Explica Antonio Fernández Muñiz, conocido peletero jubilado afincado en Padrón, que en la comarca del Sar había antiguamente “mucho y muy buenos cesteros, artesanos que dominaban el arte de trabajar con el mimbre”. Sobre la fotografía, de su archivo personal, comenta que quien aparece confeccionando una pieza con este material es José González Boga; vecino del barrio padronés de A Trabanca. La instantánea fue realizada en 1978, según se puede leer en su reverso. Sobre los cesteros de la comarca del Sar, comenta que habitualmente eran personas que compaginaban este oficio con otras profesiones o aficiones, y que muchos vendían sus creaciones en el gran mercado dominical.
Subida marítima. O Piueiro con unos pocos privilegiados que pudieron seguir la travesía .
Es un año extraño y sometido a los protocolos y medidas que ha impuesto la crisis sanitaria, pero pese a ello la Fundación Rosalía de Castro de Padrón no ha querido dejar pasar la fecha en la que las gentes del mar rinden homenaje a la escritora. Así el viernes se celebró la Inchadiña Blanca Vela que en esta ocasión se ha visto limitada y ha tenido como gran protagonista al volanteiro de A Guarda, O Piueiro, una embarcación tradicional de vela que ha realizado este año acompañado por dos dornas la subida por los ríos Ulla y Sar.
La embarcación de A Guarda apoyada en su lema Eu son libre del manifiesto de Liereders y acompañada por las dornas navegó por los ríos hasta llegar al Espolón, en Padrón, sobre las 19.30 horas aproximadamente. Allí se homenajeó a Rosalía de Castro frente a su estatua, como siempre se ha hecho durante los años anteriores.
Hay que recordar que en el año 2013 se celebró por primera vez la Inchadiña Branca Vela, iniciativa creada con el fin de conmemorar el 150 aniversario de la publicación de la escritora Cantares gallegos, en los que la autora hace referencia a las dornas que subían al Ulla, por iniciativa de los defensores de la cultura marítima de la época. Concretamente esta era la estrofa en la que Rosalía habla de las embarcaciones. “¡Que inchadiña branca vela/ antre os millos corre soa/ misteriosa pura estrela! / Dille o vento en torno dela: Palomiña, ¡voa!, ¡voa”.
La travesía comenzaba habitualmente en la playa fluvial de Vilarello, en Cordeiro (Valga), y finalizaba en el Paseo del Espolón, en el municipio padronés.
Durante las ediciones pasadas de la Inchadiña, participó un gran número de embarcaciones tradicionales de toda la comunidad gallega, con llegadas desde la ría de Arousa y la ría de Vigo, botes de Ribadeo o lanchas xeiteiras, entre otras.
Pero este año, para evitar las grandes concentraciones y respetar las medidas de seguridad impuestas por la pandemia de la covid-19 el acto estuvo protagonizado únicamente por la embarcación O Pirueiro.
También y con motivo del homenaje anual que rinde el municipio de Padrón a Rosalía de Castro, eun día antes, el jueves, el fotógrafo Eduardo Rivo presentaba en el auditorio padronés su libro de fotografía Inchadiña Branca Vela. El acto, organizado por la Fundación Rosalía de Castro, de la mano de la Diputación de A Coruña, reunió al presidente de la Asociación Cultural Dorna de la Arousa, Salvador Allo; el alcalde de Padrón, Antonio Fernández Angeuira; el director de la fundación, Anxo Angueira y el propio autor de las ilustraciones, Eduardo Rivo. Además, los presentes pudieron disfrutar de una actuación musical protagonizada por el cantautor Secho.
La obra contiene más de cien imágenes sobre la fiesta de conmemoración a la escritora, desde su primera edición en el año 2013.
El autor de la publicación, Eduardo Rivo (Ourense, 1976), es un cirujano torácico y a la suma, fotógrafo autodidacta. Pertenece al grupo artístico gallego Galeoska y es miembro de la escuela tradicional Dorna da Illa da Arousa.
García presidió ayer el lunes el primer pleno de su nueva etapa.
Alberto García presidió ayer su primer pleno desde que recuperó el bastón de mando de Catoira. Y aprovechó la sesión para sacar adelante el primer acuerdo trascendente de esta nueva etapa, como es una reivindicación dirigida a Renfe, al Estado central, la Xunta y a todo organismo que tenga algo que decir en la materia, para que se garantice el mantenimiento de los servicios ferroviarios.
En concreto, se quiere que se respeten la periodicidad y frecuencia de los trenes que utilizaban antes de la pandemia no solo los catoirenses, sino también los ciudadanos de Pontecesures y Padrón -con apeaderos propios- y, en general, los de comarcas como Caldas, O Sar y Barbanza.
Lo que hizo el alcalde vikingo fue incluir esta reivindicación en el orden del día a modo de Resolución de Alcaldía, pero sometiéndola a votación para que la Corporación le diera más fuerza tomando el acuerdo de reivindicar ese mantenimiento de los servicios ferroviarios, ya que con el estado de alarma por el coronavirus bajaron de 10 a 4 diarios, en cada sentido, y se teme que no vayan a recuperarse.
La propuesta elevada por García al pleno se basa en la reivindicación que hace días dio a conocer FARO DE VIGO, cuando el exconcejal pontecesureño Luis Sabariz hizo llegar a todos los grupos políticos parlamentarios y a los alcaldes del Bajo Ulla un informe en el que se alerta de esa pérdida de trenes, en perjuicio de la sociedad en general y, muy particularmente, de trabajadores y estudiantes.
«Como también van a salir muy perjudicados, en caso de reducirse el número de trenes, los ciudadanos de toda la comarca de Barbanza que se acercan a nuestras estaciones para utilizar este importante medio de transporte», advierte el propio García.
«No tiene sentido que se introduzcan nuevos recortes o se mantengan los aplicados a raíz de la pandemia cuando está demostrado que los ciudadanos utilizan el tren en gran número, e incluso que cada año parecen hacerlo más, por eso nos oponemos a la reducción de frecuencias y exigimos que sigan parando en nuestros apeaderos»,» proclama el máximo mandatario catoirense.
Iván Caamaño, portavoz del PP , se ofreció a pedir a la diputada Ana Pastor que ejerza de mediadora en el Congreso y reclamó un frente común de reivindicación participado por los Concellos de Rianxo y Boiro.
Padrón y Pontecesures, municipios limítrofes entre
las provincias de A Coruña y Pontevedra, están pendientes del
levantamiento de restricciones para que sus vecinos puedan moverse
libremente de un lado a otro del puente sobre el río Ulla, como hacen de
toda la vida. Son muchos los de Pontecesures, e incluso Valga, que se
desplazan a la capital del Sar a realizar gestiones, desde comprar en
los establecimientos comerciales locales hasta ir al banco, dentista o
notario, entre muchas otras. Y también desde Padrón se mueven al otro
lado del río para hacer compras en la localidad de Cesures.
Cuando quede sin efecto esa restricción de moverse entre provincias, sea primero o no entre municipios limítrofes, «vai ser un alivio moi grande», según opina María del Carmen Magán Pérez, vecina de 47 años de la aldea de Infesta, en Pontecesures. «Non ten ningún sentido o que está pasando», añade. «Eu podo ir a Tui, pero non podo ir a Pazos, en Padrón, que está ao lado, a ver a meu pai», lamenta.
Controles policiales
En
su caso, habitualmente se desplaza a Padrón a comprar en la plaza de
abastos y en tiendas del pueblo, pero también va al dentista y al
fisioterapeuta. «Pese a estar todo a un paso, non podo ir nin a comprar nin a ver a familiares»,
cuenta. Lo mismo le pasa y le seguirá pasando a su hermano mientras no
se levante la restricción de moverse entre provincias. Él reside en Rois
y, en todo este tiempo, no pudo ir a Cesures a ver a su madre, con la
que reside María del Carmen Magán.
«Está mal feito e será un alivio que o cambien», asegura la vecina de Pontecesures, que está deseando poder ir a Padrón sin problemas, como muchos otros vecinos.
En
su caso, también acaba de acompañar a su hijo a recoger sus
pertenencias en la residencia universitaria de A Coruña, ciudad en la
que estudia, para lo que se movió con un justificante.
La vecina también está yendo con su madre una vez al mes a una consulta médica en Santiago, pero siempre con justificante e «así vas máis tranquila»,
dice María del Carmen Magán, que recuerda que levantar la prohibición
de cambiar de provincia en municipios limítrofes será necesario para que
los jóvenes de Pontecesures y Valga que estudian en Padrón puedan
acudir mañana al instituto, en el caso de los cursos que están
autorizados.
Durante el tiempo de prohibición de cambiar de
provincia, el puente de Cesures está siendo objeto de controles
policiales, en los que se está parando a conductores y preguntándoles el
motivo del desplazamiento.
El BNG pidió en Madrid que esa limitación de movimientos se levantara ya en municipios limítrofes de distintas provincias, algo que también tiene solicitado el Concello de Padrón.
Maximino Rodríguez Buján, conocido por su pseudónimo de ‘Máximo Sar’ se convirtió en enero de 2020 en Hijo Adoptivo de Caldas de Reis tras el nombramiento realizado por el Pleno Municipal de la corporación.
Con este título, señala el alcalde Juan Manuel Rey, se quiere reconocer a una persona que es admirada por sus servicios, su trabajo y sus obras, dejando un importante legado para Caldas de Reis, vila a la que siempre ha estado ligado.
Máximo Sar nacía en 1922 en el municipio de Padrón. Tras estudiar en
Santiago de Compostela inició su carrera en la justicia municipal en el año 1951 cuando toma posesión de su cargo como juez en el Juzgado Comarcal de Caldas de Reis. Desde entonces, salvo por causas laborales, fijó su residencia en la villa.
Además de juez, Máximo Sar cuenta con una amplia carrera como escritor y periodista con más de un centenar de artículos publicados sobre Caldas y su comarca.
Fundó la ‘Xuntanza Endovélica’ de la que formaban parte intelectuales
caldenses, artistas y escritores. Además es miembro del Padroado Rosalía
de Castro y socio de honor del Ateneo Caldense.
Desde el Concello se está preparando la edición de un libro con una selección de artículos periodísticos publicados por este autor en distintos medios y que cuentan con referencias a Caldas.
Como
otros muchos negocios que se han visto obligados a cerrar sus puertas y
aplicar un ERTE a los trabajadores tras decretarse el estado de alarma
por el covid-19, Pulpería Rial no ha querido permanecer inactiva. La
suspensión de la Pascua y la Pascuilla dejó a los padroneses sin fiesta
pero no se quisieron quedar sin la tradición de comer el pulpo. Así, y
tras la avalancha de peticiones para que vendiera sus ricas raciones a
domicilio, la empresa familiar, y por iniciativa del único trabajador de
momento en activo, el encargado, Juan José Santana, se inició la venta a
domicilio de las tradicionales raciones de pulpo, calamares y raxo. Hoy
el negocio on-line ha ido creciendo y ya se ofrecen otras raciones y menús del día.
“La
idea surgió con un doble objetivo, ayudar a la economía del negocio y,
por otro, facilitar a la clientela que siguiera con la tradición de
comer el pulpo en Pascua pero sin tener que arriesgarse al contagio,
llevándoselo a su domicilio”. Y fue el propio Santana, que lleva 14 años
trabajando en la empresa familiar de los Rial, quien se encargó de
llevar los pedidos que se hacían a traves de WhatsApp (608359512) y en
horarios cerrados: de 13.00 a 14.30 horas y de 21.00 a 22.30 horas.
El
incremento de la demanda durante las “no fiestas” les permitió, ademas,
contratar los servicios de O Búho, una empresa de reparto de la zona. Y
es que Pulpería Ríal no solo reparte en Padrón y el resto de concellos
de la comarca de O Sar (Rois y Dodro) sino que su clientela se extiende
desde Santiago a Rianxo, pasando también por las localidades de
Pontecesures y Valga. “Todo empezó por iniciativa del encargado. Mis
padres tenían mucho dinero invertido en mercancía para las fiestas de
Pascua y el cierre obligado fue un golpe muy duro, así que poder haber
dado servicio en la Pascua alivia algo”, explica Begoña Rial, hija de
los dueños y fundadores de la pulpería, José Manuel Rial y Lydia
Angueira.
“Empezamos con el pulpo, los calamares y el
raxo, pero ahora ya hemos ampliado la oferta y también damos croquetas
caseras, jamón asado y tortilla. También desde hace poco, y para dar
servicio a gente que ha tenido que seguir trabajando o ha vuelto al
trabajo, ya ofrecemos menús del día”, cuenta la pequeña de la saga
familiar.
Un menú del día compuesto por dos platos y
que cuesta ocho euros más los gastos de envío. Si es en la villa y
proximidades se pagan tres euros, pero si el pedido es para Santiago o
Rianxo, por ejemplo, hay que pagar a mayores ocho euros.
También se puede elegir, si se quiere, solo un plato del menú, con lo que el precio baja hasta los seis euros.
“Ahora
y desde hace unos días los clientes también pueden recoger su pedido en
el establecimiento. Hay una mesa que separa al vendedor del cliente”,
explica Begoña
Las ofertas de menús, raciones y
bocadillos se pueden ver a diario en las redes sociales de Pulpería
Rial: Facebook, Twiter e Instagram Estos días ofrece un plato especial
con motivo de la celebración mañana domingo del Día de la Madre: carne
ao caldeiro.
Visita obligada.
Pulpería Rial es uno de los negocios hosteleros familiares más emblemáticos de Padrón, lugar obligado de parada y visita los domingos de mercadillo para ir a comer el pulpo.
Abrió sus puertas, de la mano de Lydia Angueira y José Manuel Rial, el 11 de febrero de 1983, hace ya treinta y siete años, en la plazuela de Traviesas de la localidad coruñesa de Padrón.