Uno de los agresores tenía acento «típico» del Barbanza.

Publicado por Luis Angel Sabariz Rolán en

Montserrat Otero no reconoció a sus agresores. Pero sí cree que uno de ellos estuvo minutos antes del asalto en su establecimiento, tomando una cerveza. «Era un tipo mal vestido, de aspecto desaliñado. Cuando entró ya solo quedaba otro cliente, y después de marchar debió quedar fuera, controlando el momento en que me quedaba sola en el bar».
La hostelera explica que los asaltantes hablaban gallego, y que al menos uno de ellos tenía un acento que según ella «es muy característico de la zona de Barbanza y de la parte de Noia». Pese a que el establecimiento queda en un lugar apartado del rural de Valga, a orillas del río Ulla, Montserrat Otero cree que «los ladrones podían venir de cualquier parte. Este bar lo conoce muchísima gente porque en verano vienen de muchos sitios».
Y es que el establecimiento se encuentra en un bello paraje natural, rehabilitado cuando Mariano Rajoy era ministro del Interior, que en efecto atrae a turistas de muchos puntos de Galicia. Pero que, dada su situación apartada, también atrae como un imán a los ladrones.
Cansada de sufrir robos, a una media de uno por año, Montserrat Otero llegó a dormir dentro del local algunas noches, y al final no le quedó más remedio que reforzar la puerta con una verja metálica e instalar un sistema de alarma. «Hasta este domingo por la noche era muy valiente. Sé como soy, y sé que si estuviese en casa y escuchase la alarma iría hasta el bar a ver que pasaba. Pero desde el domingo ya no soy tan valiente», admite.
Además, sostiene que este último robo llega en un pésimo momento. «Este año está siendo malísimo. No se gana nada en el bar», remacha.

FARO DE VIGO, 19/12/12

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