El sacerdote que no quiere quedarse quieto.

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La restauración del retablo de Setecoros es la última obra de Don Paulino, un hombre en continuo movimiento.

A pesar de que Paulino Sánchez posa sonriente con la clásica tortilla de patatas española, su receta favorita es un poco más compleja: con chorizo picado en su interior y una salsa de tomate alrededor que, en su juventud, echaba sobre unos guisantes rehogados previamente en la sartén con panceta, ajo picadito y cebolla. Hace ya mucho que no la prepara. Es la evolución de una receta que fue variando para ajustarse a su gusto y al de sus compañeros de residencia en París, a donde se mudó desde Avilés para realizar los estudios eclesiásticos. Conocedor de la necesidad de dominar dos idiomas si quería convertirse en misionero, cogió las maletas que ya había preparado, al menos en su cabeza, mucho tiempo antes.

Con quince años, a una edad en la que no abundan las preguntas trascendentales, decidió su destino al dar un paso más allá y encontrar un sentido a estas incógnitas a las que solo puede responderse uno mismo. Reflexionó sobre la cuestión de si el lugar donde naces le cambia a uno la vida. Concluyó que «hay un reto en términos de justicia. No hay que responsabilizar a un Dios, es un desafío para que los humanos nos organicemos y arreglemos ese desajuste», relata. No son solo palabras. Al finalizar sus estudios, se fue a Chad, África, de la mano de los Misioneros Combonianos. Fueron quince años realizando tareas de lo más variadas y de los que hay dos aspectos que le llamaron especialmente la atención: la extrema pobreza y la elevada tasa de mortalidad infantil y materna.

«Tienen condiciones favorables para la agricultura pero utilizan técnicas arcaicas. El arado, por ejemplo, está a disponibilidad de muy pocos», relata. Su contribución comenzó precisamente en este punto. «Lo primero que hicimos fue constituir cooperativas que sirviesen para gestionar las escasas cosechas», explica. En segundo lugar, buscaron un aumento de la producción mediante la integración de la agricultura y la ganadería, organizando la primera feria bovina del país. «Fue un acontecimiento nacional, reconocido por la embajada francesa», recuerda. Implantaron también la noria, para poder extraer el agua. «Es una técnica muy útil porque es un país con mucha agua subterránea. Donde hay petróleo hay agua, pero a la hora decidir que extraer, hay mucha hipocresía», sostiene. La pauta a seguir consistía en no quemar etapas puesto que «antes de la revolución industrial, vino la agrícola».

En cuanto al descontrol de la fecundidad, «ofrecimos a los matrimonios los conocimientos necesarios para que supiesen espaciar los nacimientos sin perjudicar a la pareja».

Quince años después, con la certeza de que los lobbies y algunas organizaciones internacionales no acudían a África con las mejores intenciones, Paulino Sánchez cruzó el Atlántico para seguir con sus tareas de evangelización y desarrollo en Ecuador, en la frontera con Colombia.«Acudimos motivados por las actuaciones de las FARC, con el objetivo de realizar labores de mediación y de resolución pacífica de conflictos», señala. Estuvo allí un año.

Tras tanto tiempo de trotamundos, llegó a Valga en el 2012. Se insertó en la archidiócesis de Santiago, a la que le solicitó alguna responsabilidad en Pontevedra. Desde entonces, es el párroco de Setecoros, Valga, y San Clemente de Cesar, (Caldas). Desde hace un año lo es también de Santa Baia del Oeste, Catoira.

El retablo mayor.

No hace falta más que ver la iglesia Divino Salvador y su entorno para ver que las inquietudes de Paulino Sánchez no se quedaron por su largo camino. A las mejoras de accesibilidad a la iglesia o la plantación de olivos a los pies de esta, elaborada por el consejo parroquial de asuntos económicos, se le sumó ayer la presentación del retablo mayor restaurado. Paso a paso va dejando su huella. Sin quererlo y sin prisas. En África aprendió que «la hora no la marca el reloj, si no la gente»

Tras vivir 15 años en África y uno en Ecuador, aterrizó hace unos años en Setecoros, donde reactivó la vida parroquial: plantó olivos y movilizó a los vecinos para restaurar el patrimonio local. Casi nada.

La Voz de Galicia

Obras na rúa Ullán.

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A primeira hora desta mañá comezaron estas obras municipais que está a executar unha emmpresa particular, e que teñen por obxecto, ao parecer, tratar de corrixir unha filtración de augas que pode afectar a un edificio de vivendas.

Fomento dibuja cinco viaductos y doce pasos en apenas siete kilómetros de la variante de Valga-

La obra tiene un presupuesto de licitación estimado de 47,9 millones de euros.

La nueva alternativa de la variante de Pontecesures y Valga que cuenta con el visto bueno de Fomento y que se encuentra en proceso de someterse a la información pública prevé la construcción de diecisiete estructuras en un trazado de 7,3 kilómetros. Destacan cinco viaductos, dos de los cuales cuentan con una importante longitud: uno de 405 metros sobre el río Valga y otro de 320 sobre el Ulla. Según informan desde Fomento, de llevarse a cabo la aprobación definitiva se realizarán también seis pasos superiores y seis inferiores, además de varias obras de drenaje.

Con un presupuesto de licitación estimado de 47,9 millones de euros, la denominada alternativa cuatro ha sido preseleccionada tras un análisis multicriterio donde, tal y como indican desde el Ministerio, fueron ponderados los factores funcionales, ambientales, socioeconómicos y de seguridad vial. Si bien, las cuatro alternativas estudiadas se someten a información pública y oficial.

La opción seleccionada cuenta con el apoyo de los concellos involucrados, cuyo alcalde, José María Bello Maneiro, reivindicó el estudio de una nueva posibilidad tras la anterior propuesta de Fomento puesto que dividía el pueblo a la mitad y pasaba a menos de 200 metros de la casa consistorial. La nueva opción, relataba cuando se procedió a la publicación del anuncio en el BOE, tiene en cuenta las indicaciones del concello de Valga.

«Es necesario completar este nuevo trazado de la N-550 hacia el sur, evitando el paso por las localidades de Pontecesures y Valga, con el objeto de separar los tráficos de medio y largo recorrido de los meramente locales», señala Fomento en un comunicado. La variante de Padrón de esta misma vía lleva puesta en servicio desde marzo de 2015 y, según los datos de Fomento, «ha contribuido a disminuir de forma significativa el tráfico de paso por la travesía de Padrón». «Sin embargo, es necesario completar este nuevo trazado», continúa el comunicado.

Tres nuevos nudos.
A lo largo del nuevo trazado está prevista también la ejecución de tres nuevos nudos: en la intersección de Padrón remodelada, en el enlace entre Pontecesures y Valga y en la intersección de Bronllo.La circunvalación tiene su origen en el final de la variante de Padrón y finaliza en el punto kilométrico 90,3 de la carretera N-550, situado en el termino municipal de Valga.

La Voz de Galicia

Fomento proyecta una variante de la N-550 que, ahora sí, parece agradar en el Bajo Ulla.

El nuevo proyecto sometido a exposición pública por el Gobierno central traza el vial por la parte superior de la autopista, lejos de los núcleos urbanos de Pontecesures y Valga.

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Vecinos de Valga y Pontecesures, cuando en enero de 2015 revisaban la contestada propuesta de Fomento, ahora modificada.

Casi dos años después de que se desatara una agria polémica política y social en el Bajo Ulla debido al proyecto de construcción de la variante de la carretera Nacional 550, el Ministerio de Fomento somete ahora a exposición pública una nueva propuesta. El trazado planteado, esta vez sí, parece salvaguardar los intereses de los Concellos de Valga y Pontecesures.

A la espera de revisar la documentación en detalle, ya que fue entregada a los Concellos y publicada en el Boletín Oficial del Estado ayer, las fuentes consultadas insisten en que «el trazado propuesto es el mismo que, como mal menor, defendimos en su momento las dos localidades».

En cierto modo corresponde con la alternativa defendida por Valga y Pontecesures porque avanzaba casi en su totalidad por el monte, desde la rotonda de la circunvalación construida en Padrón, a la altura del peaje de la autopista.

Allí se construirá un viaducto para salvar el río Ulla y entrar en la provincia de Pontevedra, además de un puente para pasar sobre la autopista hacia su margen izquierdo, en sentido A Coruña-Vigo.

De este modo la nueva carretera, pensada para aliviar el tráfico en la N-550, discurrirá por la parte alta de la AP-9, alejada de los núcleos principales de población del Ullán y coincidiendo básicamente con aquella alternativa viaria que apoyaba el pleno de Valga el 6 de julio de 2009; la misma que propuso Pontecesures en 2010 y la que se ratificó en las sesiones plenarias celebradas en 2015.

Hace dos años el alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, apelaba al sentido común y la Corporación lo facultaba «para hacer todas las gestiones necesarias, trasladando el acuerdo del pleno a Fomento y al mismo tiempo solicitando entrevistas con el ministerio, y preferiblemente con la propia ministra», para hacerle ver que la propuesta planteada entonces por el Gobierno central no tenía «pies ni cabeza». Lo que pretendía Fomento por aquel entonces «iba a afectar a muchos vecinos y a partir el pueblo en dos, por lo que habría que expropiar o destruir tanto viviendas como fincas y carreteras», expone el regidor valgués.

Sin embargo, la propuesta sometida ahora a exposición pública «es una alternativa distinta a aquella y mucho más aproximada a la que proponíamos tanto nosotros como Pontecesures», explica José María Bello Maneiro.

«El trazado propuesto es el que habíamos acordado, partiendo de la rotonda existente en el acceso desde Padrón a la autopista para cruzar con un puente el río Ulla y ya en Pontecesures cruzar sobre la autopista hacia su margen izquierdo, por donde la nueva carretera avanzará paralela a la propia autopista», sostienen tanto Bello Maneiro como el primer edil de Pontecesures, Juan Manuel Vidal Seage.

Argumentan también que esa carretera de circunvalación «no llegará al Concello de Caldas» sino que terminará dentro del término municipal valgués, «en la zona que también nosotros proponíamos, a la altura del lugar de Bronllo», apostilla Bello.

Dicho esto, y preguntados por su valoración sobre esta nueva propuesta, Bello Maneiro y Vidal Seage responden que «a la espera de analizar la documentación en detalle la valoración que podemos hacer es positiva», a lo que el valgués añade que «salvo en cuestiones puntuales es la propuesta que habíamos planteado desde el Concello para tratar de garantizar el menor impacto posible».

Lo que ahora se plantea, desde luego, nada tiene que ver con aquel otro proyecto de Fomento que en Valga dividía la parte alta de San Miguel y la aislaba del resto del Concello, discurriendo aquella propuesta de carretera a apenas 200 metros de la casa consistorial.

Faro de Vigo