A alcaldesa de Pontecesures, Maite Tocino asinou o pasado martes a formalización do Convenio coa Deputación de Pontevedra do «𝐏𝐫𝐨𝐱𝐞𝐜𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐨𝐫𝐝𝐞𝐧𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐅𝐮𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐚 𝐫ú𝐚 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐌𝐚𝐬𝐢𝐝𝐞»
O proxecto ten un carácter renovador e actualizador nun ámbito que, a día de hoxe, atópase nun avanzado estado de deterioro, actuando non só nos aspectos visuais e de convivencia veciñal e peonil senón tamén na renovación de infraestructuras e servizos.
O proxecto, que 𝐚𝐬𝐜𝐞𝐧𝐝𝐞 𝐚 𝐮𝐧 𝐭𝐨𝐭𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝟒𝟑𝟔.𝟑𝟖𝟕,𝟔𝟓 𝐞𝐮𝐫𝐨𝐬, comprende:
𝐌𝐞𝐥𝐥𝐨𝐫𝐚 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥. Instalación dunha nova rede separativa de saneamento, reducindo o aporte de pluviais á rede de depuración. Creación dunha barreira vexetal ó pé da infraestructura ferroviaria para mitigar o impacto da mesma no entorno. Reordenación do sistema de alumeado público
𝐌𝐞𝐥𝐥𝐨𝐫𝐚 𝐩𝐞𝐨𝐧𝐢𝐥 𝐞 𝐝𝐨 𝐭𝐫á𝐟𝐢𝐜𝐨 Segregación do tránsito peonil na primeira parte da rúa, restrinxido a peóns e vehículos residentes. Segregación do tráfico rodado pola rúa de acceso ó parking de Supermercados Froiz con saída ó Telleiro e conexión con Porto e centro da vila, garantindo a seguridade dos peóns e, ó mesmo tempo, garantindo ó acceso ós servizos e outras zonas dos vehículos.
𝐌𝐞𝐥𝐥𝐨𝐫𝐚 𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐨𝐫𝐧𝐚 Soterramento de dúas infraestructuras eléctricas verticais, parte da liña aérea e reubicación da recollida de residuos. Renovación do pavimento con aglomerado e granito en función do tipo de tránsito
Con este proxecto, o equipo de goberno do Concello de Pontecesures, pretende seguir avanzando na mellora das redes de saneamento e abastecemento, procurando, ó mesmo tempo, unha mellora integral do entorno que repercuta en todas e todos as veciñas e veciños.
El modelo de gestión de basura que quiso ser alternativa a Sogama enfila su cierre.
Vista aérea de la planta de tratamiento de residuos de Servia.
La mancomunidad Serra do Barbanza comenzará a enviar sus rechazos a Cerceda mientras busca una salida viable para su planta de tratamiento.
En el 2003 se puso en marcha en el municipio coruñés de Lousame un ambicioso proyecto impulsado por un puñado de concellos agrupados en la mancomunidad Serra do Barbanza que apostaban por un modelo de gestión de la basura centrado en el reciclaje y la elaboración de compost. La idea era buena, y durante más de dos décadas la planta radicada en Servia se erigió, junto a la coruñesa de Nostián, en la alternativa —defendida por grupos ecologistas, por ejemplo— al macrocomplejo de Sogama, vinculado a la incineración de restos. Sin embargo, el modelo hace agua y se encamina a converger en la planta de Cerceda.
Los alcaldes que integran la mancomunidad rehúsan hablar abiertamente de claudicar para adherirse a Sogama, pero en la práctica es lo que sucederá con el envío de la basura a ese centro. De hecho, ya se han mantenido contactos con la Xunta para ir de la mano en la búsqueda de una alternativa para salvar la planta de Servia destinándola a otros usos.
La situación es compleja y son múltiples los factores que han abocado a que Serra do Barbanza ponga sobre la mesa el fin de un sistema de gestión que durante años presumió de obtener los mejores resultados en cuanto a recuperación y reciclaje de residuos. La deuda arrastrada con la concesionaria encargada de las instalaciones —Fomento de Construcciones y Contratas— es una de las dificultades que condicionan la actividad de las instalaciones, pero la estocada definitiva llegó al confirmarse que el modelo utilizado para separar los residuos es incompatible con la normativa europea.
Plan de pagos
Este pasado lunes se celebró una reunión de la junta rectora de la mancomunidad para tratar tanto el asunto de la deuda como el futuro de Serra do Barbanza. En lo que respecta a lo primero, se aprobó un plan de pagos a diez años para abonar lo que se adeuda a la concesionaria.
La cifra varía porque son varios los conceptos que se valoran, pero lo que es seguro es que los nueve concellos —Ames, Brión, Carnota, Lousame, Muros, Noia, Pontecesures, Porto do Son y Rois— adheridos al sistema de Servia tendrán que pagar a la empresa unos 9 millones en impuestos por sentencia judicial.
El segundo asunto a dilucidar era el futuro de la entidad. El Concello de Ames ya anunció que su intención es desvincularse del sistema en el 2026, y Rois y Pontecesures posiblemente seguirán el mismo camino. Los seis concellos restantes seguirán mancomunados para prestar el servicio de recogida de la basura, y a partir de ahí buscarán alternativas para su tratamiento. «Imos buscar a viabilidade das instalacións indo da man da Xunta, hai opcións que se poden levar adiante, como planta de biorresiduos ou para a xestión de puntos limpos, por exemplo», apuntan desde la junta rectora.
Deuda con la empresa: 8,9 millones
Una sentencia judicial estipuló el pago de casi 9 millones por la actualización de precios
Población: 86.708
Ames y Noia son los concellos más poblados de los nueve adheridos al modelo de Servia
Volumen: 33.197 toneladas
En el 2023, la planta de Lousame recibió más de 33.000 toneladas de residuos
La prioridad es mantener el centenar de empleos en las instalaciones
El uso que tendrán las instalaciones del complejo medioambiental de Servia es una incógnita que despejará (o ese al menos es el objetivo) el estudio técnico y económico que se va a realizar para analizar la viabilidad de las instalaciones. Pero hay una premisa básica como punto de partida: mantener los puestos de trabajo en la planta.
Por ahora son solo ideas, pero entre las opciones que se plantean figuran desde dedicar la planta al tratamiento exclusivamente de residuos orgánicos, la gestión de enseres o de residuos procedentes de la construcción o que se convierta en un centro de transferencia, entre otras. Las instalaciones de Lousame tienen la ventaja de que cuentan con todas las autorizaciones ambientales, que actualmente son muy difíciles de conseguir, con lo que su utilidad resulta fuera de toda duda. Habrá que valorar cuál es la mejor salida con la premisa de mantener los más de cien empleos que existen actualmente.
En lo que respecta a lo más inmediato, los rechaces de residuos que no pueden reciclarse y no tienen cabida en el complejo de Servia se enviarán a Sogama. De hecho, ya se está haciendo porque desde el año pasado el vertedero de la planta de Lousame está colmatado y no caben más desperdicios. La primera opción fue enviar los desechos a Sobrado dos Monxes, pero era una solución provisional y la única alternativa que queda es Cerceda.
A los 58 años, falleció el pasado día 6 este vecino de Porto. El martes 13 de mayo, a las 18 horas, se celebrará un funeral en la Iglesia de Pontecesures. Seguidamente sus cenizas recibirán en el Cementerio Municipal de Condide.
A los 90 años de edad, falleció en el día de ayer esta vecina de Porto, casada con Ramón Cadilla González. El velatorio esta instalado en el Tanatorio Iria Flavia de Padrón. Hoy lunes, a las 17:30 horas, tendrá lugar el funeral en la Iglesia de Pontecesures. Después los restos mortales recibirán sepultura en el Cementerio Parroquial de San Xulián.
A los 76 años de edad, falleció el pasado sábado esta vecina de Porto, viuda de Ramón Rey Iglesias «O canteiro». Ayer domingo tuvo lugar el funeral en la Iglesia de Pontecesures y los restos mortales recibieron sepultura en el Cementerio Parroquial de Santa Cristina de Campaña.
Más concretamente, la localidad ribereña abordará propuestas socioculturales que, por ejemplo, permitirán determinar su vinculación con una histórica empresa de la localidad, como es Cerámica Celta.
Hace tres semanas ya se avanzó en FARO DE VIGO que el gobierno de la nacionalista Maite Tocino y el socialista Roque Araújo trabajaba en el diseño de una amplia programación.
Y la primera de las propuestas anunciadas era el Certamen Literario de Relato Curto Oria Moreno, con el que rendir homenaje a la pintora, maestra y ceramista que da nombre al certamen, conocida por su papel como encargada de colorear y retirar las piezas del taller de Cerámica Celta.
Como también por haber sido la autora del óleo conmemorativo de la I Feira do Automóvil de Ocasión de Pontecesures, en 1925.
Desde el ejecutivo se hacía constar entonces que se trata de «una de las representantes de la vida artística y cultural de nuestra villa», además de ser una embajadora del «trabajo anónimo de muchas mujeres que realizaron trabajos de decoración en Cerámica Celta».
Ahora el Concello de Pontecesures añade que su centenario es buen momento para rendir homenaje a una «iniciativa próspera y emergente» como la que supuso Cerámica Celta cuando se propuso elaborar sus artículos «con identidad propia, fuerte y con proyección, siguiendo las nuevas tendencias y avances técnicos».
Un proyecto empresarial «que supuso un escaparate para la cultura gallega que tenía como máximo valor la recuperación del patrimonio cultural gracias a artistas jóvenes y consagrados como Maside, Acuña, Bonome, Sobrino, Torres, Sexto» y el citado Castelao, quien «se implicó artística y personalmente en el proyecto ceramista».
La alcaldesa de Pontecesures.
Esa relación entre Castelao y Cerámica Celta centrará el primer coloquio del programa «100 anos Pontecesures. Anacos da historia», en el que participarán la alcaldesa, Maite Tocino; la nieta del impulsor ceramista Ramón Diéguez, Fina Diéguez; el presidente de la Fundación Castelao, Miguel Anxo Seixas Seoane; el investigador de las fábricas de cerámica y las «telleiras» Alejandro F. Palicio; y la artista local Elena Vidal.
Una propuesta a desplegar el día 31 desde las 20.00 horas, en la Biblioteca Municipal, en la que se pondrá de manifiesto «que fue el médico Víctor García quien puso en contacto a Castelao con Ramón Diéguez Carlés», propietario y director de la Cerámica Celta de Pontecesures desde 1926, cuando fusionó Caleras del Ulla con Cerámica Artística Gallega, además de haber sido presidente de la Sociedad Deportiva Ulla y alcalde de Pontecesures desde el 25 de abril hasta el 5 de junio de 1931.
Falleció en septiembre de 1968 y coincidió con Castelao estudiando Medicina y «compartiendo charlas en la conocida casa de comidas Casa Castaño», explican en el ejecutivo.
Implicación directa
Fue así como Castelao «pasó a tener una implicación directa y personal en Cerámica Celta, dibujando y aconsejando a los jóvenes artesanos, e incluso modelando con sus propias manos la pieza llamada ‘O Cabrito’, además de hacer numerosos diseños».
Lo que pretende el Concello es «aprovechar el año del autor de Rianxo, el 75 aniversario de su fallecimiento y el centenario de Pontecesures» para «poner en valor la historia de nuestra villa y que sea motivo de orgullo para todos», esgrime la alcaldesa.
Imagen antigua de Pontecesures en la que se aprecian la villa, el río, Nestlé y, en la parte baja de la foto, el terreno que ocupabala fábrica de Caleras del Ulla.
Al mismo tiempo, anuncia para el 1 de febrero un taller de artes plásticas para que los pontecesureños puedan «conectar con su creatividad».
Estará igualmente vinculado a la historia da Cerámica Celta y la obra de los artistas que participaron en esa empresa «inspirándonos con sus creaciones».
Caleras del Ulla
Buen momento para recordar que hace poco más de un siglo nacía Caleras del Ulla, una fábrica de cal que fue el germen de Cerámicas Celta.
Fue en 1923 cuando Ramón Diéguez Carlés puso en marcha esa calera que se situaba en la zona de Porto, a orillas del Ulla y a escasos metros del lugar que, en 1939, ocuparía la fábrica de Nestlé.
Según cuentan en la asociación cultural Os Penoucos en su proyecto «Obaixoulla.gal: Patrimonio, territorio e paisaxes», la solicitud de licencia de construcción de la fábrica hacía alusión a la puesta en marcha de dos hornos, uno de cocción de baldosa y artículos análogos y otro para calcinar cuarzo pedernal y carbonato cálcico.
La materia prima llegaba en naves que descargaban inicialmente en el puerto de Cesures (Pontecesures), hasta que posteriormente se construyó un pequeño embarcadero de piedra más próximo a la fábrica y sus hornos.
Una foto de los años cincuenta en la que se aprecian Nestlé y el puerto en el que se cargaban y descargaban mercancías.
El promotor quería acelerar y facilitar así la descarga de las piedras calcáreas y de los materiales necesarios en el proceso de calcinación.
Novo y Sierra
En Obaixoulla.gal se resalta también que en aquella época ya estaba en funcionamiento la Cerámica de Campaña, en el municipio vecino de Valga, conocida con el paso del tiempo como Novo y Sierra.
En 1925, «apenas dos años después de abrir la Cerámica de Campaña, el empresario Eugenio Escuredo Lastra puso en funcionamiento en el lugar de O Cantiño –en el llamado Camiño de San Xulián–, un taller de cerámica artística inspirado en el modelo que había conocido en Sargadelos, y al que iba a llamar Cerámica Artística Gallega».
Al parecer «contrató a un artesano portugués y entró en contacto con el artista Francisco Asorey, que realizó los diseños de los primeros moldes que salieron de esta cerámica: ‘Os tesouros’, el ‘Pórtico da Gloria’, ‘A Naiciña’ y el ‘Sepulcro del Apóstol».
Según Os Penoucos, entidad creada en el Concello de Valga en 2006 para contribuir a la difusión de la cultura y la lengua gallegas a partir de la promoción y preservación de los valores patrimoniales del Baixo Ulla, las primeras producciones llegaron a venderse en Inglaterra, Cuba y Argentina.
Pero «la calidad del barro empleado era baja para ese tipo de cerámica», por lo que «Escuredo abandonó la experiencia y, en 1927, vendió los moldes de las figuras al industrial Ramón Diéguez Carlés, que trasladó la producción del taller de cerámica a las instalaciones de la Calera del Ulla, fundando allí, ese mismo año, Cerámica Celta».
La historia continuó forjándose cuando Ramón Diéguez, «decidió emplear el barro de sus minas de feldespato de Valga e introducir la técnica del vidriado en las piezas que había heredado de Cerámica Artística Gallega, dándoles un nuevo impulso».
Así las cosas, «además de seguir contando con la colaboración de Asorey, contrató a un artesano de Buño», mientras que «el médico Víctor García García-Lozano, un gran entusiasta de la cerámica, introdujo a su colega Alfonso Daniel Rodríguez Castelao en el taller», siendo el insigne artista rianxeiro el que más se interesó por la cerámica de Diéguez y el que más influyó en ella.
Como ahora apunta el Concello de Pontecesures, el rianxeiro «preparó numerosos diseños y bocetos que servirían de guía para la realización de piezas como ‘A Cabuxiña’, inspirada en una obra del alemán Willy Züguel», resalta Os Penoucos.
Para añadir que «Francisco Asorey, José María Acuña, Carlos Maside, Santiago Bonone, Carlos Sobrino, Manuel Torres y Carlos Bóveda aportaron también sus diseños a Cerámica Celta», donde «se elaboró durante casi cuarenta años –hasta 1963– una artesanía ligada a la naturaleza».