Referencias a Cesures en la prensa de hace 125 anos.

En la sección de hemeroteca de La Voz de Galicia del día de hoy, se encuentra una nota publicada el jueves, 8 de marzo de 1.883. Dice lo siguiente:

TRASLADO DE PINOS. Mañana comenzará la operación de conducir por las aguas del río Ulla gran cantidad de pinos cortados en el lugar llamado de Ximonde (Sarandón). Los pinos serán arrastrados hasta Cesures, tomándose las debidas precauciones para que no ocasionen daños.

Sabores que perduran muchos años: Casa Castaño.

La fama de la desaparecida Casa Castaño de Pontecesures sigue persistiendo pese a que lleva más de una década cerrada. Asiduos parroquianos a la mesa de la afamada casa de comidas han salido en defensa de su cocina, alabando los platos que preparó durante años Maruja Castaño, y que heredaron posteriormente José y Teresa Fajardo Castaño. Entre ellos, la lamprea, certificando que ésta se cocinaba en los fogones del propio restaurante y no en ajenos.

Por la casa de comidas cesureña pasó en su día la flor y nata de Compostela, y su buena fama trascendió las fronteras de Galicia. Fue parada obligatoria de Pedro Barrié de la Maza, el conde de Fenosa, y de otros insignes personajes de las finanzas, las letras, la cultura y el deporte. ¡Lástima que su cierre dejara huérfanos a muchos paladares!

Contraportada de EL CORREO GALLEGO, 18/02/08

Pontecesures, tierra con historia y ricas lampreas.

En la Villa confluyen el Camiño de Santiago y la Ruta Marítima rumbo a la tumba del Apóstol.

Pontecesures es un pequeño municipio. pero con una larga historia. La construcción de un puente romano para cruzar el río Ulla constituyó el origen de su principal núcleo. Testigos de su historia son también el petroglifo de Camporredeondo; los castros de Cortinallas, O Castro y Castro Cessuris; y la Vía Romana que atraviesa el concello: Iglesias románicas como la de San Xulián de Requeixo, cruceiros y el Pazo de A Cova, completan su patrimonio histórico.

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Hemeroteca: Teatro en Padrón en 1883.

El jueves 25 de enero de 1883 unos cuantos jóvenes de Santiago, aficionados al arte de Talía, fueron a Padrón con el objeto de dar allí una función de teatro, como así informamos, poniendo en escena varios juguetes cómicos. La entrada fue regular, aunque el bello sexo escatimó su presencia.

Columna hemeroteca, «Hace 125 años». LA VOZ DE GALICIA, 25/01/08

La lamprea, bocado para paladares exquisitos.

Más de doscientos años de tradición y cuidado rito profesional llevan a sus espaldas los valeiros que el pasado día dos volvieron a surcar en sus viejas barcas las frías aguas del Ulla en busca de la «princesa moura enfeitizada», ese extraño ejemplar de memorias perdidas en la noche de los tiempos, la lamprea. Cantada por Dumas y Freud, ensalzada por Cunqueiro y Torrente, cuando las abundancias se repartían generosas desde el Ulla hasta el Po, del Miño al Danubio o al napolitano lago del Fusaro, el primer y disputado ejemplar de la temporada vino en el butrón, siete días después de levantada la veda, a colmar de sana euforia a la veintena de familias que cada temporada afianzan la continuidad de tan ancestral como artesana práctica, en las viejas pesquerías que dejaron los romanos. Y en orgullo de pueblo que les honra, decidieron que ese primer ejemplar se cocinara en fogones propios y para invitados de excepción, como el conselleiro de Medio Ambiente. No se percataron que es ese el departamento más atareado en labores de reposición y prevención y que no está para dispendios de agenda o fruslerías de respetos ancestrales. No importa. Acaso la frustrada iniciativa de los valeiros cesureños tenga más adecuada réplica en sibaritismos más exigentes. No se olvide que la lamprea es, en timbal, carpacho, empanada o a la bordelesa, bocado para paladares exquisitos. Pues eso.

Columna «Espinas». TIERRAS DE SANTIAGO, 15/01/08

La ruta eclesiástica de la villa rosaliana de Padrón.

Iglesias del XIII, como la de Iria Flavia, o santuarios del XVII, como el de Escravitude, atraen al visitante en Padrón ·· Las pinturas romano-pompeyanas de Santiaguiño do Monte y el convento de Herbón son citas irrenunciables.

Cuentan que allí arribó el Apóstol; es la cuna de una de las más grandes poetisas; parió un Nobel; es mundialmente conocido por sus pimientos y sus edificios sudan arte, cultura y tradición por los cuatro costados. Se llega a Padrón, camino obligado para los peregrinos que hacen la Ruta Jacobea, atraídos por la historia de la ruta rosaliana y no se abandona sin visitar las sendas más místicas. No en vano, en su territorio se asientan, al margen de museos, tumbas y monumentos; iglesias del siglo XII, como la de Iria Flavia; conventos del XIV, como el de Herbón; santuarios del XVII, como el de A Escravitude, o los que regalan paisaje como el Santiaguiño do Monte.

La iglesia de Iria Flavia, popularmente conocida como Santa María Adina, fue construida por el arzobispo Gelmírez en el XII sobre otra que había arrasado Almanzor hacia el año mil. Su reconstrucción finalizó en el XIII y de ella sólo se conserva la portada y las torres de estilo románico ojival. En su interior llama la atención una imagen románica de la Virgen tallada en granito y los sepulcros de obispos irienses.

Siguiendo por la N-550 en dirección a Santiago encontramos el santuario de A Escravitude, un vistoso edificio del siglo XVIII en el que se combinan con acierto los estilos neoclásico y barroco. Retablos pintados en oro y una solemne escalinata sobre la fuente santa invitan a la observación.

Hay que llegar al propio Padrón para desviarse hacia el convento de Herbón, construido en 1396. La iglesia actual se construyó en el silo XVIII, aunque conserva el claustro y parte del edificio conventual del XVI. Entre estas paredes se retiró el trovador Xoán Rodríguez, que en el año 1440 había ingresado en la orden franciscana en Jerusalén debido a sus desengaños amorosos. De allí trajo una palmera, según cuenta la tradición, que se conserva en el convento. Era gran amigo de otro famoso trovador, Macías o Namorado, padronés como él. Los franciscanos de este convento trajeron en el siglo XVI desde México la popular semilla de los pimientos de Padrón.

En la ladera del monte de San Gregorio se cierra esta ruta mística padronesa, con una visita obligada al santuario de Santiaguiño do Monte, muy ligado a las tradiciones jacobeas y con bellas vistas de la comarca del Sar.

TIERRAS DE SANTIAGO, 08/01/08