«Aunque estaba abandonado, formaba parte de nuestra historia».

Mientras los efectivos de policía, bomberos y emergencias trataban de controlar las llamas, algunos vecinos recordaban lo mucho que aportó Casa Castaño a la cocina gallega, incidiendo en que fue un restaurante de referencia para personajes ilustres de todo el país y para muchos santiagueses, sobre todo ciudadanos de la capital con alto poder adquisitivo.

Los vecinos de Pontecesures mostraban su pesar por lo sucedido. «Es una verdadera lástima, pues aunque el edificio estaba totalmente abandonado no cabe duda de que formaba parte de nuestra historia», explicaron a FARO.

La casualidad ha querido que este inmueble en el que tantas lampreas del Ulla se cocinaron y comieron acabe quemándose justo a las puertas de una nueva edición de la fiesta exaltación de este pez, ya que la semana que viene se celebra la ruta de las tapas y al siguiente tendrá lugar la gran degustación de la popularmente conocida como «dama del Ulla».

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En 2010 se concedió licencia de rehabilitación, pero no se usó.

En el año 2010 se concedió licencia a Plácida Castro Magariños para rehabilitar el edificio que ocupaba el restaurante Casa Castaño para habilitar «cuatro viviendas y locales -se supone que comerciales- en la calle Víctor García, número 20, esquina con la calle José Novo Núñez número 1». Se hacía una vez obtenida autorización de Patrimonio de la Xunta, ya que la fachada del inmueble que da al río Ulla está protegida.

El hecho de que se presentara aquel proyecto y se concediera licencia hacía albergar ciertas esperanzas de recuperación de un edificio otrora importante que ahora afeaba enormemente el entorno, a pesar de situarse en un lugar estratégico, junto a la entrada de la villa desde Padrón. Pero la mejora no llegó a ejecutarse y siguió pudriéndose en el olvido.

Desde entonces fue motivo de interpelación en el pleno de la Corporación en más de una ocasión, se produjeron problemas con los okupas, el deterioro siguió y ayer llegaron las llamas.

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Don Juan llevó al Rey Emérito cuando éste aún era niño.

Después de más de un siglo de actividad Casa Castaño cerraba sus puertas a principios de los años noventa, cuando estaba siendo regentado por María Teresa Fajardo Castaño; cuatro décadas al frente del negocio y heredera de las recetas de sus abuelos. Falleció en 2010, cuando tenía 82 años. Pero en 2001, en declaraciones a FARO DE VIGO, ya había dejado testimonio de lo mucho que había vivido al frente del negocio, y de las gentes que por allí habían pasado. «Cada vez que la Familia Real venía a Galicia comían en casa -manifestaba-; los primeros en venir fueron Don Juan y Doña Mercedes, pero después trajeron a Don Juan Carlos, cuando todavía era Príncipe y estudiaba en Marín».

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Santiago Bernabeu y las croquetas de marisco.

Parece que Santiago Bernabeu, el que fuera presidente del Real Madrid, también era un apasionado de las croquetas de marisco de Casa Castaño.

Solía acompañar al equipo en sus desplazamientos, y tanto él como sus jugadores frecuentaban este negocio de Pontecesures en sus visitas a Galicia.

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El actual monarca «era una lima» comiendo.

Cuando Juan Carlos I y Sofía se convirtieron en Reyes de España regresaron a Casa Castaño en numerosas ocasiones. «El Rey nunca llegó a comer lamprea pero le encantaban las almejas a la marinera, mientras que la Reina prefería las verduras y algún pescadito», declaró María Teresa Fajardo. También estuvo en Casa Castaño el Príncipe de Asturias y ahora Rey de España. «¡Ese sí que comía! Le gustaba todo. ¡Era un lima!», declaró en 2001.

No cabe duda de que por las mesas de Casa Castaño pasaron, para saborear los platos que preparaba con maestría Maruja Castaño, y que heredaron José y Teresa Fajardo Castaño («Teresuca»), algunos de los personajes más relevantes de Galicia y España, pero también ciudadanos de todo tipo en cuyos recuerdos perduran los sabores de aquella cocina.

«Teresuca» regentó el restaurante de Pontecesures junto a su esposo, Eduardo Paz Barreiro, fallecido en 2008 a la edad de ochenta años.

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Las llamas devoran Casa Castaño, antaño un referente culinario en Galicia.

Una cocina por la que pasaron algunos de los más ilustres personajes.

A estas horas las llamas devoran por dentro la ya ruinosa estructura de Casa Castaño, antiguamente un restaurante sinónimo de buen comer que se convirtió en una de las referencias culinarias de Galicia, como no podía ser de otra manera, por aquello de situarse en Pontecesures y ubicarse prácticamente a orillas del Ulla, con la lamprea como tarjeta de presentación.
El establecimiento cerró sus puertas hace un par de décadas y de un tiempo a esta parte estaba invadido de maleza, además de ser utilizado con frecuencia para pernoctar por un vecino pontecesureño con problemas de drogadicción.

Temor inicial

Inicialmente saltaron todas las señales de alarma, ante la posibilidad de que alguien pudiera estar en el interior en el momento en que se produjeron las llamas, y también porque este edificio está situado justo frente a una gasolinera, a ubicada a escasos metros del puente romano que une la localidad con Padrón, a través de la carretera Nacional 550.
Los testigos que se encuentran en el lugar de los hechos indican que la situación está controlada y que no hay heridos. En cualquier caso es pronto para determinarlo con toda certeza, ya que el fuego sigue activo.

A las 16.30 horas, sigue activo

Allí se encuentran numerosos efectivos de policía, bomberos y emergencias que tratan de controlar las llamas, iniciadas por causas que aún se desconocen poco después de las tres de la tarde
Muchos recuerdan aún en el bajo Ulla y comarcas como O Salnés, Caldas y O Sar, entre otras, lo mucho que aportó Casa Castaño a la cocina gallega.

Sin olvidar a las gentes de las tierras de Compostela, ya que este fue un restaurante de referencia para muchos santiagueses, y sobre todo para ciudadanos de la capital de alto poder adquisitivo, empresarios, políticos, escritores?.
Por sus mesas pasaron, para saborear los platos que preparaba con maestría Maruja Castaño, y que heredaron José y Teresa Fajardo Castaño («Teresuca»), algunos de los personajes más relevantes de Galicia, pero también ciudadanos de todo tipo en cuyos recuerdos perduran los sabores de aquella cocina.
«Teresuca» regentó el restaurante junto a su esposo, Eduardo Paz Barreiro, fallecido en 2008 a la edad de ochenta años.

A las puertas de otra fiesta

Vecinos de Pontecesures muestran a estas horas su pesar por lo sucedido. «Es una verdadera lástima, pues aunque el edificio estaba totalmente abandonado no cabe duda de que formaba parte de nuestra historia», explican.
La casualidad ha querido que este inmueble en el que tantas lampreas del Ulla se cocinaron y comieron acabe quemándose justo a las puertas de una nueva edición de la fiesta exaltación de este pez, ya que la semana que viene se celebra la ruta de las tapas y al siguiente tendrá lugar la gran degustación de la popularmente conocida como «dama del Ulla».

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