encarga de su comercialización, ya ha recibido un buen puñado de visitas. No es difícil entender el porqué de ese interés: basta fijarse en el precio. Y es que en este edificio se pueden adquirir viviendas a partir de 39.000 euros.
Cierto es que tan atractiva cantidad es la que hay que desemboldar para hacerse con una vivienda de un único dormitorio. Los precios de las de dos dormitorios parten de los 59.000 euros, y las de tres de los 86.000 euros. En todo caso, cantidades atractivas teniendo en cuenta que «hablamos de viviendas a estrenar, con todas las comodidades, las cocinas equipadas y los electrodomésticos puestos» según explica Laura García, de Cisbar. Aún hay un elemento más a tener en cuenta: las terrazas. Los áticos disponen de espacios abiertos que se han revalorizado después de que la crisis sanitaria nos haya obligado a estar recluídos en casa, echando de menos el aire libre, el cielo abierto.
La promoción, ya se ha indicado, ha logrado atraer muchas miradas. Son dos tipos de personas que han hecho gala de ese interés. Por un lado «personas jóvenes, que ven la opción de comprar una casa nueva, en una zona muy bien comunicada, cerca de Santiago». Por el otro, inversores que ven en el ladrillo un «valor refugio», y en Pontecesures un marco en el que será fácil recuperar la inversión. A fin de cuentas, Pontecesures es un municipio pequeño, pero enclavado en una zona con vitalidad industrial.
Al cruzar el límite con la provincia de A Coruña, Finsa y Cortizo dinamizan el mercado laboral. Sin moverse de Pontevedra, el grupo Extrugasa y las empresas del aluminio de Valga son otro foco generador de empleo que provoca «que los alquileres resulten muy interesantes. Pueden llegar a entre 300 y 350 euros al mes», según cuenta la inmobiliaria Cisbar.
En toda la costa.
«Tener empresas cerca siempre dispara el interés en la compra de viviendas», señalan desde esa empresa. Y apuntan a que esta promoción reúne otra característica que la hace irresistible para los compradores. «Lo que estamos detectando en toda la costa gallega es que las viviendas que se venden debajo de 50.000 euros tienen muchísimo atractivo», argumenta Laura García.
Como Presidente de AEVU (Asociación de Empresarios de los Valles Ulla-Umia) y EXTRUGASA, tengo el deber de transmitir las inquietudes y necesidades laborales de los industriales de la zona.
Como sabemos, la escasez de zonas industriales para la instalación de nuevas empresas y el desarrollo de las existentes es un problema en aumento en la comunidad gallega. Ese es uno de los grandes escollos por los que muchas empresas deciden trasladarse a países vecinos, como Portugal, con una amplia oferta en polígonos industriales con servicios de logística, energía, extensión de terreno, bajos costes y sin trabas burocráticas en caso de necesidad de ampliaciones, financiación, impuestos razonables y costes asequibles y similares a de otros países de la UE. Una diferencia abismal que hacen peligrar la permanencia de las grandes empresas en Galicia que miran hacia un modelo más expansivo y menos restrictivo; como es el caso de Gamesa o Siemens, así como otras empresas de menor índole mediática que han anunciado ya su trasladado a Portugal por etapas y en partes.
En la actualidad, el emplazamiento de las zonas industriales depende de Madrid o las comunidades autonómicas, cuando la administración más cercana y con mejor concepto de la realidad de la zona y la industria a instalar son los ayuntamientos. Otra gran diferencia con los portugueses, que presentan proyectos y estudios de localización a los ayuntamiento y en un plazo de 15 a 20 días ya tramitan la respectivas licencias de construcción de las naves. La demora en las licencias de actividad o construcción tanto de obra nueva como de expansión de una empresa ya establecida dificulta no solo la competitividad de la misma en el mercado, sino también la solicitud de subvenciones, créditos y ayudas para la construcción y puesta en funcionamiento. Las enormes cargas fiscales y burocráticas generan un descontento generalizado porque asfixian tanto a empresarios como a trabajadores, disminuyen las capacidades de consumo e inversión, y son un gran impedimento para la creación de empleo pues cortan y limitan las acciones y proyectos de las empresas en expansión por la diferencia de costes entre los países. El retraso administrativo ha hundido a grandes empresas que han perdido su competitividad a la espera de dichos permisos para expansionarse y ampliar sus instalaciones productivas para adaptarse a los mercados internacionales.
En Galicia, el problema de la falta de polígonos industriales se agrava pues, un gran porcentaje de los construidos carecen de líneas de alta tensión, fibra, gas… y su localización no está próxima a poblaciones donde disponer de mano de obra, ni a infraestructuras logísticas necesarias como puertos, aeropuertos, autopistas, ferrocarriles, etc. por lo que restan competitividad y suben los costes de transporte en comparación con otras empresas de la UE, pues la elección de localización también depende de los procesos productivos de la industria a instalar. Una gran paradoja cuando en esta comunidad autónoma hay grandes extensiones de terreno que gozan de excelentes emplazamientos por las características del terreno y el acceso de comunicación a vías de transporte ya existentes. En la actualidad estas extensiones de terreno se encuentran sin aprovechamiento claro y dando poco o nula rentabilidad a sus propietarios, pues son zonas arboladas con especies no autóctonas que además ponen en peligro la flora endémica gallega; y que además de reducir los costes de construcción de los polígonos industriales, la expropiación de los terrenos no afectaría a zonas urbanas o tierras de cultivo como está sucediendo a día de hoy en nuestro territorio.
Otro factor que va restando competitividad a la industria española es la falta de personal técnico. La inversión en educación es muy inferior al resto de países de la UE. El factor humano es el factor clave, una arteria del crecimiento para el desarrollo de cualquier país. La llegada de avances tecnológicos ha revolucionado nuestra forma de vida y con ella, el mundo laboral. Las reglas del juego están cambiando continuamente y debemos adaptarnos a las demandas del mercado. Las empresas vivimos momentos decisivos en el que la formación continua y el talento humano son claves para avanzar. Por ello, es necesario que el sistema educativo se transforme y avance al mismo ritmo que lo hace la sociedad, su economía y sus empresas.
La inversión en educación debería ser prioritaria. La OCDE ha publicado recientemente un informe de la urgente mejorara de la formación de su población española. El fracaso escolar, el abandono escolar y la baja formación son un escollo en las familias y en el nivel de bienestar. En España, tenemos un panorama muy complicado para los más jóvenes por el sistema educativo actual y las características de mercado laboral. Y el problema tiene un impacto directo en las arcas públicas, pues a menor formación menor salario. Debemos entender la educación como el corazón del progreso y ello nos obliga a ser exigentes. La educación debe cambiar y debe incorporar habilidades y competencias que tal vez no habían sido necesarios en otras épocas, pero que ahora son imprescindibles. Debemos formar a las nuevas generaciones en lealtad y valores que si poseíamos antaño; y fomentar la cultura de la disciplina, la superación y la responsabilidad.
Eramos la 6ª potencia del Mundo y el cambio de métodos nos llevará al límite de la pobreza y las desigualdades sociales.
En este dirección, deberíamos tomar el ejemplo de los alemanes que dividen a los niños en función de sus capacidades (aptitudes y velocidad de aprendizaje) y del recorrido que encaja con cada uno; y eligen su futuro laboral en función de las demandadas del mercado y sus propias posibilidades y limitaciones. Muy diferente al sistema español con carreras saturadas con poca salida laboral y con falta de otro personal cualificado por falta de orientación.
La educación es el eje que debe girar el futuro de nuestra sociedad. La formación, la Universidad y la empresa deben ir juntos para adecuar la preparación de nuestros jóvenes a las necesidades del mañana de nuestras empresas. Sólo así seremos más competitivos y podremos en el futuro poner fin a la lacra del desempleo, a la falta de mano de obra cualificada que dé respuesta a nuestras fábricas, y el problema del relevo generacional. Faltan personas prácticas y resolutivas para rejuvenecer nuestra plantilla y suplir los puestos clave de veteranos próximos a la edad de jubilación: fontaneros, electricistas, delineantes, personal de mantenimiento industrial, etc.
Las erróneas inversiones del PIB nos han llevado a esta situación, pues la Administración debe ser más rigurosa en el seguimiento de las subvenciones. Son innumerables las ayudas públicas en empresas inexistentes, proyectos que nunca se ejecutan, cursos de formación que no se realizan, empresas que tras recibir millones a fondo perdido cierran en corto plazo de tiempo, construcciones faraónicas sin uso ni fundamento, fraudes y más fraudes que dejan al descubierto grandes deficiencias.
Por tales motivo, quisiera poder contar con sus apoyos para hacernos escuchar y dar a conocer en los medios de comunicación nuestras necesidades actuales y para, entre todos, conseguir adaptar la formación a la realidad empresarial. Es prioritario que se realicen las inversiones justificadas en formación para estar a la altura competitiva en los mercados internacionales y obtener la máxima rentabilidad en las inversiones.El crecimiento de un país depende de las inversiones y apoyo a las empresas, generadoras de empleo, riqueza y bienestar social.
Gracias a todos por asistir, Andrés Quintá Cortiñas Presidente del GRUPO QUINTÁ