Vidal Seage pide que se indague sobre las opciones de mejora en esta actuación.
Vidal Seage y los diputados nacionales del PP visitaron la zona de la polémica
El PP llevará al Congreso de los Diputados la conflictiva instalación de bolardos en la N-550 a su paso por el casco urbano de Pontecesures. El portavoz municipal de la formación conservadora, Juan Manuel Vidal Seage, invitó a los diputados nacionales, Pedro Puy, Irene Garrido y Juan Bayón a mantener un encuentro en la villa para que comprobaran “in situ” la afectación de la obra. En general – y según señala el PP – la insatisfacción con el resultado es general.
Manifiesta Seage que “nada disto ten sentido, porque a alcaldesa foi a Madrid supostamente a negociar a obra e, en primeira instancia, non expresou publicamente ningún malestar sobre a actuación prevista, pero logo á vista do resultado e das queixas dos veciños desinhibiuse, dixo que non sabía nada que admitiu que se interesou pola mesma a diario e, posteriormente, rexeitouna calificándoa como desastre no pleno”. A mayores declara que “por todo elo, en aras da transparencia, queremos coñecer como foi realmente este proceso e se a rexedora foi cómplice ou lle tomaron o pelo, pero en calquera caso estamos ante unha actuación neglixente por permitir esta chapuza ou pola escasa capacidade á hora de negociar pola súa parte”.
El edil popular busca que los representantes del PP en Madrid indaguen sobre las posibilidades de mejora de esta actuación, bien directamente por parte del Ministerio de Transportes o bien a través de la cesión de la titularidad de las aceras al Concello “para que se poida facer un proxecto en condicións nunha das arterias principais de Pontecesures e non o parcheo que estamos sufrindo”.
Vidal Seage criticó no solo la decisión, sino también el resultado de la colocación. Señaló que algunos de los bolardos ya están caendo apenas unas semanas después de que fuesen ubicados por lo que ya no cumplen con su función disuasoria.
Un buen servicio de cercanías es fundamental para impulsar el crecimiento de la comarca
Llevamos unos días pendientes del tren… Del tren de borrascas que anunciaba La Voz el pasado martes, que, efectivamente, llegó y se fue, y del tren de cercanías que ni se a anuncia ni llega, pero se exige con razones desde una comarca que ha dependido históricamente de un ferrocarril que ayudó a su desarrollo, hizo la vida más cómoda y facilitó nuestro ocio. Trenes que traían a los compostelanos a bañarse a la playa de Compostela, que se llamaba así porque, al fin y al cabo, no era solo el arenal de la aristocracia de Santiago con mansiones junto al mar, sino también la playa popular de quienes venían en tren las tardes de sol. Y en tren íbamos de Vilagarcía a Catoira para comer la lamprea en Casa Emilio y las cigalas baratas que sobraban de las bodas en Casa Suso. Llevamos, en fin, siglo y medio utilizando un servicio ferroviario de cercanías que no es tal oficialmente, pero que presta ese servicio.
Llegué a Vilagarcía por primera vez desde Vigo en un ferrobús que atendía un servicio cercano. Aquel viejo automotor, que enseguida fue vendido a Venezuela, salió de Vigo a las 21.51 y llegó a Vilagarcía a las 23.14 tras parar en nueve estaciones. Tardaba una hora y 23 minutos, pero hoy llama la atención un detalle fundamental: el trayecto acababa en Vilagarcía. Esto sucedía hace casi medio siglo, en septiembre de 1981, y ya entonces, Vilagarcía era estación término de Renfe para trenes que hoy llamaríamos lanzadera y unían Vigo con Vilagarcía por la noche y, al amanecer, Vilagarcía con Santiago de Compostela, en un viaje de 53 minutos y seis paradas que partía de la capital de Arousa a las a las 6.55 horas.
La primera vez que fui a comprar a un Corte Inglés recurrí al «cercanías»: un tren de nombre irónico, semidirecto, que iba de Vilagarcía a Vigo deteniéndose en Rubiáns, Portas, Portela, Pontevedra, Figueirido, Arcade, Cesantes, Redondela y Chapela. Era un convoy antiguo y lento que me agotó. Tuve que acostarme al llegar a casa. No sé si me estresó el gran almacén, me desazonó el semidirecto o fue la unión de ambos agobios.
Cuando se renovaron los trenes, se electrificó la vía y se mejoró el trazado, Vilagarcía entró en la modernidad. Trenes rápidos y cómodos que resultaban sumamente funcionales y nos facilitaban la vida, aunque desaparecieron multitud de estaciones campestres en una comunidad donde aún se vive en el rural. Entre Vigo y Santiago, había 16 estaciones y apeaderos con parada de ómnibus, ferrobús, tranvía y semidirecto en 1981. Hoy solo quedan 8 estaciones con parada de los regionales.
En 1981, había seis estaciones en la comarca, hoy quedan Catoira, Pontecesures y Vilagarcía, aunque en Catoira solo se detienen siete trenes de los ocho regionales que unen a diario Vigo con Santiago. Aunque lo más alucinante es que los trenes lanzadera Vilagarcía-Santiago, herederos de aquellos ferrobuses que tenían su estación término en Vilagarcía, no se detienen en Catoira. ¿Pero estamos tontos o qué? ¿Quién decide y con qué criterios las paradas? ¿No se han dado cuenta de que Catoira es también la estación del Barbanza?
Es complicado recuperar los ocho apeaderos y estaciones con servicio en los años 80 que el nuevo trazado soslayó, pero hay un clamor de 20 años pidiendo un apeadero en Valga, un pueblo con mucha actividad y, fundamental, no sé si en los despachos de Adif y Renfe saben, supongo que sí, que en Galicia no es como en Castilla, donde, por ejemplo, entre Zamora y Medina del Campo, el ferrobús, en 1981, paraba en nueve estaciones, pero ahora los regionales solo se detienen en Toro y Nava del Rey porque el nuevo trazado no pasa justo al lado de las otras siete localidades. Pero no podemos comprar Valga y su población extremadamente dispersa con los núcleos zamoranos apiñados de Coreses o Castronuño, donde antes sí paraba el ferrobús.
La comarca, en fin, reclama formar parte de una necesaria y prometida red de cercanías gallega y argumenta que la venta de billetes en la comarca entre 1997 y 2023 creció un 150 %. En Catoira, Pontecesures y Vilagarcía se ha pasado de vender 486.205 billetes a expender 1.214.800. Hay un clamor de trenes a Vigo y Santiago desde Vilagarcía deteniéndose en estaciones intermedias, con precios económicos y frecuencias continuas. Nada que no suceda en Ferrol, con su línea C1 a Ortigueira, sus ocho frecuencias diarias con 22 paradas, una hora y 18 minutos de viaje por 3.15 euros o la C1 entre Zaragoza y Casetas, 25 trenes, entre 15 y 25 minutos de viaje por 1.80 euros.
En Galicia, debería haber tres líneas: C2 entre A Coruña y Ferrol, C3 entre Santiago y Vilagarcía y C4 entre Vigo y Vilagarcía. Existen razones y, sobre todo, ahí están las cifras de viajeros, para exigir este servicio con tantos argumentos como los aportados para implantar cercanías en los ejes Medina del Campo-Valladolid-Palencia, Palma del Río-Córdoba o Murcia-Cartagena.
Vilagarcía, a medio camino de dos ciudades y dos hinterlands, quedaría así a «tres horas y un café» de Madrid y a un paso y muchas frecuencias de Vigo y Santiago. Es decir, una ciudad perfecta para vivir y trasladarse a trabajar, estudiar, comprar o disfrutar del ocio.
Os pescadores autorizados so traballan un tramo do río debido a ausencia do peixe
A lamprea do río Ulla estase facendo de rogar e, por tanto, cotiza alto na pesca profesional, que é onde se pode comercializar. En canto á deportiva, mes e medio despois da apertura da tempada de pesca tradicional no río Ulla en Herbón, concretamente nas primeiras pesqueiras do tramo, as de Areas, as escasas capturas cóntanse cos dedos das mans. Neste tramo están habilitados para traballar dous pescadores, titulares da concesión, que son Antonio Vidal e Alejandro Ferro, ademais doutros dous veciños de Herbón autorizados polo segundo pescador.
A tempada nas pesqueiras de Areas arrancou o 6 de xaneiro e xa entón os pescadores se temían que ía ser unha campaña «moi, moi mal». Nese momento, o río Ulla non levaba o suficiente caudal para botar as redes nas que capturan as lampreas pero, vinte días despois, a borrasca Herminia deixou unha crecida do río tan grande que arrasou con todos os aparellos de pesca e mesmo coas pranchas que no seu día colocaron os pescadores para moverse dun oco a outro do río. De sete pranchas, o venres catro aínda estaban tiradas na auga.
«Despois da riada tivemos que volver a montar xa que nos rompeu todo a auga; a semana anterior foi cando se colleron as primeiras lampreas, pero con escasas capturas, dúas por día ou catro, a xornada que máis. A semana pasada xa volvemos a coller cero lampreas todos os días», conta Alejandro Ferro.
Ante a falta de capturas, os pescadores autorizados so están traballando nas primeiras pesqueiras, as de Areas, pese a que nas seguintes (as Vellas) xa poden botar as redes dende o 3 de febreiro, «pero polo momento decidimos non montar porque se non hai capturas nas primeiras menos vai haber nas segundas», engade este pescador.
No que vai de tempada, o río pasou de non ter auga suficiente para permitir pescar a rexistrar unha riada tan grande que levou por diante as redes e os pasos dos pescadores entre uns ocos e outros do río.
Non obstante, dende a última riada, o caudal do Ulla baixou polo que os veciños pensaban que ían comezar a pescar lampreas, pero non foi así polo que empezan a pensar que o peixe non subiu do mar aínda. Contan que os máis vellos, e os que máis saben da pesca tradicional da lamprea, o relacionan con feito de que as grandes choivas e riadas viñeron tarde, a primeiros de xaneiro, cando o ideal é que se produzan nos meses de outubro e novembro, para que a auga doce serva de cebo á lamprea para que suba do mar a desovar ao río.
En calquera caso, pescadores que poden traballar nas pesqueiras de Herbón teñen claro que a escaseza de capturas está sendo algo habitual nos últimos anos e que parece que se agrava máis cada tempada que pasa.
«Cada vez hai menos exemplares e xa levamos varios anos con esta liña descendente»
A pesca tradicional de lamprea nas pesqueiras do río Ulla ten carácter deportivo polo que os pescadores non poden comercializar as capturas que, en teoría, son para autoconsumo. Non sucede así coa pesca profesional no tramo limítrofe de Pontecesures, pero parece que a escaseza de capturas tamén é a nota predominante desta campaña. Tanto é así que restaurantes, casas de comida e bares están sufrindo falta de abastecemento, de modo que non teñen para cubrir toda a demanda da clientela.
Así o confirman dende Casa Ramallo, de Rois, un lugar que destaca pola súa especialidade na elaboración da lamprea. Así, un dos irmáns que rexenta o restaurante, José Sobrino, fala de que «este ano hai moi pouca lamprea, incluso menos que o ano pasado» de modo que, engade, «non hai suficiente para atender todas as reservas que se poderían coller». Fala, ademais, dos prezos altos que ten este ano o peixe de modo que incluso hai grupos de comensais que prefiren esperar a ver se baixa e é máis económica. «Cada vez hai menos lamprea e xa levamos con esta tendencia varios anos». Dende Casa Farrucán de A Ponte, en Padrón, onde a lamprea é un prato con moita fama, confirman o mesmo.
En 1925 se celebró en Pontecesures la Feria del Automóvil de Ocasión. Se editó una Guía por tal evento. Quien dibujó la portada fue Carlos Maside, que además era natural de esta villa. Se imprimió en la Imprenta Buceta de Villagarcía. La portada presenta al dios Mercurio corriendo veloz: un pie lleva alas ; el otro pie va dentro de un automóvil: es un humor aparecido. Un aspecto geográfico lo constituye un plano de las carreteras que existían en Galicia y Asturias hace un siglo, y de gran interés pragmático, porque además aparecen señaladas las agencias de la Compañía Omnia, sin duda ofreciendo sus servicios. Es un folleto de 50 páginas y la mayor parte de sus anuncios son de automóviles. ¿Qué hacía Maside este año? Se traslada a Vigo reclamado para colaborar en El Pueblo Gallego. Igualmente reside en París donde contacta con las vanguardias y produce innumerables grabados xilográficos.
La Introducción del folleto es muy interesante. El Comité tenía muy bien puestas las ideas. Los párrafos suenan con coherencia y solidez. Aparece una cita sorprendente, que revela la formación del Comité : «La feria será, como dijo Spencer, la onda comercial en su forma primitiva, pero es todavía de utilidad innegable». Su autor es Herbert Spencer (1830-1903), preclaro representante del evolucionismo filosófico y social. Rápidamente: la evolución es un proceso necesario en la marcha de la Historia. Las sociedades no sólo evolucionan, además van creando cosas. (Magníficamente, y aquí añado yo, automóviles). Dos datos significativos : «Casas donde se servirá comida el día de la Feria» y «Excursiones por Galicia». La evolución natural de la vida social lleva a la instauración de la sociedad industrial o de cooperación libre. Este tipo de régimen es el de la sociedad moderna. La sociedad moderna del Pontecesures de hace un siglo, que seguro disfrutó y contribuyó sin duda al éxito de esta moderna Exposición, dicho con excelencia. Siempre pensé en el nivel cultural de los organizadores: la perfecta manera sintética de la redacción de la Introducción y las firmas europeas de los anuncios. Respalda lo que digo el dato del crítico de arte Carlos L. Bernárdez acerca de que Maside tenía una magnífica biblioteca… seguro que con libros de Spencer. Lo que me conduce además a afirmar que él, preparado y entusiasta, fue uno de los mentores y realizadores de esta Feria en los muelles del Ulla. Ya tenía prestigio como pintor y dibujante, colaborador de prensa y contertulio. Era ya un cesureño ilustre. Decir también que Carlos Maside también colaboró en Vida Gallega, la legendaria revista dirigida por Jaime Solá y editada en Vigo. Un número, entre otros, con portada suya corresponde al 25 de octubre de 1918.
1925 también fue un año fructífero en lo que a la cerámica se refiere. Este año se funda la Cerámica Artística Gallega, muy pronto Cerámica Celta de Pontecesures. Esta villa tenía puerto, tren y burguesía culta e inquieta apostando por el progreso. Su fundador fue R. Diéguez Carlés. Borobó nombró a esta fábrica «La Universidad plástica de Galicia». Tenía la voluntad de plasmar en sus diseños la cultura tradicional de Galicia, desde el mar a la tierra campesina. Contó con la colaboración de Asorey, Carlos Sobrino, Torres, José María Acuña… y por supuesto de Carlos Maside, quien vería con fruición sus dibujos pasados desde el papel a escultura. Lograda, cesureña y magnífica.
Los accidentes de tráfico se sitúan entre las salidas más habituales, con 230, así como las relacionadas con la circulación, rescates o incendios
El Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Padrón, que presta servicio a este concello, a Rois, Dodro, Pontecesures, Valga y a una parte de Teo, con una población atendida próxima a los 30.0000 habitantes y una extensión de más de 250 kilómetros cuadrados, realizó el año pasado un total de 1.087 intervenciones, cifra similar a la de 2023 (1.151). Los accidentes de tráfico se sitúan entre las salidas más habituales, con 230, así como incidencias relacionadas con la circulación (280); rescates (85) o incendios (67), entre otras. Desde el GES también destacan la labor preventiva, que sumó 121 acciones destinadas a la prevención y formación.
El año pasado destaca, además, la ayuda a Valencia a raíz de la Dana, de modo que el GES de Padrón desplazó una dotación formada por dos jefes de equipo (Pablo Muñiz y David Morandeira) y tres bomberos (David Miguéns, Manuel Andrade y Gustavo Castro). Permanecieron en la zona ocho días, en los que centraron sus esfuerzos principalmente en el achique de agua, así como en la búsqueda de desaparecidos y la retirada de enseres e vehículos. Para todo ello, movilizaron numerosos medios materiales.