Olé por Padrón.

Reconozco abiertamente que los actos de la Semana Santa me sientan especialmente mal. Y no porque me declare atea hasta el tuétano sino porque las imágenes de la Pasión de Cristo, los pasos, la música y las procesiones me resultan demasiado violentas. Fe y creencias religiosas aparte, tampoco entiendo la curiosidad que despiertan las procesiones y aunque escapo de ellas por una simple cuestión de desasosiego, no seré yo quien cuestione su celebración. Y no lo hago porque sea una tradición, sino porque, en realidad, el escalofrío que me producen es, simplemente, mi problema. Pero sí hay tradiciones, por decirlo suavemente, que mejor estarían en el baúl de los recuerdos. Y me alegra que concellos de nuestro entorno piensen lo mismo. Me refiero, explícitamente, al criterio del Ayuntamiento de Padrón de excluir de sus fiestas de Pascua la corrida de toros. Por cosas del destino y de este oficio sin turnos ni horarios, la Semana Santa me pillará trabajando. Y es bien probable que Padrón esté en mis pensamientos y mi agenda laboral. No es la primera vez y confío en que no sea la última. Y más encantada estaría si, como dicen lo rezos, por los siglos de los siglos, los toros no vuelven a Padrón. Y no porque la mal llamada fiesta nacional apenas tenga arraigo en Galicia. Ya me gustaría que más pronto que tarde esta exaltación de la tortura animal formase parte del pasado, como otras tantas, que sin ser fiesta nacional son igual de cuestionables, como el Toro de la Vega y el Correbous. Habrá quien apele al motor económico para defender esta fiesta. Y yo reitero el motor económico que atrae visitantes a un concello libre de toros.

A CONTRALUZ
La Voz de Galicia

«Cando ves a alguén en perigo intentas axudar; se non, é que non es persoa».

Sanm

Elisardo Sanmarco junto al río Louro; las cintas de la policía recuerdan que en este lugar estuvo a punto de registrarse una tragedia.

Elisardo Sanmarco vive al lado del río Louro, en uno de esos rincones verdes y tranquilos de Valga. El lunes, a media mañana, estaba en casa, disfrutando de unas horas de descanso. Pero la tranquila y soleada mañana cambió de color cuando sonó el teléfono. Era su sobrina, que vive a unos metros, al lado del puente que cruza el río en Barcia. «Dixo que caera un home ao río co tractor, e se podía ir axudar. E fun correndo», contaba Elisardo Sanmarco. «O tractor caeu abaixo desde a ponte, e o condutor estaba debaixo do tractor, atrapado por unha perna, e non podía saír», explicaba nuestro protagonista, que reniega de la etiqueta de héroe.

Ante semejante escena, Elisardo no se lo pensó dos veces. «Tirei coa carteira e o teléfono», cuenta, y se metió en las frías aguas del río. Por suerte, el Louro baja estos días con poco caudal. Pero el hombre accidentado tenía una pierna atrapada bajo el tractor y llevaba ya mucho rato haciendo fuerza con los brazos para mantener la cabeza fuera del agua. «O único que podía eu facer era agarralo polas costas para que non afogara», narra Elisardo. Recuerda que tenía miedo a que la víctima se desmayase, a que perdiese el sentido y acabase comida por las aguas.

La operación no fue fácil. El hombre, Francisco se llama, pesaba lo suyo, y para lograr sostenerlo tuvo que sacar Elisardo todas sus fuerzas. Pasó cuarenta y cinco largos minutos metido en el río, intentando calmar al herido, convencerlo de que los servicios de emergencias llegarían pronto. «O importante era que chegaran canto antes os servizos para poder sacalo. Porque cada vez o home estaba máis nervioso, aqueles corenta e cinco minutos foron unha eternidade», asegura Elisardo. ¿Y para él? «Eu que sei, bastante tempo… Estaba con el e non o podía deixar alí, era o único que estaba claro».

Tras llamar al 112, los vecinos fueron llegando al río. Elisardo siguió en su puesto, sujetando la cabeza de un vecino al que conoce «de toda a vida». La espera se hizo larga. «El dicíame que tirase por el, que o sacase de alí, pero non podía porque podía ser peor. Se facíamos algo mal, o tractor podía vir enriba dos dous», explica Sanmarco.

Buscando la fórmula

Los servicios de emergencia, que ya habían llegado al lugar, buscaban una grúa para elevar el tractor. Elisardo llenó el tiempo recordándole a su vecino la suerte que tenía de seguir con vida. «Dicíalle que acababa de volver a nacer, porque igual que quedou alí, podía non ter saído». Con los profesionales ya en el lugar, Elisardo pudo relajarse un poco. Llevaban ya mucho rato en el agua, y «o home dicía que tiña frío, moito frío, e non me estraña. Ao final tamén o tiña eu». Una grúa llegó para liberar la pierna atrapada y dejar marchar al hombre que burló a la muerte. El GES de Valga, la policía, las ambulancias y hasta un helicóptero llegaron a Barcia para socorrer al herido. El papel de Elisardo había terminado. «Mentres estivemos solos, estíveno apoiando para que non se derrumbara», y lo logró.

Este hombre tranquilo apenas da importancia a su gesto. «Se estivera morto e non puidera facer nada por el… Iso sería terrible. Pero estaba vivo. E cando ves a alguén en perigo intentas axudar; se non o fas é que non es persoa», sentencia con naturalidad. Así que, con la conciencia tranquila, Elisardo no quiere que nadie se sienta en deuda con el. «Iso non é así», dice, como horrorizado con la idea. El lunes por la noche, el hijo del hombre accidentado acudió a su casa. Se habían visto por la mañana, en el río, «pero non faláramos». «Pola noite veu darme ás grazas». Asunto zanjado.

Ayer, nuestro héroe se vistió la ropa de trabajo y se fue, como todos los días, a cumplir con sus obligaciones cotidianas. Como si nada hubiese pasado. «Se fose hoxe -reflexionaba- non estaría na casa, non podería botar unha man». A tan solo unos metros de su casa, unas cintas marcan el que pudo haber sido escenario de una tragedia. Afortunadamente lo que indican es el lugar en el que un vecino volvió a nacer gracias a una mano amiga.

elisardo sanmarco vecino de barcia que socorrió al tractorista que cayó al río
Un rescate que movilizó a una gran cantidad de grúas y camiones

Los profesionales que el lunes participaron en el rescate de Francisco aseguran que este vecino de Barcia tuvo mucha suerte. El punto en el que se produjo el siniestro es un pequeño puente, cuyos márgenes están protegidos por unos quitamiedos. El tractor cayó por uno de los laterales de esa estructura, quedando en una posición complicada para su rescate. De hecho, los servicios de emergencias tuvieron que estudiar bien el terreno antes de decidir cómo rescatar al hombre atrapado bajo el vehículo agrícola. Al final, les echó una mano un vecino con una grúa de su empresa, pero de camino venía ya una gran flota de coches listos para colaborar. Por lo demás, el GES que resultó herido en una pierna durante el rescate, Ángel Riveiro, se encuentra bien y pronto se reincorporará al servicio.

La Voz de Galicia

Multan con 600 euros a un taxista por recoger a usuarios en una fiesta en Pontecesures.

Un taxista de Padrón acaba de abonar una multa por una infracción grave que le impuso la Guardia Civil de Tráfico en agosto del año pasado cuando, en las fiestas de una parroquia del municipio vecino de Pontecesures, se desplazó hasta este lugar para recoger a un pasajero.

Pese a haber más taxis trabajando, él fue el único multado y pese, además, a que en dicho municipio solo existe un profesional y no trabaja en horario nocturno, de acuerdo con el relato de este taxista de la parada de Padrón.

«¿Por que a min si me multaron e a outros non?, se pregunta el profesional, que habla de «agravio». Lo que iba a ser un viaje de cuatro euros se quedó en una sanción de 600, de los que abonó a primeros de marzo 420.

Este taxista pide el mismo control en la parada de Padrón, de cara ya a las fiestas de Pascua porque, asegura, «aquí ven a cargar xente moitos taxistas que non son da parada». Pese a ello, denuncia, «ninguén toma medidas, pero é frecuente que veñan outros taxistas a coller xente a nosa parada e as inmediacións». En su opinión, el servicio del taxi en Padrón «é francamente mellorable en varios aspectos para os taxistas e para os usuarios».

Sobre la sanción que acaba de abonar, no se explica por qué lo sancionaron a él solo, cuando había otros taxistas de Padrón e incluso de Valga trabajando en las fiestas de Porto, en Pontecesures. Cree que afán recaudatorio no había por parte de la Guardia Civil de Tráfico, al no multar a más profesionales.

Lo que no había tampoco, añade, era preocupación por garantizar la seguridad de las personas que disfrutaban de las fiestas estivales y, que sin servicio de taxi del concello, tendrían que coger su coche para volver a casa, pese a la posibilidad de haber ingerido bebidas alcohólicas.

Este profesional abonó la multa, ya que considera que «incumplín a norma e pago», pero pide el mismo control en la parada de Padrón, especialmente en los próximos días de Pascua pero también durante todo el año.

La Voz de Galicia

El Pontecesures busca 15.000 euros para no morir de sano crecimiento.

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El Náutico hace un llamamiento para cubrir las necesidades básicas de un club con más de 200 licencias, mientras apunta a otra temporada de dominio en el piragüismo base gallego ganando la primera prueba infantil.

El Náutico Pontecesures arrancaba el domingo la Liga Galega de Infantís como terminó su edición anterior. Imponiéndose en la clasificación masculina, en la que partía como defensor del título autonómico, con casi 700 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, el Ciudad de Pontevedra: 3.757 frente a 2.979. Y acabando segundo en el cuadro femenino -en el 2015 finalizó la temporada subcampeón- con 2.064 puntos, muy cerca del ganador Ciudad de Pontevedra, con 2.088, y el As Torres-Romaría Vikinga tercero en discordia a unos ya muy lejanos 1.333.

De regreso del embalse de Pontillón do Castro el club cesureño sufría un gravoso percance, al caérsele un K-1 de su convoy, destrozado sobre el asfalto en lo que supone un quebranto de unos 1.000 euros para las maltrechas arcas de la entidad. Su presidente, Ángel Barreiro, lanzaba ayer una petición de ayuda a quien quiera oírlo, ya sea desde las instituciones públicas o desde la empresa privada más allá de los muchos pequeños negocios locales que colaboran con el club con las pequeñas aportaciones que están en sus manos. «Hai pouco estropeóusenos un motor da lancha de adestramentos. Movémonos con furgonetas de dez anos, porque non temos sequera os 8.000 euros que nos tocaría poñer para poder acceder á liña de axuda para a compra de vehículos da Deputación. E estamos aproveitando barcos de hai 30 anos do antigo Universitario de Santiago, o que supón competir con entre 3 e 4 quilos máis respecto aos modelos modernos». Un estado de cosas convertido en el pan nuestro de cada día, que no impidió al Náutico Pontecesures los éxitos apuntados en categoría infantil a nivel autonómico antes apuntados, ni generar en su cantera las figuras de dos de las kayakistas con mayor futuro en el panorama español, y con alta probabilidad, internacional, las vigentes subcampeonas de Europa Júnior de K-2 1.000 Camila Aldana Morison y Raquel Dacosta. Un trabajo que ha reunido en la entidad del Baixo Ulla a una de las dos canteras más extensas del piragüismo gallego, con más de 200 licencias federativas la pasada temporada.

Y todo ello, «cunhas condición económicas de supervivencia», manejando un presupuesto anual de unos 40.000 euros cuando «necesitariamos uns 15.000 euros máis para funcionar minimamente», dice el presidente del Náutico Pontecesures. Barreiro considera «irrisorias» las ayudas recibidas de las administraciones públicas, y exclama que «é preciso que dunha vez se apoie economicamente a este club, para dignificar o enorme traballo que fai cada día con medios moi precarios».

La Voz de Galicia