Un buen servicio de cercanías es fundamental para impulsar el crecimiento de la comarca
Llevamos unos días pendientes del tren… Del tren de borrascas que anunciaba La Voz el pasado martes, que, efectivamente, llegó y se fue, y del tren de cercanías que ni se a anuncia ni llega, pero se exige con razones desde una comarca que ha dependido históricamente de un ferrocarril que ayudó a su desarrollo, hizo la vida más cómoda y facilitó nuestro ocio. Trenes que traían a los compostelanos a bañarse a la playa de Compostela, que se llamaba así porque, al fin y al cabo, no era solo el arenal de la aristocracia de Santiago con mansiones junto al mar, sino también la playa popular de quienes venían en tren las tardes de sol. Y en tren íbamos de Vilagarcía a Catoira para comer la lamprea en Casa Emilio y las cigalas baratas que sobraban de las bodas en Casa Suso. Llevamos, en fin, siglo y medio utilizando un servicio ferroviario de cercanías que no es tal oficialmente, pero que presta ese servicio.
Llegué a Vilagarcía por primera vez desde Vigo en un ferrobús que atendía un servicio cercano. Aquel viejo automotor, que enseguida fue vendido a Venezuela, salió de Vigo a las 21.51 y llegó a Vilagarcía a las 23.14 tras parar en nueve estaciones. Tardaba una hora y 23 minutos, pero hoy llama la atención un detalle fundamental: el trayecto acababa en Vilagarcía. Esto sucedía hace casi medio siglo, en septiembre de 1981, y ya entonces, Vilagarcía era estación término de Renfe para trenes que hoy llamaríamos lanzadera y unían Vigo con Vilagarcía por la noche y, al amanecer, Vilagarcía con Santiago de Compostela, en un viaje de 53 minutos y seis paradas que partía de la capital de Arousa a las a las 6.55 horas.
La primera vez que fui a comprar a un Corte Inglés recurrí al «cercanías»: un tren de nombre irónico, semidirecto, que iba de Vilagarcía a Vigo deteniéndose en Rubiáns, Portas, Portela, Pontevedra, Figueirido, Arcade, Cesantes, Redondela y Chapela. Era un convoy antiguo y lento que me agotó. Tuve que acostarme al llegar a casa. No sé si me estresó el gran almacén, me desazonó el semidirecto o fue la unión de ambos agobios.
Cuando se renovaron los trenes, se electrificó la vía y se mejoró el trazado, Vilagarcía entró en la modernidad. Trenes rápidos y cómodos que resultaban sumamente funcionales y nos facilitaban la vida, aunque desaparecieron multitud de estaciones campestres en una comunidad donde aún se vive en el rural. Entre Vigo y Santiago, había 16 estaciones y apeaderos con parada de ómnibus, ferrobús, tranvía y semidirecto en 1981. Hoy solo quedan 8 estaciones con parada de los regionales.
En 1981, había seis estaciones en la comarca, hoy quedan Catoira, Pontecesures y Vilagarcía, aunque en Catoira solo se detienen siete trenes de los ocho regionales que unen a diario Vigo con Santiago. Aunque lo más alucinante es que los trenes lanzadera Vilagarcía-Santiago, herederos de aquellos ferrobuses que tenían su estación término en Vilagarcía, no se detienen en Catoira. ¿Pero estamos tontos o qué? ¿Quién decide y con qué criterios las paradas? ¿No se han dado cuenta de que Catoira es también la estación del Barbanza?
Es complicado recuperar los ocho apeaderos y estaciones con servicio en los años 80 que el nuevo trazado soslayó, pero hay un clamor de 20 años pidiendo un apeadero en Valga, un pueblo con mucha actividad y, fundamental, no sé si en los despachos de Adif y Renfe saben, supongo que sí, que en Galicia no es como en Castilla, donde, por ejemplo, entre Zamora y Medina del Campo, el ferrobús, en 1981, paraba en nueve estaciones, pero ahora los regionales solo se detienen en Toro y Nava del Rey porque el nuevo trazado no pasa justo al lado de las otras siete localidades. Pero no podemos comprar Valga y su población extremadamente dispersa con los núcleos zamoranos apiñados de Coreses o Castronuño, donde antes sí paraba el ferrobús.
La comarca, en fin, reclama formar parte de una necesaria y prometida red de cercanías gallega y argumenta que la venta de billetes en la comarca entre 1997 y 2023 creció un 150 %. En Catoira, Pontecesures y Vilagarcía se ha pasado de vender 486.205 billetes a expender 1.214.800. Hay un clamor de trenes a Vigo y Santiago desde Vilagarcía deteniéndose en estaciones intermedias, con precios económicos y frecuencias continuas. Nada que no suceda en Ferrol, con su línea C1 a Ortigueira, sus ocho frecuencias diarias con 22 paradas, una hora y 18 minutos de viaje por 3.15 euros o la C1 entre Zaragoza y Casetas, 25 trenes, entre 15 y 25 minutos de viaje por 1.80 euros.
En Galicia, debería haber tres líneas: C2 entre A Coruña y Ferrol, C3 entre Santiago y Vilagarcía y C4 entre Vigo y Vilagarcía. Existen razones y, sobre todo, ahí están las cifras de viajeros, para exigir este servicio con tantos argumentos como los aportados para implantar cercanías en los ejes Medina del Campo-Valladolid-Palencia, Palma del Río-Córdoba o Murcia-Cartagena.
Vilagarcía, a medio camino de dos ciudades y dos hinterlands, quedaría así a «tres horas y un café» de Madrid y a un paso y muchas frecuencias de Vigo y Santiago. Es decir, una ciudad perfecta para vivir y trasladarse a trabajar, estudiar, comprar o disfrutar del ocio.
En 1925 se celebró en Pontecesures la Feria del Automóvil de Ocasión. Se editó una Guía por tal evento. Quien dibujó la portada fue Carlos Maside, que además era natural de esta villa. Se imprimió en la Imprenta Buceta de Villagarcía. La portada presenta al dios Mercurio corriendo veloz: un pie lleva alas ; el otro pie va dentro de un automóvil: es un humor aparecido. Un aspecto geográfico lo constituye un plano de las carreteras que existían en Galicia y Asturias hace un siglo, y de gran interés pragmático, porque además aparecen señaladas las agencias de la Compañía Omnia, sin duda ofreciendo sus servicios. Es un folleto de 50 páginas y la mayor parte de sus anuncios son de automóviles. ¿Qué hacía Maside este año? Se traslada a Vigo reclamado para colaborar en El Pueblo Gallego. Igualmente reside en París donde contacta con las vanguardias y produce innumerables grabados xilográficos.
La Introducción del folleto es muy interesante. El Comité tenía muy bien puestas las ideas. Los párrafos suenan con coherencia y solidez. Aparece una cita sorprendente, que revela la formación del Comité : «La feria será, como dijo Spencer, la onda comercial en su forma primitiva, pero es todavía de utilidad innegable». Su autor es Herbert Spencer (1830-1903), preclaro representante del evolucionismo filosófico y social. Rápidamente: la evolución es un proceso necesario en la marcha de la Historia. Las sociedades no sólo evolucionan, además van creando cosas. (Magníficamente, y aquí añado yo, automóviles). Dos datos significativos : «Casas donde se servirá comida el día de la Feria» y «Excursiones por Galicia». La evolución natural de la vida social lleva a la instauración de la sociedad industrial o de cooperación libre. Este tipo de régimen es el de la sociedad moderna. La sociedad moderna del Pontecesures de hace un siglo, que seguro disfrutó y contribuyó sin duda al éxito de esta moderna Exposición, dicho con excelencia. Siempre pensé en el nivel cultural de los organizadores: la perfecta manera sintética de la redacción de la Introducción y las firmas europeas de los anuncios. Respalda lo que digo el dato del crítico de arte Carlos L. Bernárdez acerca de que Maside tenía una magnífica biblioteca… seguro que con libros de Spencer. Lo que me conduce además a afirmar que él, preparado y entusiasta, fue uno de los mentores y realizadores de esta Feria en los muelles del Ulla. Ya tenía prestigio como pintor y dibujante, colaborador de prensa y contertulio. Era ya un cesureño ilustre. Decir también que Carlos Maside también colaboró en Vida Gallega, la legendaria revista dirigida por Jaime Solá y editada en Vigo. Un número, entre otros, con portada suya corresponde al 25 de octubre de 1918.
1925 también fue un año fructífero en lo que a la cerámica se refiere. Este año se funda la Cerámica Artística Gallega, muy pronto Cerámica Celta de Pontecesures. Esta villa tenía puerto, tren y burguesía culta e inquieta apostando por el progreso. Su fundador fue R. Diéguez Carlés. Borobó nombró a esta fábrica «La Universidad plástica de Galicia». Tenía la voluntad de plasmar en sus diseños la cultura tradicional de Galicia, desde el mar a la tierra campesina. Contó con la colaboración de Asorey, Carlos Sobrino, Torres, José María Acuña… y por supuesto de Carlos Maside, quien vería con fruición sus dibujos pasados desde el papel a escultura. Lograda, cesureña y magnífica.
Pese a experimentar un aumento anual del 40 % en la cifra de pasajeros en sus estaciones, este trayecto no figura entre las prioridades del futuro servicio de proximidad en Galicia
Por evidentes razones de corte demográfico, el largo y de momento infructuoso debate sobre la creación de un servicio ferroviario de cercanías en Galicia se ha enfocado desde antiguo en los polos A Coruña-Ferrol y Vigo-Pontevedra. Lo hizo el socialista Emilio Pérez Touriño cuando presidía la Xunta en 2007, y lo repite el informe que encargó el popular Alfonso Rueda en 2023. El ministro de Transportes, Óscar Puente, anunció en noviembre que su departamento estaría en condiciones de poner algo sobre la mesa a lo largo del primer trimestre de este año, cumpliendo uno de los compromisos que el PSOE pactó con el BNG, para lograr su apoyo en la investidura de Pedro Sánchez. Así que, en teoría, pronto deberían florecer novedades acerca de un tren de proximidad del que sí disfrutan el resto de las comunidades del norte peninsular. Sea así o no, las prioridades obvian un trazado que, al menos en teoría, cuenta con todos los requisitos para servir como experiencia piloto, sin mucho más esfuerzo inversor que la consecución del buen material rodante para hacer frente al lógico incremento de las frecuencias de viaje: el tramo regional que comunica Vilagarcía con Santiago.
152 años después de su puesta en marcha, no será necesario insistir en que se trata del primer camino de hierro que funcionó en Galicia. Con las lógicas renovaciones, la mayor parte de su recorrido de 42 kilómetros sigue siendo el mismo que el inaugurado el 15 de septiembre de 1.873. Su utilización básica incluye diez frecuencias diarias de lunes a viernes, que tocan Santiago, Padrón, Pontecesures, Catoira y Vilagarcía, dentro del viaje general que comunica Vigo y A Coruña. De ellas hay cinco servicios diarios exclusivos entre la capital arousana y Compostela. Son los denominados trenes lanzadera con paradas en Padrón y Pontecesures y la ausencia clamorosa y nunca explicada de Catoira, Su tiempo de trayecto oscila entre los 38 y los 43 minutos.
Lo verdaderamente importante es que, auspiciado por los bonos de transporte, este antiguo servicio no deja de crecer. A la espera de que Renfe presente su balance de 2024, los últimos datos oficiales corresponde a 2023. Sin incluir en el cálculo la estación de Santiago (la primera de Galicia, un nudo en el que confluyeron más de cuatro millones de viajeros aquel año) las escalas de la orilla sur de la ría de Arousa experimentaron un crecimiento de 350.000 pasajeros con respecto a la lectura de 2022. Un incremento porcentual del 40%. Si la óptica se amplia en el tiempo, el fenómeno se acrecienta. Entre los 486.205 viajeros que Vilagarcía, Catoira y Pontecesures, contabilizaron en 1997 y los 1.214.800 que registraron en 2023 media una diferencia de 728.595 billetes despachados: un apabullante 150%.
Xosé Carlos Fernández, experto en ferrocarriles, sostuvo recientemente que el polo de cercanías en diseño entre Vigo y Pontevedra debería extenderse a Vilagarcía. El tiempo lo dirá. De momento, los datos demuestran que la demanda crece. El alcalde de la ciudad, Alberto García, apunta que la evolución de las conexiones a larga distancia con Madrid es satisfactoria, pero reconoce que la asignatura pendiente es la proximidad. «Obviamente esisten todas as razóns para establecer un servizo deste tipo cara a Santiago, que redundaría nun incremento das frecuencias e unha redución de prezos». El nacionalista Xoán Castaño incide en el carácter de nudo hacia O Barbanza que ha ganado la estación de su municipìo de Catoira, y considera imprescindible no solo su inclusión en los trenes lanzadera y el implemento de las cercanías, sino también «unha boa coordinación do ferrocarril co transporte por bus que hoxe non existe». Castaño recuerda que quienes pudieron estudiar en su generación, encontraron en el camino de hierro un aliado fundamental. De la misma opinión es el popular Bello Maneiro quereclama para Valga algo tan sencillo como un apeadero, que en 152 años de historia que acumula esta línea jamás ha existido: «Non pedimos nada que non sexa xusto». La alcaldesa Maite Tocino (BNG) coincide desde Pontecesures en que la implantación de un tren de cercanías apuntala el trabajo y el estudio: «Se ademais queremos retirar coches das estradas e reducir a pegada de carbono, non creo que haxa debate: este é o medio».
Por si faltase alguna, ahí queda una última razón: la falta de un servicio de proximidad encarece alrededor de un euro los billetes que pagan los usuarios gallegos frente a los de las comunidades autónomas en las que sí existe un tren de cercanías por trayectos similares.
PONTECESURES LA QUE MÁS CRECE.
De acuerdo con el último balance oficial de Renfe, la de Pontecesures es la estación que más creció a lo largo de 2023. No en términos absolutos (registró 14.800 usuarios más que el año anterior para redondear los 39.800 viajeros), pero sí porcentuales: un 59% por encima del 2022.
Vidal Seage carga contra Tocino por la obra en la N-550 y la ausencia de avances en la sede deportiva.
Los bolardos instalados en Pontecesures.
El Partido Popular de Pontecesures, grupo mayoritario de la Corporación, vuelve a quejarse, desde la oposición, por la labor del bipartito que conforman BNG y PSOE.
Fue el portavoz municipal del PP, Juan Manuel Vidal Seage, quien sacó a relucir nuevamente este asunto en el último pleno de la Corporación, en el que quiso hacerse eco «del enorme malestar de los cesureños por esta obra de supuesta mejora de la seguridad viaria».
El conservador lamentó que la actuación no fuera consensuada con los ciudadanos y atacó a la alcaldesa, Maite Tocino, reprochándole que ella misma «califica la obra de ‘desastre’ pero no hizo nada por remediarlo, demostrando su nula capacidad de gestión y su debilidad política, a pesar de tener en el gobierno la muleta de un edil socialista», y por tanto del mismo partido que el Gobierno de España, que financió la obra.
Club Náutico
Pero no fue la única reprimenda de Seage, pues también atacó al bipartito en relación con la ansiada ampliación y modernización del Club Náutico Pontecesures, preguntando en el pleno «si sigue vigente el compromiso de cofinanciación por parte de la Xunta» y tratando de conocer las gestiones realizadas por el actual ejecutivo pontecesureño.
Explican en el PP que «ante las respuestas de la alcaldesa, diciendo que está redactando un nuevo proyecto, ‘más austero», Vidal Seage advierte de las incongruencias de Maite Tocino, ya que en el mismo pleno, admitió que la redacción no está contratada y que se está perfilando; y tampoco respondió si se incluirá el acondicionamiento del espacio exterior».
Esto quiere decir que «llevamos veinte 20 meses de mandato y lo único que se hizo en relación con este proyecto tan importante fue descartar todo el trabajo realizado en el mandato anterior», precisamente cuando Vidal Seage era el alcalde.
El portero bético guarda amigos y grandes recuerdos de su etapa en Vigo
Fran Vieites (Pontecesures, 1999) vuelve el sábado por tercera vez a Balaídos, escenario de las primeras convocatorias en la máxima categoría del hoy portero del Betis. ElCelta es un club especial para él por los amigos que conserva, por los grandes recuerdos que le evoca y porque tiene presente que la entidad celeste jugó un papel clave para que llegara a donde está ahora. Siempre agradecido, espera ganar.
—Ya no es la primera vez pero, ¿qué sensaciones le produce volver a Balaídos?
—Siempre es bonito volver a Galicia, reencontrarme con un club en el que he estado, del que guardo grandes recuerdos y muchas amistades. Como equipo volvemos ahí siempre con la ambición de sacar un buen resultado.
—¿Cómo fueron los regresos anteriores?
—Estuve con el Betis en enero del año pasado y también con la selección gallega, en verano. Fue muy bonito. Siempre es bonito tener a la familia en la grada, algo que ahora se repetirá.
—Siempre es positivo. Guardo un buen recuerdo de todos los sitios en los que he estado, porque miras hacia atrás con la cabeza alta y con orgullo por lo que conseguí hacer allí, por la progresión que tuve con la gente que trabajé. Fueron esos tres años de juvenil, dos de filial, experiencias con convocatorias, con primer equipo, minutos con filial. Todo lo que viví allí es lo que me lleva a ser hoy en día lo que soy y quién soy. Estoy muy agradecido a todo el mundo de aquí, la verdad.
—Hablaba de amistades. ¿Quiénes quedan con quienes haya coincidido?
—Aparte de Iker (Losada) y Borja (Iglesias), que son jugadores nuestros cedidos, Claudio (Giráldez) no me llegó a entrenar, pero sí que coincidí en la cantera, como con los Hugos (Sotelo y Álvarez) y toda la camada que hay en el primer equipo. Tengo buena relación con ellos y les guardo muchísimo cariño. Del cuerpo técnico, con Christian (Fernández) coincidí muchos años, también con Nando (Villa) y con Laura (Centoira), que guardo una muy buena relación… Y en el club sigue una persona que considero un gran amigo, (Gael) Potti. Les guardo a todos mucho cariño. Y seguro que me dejo gente.
—¿Cómo ve a su equipo de cara a la visita a Balaídos?
—Creo que llegamos reforzados. Después de una dinámica de resultados que no eran los que queríamos, estamos volviendo a competir a nuestro nivel La gente que está subiendo de filial está dando un nivel increíble, los estamos intentando aydar un montón y ellos están respondiendo y compitiendo. Y los jugadores de la primera plantilla se están amoldando también muy bien y dando el nivel para el que están capacitados.
—¿Cómo lleva su rol en el equipo en este momento?
—Bien, la verdad es que muy bien. Me centro en esforzarme diariamente, que es un lujazo entrenar con esta gente, y en dar mi mejor versión, hacerlo lo mejor posible en el día a día, ayudar a mis compañeros también. Y después, suele decirse que hay que poner las cosas difíciles al míster, pero creo que es todo lo contrario, tenemos que intentar ponerle las cosas fáciles y que no le tiemble el pulso a la hora de poner uno a otro. Hay que demostrarle que cualquiera que ponga está preparado para competir.
—¿Y cómo ve al Celta de Claudio Giráldez en general y en este bache concreto en particular?
—Lo veo muy bien. Claudio es un grandísimo entrenador, una gran persona y está haciendo un gran trabajo ahora mismo ahí, sacando chicos de la cantera que están compitiendo a un nivel increíble también. Es un equipo que juega un fútbol atractivo, con mucha posesión de pelota. Es cierto que no están atravesando la mejor racha de resultados, pero sabemos que no va a ser un partido fácil contra ellos. Juegan en casa, Balaídos es un estadio que también aprieta y sabemos lo complicado que nos lo van a poner. Por eso estamos concienciados de que tenemos que dar nuestra mejor versión para sacar el mejor resultado.
—Si tuviera que hacer un pronóstico, ¿cree que el Celta va a sufrir por la permanencia o se va a poder salvar holgadamente?
— Pues no lo sabría decir, pero le deseo lo mejor, porque hay muy buena gente ahí que se lo merece.
—Aspas es duda, ¿prefieren que no llegue?
—Vamos a competir contra el Celta que salga. Obviamente, sabemos de lo que es capaz Iago, el gran futbolista que es, no lo vamos a descubrir ahora. Juegue o no, intentaremos salir a ganar sabiendo las virtudes de cada jugador.
—También coincidió con él.
—Sí, en algunas pretemporadas, convocatorias, viajes y también con la selección gallega. Guardo un gran recuerdo, siempre me ha tratado muy bien, con mucho respeto.
—Decía que no le entrenó Claudio pero sí coincidieron en la base del Celta. ¿Qué idea tenía de él?
—Me comentaban cosas muy buenas. Yo estaba en el Juvenil A, con Jorge Cuesta, y los que iban subiendo me hablaban maravillas de él. A veces coincidíamos, me subía alguna vez puntual de la residencia. Pero veías que el trabajo que venía haciendo era muy bueno, que todo el mundo tenía buenas palabras de alguien con ideas muy claras en lo futbolístico y en lo personal, porque lo que prima es que es una gran persona.
—¿Sigue de manera especial al Celta?
—Lo sigo mucho, me gusta ver los partidos de las amistades que guardo allí. Y en mi entorno cercano hay bastantes aficionados al Celta que me van comentando la actualidad y siempre estoy al tanto.
—¿Cómo ha vivido la vuelta de Iker Losada al club en este mercado?
—A título personal, me meto con él en broma, le digo que me dejó aquí solo, porque también se fue Assane Diao, que era otro de los grandes compañeros que tenía en el vestuario. Iker es un amigo desde hace años y volver a compartir vestuario con él estos meses es lo más bonito que hay. Me alegro mucho que le haya salido esta posibilidad de volver a Vigo porque es lo mejor para él a nivel deportivo y eso también un poco ligado a nivel personal.
—¿Usted se ha planteado salir cedido desde que está en el Betis?
—Eso lo lleva mi representante. Yo me centro en entrenar y cuando hay algo sobre la mesa, es él que me llama y me comenta. A día de hoy, no se ha dado. Estoy muy feliz en el Betis.
«Recuerdo llegar de Barreiro por los pelos, con Carlos Hugo al volante, en mi primera convocatoria»
Cuando a Vieites le tocó salir del Celta, pensó que demostrarse a sí mismo que había más fútbol fuera. Y lo ha conseguido, llegando a Primera División por otro camino: primero, jugó en el Lugo, y luego, retrocedió a Segunda Federación para incorporarse al Betis con vistas al primer equipo.
—Con mucha añoranza, porque las primeras veces siempre son especiales, y más, de aquella manera tan atropellada. Yo había jugado el sábado el derbi contra el Deportivo de División de Honor Juvenil y el domingo, con Jero (Lario) lesionado, estaba de suplente de (Dani) Sotres. Se lesionó Rubén (Blanco) en el calentamiento y me tocó salir corriendo de un vestuario a otro, de Barreiro a Balaídos. Me acuerdo de Carlos Hugo al volante y llegando por los pelos (risas).
—Aquella convocatoria fue con Unzué. ¿Cómo fue su trato con él?
—Tengo un grandísimo recuerdo, como entrenador y como persona. Siempre lo vi con una sonrisa en la cara, trataba a todo el mundo con muchísimo respeto, con ilusión y pasión por lo que hacía. Me alegro mucho cada vez que lo veo en la televisión o en la redes sociales, con el ejemplo que da. Le deseo que esté lo mejor posible y siga sonriendo a la vida.
—En su momento, ¿fue difícil dar el paso de venir a Vigo?
—Venía del Bertamiráns, donde estaba muy a gusto. Tenía 15 o 16 años y tuve claro que quería jugar en el Celta por la proyección, la forma de trabajar. Estuve entrenando un día a la semana durante unos meses antes de ir para allí y me sentí muy a gusto con la forma de trabajar, con los compañeros, con los entrenadores. La decisión fue fácil, la verdad. Una vez allí, supuso disfrutar de las mejores condiciones para trabajar, de los mejores profesionales y de unos compañeros a los que guardo un cariño enorme.
—¿Cómo vivió el fin de esa etapa?
—Fue la primera vez en la que un chico joven ve que tiene que salir de un sitio donde estaba cómodo, cerca de casa, de la familia. Eso te hace madurar y ser más fuerte, tocó asumirlo y buscarse el pan fuera de Vigo, que también hay más fútbol para mostrarse. .
—Hablaba de adquirir más madurez. ¿Cómo ha evolucionado en este tiempo?
—En lo deportivo, coges experiencia. Me fui para Lugo, un equipo donde había gente muy veterana a la que siempre intentaba escuchar para sacar lo máximo posible. Y en Segunda, una competición súper dura. En el momento de venir al Betis, también asumí un rol diferente, en el filial, y cada vez que tocaba el primer equipo, trataba de empaparme de todo y dar mi mejor versión día a día. El año pasado, que tuve oportunidad de jugar unos cuantos partidos, también buscaba aprender, seguir mejorando y demostrando lo que había entrenado. Cuando llega la oportunidad de competir en Primera, tienes que dar lo mejor de ti. Como persona, creces en base a las experiencias que vas viviendo; salir de Vigo me hizo madurar y reforzar las amistades que tenía, porque ves que tu te alejas y la gente sigue. También cuando se van ellos, caso de los Fontán u otra gente que ya no está en el club y con los que la amistad sigue siendo fuerte. Te hace darte cuenta de que, vayas donde vayas, lo que eres como persona es lo que va a quedar.
—Cuando se incorpora al Betis, ¿contemplaba llegar al primer equipo?
—Fue la apuesta que hicimos, de bajar dos categorías, porque el filial estaba en Segunda Federación. La idea era intentar ayudar a cosechar buenos resultados y poder entrenar arriba, viendo si por cualquier situación, entraba en alguna convocatoria con actitud y buen trabajo. Si miro atrás, no contaba con que se diera de esta forma. Las cosas están saliendo bien. Aquí, el trabajo es bueno, los profesionales son increíbles y las instalaciones, perfectas para poder seguir creciendo y mejorando. Si eso se lleva al campo, los resultados solo pueden ser buenos.
—Con lo que comenta, queda claro que está satisfecho en el Betis.
—Sí, sí. Estoy muy integrado, el vestuario es increíble y vas haciendo amistades en la ciudad. Uno se siente muy cómodo cuando lo tratan así de bien. Estoy muy feliz.
—Comentó en alguna ocasión que no le gustan las redes sociales. ¿Por qué?
—Es verdad que no soy muy amigo de ellas, me gusta estar un poco al margen, tranquilo y sin estímulos externos. Digamos que prefiero practicar la presencialidad.
—¿Y cómo vivió en su día que aquel emotivo abrazo a su madre se hiciera viral y fuera tan mediático?
—Fue una de cal y otra de arena. Es precioso poder mostrar el cariño que le guardo a ella en un momento tan importante como era ese derbi; era lo natural que me saliera abrazarla así. Por otro lado, tampoco es de mi agrado exponer a mi familia, me gusta mantener la privacidad de mi entorno y que ellos vivan su vida paralelamente a la repercusión que pueda tener la mía.
—Siempre ha destacado la importancia de su progenitora en su carrera. ¿Qué significado ha tenido ella?
—Es la que me ha apoyado siempre en todo el recorrido que me ha llevado hasta aquí. Estoy seguro de que en lo que me depare la vida, también va a estar, como un apoyo incondicional en las buenas y en las malas. Es quien me aconseja y me guarda. Siempre mira por mi bien, y tener una persona así a tu lado es un disfrute. Se lo digo y siempre le diré que estoy eternamente agradecido por todo lo que ha hecho por mí, por sus esfuerzos, que ahora trato de devolverle para que pueda tener una vida agradable y no darle dolores de cabeza.
Los automovilistas reciben cartas informativas tras superar la velocidad permitida.
Se les explica la multa a la que se exponen y los riesgos que corren.
La señal que indica la presencia del radar.
Hace días, diversos conductores «cazados» por el nuevo radar instalado en al carretera Nacional 550, a su paso por el Concello de Pontecesures, denunciaban que la señal informativa que advierte de su presencia es «demasiado pequeña» y que está «tapada por otra señal vertical» que dificulta su localización, por lo que proponen colocar una más grande o cambiarla de ubicación.
Ahora puede añadirse que algunos de esos conductores, y otros automovilistas que se saltaron el límite de velocidad en la recta situada a la altura de la casa consistorial pontecesureña desde la implantación de este radar, han empezado a recibir cartas informativas de la Dirección General de Tráfico (DGT).
En esas misivas se les explica que han cometido una infracción, detallando la velocidad a la que circulaban en el momento de ser fotografiados por las cámaras del radar; imágenes que también se adjuntan.
Imágenes que se acompañan a una de las cartas informativas sobre la sanción cometida.
Dicha comunicación, firmada por el director general de Tráfico, Pere Navarro, se hace constar que «en esta primera fase de puesta en funcionamiento de los nuevos radares no se va a iniciar procedimiento sancionador, pero le recordamos que esta conducta, una vez finalizada la fase informativa, sí conllevará la correspondiente sanción».
A modo de ejemplo, puede citarse el caso de un conductor al que se informó desde la DGT de que el pasado 24 de enero «fue detectada la circulación de su vehículo en el punto kilométrico 84,15 de la carretera N-550 cuando circulaba a 69 kilómetros por hora».
Para añadir que es una velocidad «superior a la máxima legalmente establecida para ese lugar y tipo de vehículo, fijada en 50 kilómetros por hora».
Ese conductor, como tantos otros, se libra de la multa por el periodo de adaptación y prueba antes aludido, pero en la carta se le indica que en su caso concreto, tendría que abonar 100 euros.
La DGT aprovecha esta carta para abundar en su campaña informativa, de ahí que incida en que «son muchas las razones para respetar el límite de velocidad».
Entre ellas, que «llevar una velocidad adecuada podría evitar una cuarta parte de los fallecidos en siniestros viales», asegura Pere Navarro.
El nuevo radar de la N-550.
Pero también esgrime que «la velocidad excesiva aumenta el riesgo de verse involucrado en un accidente, dado que a mayor velocidad es más difícil reaccionar a tiempo y prevenirlos».
Asimismo, «la velocidad afecta a las lesiones sufridas en un accidente, pues a mayor velocidad de impacto, mayor es la energía que se libera al chocar con otro vehículo, usuario de la vía u obstáculo».
Para terminar, el director general de Tráfico hace hincapié en que «el exceso de velocidad no solo incide en la seguridad vial, sino que también tiene influencia negativa sobre el medio ambiente, la calidad de vida y el consumo de combustible».