Sofocan a tiempo un incendio en Valga.

El día amaneció envuelto en humo en el lugar de Martores (Valga). A las nueve de la mañana se iniciaba, en cuatro puntos distintos, un fuego que fue sofocado por un amplio dispositivo del que formaba parte el GES y los comuneros de San Miguel de Valga, entre otros.

La Voz de Galicia

La romería del Santiaguiño do Monte aguanta el tirón playero.

El reparto de sardinas animó la popular fiesta de Padrón, pero con menos juventud que en años anteriores.

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La romería popular del Santiaguiño do Monte de Padrón tuvo ayer en la playa un duro competidor pero, aún así, aguantó el tirón con gran ambiente a la hora del reparto gratuito, por cuenta del Concello, de sardinas, pan de maíz, cachelos y bolos preñados. No obstante, quizás este año hubo menos grupos a comer en el monte y, con total seguridad, no hubo cabañas con peñas de jóvenes, más allá de tres o cuatro.

Mucho calor y mucha música de gaita a cargo de los grupos tradicionales, que por la mañana acompañaron la subida de la procesión con la imagen del Santiago Apóstol, conocido popularmente como O Parrandeiro, trasladado por jóvenes.

A pie por las escaleras que suben al Santiaguiño, en autobús o en coches particulares, poco a poco el monte se fue llenando de romeros. A las doce se celebró la primera misa para, media hora después, comenzar el reparto de sardinas, pan de maíz, cachelos y bolos preñados. La cola para recoger la bandeja con todo ello seguía a las dos de la tarde.

En el monte también había pulperías, puestos de bebidas y otros en los que tomar algo. No obstante, muchos recogieron la bandeja con las sardinas y después de comerlas se marcharon, quedándose en el monte las familias de Padrón y comarca, grupos y peñas de amigos y compañeros, que son las que realmente hacen la fiesta del 25 de julio.

En la zona más alta del monte, apenas había cabañas después de que la comunidad propietaria de los terrenos, la de Extramundi, fijara normas para su construcción para evitar los daños de la edición pasada, lo que disuadió a muchas peñas de levantarlas y, con ello, pasar el día en el monte. Por esta razón, se vieron muchos menos jóvenes con camisetas manchadas de vino.

Respeto del entorno

No obstante, sí había algún grupo con tiendas de campaña y otro que demostró que, a base de material ecológico y reciclado, también se puede hacer una cabaña para disfrutar del día en la romería y pasarlo bien. «Se queres, podes facer a cabana e pasalo ben sen facer mal no monte», sostenía un vecino de Padrón, que recordaba que en sus tiempos de juventud lo hacían sin provocar daños en la zona.

La romería se celebró un día después del derbi asnal, que abarrotó las calles de Padrón y desbordó incluso hasta las previsiones más optimistas. La carrera la ganó Antonio Aradas, con el burro Melendi de Abegondo; seguido de Jorge Pérez, con Dinamita, de la misma localidad coruñesa; y, en tercer lugar, entró Sara Castro con Chulo, de Pontevedra.

La Voz de Galicia

Ángel Grela, el campeón de España al que la vida golpeó más que sus rivales.

En 1965 alcanzó el cénit con el título de los semipesados y después naufragó en su trayectoria familiar y profesional.

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Como muchos grandes boxeadores, a los que la vida castigó más que los puños del adversario, Ángel Grela López terminó aprisionado por la existencia y abandonado por el mundo. Sus compañeros del geriátrico de O Castiñeiriño, en donde acaba de expirar, fueron los camaradas que salvaguardaron los últimos días de un personaje que en los años 60 y 70 puso a Padrón (su villa, aunque había nacido en 1937 en Pontecesures) en el mapa. De allí partió para ganarse los garbanzos a otros pagos.

En un periplo a bordo de un petrolero desembarcó cierto día el joven Ángel en Tenerife, ciudad que se convertiría en lanzadera de un futuro en el mundo del boxeo que le llevó a estar entre los grandes de este deporte. Y eso ocurre porque uno tropieza con alguien capaz de comprender que tiene delante a un corpachón ganador. Grela se tropezó con Jorge dos Santos, que le hizo debutar en un cuadrilátero tinerfeño.

Fue el inicio de una exitosa carrera de enfrentamientos pugilísticos, que relata pormenorizadamente Curro Barral en su web Boxeo de medianoche. Hasta que Grela, de nuevo, vuelve a tropezar con alguien que le podía elevar aún más sus miras, como así sucedió: el presidente de la federación Europa de Boxeo, Vicente Gil, que le encamina hacia Madrid y el profesionalismo.

El cénit de su carrera llega en 1965, cuando en el Palacio de deportes de Madrid, convertido en un hervidero humano, Ángel Grela peleó con garra contra José Luis Velasco y se convirtió en campeón de España en pesos semipesados. El mundo del boxeo siguió girando en torno a él hasta que se detuvo en el año 1970 tras una ristra de combates a sus espaldas.

Y comenzó este padronés entonces el combate por la existencia que le llevó a ejercer diferentes actividades profesionales y a descender en el exitoso escalafón de la vida. Naufragó en su trayectoria profesional, familiar y vital. Ángel Grela se convirtió en un ángel caído, acosado por los juicios y embargos.

Pero era un buen tipo, según quienes le conocían. Muchos lo han visto navegar a lomos de la literatura tierna y emotiva de José Luis Alvite, en líneas que delataban un afecto mutuo de dos personajes aparentemente diferentes. Enrique Alvarellos quiso reflejar el ascenso y caída a los infiernos de Grela mediante la pluma del periodista compostelano, pero no llegó a tiempo.

Alvite se adelantó al boxeador, que estaba apagando ya también las velas de su existencia en un geriátrico compostelano. Una fundación se ocupó del sepelio. Fue un hombre que logró la fama, la sostuvo durante un tiempo, y al final le alcanzó como padronés la rosaliana soledad de los muertos.

La Voz de Galicia

Detenido un padronés que agredió a dos guardias civiles en un control en Santiago.

El conductor se negó además a someterse al control de alcohol y drogas.

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Un vecino de Padrón de 38 años de edad y cuyas iniciales son M. A. S. B. ha sido detenido por la Guardia Civil de Tráfico por resistirse a la autoridad y agredir a dos agentes que le dieron el alto en un control en la salida de Santiago a Noia de la carretera AC-543. Finalmente, pudieron reducirle y esposarle para trasladarle a dependencias del instituto armado.

La violencia con la que el conductor se resistió a sus detención hizo que los dos agentes agredidos hayan tenido que recibir asistencia sanitaria y han causado baja médica, según ha confirmado la Guardia Civil.

Además de los delitos de atentado y resistencia a la autoridad, el joven también ha sido denunciado por negarse a someterse a las pruebas de detección de alcohol y sustancias estupefacientes, ya que es obligatorio pasarlas a requerimiento de la Guardia Civil.

La Voz de Galicia