La padronesa María José Cruces García, licenciada en Derecho, se encargará de la tramitación de expedientes y otros trabajos administrativos tras conseguir la puntuación más alta en el concurso oposición realizado por el Concello de Valga para ampliar su cuadro de personal y dotarlo de un técnico de Administración General. Tomó posesión en presencia del alcalde, José María Bello Maneiro, y el secretario, Juan Manuel Salguero del Valle.
El 27 de
abril de 1809 se produjo una sangrienta batalla entre una avanzadilla de
las tropas napoleónicas, que bajaba desde Padrón, y un casi improvisado
batallón formado por campesinos y soldados gallegos mal entrenados.
Tuvo lugar en una loma del municipio de Valga, en el lugar conocido como
Casaldeirigo. Fue una lucha desigual, pues los franceses sumaban 1.000
efectivos y tenían armas de fuego y artillería, mientras que los
gallegos eran menos y muchos iban armados únicamente con aparejos del
campo. Aún así, los franceses tuvieron que darse en retirada.
Valga celebra desde hace once años una de las recreaciones históricas
más vistosas de la comarca. Es la llamada Batalla de Casaldeirigo, en
la que se reproduce el sangriento combate librado por los campesinos de
la zona y las tropas francesas en 1809, durante la Guerra de la
Independencia. Durante la tarde de ayer, la fiesta
regresó a esta colina de la parroquia de Sete Cores, aunque el intenso
calor afectó negativamente, puesto que en un primer momento se barajó
retrasar las actividades al menos una hora, aunque después se decidió
respetar el primer horario previsto.
Los
hechos que se conmemoran con esta fiesta de Valga sucedieron el 27 de
abril de 1809, hace ahora 210 años. El ejército napoleónico se había
instalado en España, y en muchos puntos del territorio se habían formado
improvisados ejércitos de campesinos, mal entrenados y mal armados. Fue
uno de estos batallones el que a finales de abril de 1809 hizo frente a
una avanzadilla de franceses que bajaba desde Padrón, y que estaba
compuesta por un millar de soldados.
Los
galos tenían todas las de ganar, pues estaban mejor entrenados y
poseían cañones y abundantes armas de fuego. Los gallegos, pertrechados
con hoces y azadas, sabían que tenían que jugar sus cartas cogiendo por
sorpresa a los franceses, y así lo hicieron en aquella jornada de
primavera de hace 210 años. Fue una pelea sangrienta, y pese a su
teórica ventaja, a los franceses no les quedó más remedio que
replegarse.
Tiempo después, se levantó en aquella loma la llamada Capela da Saúde, en recuerdo de las víctimas.
Fue
ahí, en ese escenario natural, en el que a media tarde de ayer
volvieron a luchar cuerpo a cuerpo los campesinados de Valga y las
parroquias colindantes y los soldados napoleónicos. Una vez más, ganaron
los gallegos, aunque en la batalla auténtica no sea fácil discernir si
hubo o no un ganador claro.
La
Batalla de Casaldeirigo está organizada por el Ayuntamiento de Valga y
la asociación cultural Héroes de Casal de Eirigo, 1809, y a lo largo de
estos once años se ha convertido en uno de los eventos de inspiración
histórica más importantes de la zona. No solo por la calidad de la
recreación en sí, sino también por la programación complementaria, y por
el elevado número de personas que se implican en la fiesta. Muchos son
vecinos, y otros muchos proceden de otras localidades donde se recrea la
Guerra de la Independencia contra los franceses, como son Vigo -con su
espectacular Reconquista-,
Pontecaldelas o Barro, donde también hubo «alarmas», como se conoció a
las guerrillas formadas por los gallegos que se echaron al monte para
hacer frente a las tropas galas.
Los
actos en Casaldeirigo arrancan a media tarde con un desfile que preside
la corporación municipal de Valga, y en la que van juntos «alarmas» y
franceses. Participan en el mismo en torno a 200 personas. Salen desde
el entorno de la carretera, y llegan a lo alto de Casaldeirigo, donde lo
primero que hace el alcalde, José María
Bello Maneiro, es pasar revista a las tropas. Acto seguido, se izan las
banderas de todos los países implicados de una u otra forma en la
Guerra de la Independencia, entre ellos España, Portugal, Francia o
Inglaterra.
Tras estos actos
de cariz más protocolario o simbólico, se llega a la batalla en sí, en
la que franceses y gallegos vuelven a verse las caras sobre la tierra de Casaldeirigo, como hicieron en 1809 y como llevan haciendo año tras año desde 2009.
La programación prosigue con una obra de teatro, que este año se tituló «O que Napoleón non se levou». Cada año, el Concello de Valga
convoca un concurso de teatro inspirado en la batalla, y la obra
ganadora es la que se representa el día de la Batalla. Ese honor le
correspondió en esta edición al texto presentado por Marcela Rodríguez.
El montaje fue dirigido por el director de la Escola Municipal de Teatro, Manuel Solla, y el elenco estuvo formado por alumnos de la citada escuela y vecinos.
La jornada se completó con juegos y animación para los niños, una degustación gratuita de rosquillas, las actuaciones de Lume con Troula y Pele Pau, que está teniendo mucho éxito en Galicia con su música de percusión, un espectáculo luminoso en la capilla al anochecer acompañado de fuegos de artificio, y una cena campestre con música para concluir la fiesta.
Hace semanas vecinos y pescadores de Pontecesures
denunciaban la existencia de vertidos al Ulla procedentes de fosas
sépticas. Ahora se recrudecen esos lamentos y se escuchan los de otros
ciudadanos del entorno, así como de mariscadores de la ría de Arousa,
que ponen el grito en el cielo tras constatar la existencia de
«infinidad de puntos de vertido contaminantes».
Se
trata tanto de desagües como de regatos que desembocan en el río
totalmente repletos de aguas fecales e incluso restos procedentes de
diferentes industrias.
Las críticas se refieren al «preocupante estado» del cauce fluvial en las localidades de Padrón, Pontecesures, Catoira
y Valga, por lo que se pide una mayor presencia del Servicio de
Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y que esta
actúe «con mayor contundencia» contra los que se encargan de destruir el
medio natural e incluso las administraciones públicas que puedan
tolerarlo.
«Estamos ante un
auténtico atentado medioambiental que se comete permanentemente, las 24
horas del día y todos los días del año», aseguran algunos de los
damnificados.
Hay mariscadores
que faenan en los bancos de Os Lombos do Ulla y los parques de cultivo
de Carril (Vilagarcía) que achacan a esa contaminación fecal e
industrial del río el progresivo declive de sus zonas productivas. Al
igual que hay pescadores que relacionan la escasez de lamprea, anguila,
solla y otras especies con esa supuesta contaminación.
Al
tiempo que piden «medidas contundentes» para acabar con esto, muestran
imágenes en las que se aprecian importantes vertidos que, efectivamente,
acaban en el Ulla, además de contaminar el entorno natural del mismo y
de los afluentes que lo abastecen.
Hay
tramos donde el agua está completamente marrón, mientras que en otros
presenta un color amarillo intenso que cubre toda la lámina de agua.
No faltan restos de toallitas y otros desperdicios que acaban en el lecho fluvial procedentes de redes de alcantarillado que no pasan por depuradora o directamente desde las fosas sépticas de algunas viviendas.
Los trabajadores pontecesureños se concentran hoy a las puertas del consistorio, mientras que los valgueses lo hicieron ayer.
Los delegados sindicales de la plantilla de personal del Concello de Pontecesures
convocan para hoy una nueva concentración de protesta a las puertas de
la Casa Consistorial. Al igual que lo hicieron ayer, pero en la suya,
los del Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Valga.
En ambos casos reclaman mejoras laborales y salariales, participando en las protestas una decena de personas, en cada caso.
La
más novedosa es la del GES de Valga, que escenificó el conflicto que
mantiene desde hace meses con el gobierno del conservador José María Bello Maneiro, a quien reclaman «unas condiciones laborales dignas».
Básicamente
persiguen que se reconozca el trabajo que realizan, que no se
interfiera en la organización de sus turnos laborales y, en definitiva,
que la profesionalización de este servicio se traduzca en mejores
ingresos.
Algo parecido buscan los empleados de Pontecesures, donde llevan años reclamando a diferentes gobiernos la elaboración de una Relación de Puestos de Trabajo (RPT). Con el actual se había alcanzado un principio de acuerdo hace meses, pero «el incumplimiento del calendario de negociación» hace que se retomen las protestas, tanto hoy como los días 3, 7, 10, 14 y 15 de junio, en la última fecha coincidiendo con la sesión de investidura de la nueva Corporación.
El alcalde conservador de Pontecesures se dispone a gobernar de nuevo en coalición con TeGa e IP -El PSOE marca ahora el rumbo al Bloque.
Juan Manuel Vidal Seage se convirtió en
alcalde en mayo de 2016, a raíz de una moción de censura propiciada por
su partido, el PP, con el respaldo de Terra Galega (TeGa) e
Independientes de Pontecesures (IP).
Tras
los resultados obtenidos el domingo podrá repetir en el cargo
exactamente con los mismos socios; aunque con más poder, ya que tras
quedarse a las puertas de la mayoría absoluta pasó de tres a cuatro
concejales, mientras que TeGa e IP bajan, en cada caso, de dos ediles a
uno.
Esto
lo hace mostrarse satisfecho. Aunque con «un sentimiento encontrado»,
pues «por un lado está la satisfacción de seguir siendo la fuerza
política más votada y haber incrementado el número de votos y de concejales», pero por otra parte está esa sensación de haber tenido cerca el éxito total.
De
cualquier modo, su victoria cobra un peso importante porque se produjo
«en un escenario tremendamente desfavorable para el actual equipo de
gobierno, pues en estas últimas semanas hemos tenido que enfrentarnos a
una indecente y zafia campaña electoral, perfectamente orquestada para
desgastarme y favorecer mi caída, aunque finalmente no ha tenido el
resultado que sus impulsores esperaban».
A
pesar de todo «conseguimos mejorar los resultados, mientras que los
demás partidos sufrieron un duro revés, pues aunque el PSOE tiene una
tendencia victoriosa en España, aquí no consigue gobernar, y mientras el
BNG mejora en Galicia, aquí pierde apoyos de manera muy llamativa».
Arremete así contra los grupos de la oposición, y muy especialmente contra el BNG
de Cecilia Tarela, la gran perdedora del 26-M, pues la que fue
alcaldesa ha propiciado que su grupo fuera superado como segunda fuerza
por el PSOE de Roque Araújo.
Ahora
«toca entablar conversaciones con los anteriores socios de gobierno a
fin de reeditar ese equipo de gobierno que tan buenos resultados ha
dado, distribuyendo competencias y áreas de gobierno», reflexiona un
Vidal Seage, quien se muestra optimista ante la ratificación de esta
alianza.
Será confirmada en
próximos días, una vez reestructurado el reparto de funciones y
responsabilidades dentro del tripartito «en aras de hacer un buen
gobierno». Pero mientras tanto, «tenemos cosas pendientes y urgentes de
las que ocuparnos, pues hay que definir ya las fiestas del Carmen y del Churro, que están a la vuelta de la esquina».
En definitiva, que el PP,
representado por Juan Manuel Vidal Seage, Laura Villar Matos y José
Ramón Cadilla Piñeiro, se dispone a gobernar en Pontecesures, tras haber
logrado el domingo un total de 520 votos (31,52%), 79 más que hace
cuatro años.
Lo hará junto a Ángel Souto, de TeGa, que obtuvo 197 papeletas (pierde 117 respecto a las elecciones de 2015) e Isabel Castro Barreiro, de IP, que consiguió 175 sufragios (130 menos).
En la oposición se queda el PSOE de Roque Araújo, Concepción Gómez y José María
Carlés Muñiz. Como queda dicho se convierte en la segunda fuerza
política, después de haber sido la quinta, y última, hace cuatro años.
Pero subió de 269 a 434 sufragios, de ahí la escalada de posiciones.
También estará en la oposición el BNG, representado, de momento, por Cecilia Tarela Barreiro y Margarita Carolina García Castro. Este grupo consiguió 297 papeletas, es decir, 78 menos que en 2015.
José María Bello Maneiro consiguió, después de 28 años como alcalde, una nueva mayoría absoluta. El líder del PP volvió a arrasar en Valga y conserva nueve de los trece ediles posibles. Está radiante por ello, pero también por haberse cargado políticamente a la portavoz socialista, María Ferreirós, quien tras sufrir un nuevo varapalo electoral el domingo ya anunció inmediatamente que da un paso atrás.
Ella
es la responsable, en palabras de Bello Maneiro, de que el mandato que
ahora termina fuera «el más duro que nos tocó vivir, y no por las
complejidades en la gestión del Concello, sino por la posición rastrera y
envenenada que tuvimos que soportar».
Lamenta
así «la política de confrontación continúa, de odio y denuncias
constantes en el juzgado intentando no solo hacer daño político a este
equipo de gobierno, sino también desprestigiar personalmente a cuantos
lo integramos».
Todo esto, insiste el conservador, fue fruto de la estrategia de la candidata
del PSOE, que tras perder un concejal y quedarse con solo tres entiende
que «los vecinos de Valga no valoraron nuestro trabajo, esfuerzo y
ganas».
De ahí que anunciara
que se aparta y que no sigue adelante con las demandas judiciales contra
el regidor y su equipo. Aunque esto no es del todo así, pues «los socialistas
no tienen nada que retirar, ya que su recurso contra los presupuestos
de 2017 saben que no va a ninguna parte», espeta el líder del PP.
Y lo dice porque «la justicia ya desestimó otro recurso idéntico presentado por el Colexio de Secretarios e Interventores de Pontevedra (Cosital)».
Además,
la denuncia contra las Comisiones de Coordinación «ya fue archivada por
la Audiencia Provincial en una sentencia que es firme», añade el
alcalde valgués.
Considera que
«lo que deberían hacer los socialistas es explicar por qué uno de los
ediles del PSOE votó a favor de estas comisiones en un pleno y después
las denunció en el juzgado; o por qué en los últimos cuatro años se
encargaron de difundir mentiras y falsedades, llegando incluso a
extremos impresentables como intentar adoctrinar a los niños».
Al
hilo de esto, explica Bello Maneiro que «se dieron casos en los que
hijos de concejales del PP tuvieron que escuchar de sus compañeros de colegio que sus padres eran unos ladrones y robaban en el Concello».
Todo
esto parece explicar el enfado del alcalde, convencido de que «la
candidata socialista tenía que haberse retirado ya antes de las elecciones,
dado el fracaso estrepitoso de su estrategia y después de que los
jueves se encargaran de dejar al descubierto sus mentiras y su política
de odio permanente».
Pero «es
hora de aparcar la política y dejarla a un lado para centrarnos, como
siempre hicimos, en la gestión», declara el primer edil.
Lo hace al tiempo que destaca su nueva victoria electoral, festejada el domingo con el lanzamiento de fuegos
artificiales porque los vecinos «hablaron alto y dejaron claro que no
les gusta esa forma de hacer política basada en la mentira y la
descalificación permanente».
Se
muestra orgulloso por el trabajo realizado por su equipo y «todos
aquellos que colaboraron y nos apoyaron» , al igual que agradece que los
ciudadanos confíen «abrumadoramente» en su proyecto.
Una
labor de gobierno que en los próximos cuatro años se caracterizará por
«más trabajo» y por una «lucha permanente» para que las diferentes
administraciones públicas «respondan como se merecen los vecinos del
Concello, pues aún quedan cosas por hacer, proyectos que sacar adelante e
ideas para seguir mejorando la calidad de vida de los valgueses».
De lo que se trata, y termina, es de seguir trabajando, pues «mientras en otros municipios perderán semanas tratando de negociar acuerdos y pactos, gracias a la mayoría absoluta para nosotros hoy (por ayer) es un día más y estamos al pie del cañón trabajando como cualquier otro día, tratando de resolver los problemas de los vecinos».